Este gobierno se obstinó en sos­tener a ministros cuestionados por su mediocridad, que llega­ron incluso al punto de ser repu­diados y escrachados públicamente, hasta que la situación ya resultó insostenible. Así tuvimos la cuasientrega de Itaipú, el robo al pueblo con la plata de emergen­cia covid en el momento más doloroso o el intento de negociado sobre Petropar neu­tralizado por el periodismo.

Sin embargo, el capricho de sostener a un mediocre tiene especial grave­dad cuando se trata de una persona que debería estar a cargo de la seguridad nacional y no solo no cumple tal fun­ción sino no tiene la menor idea sobre cómo empezar a cumplirla. Una cosa es un mediocre a cargo de la Dirección de Correos y otra cosa, mucho más grave, es uno que esté a cargo de la vida y los bie­nes de los pobladores de la República.

La continuidad de Arnaldo Giuzzio al frente del Ministerio del Interior ha coincidido con una cifra conmovedora de hechos delictivos y criminales, el sicariato invade las páginas diarias, cada esquina es una amenaza de asalto y los riesgos de que eso se extienda aun más son de una lógica aterradora.

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Pero los mediocres del gobierno de Abdo tienen un recurso para sobrevivir en sus funciones: enfrentarse al adversa­rio político de Marito, Horacio Cartes. Lo hicieron varios ministros cuestiona­dos, en su momento, como Juan Ernesto Villamayor. Y como por lo visto, para Abdo, enfrentarse a HC está por encima de todos los intereses nacionales que ha asumido como mandatario, sencilla­mente facilita que los ministros medio­cres que critican a Cartes sigan fun­cionando, pese a que ello provoca un tremendo perjuicio a los ciudadanos.

Habría que analizar con mayor tiempo las razones profundas del Presidente para actuar de esta manera, ello no tiene tanta urgencia como sí urge pregun­tarle: ¿Qué más tiene que ocurrir para que decida cambiar a su principal refe­rente de seguridad nacional? ¿Qué otro hecho criminal que enlute a los paragua­yos espera que ocurra? ¿Cuánto más se tardará en tener una persona apta para poner el pecho y liderar a las fuerzas que deben enfrentarse a los delincuentes como ellos se merecen?

Incluso, en el partido que lo llevó al poder, la Asociación Nacional Repu­blicana (Partido Colorado) hay figuras que han demostrado que se puede hacer una buena gestión en seguridad. Es hora de evitar a los improvisados, pero, por sobre todo, por la sangre de inocentes derramada en todos estos días, es hora de reemplazar a los mediocres.

Está mal perseguir a los adversarios políticos, eso lo hacían en la dictadura, pero está aún peor perseguirlos con la plata del sueldo de un cargo que se ha fundado para luchar contra la delin­cuencia. Dejen de lado, de una vez, el odio personal y enfóquense en la función de gobernar y proteger a los ciudadanos.

La continuidad de Arnaldo Giuzzio al frente del Ministerio del Interior ha coincidido con una cifra conmovedora de hechos delictivos y criminales, el sicariato invade las páginas diarias, cada esquina es una amenaza de asalto y los riesgos de que eso se extienda aun más son de una lógica aterradora.

Incluso, en el partido que lo llevó al poder, la Asociación Nacional Republicana (Partido Colorado) hay figuras que han demostrado que se puede hacer una buena gestión en seguridad. Es hora de evitar a los improvisados, pero, por sobre todo, por la sangre de inocentes derramada en todos estos días, es hora de reemplazar a los mediocres.

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