La Red Global de Periodismo de Investigación (GIJN, por sus siglas en inglés) destacó el reportaje periodístico “Pelota sucia: la silenciosa trata de futbolistas en Latinoamérica” como uno de los ocho mejores trabajos periodísticos de investigación en español del 2021. Se trata de un reportaje conjunto entre periodistas de Bolivia, Colombia y Paraguay, en este caso publicado por el diario La Nación.
“La GIJN, que es una de las organizaciones de periodismo investigativo más representativas del mundo, cada año hace una selección de lo que ellos consideran los mejores reportajes en inglés y en español. Me encontré con la sorpresa de que este año eligieron el reportaje ‘Pelota sucia: la silenciosa trata de futbolistas de Latinoamérica’ como uno de los ocho mejores que ellos encontraron en nuestro idioma este año”, señaló Aldo Benítez, periodista de La Nación y uno de los autores del reportaje seleccionado. La GIJN calificó al reportaje como “ambiciosa investigación audiovisual” que contó con el apoyo de Connectas, una organización sin fines de lucro que apoya el periodismo transnacional. Durante el trabajo periodístico el equipo encontró 217 casos de deportistas, quienes, lejos de hacer realidad sus sueños como futbolistas profesionales, terminaron siendo víctimas de una estafa. “En el reportaje, trabajado en forma conjunta con Santiago Espinoza, de Opinión (Bolivia), y Hugo Mario Cárdenas, de El País, de Cali (Colombia). Tomamos una historia que, si bien tenía publicaciones, fue la primera vez que tenía una cobertura y un trabajo de reporteo e investigación uniendo tres países”, refirió el periodista de La Nación.
“La trata de futbolistas jóvenes, muchos menores de edad, que son engañados con sus familias con el sueño de alcanzar a ser profesionales alguna vez. Conseguimos 217 casos. Una realidad que afecta a muchísimas familias en nuestra región”, destacó Benítez.
PREMIO “UNICEF, 75 AÑOS”
Durante la investigación, los periodistas tuvieron que realizar viajes para los reportajes y entrevistas, en plena pandemia del covid-19, mediante esto, identificaron a los agentes de explotación que siguen ciertos patrones con el objetivo de engañar a las familias de escasos recursos económicos prometiendo llevar a sus hijos a jugar fútbol profesional en el extranjero.
Estos agentes falsos piden una pequeña suma de dinero al principio, para luego exigir altas sumas de dinero a cambio de hacer triunfar a sus ilusionados hijos en el fútbol internacional. Los periodistas hallaron cientos de familias hipotecando sus casas, vendiendo sus pertenencias y haciendo otros sacrificios para acceder a préstamos para no “perder la oportunidad”.
Cabe destacar, que por este mismo reportaje periodístico, Benítez recientemente fue reconocido con el Premio de Periodismo “Unicef, 75 años” al reportaje escrito, otorgado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef )y la Agencia Global de Noticias de Global Infancia; por su labor conjugado en la promoción de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
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Paraguay se posiciona como un jugador importante del nearshoring
Ciudad del Este. Agencia Regional.
La sustitución de la producción en los mercados de Asia por una producción en los mercados de América Latina, que se enmarca dentro de la tendencia del nearshoring (mecanismo empresarial para transferir parte de su producción a terceros de otros países que están en destinos cercanos), como estrategia de negocios, es lo que pone a Paraguay en la mira para que las empresas locales respondan a la demanda de producción de compañías de otros países como Brasil.
En esta nota de La Nación/Nación Media, dos CEOs de industrias locales, Aldo Benítez y José Paulo Pereira, remarcan que Paraguay ya está incursionando en ese plan y tiene muy buenas perspectivas para ser un jugador relevante, dentro de esa tendencia mundial de fabricar productos cerca de los grandes mercados de consumo.
