El debate estuvo centrado en los aspectos que deben ser priorizados desde el Legislativo para apuntar a una mejor política exterior en el país. Foto: Gentileza.
Candidatos al Senado coinciden en necesidad de una “política internacional de primera”
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Cuatro candidatos al Senado consideraron que la política de relaciones exteriores del país requiere de mayor profesionalización ante los temas geopolíticos que afectan a la región y al mundo, y mencionaron principalmente la renegociación de Itaipú como foco para el próximo Gobierno nacional. La Asociación de Funcionarios de la Carrera Diplomática y Consular (ADEP) realizó días atrás el ciclo de charlas “Los desafíos de la política exterior del Paraguay en el contexto regional e internacional” con miras a las elecciones generales del domingo 30 de abril.
“Mientras Paraguay no tenga una política de relaciones exteriores planificada, proyectada y ejecutada, por 30 años seguiremos como el viento cuando cambia el rumbo. La política de Estado desarrollada mirando al futuro debe basarse en aspectos fundamentales como la renegociación de Itaipú”, expresó Ángel Barchini, candidato a senador por el Partido Colorado, sin dejar de mencionar también la navegabilidad y la reivindicación de los acuerdos del Mercosur.
Por su parte, el candidato por Patria Querida, Mario Paz Castaing, opinó: “Un país como el nuestro está condicionado por temas estratégicos al ser un país sin litoral marítimo. Por ello, debemos tener una política internacional de primera; más aún porque nos toca vivir en tiempos de crisis y aspectos muy cambiantes, debido a que las tensiones geopolíticas latentes en el planeta también nos tocan a nosotros”.
El exsenador y actual de vicepresidente de Patria Querida apuntó a un mejor trabajo de cooperación y coordinación diplomática, así como remarcó que resulta indispensable que Paraguay invierta más en el nivel de preparación de sus representantes en términos de política exterior, teniendo en cuenta que las problemáticas mundiales cada vez permean más en Sudamérica y eso se está demostrando en cada decisión o relacionamiento diplomático.
A su turno, el actual senador Enrique Riera, que aspira por otro periodo legislativo, dijo: “Sigue faltando mucho más apoyo y conectividad para la política internacional, así como la información sobre este tipo de relaciones diplomáticas porque la gente no maneja estas cuestiones. Además, no se puede negar la relación existente entre la política interna y la exterior”. Agregó que “las incapacidades en cuanto a los diálogos diplomáticos muchas veces se genera por una casi nula política de Estado; prueba de ello es la falta de renegociación de Itaipú”.
El conversatorio que tuvo lugar en la sede de ADEP y fue moderado por la presidenta del gremio, Helena Felip, organizado conjuntamente con el Centro de Estudios Internacionales y Diplomáticos del Paraguay “Benjamín Aceval”; también contó con Soledad Villagra de Alianza Encuentro Nacional, que destacó que la política exterior con la que se trabaja en Paraguay debe ser reforzada con el objetivo de construir una imagen mucho más perfeccionada y capacitada en los temas claves a nivel regional y mundial.
“Me gustaría observar un servicio diplomático más profesional, que no se vea afectado por la política partidaria y que se priorice la causa nacional, con una política de Estado. Tenemos un camino muy importante aún en construir una visión de política exterior que no sea solamente de un grupo u otro, sino una verdadera imagen nacional sobre lo que queremos proyectar y a lo que queremos llegar”, subrayó Villagra.
José Gaspar Rodríguez de Francia tuvo una relación ambigua con las grandes potencias mundiales de la época, Gran Bretaña y Francia. Por un lado, quería ser reconocido por estos países y, por otro, retenía a sus ciudadanos. En ambos casos, es importante señalar las ventajas y limitaciones de su política exterior.
Desde la época del Consulado, pero sobre todo desde fines de 1814, el Dr. Francia tuvo las manos libres para manejar el país como quería, reorganizando la administración, el Ejército y hasta la Iglesia paraguaya. Su poder era omnipotente. Los funcionarios españoles y sus opositores políticos criollos fueron excluidos.
