Mantener joven al cerebro no se trata solo de aprender y hacer cosas nuevas, el estilo de vida también afecta la forma en que envejece su cerebro.
Hay cosas que se puede hacer ahora mismo para ayudar a que el cerebro envejezca con más gracia. Acorde a Good+Well, aquí hay siete formas de mantener su cerebro sano a medida que envejece.
1.Sé un aprendiz de por vida. No importa cuál sea su situación laboral, continúe probando su cerebro y aprendiendo cosas nuevas.
2.Sé social. Las actividades sociales lo desafían a comunicarse e interactuar con otras personas, lo que estimula su cerebro y previene el deterioro cognitivo.
3.Hacé ejercicio. No está claro si el ejercicio físico aumenta la función cognitiva directamente o si la mejora se debe a que el ejercicio ayuda con el estado de ánimo y el estrés. De cualquier manera, el ejercicio finalmente ayuda a su cerebro.
4.Maneja el estrés. ¿Recuerda que el Dr. Russo dijo que el deterioro cognitivo se debe a la atrofia del cerebro? Bueno, el estrés crónico puede acelerar ese proceso de contracción.
5.Dormí lo suficiente de calidad es fundamental para la salud del cerebro en todas las etapas de la vida.
6.Mantené su corazón sano. Los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular (presión arterial alta, colesterol no saludable, azúcar en sangre alto y obesidad) también son factores de riesgo de deterioro cognitivo.
7.No bebas demasiado. El consumo moderado de alcohol puede ayudar a proteger su cerebro del deterioro cognitivo, pero es una pendiente resbaladiza. Beber demasiado y con demasiada frecuencia resultará en una disminución del rendimiento cognitivo.
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Cáncer de próstata será más frecuente por el envejecimiento poblacional
Los cánceres de próstata experimentarán un fuerte aumento en los próximos años en todo el mundo, especialmente en los países menos ricos, a causa del envejecimiento progresivo de la población mundial, según un estudio publicado en la revista The Lancet.
“Según nuestras conclusiones, el número anual de nuevos casos se duplicará de 1,4 millones en 2020 a 2,9 millones en 2040″, resumen los autores de este estudio publicado el jueves, realizado extrapolando cambios demográficos ya observados en la actualidad.
Este aumento se atribuye al “aumento de la esperanza de vida y a cambios en las pirámides de edad”, avanzan los autores.
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El cáncer de próstata, el más habitual entre los hombres, representa el 15% del total de cánceres masculinos.
En la mayoría de casos se manifiesta después de los 50 años, y su frecuencia aumenta considerablemente a medida que se avanza en edad más allá de este umbral.
Muchos países pobres o en desarrollo ven como aumenta paulatinamente la esperanza de vida de sus poblaciones, lo que debería aumentar en consecuencia el número de cánceres de próstata.
Y “a diferencia de otros problemas importantes, como el cáncer de pulmón o las enfermedades cardiovasculares, no se podrá evitar este aumento de casos mediante políticas de salud pública”, señalan los investigadores.
Los factores de riesgo del cáncer de próstata, como la herencia o una estatura alta, son mucho menos evitables que, por ejemplo, el tabaquismo en el caso del cáncer de pulmón.
Solo se ha establecido una conexión con el sobrepeso, pero se desconoce si hay un mecanismo de causa y efecto.
Los autores del estudio consideran, no obstante, que es posible limitar el aumento de los cánceres de próstata mediante diversas acciones.
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Por ejemplo, abogan por apuntar a diagnósticos menos tardíos en los países menos ricos, ya que los cánceres de próstata a menudo se detectan demasiado tarde para actuar eficazmente.
En cambio, hay un riesgo de “sobrediagnóstico y sobretratamiento” en los países desarrollados, a su juicio.
Fuente: AFP
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El miedo en el cerebro
- POR EL DR. MIGUEL ÁNGEL VELÁZQUEZ
- Dr. Mime
¿Me creerían si les digo que el miedo es fundamental en nuestras vidas? ¿Que sin miedo no habríamos llegado en la evolución hasta donde estamos hoy en día? Podría sonar paradójico, pero sin miedo no seríamos absolutamente nada de lo que somos hoy en día como raza evolucionada. Es una de las emociones que más interés ha suscitado en la comunidad científica. Se considera que es la más primitiva y consustancial al reino animal.
