El representante del Refugio Urutaú, Holger Bergen, denunció el robo de varias tortugas silvestres que estaban listas para volver a su hábitat y buscando repoblar el Chaco argentino, donde esta especie ya se encuentra en extinción desde hace tiempo.
“Se robaron las tortugas que estaban en cuarentena, ingresó un grupo de indígenas a la propiedad con bolsas y nos robaron las tortugas. Robaron para comer y lo peor de todo es que lo ponen vivos sobre el carbón para que muera ahí lentamente y después lo comen”, manifestó el encargado a la 1020 AM.
Sostuvo que es lamentable lo ocurrido en el refugio, atendiendo que son especies en peligro de extinción y destacó que es imposible recuperar las 21 tortugas robadas, atendiendo que fueron consumidas por los indígenas de la zona.
Bergen indicó que los nativos alegaron que forma parte de sus tradiciones y culturas comer las tortugas, por lo que procedieron a robarlas del refugio y consumieron en la comunidad, ubicada a pocos metros del refugio. Pidió también a las autoridades a tomar medidas sobre este tipo de hechos.
“Estas tortugas estaban para repoblar el Chaco de Argentina, ya que en ese lugar ya están extintas. Perdimos 21 tortugas, ya es casi imposible recuperarlas. Le perseguimos a la gente que salió corriendo. Estamos con muchas dudas, hoy entraron al refugio a robar tortugas, mañana no sabemos qué pueden hacer”, agregó.
El Refugio Urutaú trabaja para dar una segunda oportunidad a animales silvestres afectados por accidentes, pérdida de hábitat natural o por la acción del hombre. Está ubicado en la ciudad de Filadelfia, departamento de Boquerón.
Dejanos tu comentario
Guacamayos en peligro de extinción frenan parque eólico en Brasil
Un parque eólico en el noreste de Brasil debía ser una bienvenida solución de energía limpia. Pero preocupaciones por otro tipo de impacto ambiental lo enfrentan con habitantes y protectores de un guacamayo azul en peligro de extinción.
Con vientos fuertes y velocidad estable, esta región del gigante suramericano alberga más de 90 % de la producción nacional de energía eólica y el gobierno de Lula da Silva pretende convertirla en el “mayor granero” de renovables del mundo.
La francesa Voltalia obtuvo permisos y empezó a construir en 2021 un complejo eólico de 28 aerogeneradores con una capacidad de 99,4 megavatios en el municipio de Canudos, una zona semiárida en el norte del estado de Bahia.
Te puede interesar: Isla estadounidense de Guam se prepara para el impacto del tifón Mawar
Pero pronto se topó con una contracorriente de críticas tras conocerse que las enormes torres de 90 metros, con hélices de 120 metros, atraviesan dos zonas donde duermen los guacamayos de Lear (Anodorhynchus leari). Bautizados así por el poeta y viajero inglés Edward Lear, que los inmortalizó en uno de sus dibujos en el siglo XIX, estos guacamayos endémicos están clasificados como especie en peligro por la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Actualmente no superan los 2.000 ejemplares en la naturaleza. “Es muy arriesgado: (el complejo) puede aumentar considerablemente los riesgos de extinción”, dice a la AFP Marlene Reis, del Projeto Jardins da Arara de Lear enfocado en la preservación de la especie.
Para la experta, el impacto del parque eólico “puede ser irreversible, especialmente para un animal tan emblemático como esos guacamayos, que viven y se reproducen única y exclusivamente en esa región”. En atención a esos argumentos, la justicia federal paralizó a mediados de abril la construcción (ya en etapa final) de las turbinas, anulando los permisos dados por el estado de Bahia a Voltalia.
Según la decisión, un proyecto eólico ubicado en territorio de especies amenazadas o rutas de aves migratorias “no puede ser considerado de bajo impacto ambiental”. El tribunal ordenó realizar estudios más rigurosos y consultar a las poblaciones locales.
Voltalia, presente en cuatro estados de Brasil y 20 países, denunció una suspensión “indebida” y recurrió la decisión. “Las posibles consecuencias ambientales y sociales fueron tratadas exhaustivamente”, dice a la AFP Nicolás Thouverez, gerente de la empresa para Brasil.
Estudios requeridos por las autoridades del estado y a cargo de especialistas apuntaron que la instalación de los parques eólicos “de ningún modo pone en peligro la conservación de la especie y demostraron la viabilidad ambiental del proyecto”, añadió.
La empresa argumenta también que el impacto puede minimizarse pintando las aspas de las turbinas para aumentar su visibilidad, colocando GPS en las aves o instalando tecnología que permite detener inmediatamente las máquinas al detectar un sobrevuelo del animal.
