Desde el pasado 12 de junio en la Iglesia de Benjamín Acebal junto con otras 30 parroquias iniciaron un novenario para pedir por el fin de la pandemia y la beatificación de monseñor Pedro Shaw, más conocido como Pa’i Puku, el gran misionero del Chaco y Vicario apostólico de Pilcomayo.
Este encuentro que se realiza en formato virtual se extenderá hasta el 20 de junio, un día antes del aniversario de muerte del obispo, fallecido en 1984 en un accidente. El hecho ocurrió cuando el monseñor se iba hacia Asunción, en un automóvil de la misión estaba acompañado por dos religiosas que iban a dialogar con un técnico para la instalación de una emisora en el Chaco.
A la altura del kilómetro 28 de la ruta Tras-Chaco el vehículo que conducía presentó un desperfecto, por lo que tomó la decisión de bajar a revisar, pero un camión que iba por el mismo camino a gran velocidad los golpeó y el monseñor falleció al instante.
Capilla en su nombre
Este hecho golpeó mucho a la comunidad del Chaco ya que el obispo fue muy querido, por lo que en el lugar del accidente decidieron edificar una capilla denominada “Pa’i Puku”, como lo llamaban los pobladores de la zona.
De esta forma cada 21 de junio conmemoran al monseñor Pedro Shaw, y este año no será diferente ya que el actual obispo de la diócesis de Benjamín Aceval, Monseñor Amancio Benítez Candia, junto con el clero y representantes de la Congregación Oblatos de María Inmaculada, celebrará una misa solemne en memoria del gran misionero del Chaco.
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Sobre Pa’i Puku
Pedro Shaw nació el 6 de setiembre de 1925 en Wilrijk, diócesis de Malinas-Bruselas, Bélgica, y fue ordenado sacerdote el 30 de setiembre de 1951. Un año más tarde ingresó en el Vicariato Apostólico del Pilcomayo. Llegando a Paraguay el 16 de diciembre de 1952.
Para inicios de 1953 trabajó como incansable misionero itinerante en el Chaco, en Benjamín Aceval, María Medianera y Nanawa. Desde el 22 de abril de 1981 fue consagrado obispo del Vicariato Apostólico del Pilcomayo, pero falleció trágicamente el 21 de junio de 1984.
La idea de iniciar la causa de beatificación se extendió poco después de su muerte y comenzó a consolidarse en el 2000, para el 2019, el obispo de Benjamín Aceval, monseñor Amancio Benítez, abrió oficialmente el proceso de beatificación, pero hasta el momento no se pudo debido a la pandemia. La información tomó estado internacional al ser publicado en el portal Vatican News
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