Montevideo, Uruguay. AFP.
El jefe de la seguridad personal del presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, fue imputado con 30 días de prisión preventiva ayer martes en el marco de una investigación sobre una red de ciudadanos uruguayos y rusos dedicada a la falsificación de documentos.
Alejandro Astesiano, de 48 años, ex policía y quien trabaja con la familia Lacalle desde hace más de dos décadas, fue formalizado por “la presunta comisión de un delito continuado de suposición de estado civil en calidad de coautor (...), asociación para delinquir y tráfico de influencias”, informó la fiscalía.
El custodio había sido detenido el domingo en la residencia presidencial por orden de la fiscal Gabriela Fossati, quien lleva adelante la investigación de un caso que se avizora, indicó, “largo y complejo”.
La investigación comenzó hace dos años atrás, cuando llamó la atención una inusual cantidad de solicitudes de ciudadanía uruguaya por parte de ciudadanos rusos con partidas de nacimiento que acreditaban padres uruguayos, lo que los habilitaba a obtener pasaportes del país sudamericano.
“Adulteraban partidas rusas originales, inscribiéndose como hijos naturales de un ciudadano uruguayo”, indicó la fiscalía, aclarando que todavía no se ha podido conocer si esta actividad se realizaba en Uruguay o en el extranjero.
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Uruguay decreta el fin de la emergencia hídrica en la zona más poblada del país
El gobierno de Uruguay decretó el miércoles el fin de la emergencia hídrica en la capital y sus alrededores, declarada hace dos meses para asegurar el suministro de agua potable en medio de una prolongada sequía. El presidente Luis Lacalle Pou dijo que se tomó la decisión ante la recuperación de parte del caudal de los cursos de agua y los embalses que abastecen el área metropolitana de Montevideo, donde residen unos 1,8 millones de habitantes, más de la mitad de la población del país.
“Hoy podemos ver con cierta tranquilidad la calidad del agua, que es muy buena, y ver los días que tenemos por delante con un muy buen abastecimiento de agua”, declaró a periodistas. En los últimos meses, el peor déficit hídrico desde el comienzo de los registros, hace 74 años, puso en jaque el bombeo de agua potable a Montevideo y localidades de los vecinos departamentos de Canelones y San José.
Ante la falta de lluvias, la empresa estatal Obras Sanitarias del Estado (OSE) resolvió a fines de abril mezclar la escasa agua dulce con flujos del Río de la Plata, salobres por provenir del estuario. Los residentes de la capital y sus alrededores, acostumbrados a tener agua del grifo de buena calidad, recurrieron en masa al agua embotellada para beber y cocinar.
Según los datos oficiales, el embalse de Paso Severino, el principal reservorio de agua dulce para la zona, llegó el 5 de julio a su mínimo histórico, con apenas 1,1 millones de metros cúbicos de un total de 67 millones de capacidades. Y hubo días en los últimos meses en que los valores de sodio y cloruro superaron incluso los máximos autorizados excepcionalmente, de 440mg/l y 720mg/l, respectivamente.
También eran más altos los niveles de trihalometanos, compuestos químicos que se forman cuando el agua se desinfecta con cloro y que pueden ser dañinos si se consumen durante décadas. El gobierno dijo que el agua del grifo era segura, pero recomendó a las mujeres embarazadas y a los enfermos que no la bebieran.
Aguaceros dan alivio
Fuertes aguaceros en la región aliviaron la situación. Según el último balance oficial, al 22 de agosto, Paso Severino contaba con más del 50% de su capacidad. Y los valores de sodio y de cloruro estaban muy por debajo de los niveles permitidos.
El decreto del 19 de junio, que declaró la emergencia hídrica posibilitó financiar dos litros de agua mineral por día a más de 500.000 personas consideradas vulnerables, así como exonerar de impuestos al agua embotellada, que, según cifras oficiales, alcanzó una rebaja del 25% en su precio de venta al público.
Además, facilitó la construcción de una nueva presa y tuberías para el trasvase de agua de un río a otro, obras que se pusieron en marcha el 10 de agosto. El presidente estimó un gasto de “cerca de 70 millones de dólares” para paliar la crisis y anunció la pronta puesta en marcha del proyecto Arazatí.