Lea también: Estados Unidos: demócratas y republicanos negocian contrarreloj para evitar default
“En nombre del progreso”
Brasil tiene el mayor porcentaje de electricidad limpia del G20 (89 %) y lidera América Latina en su generación, según el centro de estudios Ember. Las plantas eólicas y solares generan 27 gigavatios (21,5 y 5,4, respectivamente) y otros 217 gigavatios son esperados hasta 2030, citó en un informe de marzo el Global Energy Monitor.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien asumió el poder en enero, prometió impulsar ese potencial, tras cuatro años de deterioro en políticas climáticas durante el gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro. Lula quiere convertir el noreste brasileño, que alberga 725 de los 828 parques de aerogeneradores del país, “en el mayor granero de energía limpia y renovable del mundo”, dijo este mes el ministro de Energía, Alexandre Silveira.
Silveira anunció planes para instalar ahí hasta 30 gigavatios de generación limpia, esencialmente de fuente eólica y solar. Las inversiones podrían llegar a 120.000 millones de reales (24.000 millones de dólares). El parque de Voltalia también suscita otras preocupaciones locales.
En las zonas rurales alrededor, unas 7.500 personas aún practican una ocupación comunitaria de la tierra para agricultura y ganadería. “El impacto será general”, dice a la AFP Adelson Matos, de 65 años y barba blanca, que cría cabras, ovejas, vacas y gallinas, y cosecha frutas en la vecina localidad de Alto Redondo.
El parque eólico “rompe toda armonía con el hábitat natural”, afirma, al quejarse de ruidos, rondas de vehículos a todas horas y denunciar una alteración de los ciclos de lluvia y vientos por la gigantesca infraestructura. “En nombre del progreso”, lamenta.
Fuente: AFP
Dejanos tu comentario
Senado aprueba Día Nacional del Yaguareté, visibilizando a la especie en peligro de extinción
Este jueves, la Cámara de Senadores dio media sanción al proyecto que reconoce el 29 de noviembre como Día Nacional del Yaguareté, pasando ahora a Diputados para su estudio. La organización Somos Yaguareté fue una de las entidades que impulsó el reconocimiento para poner sobre la agenda de la población y las autoridades a una especie tan representativa del país que se encuentra en peligro de extinción como el yaguareté.
“Desde la organización estamos muy contentos con la media sanción para este proyecto, que desde hace un año se encontraba sin dictamen en una comisión del Senado. La aprobación de esta ley implica mayor visibilidad para el yaguareté en nuestro país y posteriormente desarrollar políticas públicas de protección para la especie”, refirió para La Nación/Nación Media Andrea Weiler, de la organización Somos Yaguareté y una de las investigadoras que colaboró para la iniciativa.
Weiler puntualizó que otro de los objetivos desde la organización y los grupos sociales que luchan por la protección del yaguareté, aparte de este reconocimiento, es la revisión de la Ley 5302, que surgió en el parlamento en el 2014 y tiene algunas cuestiones en su redacción que pueden mejorarse y así brindar más garantías a la especie en peligro de extinción.
“Estamos convencidos de que este es un paso importante para concientizarnos acerca del estado crítico de las poblaciones de yaguareté en nuestro país. Recordamos que las principales amenazas a la conservación de la especie son la pérdida de hábitat, la cacería ilegal y disminución de sus presas naturales”, subrayó la investigadora.
Lea también: “Necesitamos un gobierno decente y patriota”, señala aspirante al Senado
Somos Yaguareté
La investigadora Weiler resaltó que Somos Yaguareté se caracteriza por ser un colectivo ciudadano que ama a su naturaleza y al mismo tiempo que busca el progreso económico del país. No obstante, resaltó que esto se debe desarrollar sin dejar de lado el mantenimiento de la calidad ambiental del país, lo cual constituye un compromiso a ser asumido a nivel nacional.
El colectivo, con base en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Asunción, fue creado con el fin de promover la conservación del yaguareté, sus presas naturales y su hábitat, buscando la convivencia con el hombre a través del trabajo conjunto de los distintos actores sociales.
“Queremos comprometernos también con los productores y buscar alternativas de certificaciones de calidad con aquellos que preparan la carne y al mismo tiempo conservar al yaguareté, cuidando su hábitat y buscan alternativas que no sean dañinas para esta especie”, resaltó Weiler.
Dejanos tu comentario
Ka’a he’ẽ y otras plantas medicinales en peligro de extinción ante falta de asistencia a pequeños productores
Desde la Asociación de Productores e Industrializadores de Plantas Aromáticas, Medicinales y Afines (Asoplant) refirieron que plantas medicinales como el jaguarete ka’a, jaguarundi y el ka’a he’ẽ se encuentran en peligro de extinción ante la falta de asistencia técnica a los pequeños productores del rubro.