“En San Paulo aumentó considerablemente las consultas sobre la tercerización, lo que en el mundo empresarial industrial se llama private label, empresarios brasileños nos buscan para encontrar un proveedor paraguayo que reúna las condiciones de calidad y volumen de prendas que les pueda atender, sobre todo, en el rubro de la confección”, dijo Aldo Benítez, consultor de maquila y CEO de una de las empresas brasileñas asentadas en Alto Paraná.
Mencionó que es variado el sector sobre el cual ha recibido consultas, citando a empresas que puedan fabricar cosméticos, partes y piezas en hierro fundido, empresas que puedan proveerles partes y piezas en plástico, fábricas de confección de prendas, también bicicletas y “una serie de productos que se fabrican en China o en Brasil”.
Consultado si el interés es para depender menos de China, Aldo Benítez, indicó que es uno de los factores, no el único. “Tenemos varios elementos que hacen de aglutinantes; la política brasileña es una determinante, la condición sociopolítica de Paraguay, un gobierno de derecha, una continuidad de políticas de Estado, no solo de gobierno”, sostuvo el consultor. Agregó que estos aspectos juegan para que Paraguay se posicione a nivel internacional como una gran oportunidad para hacer maquila en América del Sur, siendo real la tendencia del nearshoring.
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“La sustitución de la producción en los mercados de Asia por una producción en los mercados de América Latina es real, la tendencia mundial es fabricar cerca de los grandes mercados de consumo, por el tiempo y la rapidez de reposición de las prendas, por ejemplo”, enfatizó el consultor.
Quieren fábricas ya instaladas
José Paulo Pereira Santos, gerente de una industria de la confección, fue enfático al señalar que el interés por inversión en nuevas industrias es “bien menor” porque se busca fábricas ya instadas con las cuales concretar negocios para la provisión de los productos que se necesita. “En vez de montar un fábrica quieren encontrar una ya existente para que les fabrique su producción”, expresó.
El ejecutivo dijo que Paraguay ofrece seguridad, calidad, productos premium, muy buenos y “la maquila funcionó, ya se validó la marca Paraguay”. Aclaró que incluso ya no depende de un solo producto y el gran negocio puede ser la provisión de productos fabricados en el país.
Paraguay, alternativa válida, seria y responsable
En la visión del consultor Aldo Benítez, la maquila juega un papel importante. “Después de más de 20 años de maquila, Paraguay se está mostrando como alternativa válida, seria, responsable, más de 1.000 millones de dólares exportados anualmente de productos maquilados y eso está empezando a generar confianza en las empresas que están en Paraguay, para que estas fabriquen”, manifestó Aldo Benítez.
Indicó que Paraguay tiene cerca de 500 millones de dólares por chicotes que se están enviando a todo el mundo, cables para montadoras que van a Brasil, a Corea, a los EUA y la Honda Motors Corporation recibe cables de Paraguay en los EE. UU., “lo que es algo que muestra la fiabilidad de la industria paraguaya”.
Consideró que estos datos muestran que Paraguay, por lo menos en maquila, ha ganado terreno en materia de confiabilidad de su proceso, en materia de proyecto estable, sostenible en el tiempo, lo que está repercutiendo positivamente en las demás operaciones.
“Paraguay va a seguir creciendo en lo que es manufactura, confecciones, textiles, los dos grandes jugadores están siendo los cables, los textiles, tal vez en tercer lugar los plásticos, la transformación de polímeros, esos son los que ya están consolidados aquí, ya existe todo un ecosistema de proveedores y de terceros que atienden a ese tipo de empresa”, señaló finalmente.
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Brasil quiere desplazar a Asia por fábricas paraguayas en tercerización de productos
Ciudad del Este. Agencia Regional.
Hay perspectivas de crecimiento en el sector industrial en Alto Paraná, con inversiones que se están ampliando y proyectos que están aterrizando. Es lo que sostuvo el consultor de maquila y directivo industrial Aldo Benítez Cabrera, requerido por La Nación/Nación Media sobre la proyección de las inversiones y mano de obra en la región.
