El 80% de las infraestructuras edilicias de colegios públicos no está en condiciones ni adaptadas para albergar a los jóvenes, por lo que la vuelta a clases no fue aceptada tanto por el sector docente como por parte de los padres por el riesgo que significaría la aglomeración en ámbitos escolares sin tener insumos de bioseguridad, aseguró el Dr. Tomás Mateo Balmelli, médico infectólogo de referencia.

Según Balmelli, la decisión de vuelta a clases es una irresponsabilidad y una improvisación, tanto por parte del Ministerio de Educación como de Salud Pública, porque representa un riesgo innecesario para los adolescentes del tercer año de la Media, atendiendo que este lunes volverían a las clases de forma presencial con el mero propósito de socializar y despedirse de sus compañeros.

Tomas Mateo Balmelli, médico infectólogo de referencia. Foto: Archivo.

“Lo que pasa es que no tuvo aceptación, incluso a nivel de los educadores y de los padres de los niños, porque como siempre fue una improvisación. Vos tenés que hacer una estrategia, un plan de regreso para el 2021 que sea proporcional, que sea fraccionado y que con alto índice de efectividad”, comentó.

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“El 80% de las instituciones públicas no está adaptado desde el punto de vista sanitario para que estos niños lleguen, tengan lavamanos, jabón, alcohol en gel, toallitas desechables, recipientes herméticamente cerrados para tirar el papel con el que uno se seca porque ya queda contaminado. No tienen la socialización del protocolo para saber cómo comportarse dentro de las aulas”, indicó Balmelli.

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Infraestructuras escolares lamentables

Según el médico infectólogo, está bien demostrado que lo que más predispone a la infectividad es la aglomeración en lugares cerrados. Los colegios que recibirían a los estudiantes en este último periodo del año lectivo deben tener ventanales con ventilación natural, deben tener baños modernos diferenciados por género, pero la realidad nacional en cuanto a infraestructuras escolares es lamentable y muchos no tienen las condiciones de bioseguridad necesarias para evitar la propagación del COVID-19.

“Iban a aplicar en 7 días un plan piloto sin haber socializado el protocolo, sin tener las instituciones educativas adaptadas a las normativas sanitarias y sin haber informado a los alumnos cuál debe ser su comportamiento para disminuir los riesgos”, sentenció.

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“Hoy estamos todavía, según el CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades) de Atlanta, EEUU, donde se hace un registro de posibilidades de infección en los colegios, de muy bajo, mediano, alto y muy alto riesgo. Hoy nosotros tenemos los dos indicadores más importantes que son el porcentaje de infectados testeados diarios, que estamos en un 22%, no ha bajado en el último mes de un 30 a un 23%, todavía estamos en la parte muy alta de posibilidad de infección y una taza por 100.000, que se calcula haciendo una fórmula matemática muy sencilla; bajo riesgo es menos de 4 por 100.000, nosotros tamos todavía en un 130%”, señaló Balmelli.

Las dos últimas semanas del año lectivo serán destinadas a que los adolescentes socialicen y se despidan de sus compañeros finalizando el año, y para el infectólogo es un acto innecesario y sumamente peligroso, atendiendo que estamos bajando del pico de contagios con altas cifras y lo que tendría que ir bajando en escala podría explotar.

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“Creo que no tiene ni un objetivo educativo ni un objetivo científico y un gran riesgo epidemiológico innecesario, en un momento donde todavía estamos bajando de la cumbre, con alto índice de positivos, donde es diferente tener un pico en la mitad del descenso que tener un pico ya en el valle, que es lo que está pasando ahora en Europa”, comparó Balmelli.

Agregó que desde marzo se desarrollaron las clases virtuales, por lo que desde ese tiempo era el momento para mejorar las condiciones edilicias y sanitarias en los colegios porque hay instituciones educativas públicas que tienen 4.000 alumnos.

Festividad de Caacupé debe suspenderse

La aglomeración es la única manera en que el virus se transmite a gran velocidad y miles de paraguayos de todos los puntos de la República se reunirán en estos días previos de la festividad de la Virgen de Caacupé en la capital de la Cordillera. Una gran cantidad de personas llegará hasta la capital de la fe y luego volverá a su ciudad, lo cual representa que si hubo un contagio masivo en Caacupé, esto será esparcido por todo el territorio nacional con las personas que participaron de esta actividad.

“En vez de tener el virus con focos rojos solo en Central y Asunción, podés tener en toda la República, en primer lugar. En segundo lugar, el protocolo no es viable, no es fiable. En tercer lugar, no estamos en condiciones nosotros de correr un riesgo epidemiológico de tal magnitud porque nuestro sistema sanitario es muy endeble, y en cuarto lugar hay antecedentes históricos donde se suspendió la celebración de Caacupé”, refirió.

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Las festividades de la Virgen de Guadalupe de México y de la Virgen de la Aparecida de Brasil se harán de forma virtual, Balmelli insta a autoridades a suspender actividades en Caacupé. Foto: Pánfilo Leguizamón.

En 1899 quedó suspendida la celebración de Caacupé por la fiebre bubónica, en 1911 también fue suspendida por el centenario de la Independencia Nacional. Así también ocurrió en 1918 por la mal llamada fiebre española y en 1922 se suspendió a causa de la revolución, citó Balmelli, por lo que no sería la primera vez que queda suspendida esta actividad mariana.

“Dios quiera que se suspenda realmente, la peregrinación en sí no tiene riesgo, pero sí tiene un alto riesgo, inclusive para los ciudadanos que viven allí”, lamentó.

Desde el próximo 27 de noviembre, fecha en que se inicia el novenario, se tendrán al menos 800 personas en las celebraciones eucarísticas en la explanada de Caacupé, al medio día habrá otras 1.000 y en la noche otras 1.000 personas más, haciendo el cálculo serían 2.800 personas por día y 33.600 por los 12 días desde el novenario hasta el cierre de la festividad el 8 de diciembre. A esta cifra sumó la cantidad de habitantes de Caacupé, los agentes policiales, de la caminera, los vendedores, entre otras personas que participarán de la fiesta patronal de forma indirecta.

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