La Tercera Región Sanitaria del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPBS) informó que el clima epidemiológico en el departamento de Cordillera es favorable para la realización de la multitudinaria festividad de Caacupé. Fue durante la segunda reunión de autoridades religiosas y del Gobierno para la organización del evento religioso.
Según el doctor Eduardo Jara, jefe de la Tercera Región Sanitaria de Cordillera, el 53% de la población de este departamento ya se encuentra inmunizado contra el COVID-19 y que, desde ayer lunes, esta región sanitaria cambió el enfoque de su campaña de inmunización y ahora las brigadas de vacunación llegan a las casas y se instalaron en puntos de concentración de personas.
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“Se están ultimando detalles de todos los protocolos sanitarios a ser aplicados durante la festividad de la Virgen de Caacupé entre los meses de noviembre y diciembre. Los organizadores del obispado tienen una mesa de trabajo interinstitucional; es decir, aparte de las autoridades del Ministerio de Salud están presentes autoridades municipales, de la Gobernación de Cordillera como así también los representantes policiales”, señaló el doctor Jara.
Descartó que en el departamento de Cordillera exista un repunte de casos de COVID-19 o de la variante delta. Aseguró que en la semana N° 40 del calendario epidemiológico se registraron solo tres casos positivos de coronavirus en este departamento, de los cuales un solo caso fue derivado a internación y tampoco se registraron fallecidos a causa de esta enfermedad.
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“Al cierre de la semana N° 40 hemos registrado solamente tres casos positivos de COVID-19, uno de los casos se encuentra internado y fallecidos no hemos registrado al cierre de la semana 40. El 53% de la población de Cordillera ya se encuentra inmunizado que pertenece a la franja etaria de 18 años en adelante”, señaló.
Igualmente, la Tercera Región Sanitaria cambió su enfoque en cuanto a la vacunación y actualmente las brigadas de vacunación están saliendo en busca de las personas y en los lugares de mayor concentración. Jara anunció también que una brigada se mantendrá instalada en la Basílica de Caacupé durante y al término de las misas principales, así como también en los estacionamientos de supermercados, capillas y en las comunidades de difícil acceso tratando así de facilitar la vacunación a la gente que hasta ahora no pudo hacerlo.
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Peligro de camino a Caacupé: rutas no son seguras para peregrinos
Los peregrinos que decidan ir este año a Caacupé deberán sobreponerse no solo al calor y la masiva aglomeración de personas sino también a los peligros existentes en la ruta, donde no se ha colocado ningún tipo de medida de seguridad para evitar accidentes fatales.
Desde hace unos meses, las obras de la duplicación de la Ruta PY02 se encuentran avanzando en diferentes tramos dentro de la jurisdicción de Caacupé, lo cual ya viene generando diversas complicaciones en el tránsito.
Además de la molestia de los conductores y algunos vecinos, este mes se suma otro escenario distinto: la afluencia de visitante a la Villa Serrana en el marco del novenario en honor a la Virgen de los Milagros de Caacupé, un evento que año a año congrega a millones de paraguayos en la ciudad cordillerana.
La falta de medidas de seguridad en la ruta (principalmente en la Ruta PY02, donde se desarrollan los trabajos actualmente) representa un peligro para los peregrinos que decidan ir a pie hasta la capital espiritual del país, tradición que este año ha regresado con fuerza tras dos años de pausa debido a la pandemia.
Tan solo ayer se reportaba un accidente de tránsito que tenía como víctima fatal a una mujer oriunda de Alto Paraná, quien falleció luego de haber sido embestida por un vehículo cuando se dirigía de camino a dicha ciudad. En este caso, la imprudencia del conductor de la motocicleta en la que circulaba también tuvo relación con lo ocurrido.
Pese a que desde el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) se habían comprometido a realizar diferentes mejoras para resguardar la seguridad de los peregrinos, tal promesa no se refleja en la práctica al no existir señalizaciones en la zona de obras.
El pasado 16 de noviembre, la cartera estatal había publicado un informe en el que mencionaba, entre otras cosas, que ya estaban en conversaciones con la empresa responsable de la duplicación de la Ruta PY02, a fin de poner en marcha un “Plan de Seguridad Vial” en la zona, con barandas de protección, limpieza y señalizaciones, de manera a velar por la integridad y cómodo desplazamiento de los peregrinos.
En un recorrido realizado por la zona, el móvil del canal SNT pudo comprobar que, en realidad, el peligro se encuentra latente en varios tramos de la ruta, hecho que representa un gran riesgo para quienes vayan caminando o en bicicleta hasta la Basílica de Caacupé.