Desde un punto de vista evolutivo, su origen se basa en la preservación de la supervivencia y la protección a través de la anticipación de situaciones de peligro. Lo interesante es que, además, como todas las emociones, el miedo se experimenta a nivel psicológico, neurofisiológico, conductual y cognitivo, aunque nos vamos a centrar en la parte neurofisiológica para comprender cómo funciona ese “software humano” que traemos incorporado de serie. En una investigación reciente se ha demostrado científicamente que la formación de la memoria del miedo asociada a una situación o contexto implica el fortalecimiento de las conexiones entre el hipocampo y la amígdala. Es decir, el área relacionada con la memoria y el núcleo o “torre de control” de las emociones. Esta es una de las bases que fundamenta la ansiedad generada por los Trastornos de Estrés
Postraumáticos o el miedo “irracional” que pueden vivir las personas de cualquier edad, después de situaciones estresantes que no han podido gestionar.
Pero, ¿qué pasa en nuestro cerebro cuando hay una situación de alarma? ¿Reaccionamos igual ante cualquier situación de miedo? Existen dos vías por las que el cerebro recibe la información de alerta del exterior, una es la vía cortical y otra la subcortical. La vía cortical es más lenta porque tiene que hacer un recorrido mayor. La información llega por los sentidos, pasa por el tálamo, el hipocampo (donde se gestionan los recuerdos), de ahí pasa a la amígdala (que le da contenido emocional a esos recursos), luego al hipocampo (el que pasa al cuerpo la información de las emociones), vuelve al tálamo, de ahí a la corteza cingulada (que decide qué es relevante o prioritario) y finalmente a la corteza (donde ya hay consciencia).
Este recorrido dura unos 400 milisegundos y es la vía “normal” cuando lo que ocurre nuestro cerebro no lo interpreta como una amenaza extrema. Por lo que la persona, sea menor y/o adulta, debe salir de ese “susto” o situación de estrés con sus propios recursos emocionales. Pero hay otra vía, la subcortical, que es la que se activa en situaciones de SOS en el que la información entra por algún sentido, pasa al tálamo, de este al hipocampo y cuando llega a la amígdala, esta interpreta que la situación está alarmante, que hiperreacciona y toda la información pasa directamente a la corteza frontal. Todo ello en cuestión de 70 milisegundos. A esta reacción tan rápida se le llama “secuestro amigdalino” y supone un periodo refractario o de “inacción” en el que la amígdala le va a pedir al hipocampo recuerdos que le confirmen el miedo y bloquea el tálamo, por lo que es muy difícil la capacidad de razonar, no hay ecuanimidad en ese momento.
Un paso más en la complejidad del circuito del miedo y el secuestro emocional es que, como les conté al inicio, la amígdala y el hipocampo (zona de la memoria) están siempre en comunicación, de forma que puede que haya situaciones en las que no veamos una amenaza aparente, pero la persona, tenga la edad que tenga, reaccione como si fuera una amenaza extrema y surja el secuestro. Por ejemplo: gritamos a una persona de forma reactiva porque dijo o hizo algo que nos conecta, de forma consciente o no, con algo muy doloroso o traumático.
Nos quedamos en blanco en un examen y no somos capaces de recuperar la información o razonar. Nos quedamos bloqueados en una conferencia y pensamos que nos vamos a desmayar. Y otro sinfín de situaciones que atienden a expresiones populares como: “Nunca tomes una decisión cuando estés enojado, nunca hagas una promesa cuando estés feliz (Anónimo)”. “Contra la ira, dilación” (Séneca). “Cuando estés molesto cuenta hasta diez antes de hablar. Si estas muy molesto, cuenta hasta cien”.