OSE anunció el miércoles la adjudicación de esta obra a un consorcio de empresas nacionales e internacionales. El proyecto prevé construir una planta de toma y potabilización de agua del Río de la Plata a la altura de la playa Arazatí, unos 100 km al oeste de Montevideo.
Esto permitirá dotar al sistema metropolitano de una nueva fuente de abastecimiento de agua, dijo en un comunicado. Actualmente, la única fuente para suministrar agua a Montevideo y alrededores es la cuenca del río Santa Lucía. La iniciativa es cuestionada por el sindicato de OSE y la oposición, por considerarla una privatización del recurso.
“El gobierno elige hacer Arazatí a un costo millonario, en soledad y debilitando OSE”, escribió en la red social X el director de OSE en representación del Frente Amplio, Edgardo Ortuño.
Fuente: AFP.
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Tensa cumbre: el Mercosur “no puede ser un lastre”
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, dijo el sábado que su par de Uruguay, Luis Lacalle Pou, “se destempló” por haber pedido que el Mercosur no sea “un lastre”, pero descartó que la unidad del bloque regional corra riesgo.
“Yo creo que el presidente uruguayo se destempló. Si hay alguien que perdió la templanza en su discurso fue él. Me parece muy poco gentil para con los compañeros de barco decir que está cargando un lastre. Y el lastre somos nosotros, Argentina, Brasil y Paraguay. Él dice que estar en el Mercosur es cargar un lastre”, afirmó Fernández en una entrevista en el canal de noticias C5N.
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Fernández, que detenta la presidencia pro tempore del Mercosur y como tal encabezó el viernes la cumbre que celebró los 30 años del bloque regional, insistió en que la intervención de Lacalle fue “poco feliz, tan poco educado”.
“Lo que me impresiona es que digan que el patotero fui yo, el discurso fue inusualmente agresivo”, aseguró. “Yo soy el presidente de Argentina y no tengo que soportar que a mi país lo llamen lastre (..). Yo no voy a dejar que traten así al país en un grupo regional como es el Mercosur, ni tampoco trataría así a ningún país del Mercosur ni a nadie. No fui yo el destemplado”, abundó.
Durante la cumbre que fue virtual por la pandemia del coronavirus, Uruguay, Brasil y Paraguay pidieron “flexibilizar” la normativa del bloque para negociar acuerdos con terceros países sin requerir la autorización del resto de los socios, así como revisar el arancel externo común.
En su intervención, Lacalle Pou dijo que el Mercosur “no puede ser un lastre” ni “un corset” en las negociaciones externas, que impida el avance comercial de su país. El presidente argentino comparó las intervenciones de sus colegas y consideró que el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue “muy cuidadoso”.
“Bolsonaro habló y fue muy cuidadoso con sus palabras. Hizo el planteo que siempre hace Brasil de buscar más apertura en el Mercosur, de discutir los aranceles. Y de repente salió Lacalle con un discurso absolutamente inusual, fuera de lugar”.
Fernández consideró que fue “un incidente que pasará”, y dijo confiar “que no corre riesgo la unidad” del bloque. “Gobierne quien gobierne el Mercosur se ha podido mantener unido desde que se creó 30 años atrás”, concluyó.
Tirantez en las discusiones
Brasil, Uruguay y Paraguay se enfrentaron a Argentina este viernes al pedir mayor flexibilidad para negociar acuerdos comerciales, durante una tensa cumbre de presidentes del Mercosur organizada en Buenos Aires para conmemorar el 30 aniversario del bloque.
La tirantez en las discusiones fue tal, que al cierre de la cumbre el presidente argentino, Alberto Fernández, respondió ofuscado al resto de sus socios: “Si nos hemos convertido en una carga lo lamento, la verdad es que no queríamos ser una carga para nadie”.
“Una carga es algo que hace que a uno lo tiren de un barco y lo más fácil es bajarse del barco si es que esa carga pesa. Terminemos con esas ideas que ayudan tan poco a la unidad. No queremos ser lastre de nadie, si somos un lastre, que tomen otro barco”, dijo durante la cumbre celebrada en forma virtual en medio de la pandemia de covid-19.