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La fe del paraguayo: un tesoro inquebrantable
Lourdes Pintos
lourdes.pintos@gruponacion.com.py
En definitivas, el 2020 y gran parte del 2021 fueron años sumamente complicados para todos, tanto en Paraguay como en el resto del mundo; tal es así que más de 15 mil compatriotas perdieron la vida en un lapso de poco más de veinte meses a consecuencia de la pandemia del COVID-19. Todas las alertas fueron activadas, comenzaron las restricciones y los encierros ¡Quedate en casa! Fue la frase más mencionada en todo este periodo.
Miles de familias hoy lloran la pérdida de un ser querido; otras sumidas en la fe narran historias de una gran batalla en la que lograron salir victoriosas gracias a que la mano de Dios estuvo presente en el momento justo, cuando más la necesitaban.
En Paraguay pasa lo mismo. Más del 95% de su población profesa la religión católica y es sumamente devota a sus creencias. En medio de la mayor crisis sanitaria de los últimos tiempos, luego de la gripe española en 1918, esta pandemia es la que más daño causó a sus más de 7 millones de habitantes. Hasta hoy jueves 9 de diciembre, el coronavirus se cobró la vida de 16.492 paraguayos.
Se vivieron momentos de miedo, incertidumbre, agonía, tristeza y dolor, pero la fe se mantuvo intacta. A ocho meses de haberse confirmado el primer caso positivo del Sars-Cov-2 en el país, llegaba una de las fechas más representativas a nivel nacional, el Día de la Inmaculada Concepción de María o Virgen de los Milagros de Caacupé, cuya fiesta patronal se celebra el 8 de diciembre de cada año.
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Pandemia y suspensión de la fiesta mariana
Las festividades de Caacupé son una tradición de años, la única vez que fueron suspendidas fue hace cien años a causa de la gripe española. Pero en el 2020 el COVID-19 dio un giro radical a todos los planes. El temor de millones de feligreses estaba a punto de cumplirse; autoridades de la Iglesia Católica y de la basílica de Caacupé anunciaron la suspensión de todas las actividades en el marco del aniversario. Llantos de tristeza se pudieron observar. ¿Cómo hacerle entender a un pueblo sumamente creyente que no podrá saludar a la Virgen de los Milagros en su día?
Varias fueron las preguntas en ese momento, pero la única respuesta que venía en mente era ¡Quedate en casa! La salud está primero, la fe no solo se profesa desde un templo, sino en cualquier lugar, siempre que se haga de corazón.
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Comerciantes, los más afectados
Y llegó la fecha del novenario, todos se adaptaron a una nueva modalidad impuesta por la situación sanitaria, la modalidad virtual. Las misas fueron transmitidas por los sitios web, las familias cumplieron con su parte, se quedaron en casa; pero detrás de esa decisión, que desde todos los puntos de vista era la correcta, estaban los más afectados, los que esperan cada año estas fechas para generar el ingreso necesario para sortear el día a día con sus seres queridos, los comerciantes.
Cientos de trabajadores como el vendedor de chipa, los vendedores de artesanías, de imágenes, de figuras de barro, el vendedor de pororó, de tereré, los trabajadores de los parques de diversiones, los vendedores de comidas, todos se quedaron sin percibir ese ingreso por el que esperan cada año, muchos, incluso, según sus propias expresiones, realizan préstamos en efectivo para surtirse para cada 8 de diciembre. Estas personas fueron las más afectadas por la crisis sanitaria que, a esas alturas ya se convirtió también en una gran crisis económica.
Tal fue el daño ocasionado que para paliar la situación el Gobierno les entregó un pequeño monto en concepto de subsidio, para tener al menos un pequeño apoyo para su sustento. El resto de la población, afectada directamente por la crisis también recibió esta ayuda.
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Una luz de esperanza
Pasaron los meses y la situación epidemiológica iba de mal en peor, entre febrero, marzo y abril se registraron la mayor cantidad de decesos como consecuencia de un virus que vino para quedarse. Una fallida negociación del Ministerio de Salud Pública y Bienestar (MSPyBS) con el mecanismo COVAX para la provisión de vacunas contra el virus, hizo que la llegada de los inmunizantes a Paraguay tardara mucho más de lo esperado. La desesperación crecía a la par del número de víctimas fatales.
En marzo del 2021 llegó un pequeño lote a través del mencionado mecanismo e inició la campaña de vacunación. Posteriormente llegaron más vacunas, en su mayoría donadas por otros países, no así las adquiridas por el Gobierno. Entre julio, agosto y septiembre se generó una luz de esperanza, los vacunados eran cada día más y los casos positivos y las víctimas fatales iban descendiendo. Poco a poco se volvió a la normalidad, pero siempre manteniendo las medidas sanitarias para evitar que el virus se siga contagiando.
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¡Y volvió la fiesta en Caacupé!