“Según el Mades, estas plantas de consumo masivo local están en amenazadas y en peligro de extinción. Esto se da por una falta de apoyo y asistencia técnica a los pequeños productores, también la falta de estímulo en el rubro”, explicó a La Nación-Nación Media Marcos Sevilla, presidente del gremio.
También aseguró que debido a la ausencia de un mercado seguro de exportación de estas variedades se genera menor interés por parte de los productores. “También falta un plan estratégico por parte del Gobierno y eso es lo que estamos tratando de incentivar”, comentó.
Asimismo recalcó que existe mucha informalidad en el sector puesto que no se tiene alcance a todos. “Desde las capacitaciones técnicas queremos generar buenas prácticas e incentivos para la comercialización en el exterior, si bien el consumo local es significativo también hay que generar conciencia para la reproducción de las plantas medicinales”, dijo.
Uno de los factores se debe a la extracción directa del campo ya que no hay agricultores que luego reproduzcan ciertas variedades y a raíz de ello van quedando cada vez menos plantas. “Ese es el motivo principal y también la falta de incentivo de la agricultura familiar”, añadió. También el costo de los plantines representa un gasto muy elevado para los productores.
Exportación
En cuanto a los envíos se realizan principalmente a Alemania, Argentina, España, Brasil, Francia y Uruguay. Las de mayor comercialización son el cedrón Paraguay, romero, anís, tilo, burrito, ka’a he’ẽ, cola de caballo, palo azul, menta, entre otras.
Según Sevilla se tiene un promedio de US$ 9 millones anuales en cuanto al volumen de negocios, sin embargo, precisan actualizar los números referentes a toneladas puesto que se encuentran realizando el relevamiento de nuevos datos. Antes de la pandemia, cerraron el 2019 con 3.000 toneladas de productos enviados en formato de esencias, blends, infusiones y plantas en general.
Dejanos tu comentario
Técnicos de Itaipú logran germinar con éxito semillas de palmera nativa en peligro de extinción
Un equipo de investigadores conformado por biólogos, ingenieros forestales y agrónomos de la Itaipú Binacional lograron germinar de manera exitosa semillas de la palmera de la especie Butia marmorii Noblick, la cual se encuentra actualmente bajo severo riesgo de extinción.
La misma se trata de una especie de palmera nativa poco conocida para la comunidad científica y que además se encuentra entre las más amenazadas en nuestro país. De hecho, a nivel mundial se conocen poblaciones en estado de vida silvestre de esta especie únicamente en Paraguay.
El equipo de profesionales de la División de Áreas Protegidas y de Acción Ambiental, dependientes de la Superintendencia de Gestión Ambiental de Itaipú, llevaron a cabo los ensayos de germinación dentro del Vivero Forestal de la Binacional y en la Reserva Natural Tatí Yupí, la cual está bajo la protección de la hidroeléctrica.
Lea también: Paraguay busca establecer nexos comerciales con Qatar durante el Foro de Doha
La planta en mención fue descubierta en la década de los 80 por el botánico jubilado de Itaipú Guillermo Caballero Marmori, y caracterizada como especie nueva para la ciencia por el botánico estadounidense Larry Noblick en el 2006. La palmera Butia marmorii Noblick tiene altas probabilidades de extinguirse en su hábitat natural si no se implementan medidas de conservación que aseguren su supervivencia.
Considerando el hecho de que nuestro país alberga a los últimos especímenes de esta especie, la conservación de la misma se convirtió en una gran prioridad para la comunidad científica tanto nacional como internacional. Más aún considerando que todas sus poblaciones naturales conocidas se localizan en propiedades privadas, en áreas de relevancia para el desarrollo económico y humano.
Se conocen antecedentes de conservación con iniciativas orientadas hacia el cultivo de la Butia marmorii en condiciones controladas; por ejemplo, se realizaron experimentos en dos establecimientos botánicos del país; sin embargo, hasta ahora sin resultado favorable.
Lea además: Itaipú concluyó mantenimiento trienal para maximizar su producción energética
Proyecto de conservación llevado a cabo por Itaipú
Aun así, el proyecto de conservación ex-situ llevado a cabo por la Itaipú Binacional consiguió aclimatar hasta el momento un total de 65 ejemplares distribuidos en su Vivero Forestal y la Reserva Natural Tatí Yupí. El manejo ex-situ (germinación, reproducción y aclimatación en el citado vivero) fue parte de la estrategia para la conservación de las especies amenazadas.
Algunas de las principales ventajas del cultivo denominado ex-situ (fuera de su hábitat natural; por ejemplo, en jardines botánicos, colecciones privadas o bancos de germoplasma) yacen en el hecho de que esta modalidad de cultivo otorga material para la reintroducción de las especies en su propio hábitat natural a posteriori, y además se logra constituir un laboratorio viviente para las investigaciones científicas a futuro.