Fernández reaccionaba luego de que el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, el de Uruguay, Luis Lacalle Pou, y el de Paraguay, Miguel Abdo Benítez, pidieran “flexibilizar” la normativa del bloque para poder negociar acuerdos con terceros países sin requerir la autorización del resto de los socios -algo que Uruguay y Paraguay plantean hace más de una década-, así como revisar el arancel externo común.
“No creemos que la reducción lineal del arancel externo sea el mejor instrumento. Argentina propone preservar el equilibrio entre sectores agrícolas e industriales, con justicia social, en un contexto de incertidumbre global absoluta”, dijo Fernández, quien preside el Mercosur por seis meses.
El presidente brasileño fue contundente: “Brasil desea contar con apoyo (de sus socios) para seguir ampliando la red de negociaciones comerciales internacionales, con las actualizaciones del arancel externo. Necesitamos atraer inversiones. Superar con urgencia los grandes daños ocasionados por la pandemia”.
Lacalle Pou respaldó esa idea y fue más allá. “No estamos conformes. Estamos de acuerdo en rever el arancel. Tenemos que avanzar en negociaciones con otros bloques. El acuerdo con el bloque europeo se ha trabajado por mucho tiempo. Debemos sincerar ese proceso. Proponemos que sea con una flexibilización” en las negociaciones externas, enfatizó.
La tensión se hizo patente cuando Lacalle Pou dijo que el Mercosur “no puede ser un lastre” ni “un corset” que impida el avance comercial de su país. En ese sentido, Abdo propició: “Las negociaciones externas que sean conjuntas y coordinadas, pero que no sean una barrera a nuestro desarrollo. Que las ideologías no contaminen”.
Luego de los discursos presidenciales, el canciller argentino, Felipe Solá, admitió que “los acuerdos con terceros países van a ser discutidos”. “Pensamos que el arancel externo común debe ser bajado si es un planteo que nos conviene a todos”, opinó además Solá sobre ese punto cadente, y se pronunció en contra de cualquier decisión “apresurada” al respecto.
30 años de luces y varias sombras
Treinta años después de la creación del Mercosur, hay varios obstáculos que entorpecen las negociaciones con la Unión Europea, bloque con el que el Mercosur negoció por dos décadas un acuerdo comercial aún pendiente de aprobaciones parlamentarias.
En tres décadas, el Mercosur tuvo marchas y contramarchas, sin poder aún trazar una unión aduanera perfecta, con un arancel externo perforado por excepciones, y asimetrías que perjudican a las economías más pequeñas de Uruguay y Paraguay.
También hay cambios radicales como la relación con China, que solo representaba el 3% de las ventas externas del bloque, mientras que ahora casi uno de cada cuatro dólares exportados se dirigen a China y es el primer origen de las importaciones del Mercosur, desplazando a Estados Unidos, según la consultora Abeceb.com.
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Así, lejos de aquel fundacional Tratado de Asunción en 1991, el modelo de integración vuelve a estar en discusión. “Una importante reducción del Arancel Externo Común y una flexibilización en la negociación con terceros países, lo direccionan a una simple zona de libre comercio”, dijo Fernando Masi, analista de ‘Mercosur abc’.
“Una vez más, se observó que no existen consensos mínimos en el bloque, no hay cohesión y, si no se reacciona, se está cerca de un quiebre definitivo”, estimó por su parte el director del Instituto de Negocios Internacionales de la Universidad Católica del Uruguay, Ignacio Bartesaghi, a la AFP.
Argentina “plantea seguir profundizando la unión aduanera y alcanzar un mercado común, lo que hoy es casi ciencia ficción”, consideró este experto en el Mercosur para quien “el bloque festeja sus 30 años en una crisis profunda, y si no reacciona y se flexibiliza pronto, corre el riesgo de quebrarse o pasar a la eterna irrelevancia”.
Fuente: AFP.
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El presidente de Uruguay guarda cuarentena por posible contagio del coronavirus
Montevideo, Uruguay | AFP.
El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, guarda cuarentena después de conocerse que estuvo en contacto con la directora del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) que dio positivo por coronavirus, informó el viernes la oficina de la Presidencia en un comunicado.