Ante un alentador panorama finalmente las autoridades religiosas anunciaron la noticia más esperada por muchos, el visto bueno para la realización de las festividades de Caacupé. Y fue así que volvió el entusiasmo, con la fe recargada, promesas pendientes de cumplir, el eco que generó el vacío de la ciudad en el 2020, fue reemplazado por la algarabía ciudadana. Miles de promeseros coparon las principales calles de la capital espiritual el 7 y 8 de diciembre, aunque no en la misma medida que en otras ocasiones, pero la fe se transmitía entre cada una de esas personas.
Puntualmente a las 00:00 de ayer miércoles el cielo se iluminó de color, los fuegos artificiales resplandecían la cúpula de la basílica en medio de la multitud que admiraba ese momento cargado de emociones. Fueron diez minutos de pura adrenalina que cerró con el fuerte aplauso de miles de personas que no ocultaron su emoción, lo que pasaba por sus mentes solo Dios sabrá.
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La misa central en la explanada de la basílica fue el punto de encuentro de todos los peregrinantes. Se apreciaba una mezcla de sentimientos; llantos, risas, devoción. Los pañuelos blancos en el aire daban la bienvenida a la madre santa, la reina de todos los paraguayos, la Virgen de los Milagros de Caacupé.
Tantas promesas, agradecimientos, tantas lágrimas, tanta alegría en un solo lugar. Sin embargo, hubo un pedido en común con el que todos coincidieron. La Virgen de Caacupé era la agasajada, pero a la vez la esperanza de cada una de las familias que con todas las fuerzas de su corazón llegó junto a ella para implorar por el fin de esta pandemia que solo causó dolor y tristeza, pero en contrapartida, demostró que, ante las adversidades, por más complicadas que sean la fe del paraguayo se mantiene intacta.
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Unas 80 personas estuvieron al servicio de los peregrinos y devotos de la Virgen
Una de las formas más comunes de los católicos de pagar sus promesas y agradecer es a través del servicio. En el marco de la festividad de la Virgen de Caacupé, unas 80 personas se encargaron de los peregrinos en la calle, de ordenarlos para las misas formando cordones humanos y cubriendo cualquier eventualidad, así explicó Daisy Girett, una de las secretarias de la coordinación de servidores de Caacupé.
“Tenemos un total de 80 servidores, distribuidos en los cuadrantes y en la parte de Litúrgica arriba, ese grupo se encarga de arreglar el altar. Trabajamos arduamente todos los domingos, pero para las festividades empezamos el 28 de noviembre, de mañana y tarde, mientras que el martes siete desde el medio día empezamos a movernos”, explicó Girett tras terminarse la celebración eucarística principal de esta mañana.
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Son cientos los voluntarios que cada ocho de diciembre se ponen a disposición de la Virgen de Caacupé y el staff de organizadores cubren todas las áreas de la festividad mariana más importante del país que aglutina a cientos de peregrinos y devotos. Hay equipos de trabajo desde servicio, sanidad, hospitalidad, misericordia, liturgia, coro, entre otros.
“Nosotros somos servidores; es decir, nos encargamos del servicio al peregrino, hay otros voluntarios que tienen sus denominaciones específicas. Por ejemplo: el grupo sanidad, que su nombre ya dice realizan servicios referentes a sanidad, luego están los de hospitalidad que se encargan de recibir a la gente, después están los de misericordia que se encargan de encaminar a la gente a la parte de la confesión”, detalló Girett.
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También hay otro grupo que se encarga de las lecturas que es el equipo litúrgico, el equipo de coro, todos son servidores, pero el equipo denominado “Servidores” se encarga de la gente, del peregrino, realiza cordones humanos con el objetivo de mantener el orden durante las celebraciones. “Nosotros en este equipo de Servidores nos encargamos de hacer los cordones humanos y que todo esté en orden, los ubicamos a cada uno en sus lugares”, indicó.
“A veces la gente no quiere respetar las vallas de seguridad, pero con amabilidad y amor al servicio tratamos de explicar la situación, que no solo cambió afuera sino también aquí, debido a la pandemia del COVID-19”, indicó Girett, ante la consulta de sí se respeta o no los protocolos sanitarios durante la festividad.
Agregó que para el ingreso al templo, ordenan a los peregrinos en fila con distancia de uno con otro, se le pide que se coloquen correctamente el tapabocas y le ponen alcohol en gel para que entren.
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Marcha y recuperación del Fortín Yrendagüé: la prueba de que la Virgen de Caacupé protege a los paraguayos
Por Lourdes Torres - Periodista de Patrimonio Histórico
Una de las pruebas palpables de que la Virgen de Caacupé ama a su pueblo y a su gente es lo que ocurrió hace 87 años atrás durante la Guerra del Chaco. Un día como hoy, 8 de diciembre de 1934, una división de infantería, encabezada por el coronel Eugenio Alejandrino Garay, tomó por sorpresa a dos divisiones bolivianas que custodiaban el Fortín Yrendagüé y recuperaron de una manera casi mística contra toda probabilidad de victoria.