Indicó que se está presentando una situación de consulta constante en Brasil sobre la tercerización y la posibilidad de que empresas paraguayas produzcan para firmas brasileñas. “Hay una consulta recurrente para que empresas paraguayas sean proveedoras como fabricantes de productos para marcas brasileñas”, explicó el directivo perteneciente a una consultoría en maquila, con oficinas en San Pablo y Ciudad del Este.
“En Brasil estamos captando ese interés de diversos sectores para que las firmas paraguayas formen parte de su cadena de producción. Por ejemplo, quieren a empresas que confeccionen ropas para empresas brasileñas; la tercerización de productos de plásticos, chicotes eléctricos para el rubro de energía fotovoltaica, ensamblajes varios, etcétera”, explicó Benítez Cabrera a Nación Media.
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El consultor empresarial refirió que todo esto indica que se ha dado un paso en la confiabilidad de las empresas paraguayas, para que desde el exterior tengan interés en concretar negocios para la fabricación de sus productos, o parte de ellos, en el país. Agregó que la confianza está relacionada al cambio de imagen que tiene el país.
Por otra parte, refirió que el interés de las empresas brasileñas se da también en el marco de ir cortando la dependencia de países asiáticos en la cadena de producción. “Es la tendencia de ir recurriendo cada vez más al negocio de los nearshoring (sistema por el cual empresas transfieren parte de su producción para que elaboren terceros), del cual el propio presidente Santiago Peña ha estado hablando”, manifestó Aldo Benítez.
Preparación de mano de obra
En el marco de la ampliación de inversiones ya instaladas y el proyecto de aterrizaje de otros, se generará un incremento de la mano de obra y en eso se está empezando a trabajar con la nueva dirección del Servicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP) en Hernandarias, según Aldo Benítez, a fin de contar con la mano de obra calificada para el área técnica específica que van requiriendo las empresas.
“Muchas veces asumimos como empresa esos costos por la falta de mano de obra”, dijo el directivo empresarial. Citó a sectores como la metalmecánica, plásticos, textil, para operadores de máquinas y diversos técnicos en el área de producción de telas, por ejemplo, como las más requeridas, para la cual, las empresas aportan también profesionales.
Mencionó las dos ediciones de cursos para operadores de calderas realizada recientemente con la Cámara de Empresarios de Ciudad del Este y Alto Paraná. Se trata de reciclar conocimientos, planificar un trabajo con el SNPP para determinar cursos específicos que interesan al sector industrial y generar la mano de obra necesaria para responder a la demanda, según Aldo Benítez.
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Avizoran un 2023 dinámico y con mayor movimiento en la industria de Alto Paraná
Ciudad del Este. Agencia Regional.
El movimiento industrial en Alto Paraná tuvo un inicio de año difícil que luego fue mejorando, lo que lleva a considerar que el 2022 fue un año de retomada del movimiento industrial. Es lo que señaló el vicepresidente de la Cámara de Empresarios de Ciudad del Este y Alto Paraná, Aldo Benítez, en nota de La Nación/Nación Media.
“Un año de retomada, difícil al inicio, que comenzó a mejorar en el segundo semestre y que a mi criterio nos permite avizorar un año 2023 dinámico y con mayor movimiento en lo industrial en Alto Paraná”, expresó el directivo del gremio empresarial. Agregó que en el rubro textil se dieron incrementos importantes. En cuanto a empleos, las industrias que más emplean a nivel país también están en el departamento, enfatizó el empresario.
De acuerdo a un reciente informe del Consejo Nacional de las Industrias Maquiladoras de Exportación (CNIME), existe un 19% más de exportaciones acumuladas de enero a diciembre años 2021/2022 y un 12% de empleos generados en el 2022 y el 12% más de compras de insumos para industrialización.
En este mapa, Alto Paraná, junto a Central, Amambay y Asunción concentran el 90% de las empresas, el 95% de empleo directo y el 84% del capital productivo. El crecimiento en la industria de Alto Paraná tiene que ver con el aumento de las exportaciones a nivel nacional, con números históricos en varios aspectos, como señala el informe del CNIME.