Tanto el mandatario como otras autoridades se harán las pruebas del coronavirus el sábado y “permanecerán en cuarentena hasta el resultado de las pruebas”, informó Presidencia.
El mandatario, así como el ministro de Defensa Nacional, Javier García, y el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, se reunieron el lunes con Natalia López, directora del Mides, en Rivera, una localidad fronteriza con Brasil.
Presidencia informó en la misma nota que el viernes se “conoció el caso positivo de COVID-19” de López.
La reunión a la que asistió el mandatario se centraba en tratar un brote de coronavirus en esa región.
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Uruguay registra 816 casos de COVID-19, aunque solo siguen enfermos 114, de los cuales 42 están en Rivera.
Después de hablar con su homólogo brasileño, Jair Bolsonaro, Lacalle Pou anunció ese lunes la activación de un tratado ya existente de acción binacional sanitaria.
"Hemos recogido el visto bueno del presidente brasileño para aplicar ese tratado y en las próximas horas vamos a llevarlo a la práctica", afirmó, agregando que hay "preocupación recíproca sobre lo que está pasando en la frontera".
El presidente uruguayo informó que los ministerios de Interior y Defensa agregarán dos “piquetes migratorios, sanitarios” a los dos ya existentes en puntos limítrofes.
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Anuncian reinicio de clases presenciales en Uruguay
Montevideo, Uruguay | AFP.
El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, anunció este jueves el reinicio de las clases presenciales en todos los niveles educativos para junio, apoyado en una exitosa evolución de la epidemia de coronavirus en el país.
"En Uruguay, los estudiantes a fin de junio van a estar cursando sus clases de manera presencial", anunció el mandatario en conferencia de prensa.
El retorno, el primero en la región, será gradual y voluntario, agregó, antes de dar a conocer el calendario de reintegro de los distintos centros, que se realizará en tres etapas: el 1, el 15 y el 29 de junio.
La segmentación, que obedece a características territoriales y de los alumnos de cada centro, "tiene un justificativo científico y pedagógico", aseguró Lacalle Pou.
Las escuelas de educación especial -para niños con discapacidades- estarán entre las primeras en regresar, junto con los centros rurales y los últimos años de bachillerato en el interior del país.
A mediados de mes reabrirán todos las escuelas primarias y secundarias, a excepción de las de Montevideo, y los centros de educación inicial.
Los institutos restantes volverán el último lunes del mes.
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“Este paso lo damos porque estamos convencidos de que el riesgo es mínimo”, indicó el mandatario.
Las clases están suspendidas desde el 14 de marzo, un día después de que se confirmaran los primeros cuatro casos de coronavirus.
El 22 de abril reabrieron 879 escuelas rurales, con un porcentaje de concurrencia menor a 30% y que hoy alcanza el 50%.
Lacalle Pou anunció la decisión luego de reunirse con integrantes del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) del gobierno, quienes destacaron que la situación actual de la pandemia en Uruguay está bajo "un relativo control".
En una conferencia sobre el mediodía de este jueves para hablar sobre la labor del grupo, los científicos se mostraron a favor del reinicio de clases.
"La evidencia que tenemos disponible hasta la fecha es que el impacto del cierre de las escuelas sobre el desarrollo de la enfermedad es muy bajo, confrontado a los impactos desde el punto de vista educativo, social, nutricional y de salud mental", dijo el bioquímico Rafael Radi, coordinador del GACH.
Tras investigar la dinámica de transmisión en niños "ciertamente podemos decir que no es igual a otras enfermedades altamente contagiosas" en esa población, "como puede ser la influenza", agregó.
En tanto el médico Henry Cohen, a cargo del equipo de Salud del GACH, señaló que de acuerdo a evidencia internacional "los niños se enferman poco, levemente y transmiten poco la enfermedad".
Los 14 niños registrados con el virus en Uruguay cursaron el cuadro en forma leve y ninguno requirió internación, aseguró, al tiempo que aclaró que no hay casos positivos de menores de cinco años en el país.
Uruguay registra 749 casos, 20 fallecidos y 594 recuperados de covid-19, según las cifras oficiales del jueves. Actualmente, cursan la enfermedad apenas 135 personas, cantidad que va en descenso: a fines de abril, eran 209.