Todo empezó la tarde del 2 de marzo, cuando el doctor Felipe González, director del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente Juan Max Boettner (Ineram), presentó su renuncia al cargo al entonces ministro de Salud Pública, Julio Mazzoleni. “Llegué a mi límite”, señaló en aquella oportunidad ante la falta de insumos médicos en el hospital de referencia del COVID-19 a nivel nacional.
A partir de ahí empezó a gestarse a través de las redes sociales una manifestación multitudinaria, apoyada incluso por varios famosos e influencers, quienes invitaron a sumarse a lo que se llama #MarzoParaguayo2021. Pronto, varios temieron repetir la historia del año 1999, cuando se registraron varias muertes. Afortunadamente, nada de eso ocurrió hasta el momento.
Lo que sí ocurrió es que el Gobierno fue puesto entre la espada y la pared y se vio obligado a escuchar el clamor ciudadano y hacer algunos cambios en el Gabinete. Esto, antes de que inicie la manifestación que lleva ya 9 días. Desde entonces, son varias las carteras ministeriales que tienen nuevos rostros, pero el pueblo sigue sediento y clama por el juicio político al Poder Ejecutivo.
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Renuncia de Mazzoleni
El hartazgo ciudadano llegó a un punto de quiebre ante la crisis sanitaria, con la falta de medicamentos y vacunas contra el COVID-19. Mientras en el plano legislativo ya se hablaba sobre la posibilidad de impulsar el juicio político, las personas comenzaron a autoconvocarse a una masiva movilización sin bandería política a partir del viernes 5 de marzo.
La renuncia del entonces ministro de Salud, Julio Mazzoleni, se dio ese mismo viernes, horas antes de la manifestación #EstoyParaElMarzoParaguay2021, para intentar descomprimir la crisis pero ello no ocurrió ya que miles de ciudadanos dijeron presente frente al Congreso Nacional.
La protesta, que también estuvo marcada por los incidentes y algunos desmanes producidos por vándalos infiltrados, mostró el deseo del pueblo de un verdadero cambio de timón. El primer golpe al Gobierno fue contundente, pero vendrían otros más.
En la madrugada del sábado, la multibancada del PLRA en la Cámara Baja anunciaba que impulsaría un juicio político al presidente de la República, Mario Abdo Benítez. Ya se contaba con el apoyo de los partidos opositores, pero no así de los colorados.
Postura del Gobierno
Ante la crisis desatada, en Mburuvicha Róga se instaló la mesa de crisis. Los ministros fueron convocados y el mandamás pidió que todos pongan sus cargos a disposición. También asistieron los presidentes de las seccionales coloradas, quienes anunciaron una contramarcha por la paz, en apoyo al oficialismo, aunque luego desistieron de su idea a pedido del propio Mario Abdo Benítez.
Ya en horas de la noche del sábado, el presidente se dirigió al país tras varios días de silencio. Mediante un mensaje grabado, anunció que destituía a Juan Ernesto Villamayor, en ese entonces jefe de Gabinete; a Eduardo Petta, ministro de Educación; y a Nilda Romero, ministra de la Mujer, para descomprimir la crisis institucional. Sin embargo, el anuncio no contentó a la ciudadanía, la cual nuevamente se dio cita en el centro de Asunción, desde donde marchó hasta Mburuvicha Róga para exigir la renuncia de Marito.
A casi 24 horas de la salida de las tres cuestionadas autoridades del entorno presidencial, la ciudadanía de vuelta comenzó a movilizarse el domingo. Una importante cantidad de personas, jóvenes en su mayoría, asistieron a la protesta realizada sobre la avenida Mariscal López, en inmediaciones de Mburuvicha Róga.
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Juicio político
Al seguir en marcha la idea de un juicio político al Poder Ejecutivo, en el plano político se comenzó a barajar las posibles salidas a una doble acefalía, como la aplicación de la línea de sucesión: titular del Congreso, de Diputados y luego presidente de la Corte. Convocar a nuevas elecciones para la Presidencia de la República sería inconstitucional coincidieron varios entendidos en la materia.