Desde las elecciones en Brasil hay más interés
Otro aspecto señalado por el empresario al hacer la evaluación del año es que desde las elecciones en Brasil se sintió un incremento en la búsqueda por más información, lo que equivaldría a más inversiones, siendo retomado los contactos y “varias empresas nuevas y ya conocidas nuestras están volviendo a analizar la opción Paraguay para invertir y tener distribuido su riesgo”.
“A nivel empresarial estamos viendo que la definición para el siguiente lustro también interesa mucho a los inversionistas, la política termina por ser un elemento determinante para la toma de decisiones de inversiones importantes y de triple impacto que son las que nos interesan”, sostuvo Benítez. Mencionó que a nivel local se dio un paso importante hacia la seguridad jurídica con el inicio del proceso de la definición de una zona industrial en Ciudad del Este.
En cuanto a aspectos negativos, mencionó que, “lógicamente, factores exógenos como la pandemia y la cotización del real dólar nos juega un papel preponderante, pero otros factores como la guerra de Rusia y las dificultades logísticas actuales también inclinan la balanza”. No obstante, agregó que “nos beneficia la tendencia de nearshoring, es decir, que centros de consumo compren de centros de producción cercanos”.
Hace falta ser menos burocráticos
Consultado sobre los aspectos que requieren mejoría, Aldo Benítez dijo que “en el rubro industrial falta todavía más infraestructura y no solo vial, además de necesitar mejorar aspectos informáticos de importación y exportación para ser más veloces y menos burocráticos”. Explicó que el paso internacional tiene que ser rápido y simple, sin dejar de ser seguro y controlado por las autoridades.
“Las demás instituciones públicas y ministerios están gradualmente mejorando sus procesos, este año dimos un importante paso de desburocratización de las importaciones de materia prima; por ley solo podía importarse vía aduanas de la capital, eso se derogó y ahora ya es una realidad, podemos importar por cualquier aduana de frontera”, manifestó el empresario.
Asimismo, añadió que las instituciones públicas están apuntando a entrar en la sinergia en pro de la industrialización adecuándose a los nuevos tiempos, con procesos menos complejos. Por otro lado, asegura que hay una “necesidad de adecuación legislativa en varios frentes y vemos que estamos llegando a un punto en el que eso se está dando, pero que merece especial atención de parte de futuro nuevo gobierno y estoy convencido que así será”.
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Memoria, mirada crítica y perspectiva de derechos humanos
Por Ricardo Rivas, periodista, Twitter: @RtrivasRivas
¿Memoria o recuerdo? D i l e m á tico, por cierto. Desde siempre. Recordar, me enseñó Eduardo Galeano, colega periodista, escritor y amigo con el que solíamos mantener largas charlas en el café El Brasilero, Montevideo, sostenía que significaba “volver a pasar por el corazón”. Pero no todo puede pasar por allí, sin dudas.
Blaise Pascal fue muy claro en ese punto: “El corazón tiene razones que la razón ignora”. Pero iba más allá porque advertía que “las emociones son las razones del corazón”. Memoria, por cierto, da cuenta de otra cosa. Después de tres días intensos en la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), en la capital de la provincia del mismo nombre, en eso pienso esta noche de viernes –fría y lluviosa– mientras miro con atención, desde la vieja mecedora, los leños crepitantes. Las y los periodistas en, de y desde las sociedades que reportamos somos coconstructores de las memorias. El copón cargado con Trapiche Iscay Malbec Cabernet Franc 2017 invita a la reflexión. El color intensamente púrpura de ese sólido producto mendocino se potencia cuando al fuego se lo observa al trasluz de la copa. Hasta el hoy no se arriba desde la nada.
