La fuerza de la oposición se recompuso luego de que la convención liberal haya disgustado a una gran masa de dirigentes que se vieron obligados a convocarse frente a la sede del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) para exigir al presidente de la nucleación, Efraín Alegre, una nueva convocatoria con miras a una mayor participación partidaria. Pero Alegre hizo oídos sordos a la petición y se mantuvo en su postura, calificada de terca y necia, actitudes que inspiraron a los manifestantes a graficarlo como un dictador.
La convención fue muy cuestionada y el expresidente del partido, el senador Blas Llano, se refirió a la reunión como “convención Shakira”, por ser “ciega, sorda y muda”, debido a que el sistema implementado no permitía el uso de la palabra ni escuchar las posiciones de los 500 convencionales liberales. Tras esto, Alegre estuvo en el escenario político durante toda la semana y soportó no solo la crítica, sino además una ruidosa manifestación frente al sede partidaria.
Por todo esto, Efraín Alegre se ganó nuevamente el podio para el político de la semana de La Nación, pues su nombre resonó toda la semana con cuestionamientos y llamadas de atención.
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Alegre denunció falsificación de firmas para el pedido de una nueva convención extraordinaria donde se estudie el desdoblamiento de las elecciones. Tras anunciar una conferencia de prensa, se escudó en su domicilio particular haciendo el vacío a más de 80 intendentes, 370 convencionales y otros movimientos internos que se movilizaban frente a la sede partidaria a favor de la transparencia en la administración financiera del partido y en contra del liderazgo partidario.
El escenario liberal fue lo que generó un cambio en los planes de Alegre, quien alegó que buscaba evitar la violencia, por no querer “entrar en show o agresiones”. El cambio repentino respondió más bien a que en el partido había un grupo importante que fue a manifestarse, y él alegando que buscaba evitar hechos de violencia no asistió “porque conoce la conducta de mucha gente”.
Sin embargo varios legisladores con peso partidario no dan tregua a la conducción oficial del partido, como es el caso de la senadora Zulma Gómez. Considera a Efraín como el mejor operador político del Partido Colorado porque con su actitud y sus acciones está favoreciendo al partido de gobierno al debilitar la principal fuerza opositora.
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En el mismo sentido, el senador Fernando Silva Facetti lanzó todo tipo de calificativos desprestigiando la figura política del presidente liberal: “es un liderazgo arcaico, troglodita y estronista. Y una persona así, o tiene que recapacitar porque no podemos negar que es un dirigente histórico o tiene que irse, o tiene que dar un paso al costado, algo tiene que hacer antes de terminar matando el partido con sus acciones”, sentenció.
A la vez, otro de los liberales de peso, el diputado Édgar Ortiz solo le recomendó afiliarse a otro partido; “hoy debería irse al PDP porque a él lo único que le interesa es su candidatura. Debería fundar su propio partido, el partido militar auténtico, donde lo que él diga se cumpla”, indicó. Una de las cosas que cuestionan a Alegre es que durante su administración, en las pasadas elecciones municipales, se perdieron casi 20 intendencias, situación que se suma a las millonarias deudas a las cuales no respondía.
La incertidumbre de las elecciones municipales en puerta y la falta de representación en el directorio es lo que encamina a cientos de dirigentes y afiliados a una presión partidaria para que Efraín Alegre pueda dar un paso al costado y permitir que en el directorio del PLRA pueda asumir una figura que se vislumbre mejor posicionamiento político partidario dentro del escenario electoral.