Los que quedaban no tenían autonomía y el dictador controlaba casi todas las decisiones, por triviales que fueran. Además de ser los intermediarios del dictador, los funcionarios rurales eran también sus ojos y oídos encargándose de gestionar los contactos con los extranjeros que se aventuraban hasta las fronteras paraguayas.
RELACIONES CON BUENOS AIRES
El Dr. Francia considera la política comercial de Buenos Aires como una continuación de la española, que sembró las semillas de la desunión que caracterizó la política argentina en la primera mitad del siglo XIX.
En términos de comercio, la libre navegación fluvial era un concepto relativamente nuevo en aquella época. En 1815, las principales potencias europeas, reunidas en el Congreso de Viena, firmaron un tratado sobre el sistema fluvial europeo. El artículo 109 estipulaba que “la navegación en todo el curso de los ríos (los que atraviesan o separan Estados) será enteramente libre y no se prohibirá, en lo que concierne al comercio”.
El Dr. Francia se inspiró en este concepto, que era una necesidad absoluta para Paraguay. Sin libre acceso al Paraná por el sur, el país estaba a merced de las provincias de Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos y, en última instancia, Buenos Aires.
La apertura del puerto de Itapúa al comercio con los brasileños a partir de 1823 permitió a Paraguay, en muy poco tiempo, no solo liberarse en parte del yugo impuesto por Buenos Aires y las demás provincias argentinas, sino también recuperar su prosperidad y, lo que es más, aportar ingresos financieros a las arcas del Estado a través de este comercio.
El Dr. Francia no dudó en calificar a los porteños de “malvados sin honor, bandoleros sin freno, piratas y ladrones desenfrenados”, “inicuos, pérfidos y embusteros, o falsificadores y engañadores de la opinión pública”. Los agravios políticos reinaron entre Asunción y Buenos Aires durante casi treinta años mientras el Dr. Francia permaneció en el poder.
No solo existían desacuerdos comerciales, sino también fricciones políticas. La primera acusación del dictador contra los porteños fue que querían dominar todo el territorio del antiguo Virreinato, es decir, que pretendían sustituir a los españoles. Se les acusaba de perpetuar una mentalidad colonialista en la región.
RELACIONES CON GRAN BRETAÑA
Los sentimientos del Dr. Francia hacia Gran Bretaña y Francia, y sus ciudadanos eran muy diferentes a los que reservaba a sus vecinos. Casi siempre tuvo ocasión de establecer contacto con estas naciones a través de particulares. Los contactos oficiales eran extremadamente raros durante la dictadura. El Dr. Francia estaba muy bien informado sobre los asuntos mundiales, por lo que no se desinteresaba en absoluto de la política de estos dos países. Podemos ver que estas dos potencias no estaban al mismo nivel a los ojos del dictador.
Desde la época del Consulado, pero sobre todo desde fines de 1814, el Dr. Francia tuvo las manos libres para manejar el país como quería
Aunque se decía que el dictador admiraba a Napoleón Bonaparte, parecía tener preferencia por Gran Bretaña y su política de no injerencia en el conflicto entre España y sus colonias. El Dr. Francia vio en el establecimiento de relaciones con estos dos países una oportunidad para que Paraguay desarrollara relaciones comerciales que equivaldrían a un reconocimiento de facto de la independencia y, por extensión, a aflojar el cerco impuesto por Buenos Aires y las provincias del litoral.
El dictador no duda en detener a los ciudadanos británicos y franceses que se aventuran en el país, sobre todo a comerciantes y marineros que carecen de las licencias necesarias para comerciar. De este modo, intentaba presionar a las autoridades británicas para que se pusieran en contacto con él.
Según las cartas de John Parish Robertson, el Dr Francia, al enterarse de que partía hacia Inglaterra vía Buenos Aires, lo convocó y le explicó cuál había sido su política exterior hasta ese momento: cortar las comunicaciones con las provincias del litoral para preservar al Paraguay de la anarquía en que se encontraban. A Paraguay le va mejor que a sus vecinos, pero estos conflictos continuaron perjudicando su comercio e impidiéndole prosperar.
