Ante la acuciante situación de violencia contra la mujer y las frías estadísticas de feminicidios que de manera preocupante van en aumento, la exviceministra de protección de los derechos de la Mujer y ex fiscala penal Lilian Zayas manifestó que para comprender la situación e intentar buscar una solución al problema se debe partir de la base de que la violencia contra las mujeres es un fenómeno cultural y social de un sistema patriarcal dividido en roles desiguales y diferenciados para hombres y para mujeres.

Durante una entrevista en “Fuego cruzado”, que se emite por canal GEN, la exfiscala señaló que existe una desigualdad partiendo de los mismos roles asignados a las mujeres en el ámbito privado, como ser el rol del cuidado de los hijos, de los padres, de los ancianos y enfermos. Mientras que el hombre en el sector público tiene el rol del poder, el rol del proveedor.

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“Todo esto deviene de una educación desigual culturalmente aceptada y tolerada y que todavía no podemos abordar dentro del proceso educativo. No solo en una educación a nivel formal en los colegios en la currícula educativa, sino de la educación partiendo de las familias, de cómo educamos a nuestros hijos e hijas”, comentó.

Señaló que se sigue hablando de violencia contra las mujeres, que son hijas, hermanas y madres, pero se desconoce el concepto de derecho humano de persona. Insistió en que a las mujeres se les debe respetar como persona humana y resaltó que las mujeres son el 49,9% de la población, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

La exfiscala Lilian Zayas señaló que existe una desigualdad partiendo de los mismos roles asignados a las mujeres y a los hombres en la sociedad. Foto: Leandro Veragua.

Indicó que la desigualdad trasciende por la desigualdad extrema, que es la violencia feminicida, que si bien es una descripción y tipificación política, porque lo que se pretende es diferenciar del homicidio agravado por razón del vínculo, ya sea la esposa o la pareja. “Esto tiene otro mensaje y está establecido como un tipo penal autónomo en el artículo 50 de la Ley 5777 ‘De protección integral a las mujeres contra toda forma de violencia’ y no se limita solamente al agresor, la pareja o expareja, puede ser también un desconocido”, aseveró.

Asimismo, la exfiscala enfatizó que la sociedad debe comenzar a comprender la diferencia entre el homicidio y el feminicidio, no solo en el resultado, que es la muerte de la mujer de manera violenta, sino en el mensaje que quiere dar el agresor y el porqué decidió sobre la vida de la mujer como si fuera de su propiedad.

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Una educación desigual

Por otra parte, la abogada Zayas detalló la manera como a la mujer se le educa hasta cómo amar a su pareja es desigual, cómo se le enseña a amar a la mujer es una de las primeras desigualdades. Así como el rol de la mujer en el ámbito del matrimonio, sus obligaciones. Recordó que en el pasado no se podía hablar de la violencia sexual en el matrimonio, hoy eso ya es posible y debe ser denunciado.

“Tenemos una normativa que fue evolucionando, pero aún tenemos una sociedad que aún no se adapta y no absorbe esa evolución de la norma. Una constitución del 92 que establece un principio de igualdad entre hombres y mujeres. Una ley integral hoy, anteriormente una ley cautelar, que es la Ley 1600 de violencia doméstica, tratados internacionales que son ley de la Nación. Pero la sociedad no ha evolucionado como ha evolucionado la norma”, lamentó.

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En ese sentido, remarcó que una mirada a las políticas públicas que vienen en las leyes abocadas a prevenir la violencia contra las mujeres revela que no vienen acompañadas de un presupuesto dentro de la misma ley. Por tanto, lamentó que se seguirá hablando de la violencia contra la mujer sobre la base de las cifras, de las estadísticas y de la retórica.

Un tema prohibido en la educación escolar

En cuanto al abordaje cultural y educativo en el sistema educativo, señaló que hace unos años incluso salió una ley que no permitía que estos temas ingresen en la currícula educativa. Afirmó que esto se debió a una desinformación, confundiendo sobre qué es la violencia de género, estigmatizando, diciendo y significando que hablar de violencia de género es hablar o estar a favor del aborto, de estar a favor de otras cosas.

“Parecía esa frase confunde y vencerás. Entonces, este es el momento en que la currícula educativa no se puede hablar de educación sexual, hay un plan nacional de educación para niños y adolescentes que está siendo evaluado y reevaluado. Sin embargo, según las Naciones Unidas somos el segundo país de la región con más embarazos en adolescentes, hay niñas madres que llegaron a la Fiscalía a denunciar violencia intrafamiliar. Es decir, a muy temprana edad ya eran madres y ya eran víctimas de violencia intrafamiliar”, explicó.

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Insistió en que el sistema educativo está en deuda y, mientras se le niegue la educación y el conocimiento a los niños, jóvenes y adolescentes, sobre los derechos humanos de las mujeres, sobre una salud sexual y reproductiva, van a continuar las cifras y estadísticas de niñas madres, embarazos en adolescentes, que pareciera no escandalizar tanto, como otros discursos que pretenden más que nada no darle la importancia que tienen estas cifras elevadas de violencia contra las mujeres y violencia feminicida.

Violencia psicológica

Por otra parte, remarcó que antes no se hablaba y era casi imperceptible la violencia psicológica contra la mujer, pero era como la gota que cae sobre la roca. “Iba sometiendo a la mujer al punto de hacer que ella pierda su autoestima, su dignidad, tolerando esas amenazas, con sacarle los hijos, las humillaciones, no servís para nada, qué es lo que vas a hacer, que son agresiones verbales que podrían ser de palabras, o hasta el mismo silencio, el ninguneo, o el control excesivo; son cuestiones que tienen que ver con el control y dominio sobre la mujer”, aseguró.

La exfiscala remarcó que antes no se hablaba y era casi imperceptible la violencia psicológica contra la mujer, pero era como la gota que cae sobre la roca. Foto Leandro Veragua.

Finalmente, señaló que hay cuestiones muy graves que le afectan a toda la sociedad, una sociedad que parecía ser democrática y que en el preámbulo de la Constitución Nacional reconoce la justicia, la libertad y la dignidad; sin embargo, por más que la norma establezca la igualdad se sigue sufriendo de desigualdades y discriminaciones. “Mientras exista la desigualdad y la discriminación seguirá el poder ejerciéndose de la única forma que conoce, con violencia”, concluyó.

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