Precisamente porque la persona está absolutamente “secuestrada”, sus recursos mentales, físicos y emocionales van a estar “al mínimo”. Esto quiere decir que va a necesitar ayuda para que poco a poco vaya recuperando la calma y entender lo que ha pasado. Pero esto solo ocurre si la persona que acompaña es capaz de transmitir seguridad. Puede ocurrir, y de hecho ocurre, que estemos intentando calmar a alguien y que por el hecho de que nosotros mismos estemos muy alterados, angustiados o desconectados de los que ocurre, la persona no sea capaz de sentirnos como un medio para ir poco a poco encontrando la calma. De hecho, si esto en personas adultas es difícil, imaginémonos en niños y niñas o adolescentes cuyo cerebro se está desarrollando, no tienen todavía recursos emocionales o experiencias de vida que les ayude a calmarse. La situación puede ser extrema e incluso traumatizante.
El miedo es complejo pero necesario. El manejo del miedo como emoción es una verdadera llave al éxito. “Aprender a gestionar tus miedos” es más que un cliché, es un verdadero consejo DE LA CABEZA. Nos leemos en una semana.
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Conocé cuál es la forma correcta de dormir para evitar las arrugas
No hay duda de que existe una relación entre el descanso y la apariencia de la piel. No en vano se cree que dormir es uno de los mejores tratamientos de belleza. La forma en que se duerme podría contribuir a la formación de arrugas en el rostro y el escote: sepa cuál es la forma correcta de descansar para evitarlas.
Según análisis del Instituto del Sueño de Madrid, que fueron difundidos por la prensa internacional, existe una condición que se puede catalogar como las “arrugas del sueño”, que aparecen en el rostro durante la noche debido a la postura al dormir. Estas líneas son causadas por la presión de la piel contra la almohada durante un largo periodo de tiempo.
La mejor postura al momento de dormir para evitar arrugas es boca arriba, con la espalda apoyada sobre el colchón, evitando descansar de lado o boca abajo, ya que de esta manera la piel quedará completamente aplastada. A la par de la postura para dormir, es fundamental limpiar y desmaquillar la piel antes de acostarse para favorecer la renovación celular de la dermis, un proceso que se genera mientras descansamos.
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Otro de los factores para frenar a la aparición de arrugas es realizar una rutina de “skincare” (cuidado facial) antes de ir a dormir. Durante la noche la piel se vuelve más receptiva a los productos, por lo que se recomienda consultar con el dermatólogo para seleccionar aquellos más aptos para cada tipo de piel.
A su vez, dormir al menos 7 horas sin interrupciones es crucial para tener una piel sana. Durante el descanso, las células eliminan los radicales libres que provocan envejecimiento y se producen hormonas responsables de la calidad de la piel y el pelo. De ahí la importancia de priorizar igualmente el sueño de calidad.
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Jennifer Aniston en tu cerebro… y en el mío
- POR EL DR. MIGUEL ÁNGEL VELÁZQUEZ
- Dr. Mime
Quizás todos conozcamos quién es Jennifer Aniston, sobre todo por su papel principal en la multifamosa serie “Friends”, casi de culto entre quienes la veían siempre. Pero probablemente nadie sepa que la actriz tiene su nombre grabado en el cerebro de cada uno de nosotros aunque no la conozcamos. ¿Cómo es eso?
Para entender esto, debemos recurrir a la pericia de un neurocirujano de experiencia para implantar un electrodo al paciente en su mismo cerebro con una exactitud micrométrica. Esto se usa en terapia de la epilepsia, movimientos anormales e incluso lo que se conoce como psicocirugía, es decir, cirugías para corregir comportamientos extremadamente patológicos. Dentro del desarrollo de esta disciplina, se han podido realizar descubrimientos asombrosos. Puesto que los electrodos ya están dentro del cerebro, los científicos aprovechan para investigar cómo funcionan nuestras neuronas y qué hace que se activen.
De esta manera, fue como se descubrió la ‘neurona Jennifer Aniston’ en pacientes a los que se implantaron electrodos dentro del cerebro. El objetivo de investigar de esta manera el funcionamiento cerebral era averiguar si alguna neurona del hipocampo respondía a un estímulo específico, por lo que se empezó a mostrar a los pacientes con los electrodos puestos, las fotos de personajes famosos. Y resultó que una neurona respondía siempre al mismo estímulo: Jennifer Aniston.