PLAN
El Dr. Francia agregó que no quería tener nada que ver con Buenos Aires y propuso el siguiente plan: “Mi deseo es promover una relación directa con Inglaterra. Los barcos ingleses penetrarán hasta el Paraguay y, con nuestra flotilla, desafiarán toda interrupción del comercio, desde la boca del Plata hasta el lago Xarayes. Vuestro gobierno tendrá aquí su embajador y yo tendré el mío en la Corte de Santiago. Vuestros compatriotas comerciarán, intercambiando sus bienes de guerra y municiones y recibirán a cambio los nobles productos de este país”.
Además de ello, el Dr. Francia le pidió que fuera a la Cámara de los Comunes con las muestras de productos paraguayos que le había entregado y que informara a sus miembros del proyecto. J.P. Robertson declaró que, una vez llegado a Buenos Aires, no continuó su viaje a Londres. En otra carta admite, sin convicción, que desistió del viaje porque el Dr. Francia no lo había designado formalmente y no le había pagado dinero. Es de suponer que J.P. Robertson también era cercano a las autoridades de Buenos Aires y que estas lo habrían disuadido de emprender el viaje.
La idea del Dr. Francia era comerciar y establecer vínculos privilegiados con Gran Bretaña para proteger el comercio paraguayo y obtener el reconocimiento de facto de la Independencia de Paraguay mediante la firma de un tratado comercial.
Woodbine Parish, primer cónsul en Buenos Aires, nombrado en 1824
PRIMERA COMUNICACIÓN
Las autoridades británicas no entraron en contacto con el dictador hasta varios años después. Lo hicieron a través del primer cónsul en Buenos Aires, Woodbine Parish, nombrado en 1824. Nada más tomar posesión de su cargo, Parish fue informado por los comerciantes británicos de sus quejas contra el dictador, que está reteniendo algunos de sus barcos, tripulaciones y mercancías. Escribió al Dr. Francia para anunciarle su nombramiento.
Le invitó a intercambiar correspondencia para fomentar las relaciones amistosas y aseguró a Paraguay que las buenas intenciones de su gobierno hacia los países americanos y Paraguay en particular garantizarían la expresión de sentimientos de gratitud y amistad. Finalmente, solicita la liberación de los súbditos británicos detenidos en Paraguay a cambio de la promesa de una correspondencia más fluida con Su Excelencia.
El Dr. Francia respondió al cónsul Parish que el Gobierno paraguayo saludaba la posición de Inglaterra y estaba dispuesto a establecer relaciones de “sincera amistad, armonía, y mutua correspondencia entre la generosa nación inglesa y el Estado del Paraguay”. También declaró que estaba dispuesto a aceptar un cónsul comercial británico tan pronto como el principio de la libre navegación de los ríos fuera efectivamente reconocido y puesto en práctica. Agregó que era posible que Parish, viviendo en Buenos Aires, “en un país enemigo”, tuviera una imagen distorsionada de Paraguay.
CONDICIÓN
Este acercamiento no fue más allá y, aunque señalaba la actitud favorable del Gobierno paraguayo, Parish añadía que estaba condicionado a un acuerdo entre los gobiernos sobre la libre navegación del Paraná. En otras palabras, Gran Bretaña le pide al Dr. Francia que negocie con Buenos Aires como condición previa.
En cambio, si el Dr Francia quería llegar a un acuerdo con Londres era precisamente para que Inglaterra utilizara toda su influencia para obligar a Buenos Aires a aceptar la libre navegación por el Paraná y no reanudar los contactos con los porteños.
El comerciante, financista y escritor británico John Parish Robertson
Una política comercial diferente y sin restricciones podría aumentar el potencial del país, en particular mediante el desarrollo de ciertos productos como el algodón, el arroz y el azúcar, “lo que sería extremadamente beneficioso para los británicos”. El cónsul Parish deploró el hecho de que el comercio entre los dos países estuviera casi paralizado. Este episodio puso fin al breve año de correspondencia oficial entre Paraguay y Gran Bretaña y a la idea de un acuerdo entre ambos países.