Durante la tarde del lunes se desarrolló el cuarto día de manifestaciones en el microcentro de Asunción, con cientos de ciudadanos autoconvocados exigiendo la renuncia de Mario Abdo Benítez y los cambios en el Gabinete para zanjar la acuciante crisis sanitaria.
La protesta, que ya contaba con un rap incluido, se realizó sin grandes sobresaltos, aunque la sede de la ANR se vio afectada por los destrozos.
Voces del oficialismo, médicos y vándalos
En la jornada siguiente, tras días de silencio, algunos exponentes del oficialismo salieron a defender a la administración. El secretario privado de la Presidencia, Mauricio Espínola, prometió más cambios y aseguró que Marito estaba escuchando a su pueblo.
El senador colorado Óscar Salomón, presidente del Congreso, afirmó que no existían causales para el juicio político. El vicepresidente Hugo Velázquez, en medio del escarnio público, aseguró que gran parte del pueblo sigue confiando en sus autoridades y recordó que la dupla que hizo con Abdo ganó por 1.200.000 votos directos en las urnas.
Al margen del plano político, salieron al paso los médicos, quienes expresaron su preocupación por el bajo acatamiento del protocolo sanitario en las movilizaciones ciudadanas.
También fueron apareciendo los vándalos que protagonizaron destrozos y amedrentamientos a la prensa. Según la Policía, los infiltrados serían miembros de las barrabravas que habrían sido alquilados. Desde el oficialismo acusaron a la oposición de estar detrás de estos incitadores.
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Nuevas autoridades
En medio de las fuertes presiones políticas y sociales, Juan Manuel Brunetti finalmente fue confirmado como ministro de Educación por el presidente Abdo Benítez. Celina Esther Lezcano Flores fue designada ese mismo día como nueva ministra de la Mujer.
Si bien los seccionaleros advirtieron otra vez con sitiar Asunción para desactivar el juicio político, después desistieron de esa posibilidad tras el pedido de Mario Abdo Benítez de pacificar la situación y atender el riesgo de contagio masivo del coronavirus.
El martes 9 de marzo, el Partido Patria Querida decidió acompañar el pedido de juicio político al presidente Mario Abdo Benítez y al vicepresidente Hugo Velázquez, sumando así 37 votos a favor del planteamiento propuesto por diputados del PLRA, quienes adelantaron que el libelo acusatorio contra Abdo y Velázquez y su correspondiente tratamiento se haría por separado.
Al día siguiente se produjo otro cambio en el Gobierno. Andrés Gubetich dejó oficialmente el cargo de presidente del Instituto de Previsión Social (IPS). En su reemplazo, fue nombrado Vicente Mario Bataglia. La elección de quien se desempeñaba como miembro del directorio de la previsional no convenció a todos los médicos.
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Más movilizaciones
Con un número más reducido de participantes, el miércoles se desarrolló el sexto día de manifestaciones ciudadanas en contra del presidente Mario Abdo Benítez y el gobierno nacional. En la ocasión, seis personas fueron aprehendidas, entre ellas, 3 menores de edad, portando objetos contundentes.
Así como ocurrió en los días anteriores, la ciudadanía volvió a congregarse el jueves para el séptimo día de manifestaciones en el microcentro de Asunción. Los autoconvocados portaron banderas paraguayas y carteles en los que mayormente expresaban su repudio al Gobierno.
El viernes se vivieron momentos de tensión en medio de la protesta ciudadana en el microcentro de Asunción, con manifestantes que encararon a efectivos policiales tras detener a una joven que aparentemente habría llevado una bomba molotov.
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En paralelo a esa movilización, los pobladores de la zona de Concepción decidieron salir a las calles para protestar contra el gobierno de Mario Abdo Benítez. Como parte de esta actividad fue colgada una figura con el rostro del mandatario.
Así también, a la par se desarrollaron dos protestas en la ciudad de Encarnación. Por un lado, colorados en apoyo al Gobierno y por el otro, ciudadanos autoconvocados en contra del presidente Mario Abdo Benítez.
Panorama incierto
Por noveno día consecutivo, durante la jornada del sábado, el grupo de ciudadanos que está en contra del Gobierno se volvió a manifestar en las calles de Asunción. Para los siguientes días se aguardan más movilizaciones ciudadanas. El panorama aún es incierto y resta esperar el desenlace.