Desde La Nación se contactó con el especialista de historia militar Claudio Velázquez, quien narró la proeza de este cuerpo militar que hasta hoy en día ni expertos militares logran encontrar una explicación lógica a lo ocurrido.
En ese sentido, destacó que la toma del Fortín Yrendagüé fue considerada como una de las hazañas mas importantes de lo que fue la Guerra del Chaco, justamente por tratarse de un fortín que tenía agua dulce en una zona prácticamente desértica.
Mencionó que el que encabezó esta misión fue el que hoy es conocido como general Eugenio A. Garay, quien entonces tenía 60 años y dirigió una marcha a pie de 75 kilómetros hasta llegar al Fortín Yrendagüé, con un cuerpo de 1.400 hombres aproximadamente.
Esta marcha, que duró entre un día y medio, se realizó entre el 6 y el 8 de diciembre, con un calor que superaba los 42 grados en la sombra en pleno Chaco y con escasa agua para hidratar a sus hombres. Al llegar al lugar, después de hacer los 75 km, los paraguayos tomaron por asalto el fortín que era custodiado por dos divisiones militares bolivianos que le doblaban en número a los paraguayos.
“Estos bolivianos abandonaron el lugar y tomaron una marcha desesperada, y teniendo en cuenta que el trayecto fue muy largo. Por eso es que se llama hasta hoy en día como La Picada de la Desesperación al tramo que hicieron los bolivianos, después de ser expulsados del Fortín Yrendagüé”, comentó el historiador.
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Igualmente, relató una anécdota en que días antes de este asalto al Fortín Yrendagüé, el coronel Garay recibió la triste noticia que su esposa había fallecido en Asunción. De todas formas, el militar tomó la decisión de continuar con los planes trazados. Lo único que pidió al general José F. Estigarribia, que había puesto a disposición su avión, es que permita a su hijo abandonar el frente de batalla y viajar a la capital para despedirse de su madre.
“Aun con toda esta situación encima, él se va y encabeza esta emblemática batalla que le dio una victoria estratégica a los paraguayos, y también desde el punto de vista de armamentos. Los paraguayos lograron apoderarse de una importante cantidad de armamentos que les permiten continuar la guerra hasta junio de 1935″, acotó.
Asimismo, indicó que la zona del Fortín Yrendagüé está ubicada prácticamente en el límite hoy en día con Bolivia, en la zona conocida como Eugenio A. Garay, al norte del Chaco paraguayo. “Hoy todavía existe vestigio de lo que fue la Picada de la Desesperación, incluso algunos que se han animado a adentrarse en esta picada han encontrado vestigios de lo que fue esta marcha penosa de los bolivianos. En el lugar también está un monumento emblemático a Eugenio A. Garay. Es un lugar al que cuesta muchísimo hoy llegar”, precisó.
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Mencionó igualmente que el Fortín Yrendagüé había sido levantado por los paraguayos luego de que un equipo paraguayo de excavación de pozos había encontrado una napa de abundante agua dulce, el descubrimiento se hizo el 27 de octubre. Días después, el 9 de noviembre de 1934, el Cuerpo de Caballería boliviano al mando del coronel David Toro logró desalojar del Fortín Yrendagüé al Segundo Cuerpo paraguayo al mando del coronel Rafael Franco. Hasta que lo vuelve a recuperar en la mañana del 8 de diciembre de 1934, en el día de la Virgen de Caacupé.
Historiadores no encuentran explicación lógica
Velázquez comentó que muchísimos estudiosos de la Guerra del Chaco no se explican cómo es que el coronel Garay, con 60 años, pudo caminar más de 70 km, con toda una división, con ese calor de diciembre, y al llegar pudo iniciar una batalla y recuperar el fortín. “De hecho, dicen que esa es la prueba de que existe la Virgen de Caacupé y de que jugó un partido a favor del pueblo paraguayo, es esta batalla en particular que se dio en su día solemne”, comentó.
En ese sentido, Velázquez señaló que la marcha de los militares paraguayos llevó un día y medio casi dos días, el día 6 de diciembre salieron de un punto llamado Estrella, y caminan estos kilómetros para dar un golpe. “La división militar que estaba al mando de David Toro, ni se imaginaba que los paraguayos iban a ser capaz de esta maniobra”, comentó.
Asimismo, señaló que el que ordenó esta misión casi suicida fue el entonces coronel Rafael Franco, y muchos calificaron hasta de irresponsable a Franco por haber mandado a hacer esta maniobra a pie a toda la 8va. división, porque había muchísimas probabilidades de que fracase esta acción. “De todas forma, fue algo que salió bien, y hoy se recuerda como una gran victoria”, concluyó.