FLEXIBILIDAD
Las relaciones entre el Paraguay del Dr. Francia y Gran Bretaña muestran que, por un lado, el dictador mostró flexibilidad cuando las circunstancias lo permitieron, sin negar su compromiso con la independencia paraguaya. Por otro lado, el dictador veía a Gran Bretaña como un factor importante para lograr sus objetivos. Esto altera un poco la visión esquemática y negativa que generalmente se asocia al Dr. Francia cuando se menciona la figura del extranjero.
Su visión se basaba sobre todo en el principio político de proteger la independencia de Paraguay y fortalecer la cohesión de los paraguayos en torno a las instituciones republicanas. Si esto significaba utilizar a los extranjeros de una u otra manera, no dudó en hacerlo.
Sin embargo, el Tratado de Amistad, Comercio y Navegación, y el reconocimiento de Gran Bretaña de la independencia de Paraguay no se materializó hasta 1853, bajo el gobierno de Carlos A. López. (Argentina había sido reconocida en 1825).
La política del Dr. Francia se guió tanto por las circunstancias y oportunidades como por una lealtad absoluta al principio de la independencia del país. Las decisiones del dictador le situaron en una posición débil en la escena internacional. Disponía de muy pocos medios para influir y presionar a importantes Estados extranjeros para que se acercaran a Paraguay y lo reconocieran oficialmente. Este fue también el caso de Francia, como veremos en la segunda parte de esta serie.
*Ph. D. en Historia y Civilizaciones - Université Paris Cité – Francia. Máster en Relaciones Internacionales, máster en Letras y licenciatura en Letras Modernas, Sorbonne Université. Comercio Internacional – Droit des Affaires – Conservatoire National des Arts et Métiers
El acuerdo se desarrolló tras una primera reunión para la construcción del nuevo Marco de Asociación País entre Paraguay y el Reino de España. Foto: Gentileza
Paraguay y España acuerdan nueva asociación estratégica
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Tras una reunión en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores (MRE), se llegó a un nuevo acuerdo entre los gobiernos de Paraguay y España, para fortalecer las bases de cooperaciones entre ambos países, de cara a los próximos años de gobierno de la actual administración nacional.
Esto se dio tras una primera reunión para la construcción del nuevo Marco de Asociación País (MAP) entre Paraguay y el Reino de España para el período 2024-2028. Este nuevo escenario establecerá las bases de la asociación estratégica entre Paraguay y la Cooperación Española.
En la ocasión la embajadora Helena Felip destacó el rol de la cooperación española en el apoyo al desarrollo sostenible e inclusivo de Paraguay durante las últimas 3 décadas, por lo cual observó la actualización de los acuerdos como un paso crucial en la fortificación de dichos vínculos.
Por su parte la embajadora de España, Carmen Castiella Ruiz de Velasco, resaltó el impacto real de la cooperación española en áreas como salud, educación, cohesión social, derechos humanos, paz y justicia, y fortalecimiento institucional, factores que se seguirán potenciando en las alianzas.
A su turno, el coordinador general de la Cooperación Española en Paraguay, Rafael Ruipérez Palmero, presentó la evaluación del anterior MAP 2020-2023 y las recomendaciones a considerar para el nuevo marco. Esto con la finalidad de establecer líneas de trabajo con un desarrollo más integral.
Se presentaron además los resultados de algunos programas auspiciados por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), en áreas como agua y saneamiento; salud materna y neonatal; justicia retributiva; y restauración de Misiones Jesuíticas y del pantanal chaqueño.
Se estableció una hoja de ruta para la elaboración del nuevo MAP 2024-2028, incluyendo talleres técnicos y la participación de instituciones, sociedad civil, academia y sector privado. De este modo, se trabajará en proyectos articulados entre diferentes sectores del país para la continuidad de progresos.