No respondía a fotos de otros famosos ni ante otras actrices populares. Solo respondía a fotos de la protagonista de “Friends” y no importaba qué foto de la intérprete fuera; si era ella, la neurona entraba en acción. Conclusión: la neurona responde a la persona, al concepto, y no a detalles específicos de las fotos. El mismo fenómeno sucedía con otras neuronas distintas ante otros estímulos: una respondía solo ante fotos de Halle Berry; otra, ante Julia Roberts; una tercera, con Luke Skywalker… y se activaban con solo enunciar el nombre de ese famoso.
Estas neuronas “de concepto”, que nos permiten abstraer, quedarnos con lo esencial y descartar el resto, son determinantes para generalizar y hacer analogías. Estas neuronas nos permiten desarrollar el sentido común y tener infinidad de maneras posibles de encarar y resolver problemas. Y estas neuronas no se han hallado en otros animales, ni en los grandes primates, a pesar de que su estructura cerebral es muy parecida a la nuestra. Porque aquí entraría otro factor humano: probablemente el desarrollo del lenguaje y estas neuronas de concepto están vinculados.
El lenguaje no solo nos permite comunicarnos y transmitir conocimiento, también refuerza la capacidad de formar conceptos. Las palabras son abstracciones de la realidad. La memoria es otra de las habilidades humanas vinculada a las neuronas de concepto: gracias a ellas podemos fijar los recuerdos. Pero la cuestión que resulta más intrigante –y, a la vez, más sugerente– es por qué los humanos recordamos tan poco. Sobre todo si lo comparamos con una computadora. La respuesta es que el cerebro no busca hacer una reproducción detallada de la realidad, sino que concentra sus recursos en tratar de comprenderla.
Nosotros entendemos lo que pasa, la computadora no. El cerebro almacena poca información porque utiliza la mayoría de sus recursos en tratar de entender. Lo curioso es que a las computadoras les exigimos que almacenen y procesen la información de forma exacta, con precisión. No queremos que la ‘construyan’ y potencialmente se equivoquen, como nos sucede a nosotros cuando, por ejemplo, experimentamos ilusiones visuales o falsas memorias. De hecho, cuando eso ocurre en las máquinas, las consideramos errores, las llamamos “alucinaciones” y nos burlamos de su escasa eficacia.
La neurona Jennifer Aniston permitió descubrir, entonces, que algunas células en el hipocampo y la corteza temporal medial se activaban específicamente cuando veían imágenes de la actriz Jennifer Aniston, pero no cuando veían otras personas o imágenes, sugiriendo que nuestras experiencias y recuerdos están representados en el cerebro a través de la actividad neuronal selectiva. Su importancia radica en que, con su hallazgo y descripción funcional, podemos entender más acerca de determinados funcionamientos cerebrales. Primeramente, la existencia de neuronas que se activan selectivamente en respuesta a estímulos específicos sugiere que nuestras experiencias y recuerdos están representados de manera organizada en el cerebro. Este hallazgo apoya la idea de que la información está codificada de manera distribuida en el cerebro y que ciertas células neuronales pueden estar especializadas en la representación de conceptos o categorías específicas.
Este descubrimiento de neuronas que se activan selectivamente en respuesta a estímulos específicos proporciona información sobre cómo está organizado funcionalmente el cerebro y sugieren que diferentes regiones cerebrales pueden especializarse en el procesamiento de información específica, lo que contribuye a nuestra comprensión de la función cerebral. El estudiar la actividad de las neuronas selectivas puede ayudar a los científicos a comprender mejor cómo percibimos y procesamos la información en el cerebro, por ejemplo, investigaciones adicionales podrían explorar cómo se desarrollan y se mantienen estas selectividades neuronales, así como su papel en procesos cognitivos más complejos como el reconocimiento facial o la memoria. Igualmente, comprender la función de las neuronas selectivas puede tener implicaciones en la neurociencia clínica, especialmente en áreas como la neurología y la psiquiatría.
En resumen, las neuronas de Jennifer Aniston y otras células neuronales selectivas proporcionan valiosa información sobre la organización funcional del cerebro, la representación de la memoria y la cognición, y tienen implicaciones potenciales en la comprensión y tratamiento de trastornos neurológicos y psiquiátricos. Jennifer también nos tiene DE LA CABEZA. ¡Nos leemos en una semana!