El ministro de Relaciones Exteriores, Rubén Ramírez Lezcano, recordó que hay dificultades financieras de Argentina para tratar la deuda existente, pero remarcó que la misma constituye una causa nacional. Aseguró que en ambas instancias, se encaminan acuerdos claves. Foto: Gentileza
Acuerdos sobre Itaipú y Yacyretá están encaminados estratégicamente, afirmó canciller
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El ministro de Relaciones Exteriores, Rubén Ramírez Lezcano, se refirió sobre los avances aplicados desde el Gobierno en temas esenciales como Yacyretá e Itaipú. Puntualizó que en ambas instancias, se encaminan acuerdos claves de manera estratégica. Fue al conversar con los diversos medios de prensa después del juramento de los nuevos embajadores.
“El viceministro de Relaciones Exteriores fue a la Argentina con nuestra delegación y se siguen tratando diversos temas. Hay dificultades financieras del país vecino para tratar la deuda existente, pero constituye una causa nacional”, aseveró, atendiendo el alcance de la deuda.
Sobre acuerdos con Brasil, resaltó la cercanía existente actualmente, afirmando que el nuevo acuerdo a materializarse cuenta con una serie de componentes que podrían efectivizarse la próxima semana para apuntar a una nueva alianza estratégica entre Paraguay y Brasil.
“Con respecto a la tarifa de energía, estamos muy cerca de alcanzar el monto definitivo. No se puede socializar algo que no está concluido, pero sí se puede adelantar que tendremos buenas noticias para ambos países porque hemos enfocado nuestros esfuerzos para ello”, refirió.
Recordando la disposición del Gobierno nacional para cerrar determinadas embajadas en algunos países como Canadá, Suiza, Portugal, Egipto y Australia, el canciller remarcó la necesidad de entender dicha decisión como un paso determinante vinculado a la gestión de recursos del Estado.
“Nuestro país tiene que adoptar decisiones de acuerdo a los recursos presupuestarios. Aparte de las cinco embajadas, estamos cerrando ocho consulados; esto representa un ahorro importante”, indicó el ministro, aclarando que esto es inherente a la representación de Paraguay a nivel internacional.
Puntualizó que las disposiciones no impedirán a la nación desplegar su política internacional, ni signiifcará retroceder en su prioridad de reinserción a nivel mundial, sino atender las representaciones de las embajadas concurrentes bajo un nivel más igualitario, en beneficio además de los intereses nacionales.
El excanciller nacional Rubén Melgarejo destacó las alianzas estratégicas en términos internacionales que se puede seguir impulsando desde el Gobierno nacional. Foto: Gentileza
“Con el corredor bioceánico estamos dando un gran salto”, resaltó excanciller
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El exministro de Relaciones Exteriores, Rubén Melgarejo, habló acerca del posicionamiento de Paraguay en términos regionales y extrarregionales, haciendo hincapié en la importancia de potenciar la política exterior y, de manera consecuente, las alianzas estratégicas en términos internacionales que puede llegar a desarrollar el Gobierno nacional.
“Con el corredor bioceánico estamos dando un gran salto de conectar al océano Pacífico con el Atlántico, pero más allá de eso, debemos apuntar incluso a más conexiones para una llegada en cada parte del mundo”, expresó el excanciller en la 1020 AM, destacando la generación de un enfoque más prioritario en torno al fortalecimiento de las bilateralidades a ser impulsadas por parte del país.
Puntualizó que Sudamérica precisa de más obras similares, con conexiones claves y carreteras que permitan un mayor intercambio comercial y social entre los países vecinos. En este sentido, destacó la posibilidad de ir posicionando al territorio sudamericano como un bloque unificado y constituido, a través de su interrelación entre cada uno.
Remarcó sus expresiones, apuntando a la posibilidad de generar inversiones más significativas en torno a la carrera diplomática a nivel país, apoyando con mayor empeño las relaciones exteriores que pueden impulsarse desde la nación. Esto ante la expectativa de tener mayor presencia nacional en la región y el campo internacional, lo cual Melgarejo catalogó como una meta crucial a nivel gubernamental.
“Paraguay tiene hoy en día leyes que favorecen a la formación de profesionales diplomáticos, pero seguimos careciendo de presencia importante en varias sedes. Hay muchas cosas aún por hacer, por ejemplo, con Bolivia, país con el cual se debería potenciar una inmensa conexión ferroviaria, generando así un avance verdaderamente explosivo”, expresó el excanciller nacional.