UN VIENTO OSCURO
En San Luis, memorias, derechos humanos y periodismo de investigación fueron los ejes del debate que emergió desde la presentación de “Norma, la adelantada”, el libro que escribieron Óscar Flores, amigo-hermano y colega periodista desde poco más de tres décadas, junto con las jóvenes colegas Ivana Pereyra y María Laura Campo. En sus páginas reseñan la vida de Norma Sibilla, la primera mujer periodista en la región de Cuyo, integrada por las provincias de Mendoza, San Luis y San Juan. Pluma respetada y temida, también fue dirigente gremial y coredactora del convenio colectivo de trabajo de las y los trabajadores de prensa mendocinos. Esposa del también periodista Rafel Morán, trabajaban en el diario Los Andes de aquella provincia. El escritor Antonio di Benedetto los dirigía. El 24 de marzo de 1976, las Fuerzas Armadas argentinas dejaron de cumplir con la Constitución y las leyes de la República. Derrocaron al gobierno constitucional –legal y legítimo– de quien fuera la primera vicepresidenta (1973- 1974) y presidenta (1974-1976) en este país, María Estela Martínez Cartas viuda de Perón, “Isabelita”. Se pararon en la vereda de enfrente de la sociedad civil y decidieron comportarse como tropas de ocupación. La vida de todos y todas cambió para mal desde el mismo momento en que –por la cadena nacional de radio y televisión– con tono de amenaza que estaban bien dispuestos a cumplir, advirtieron que “las Fuerzas Armadas, en cumplimiento de una obligación irrenunciable, han asumido la conducción del Estado”.
LA CATÁSTROFE
Era la madrugada de aquel fatídico día cuando aquellos delincuentes comenzaron a violar sistemáticamente los derechos humanos en todo el país. Mendoza no fue una excepción. Norma Sibilla, Rafael Morán y Antonio di Benedetto estuvieron entre las primeras víctimas de secuestro, torturas, vejaciones y abusos. Los milicos inmediatamente impusieron la censura previa sobre los contenidos de los medios. Desaparecieron la libertad de expresión, la de prensa, el derecho de opinión, el de acceder a la información. Impusieron el terror. Así fue hasta del 10 de diciembre de 1983, el histórico y esperanzador día en que finalizó la última dictadura cívico-militar. Treinta mil desaparecidos y desaparecidas, unas 400 niñas y niños secuestrados y apropiados con sus identidades suprimidas.
Trágica catástrofe por criminalidad –por terrorismo de Estado– que, aunque intentaron ocultarla con un proyecto de autoamnistía que solo una parte de insignificantes éticos intentaron validar, fue rechazada por el Parlamento. La memoria social difícilmente se da por vencida. La búsqueda de justicia, tampoco. Mucho más cuando es necesario, imprescindible y reparador desde las memorias llegar a la verdad. Con diferencias, solo dos países, Argentina y Chile, fueron en esa dirección. Las devastadoras dictaduras cívico-militares que aplastaron Latinoamérica medio siglo atrás, con sus cómplices, trabajaron duro para que los juzgamientos que acaecieron en el sur del sur no fueran posibles en otros países. Impunidades y tristezas. Las y los trabajadores de prensa abogan con los testimonios que consiguen para que esas demandas sociales sean posibles. Académicos y académicas también lo hacen. Las magistraturas nacionales al igual que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) bregan por alcanzar esos objetivos.
PERIODISMO Y MEMORIA
La Justicia transicional da sus primeros pasos para que los pasados violentos sean justicia y paz y, de ninguna manera, más violencia. Sostienen y esclarecen Patricia Nieto Nieto y Yhobán Camilo Hernández, académicos de la Universidad de Antioquia, Colombia: “Cuando nos preguntamos por las relaciones entre el periodismo, la violencia y la memoria surgen frases como estas: el periodismo es la historia del presente, el periodismo es el día a día de la historia, el periodismo es el primer borrador de la historia. Las sentencias anteriores privilegian el valor que los textos periodísticos tendrán en el futuro, cuando los hechos dejen de ser noticia y los académicos aborden los medios de comunicación como repositorios de memorias periodísticas. Entonces, los investigadores acudirán a los archivos para obtener datos que los ayuden a describir un hecho o en busca de pistas para interpretar acontecimientos del pasado”.
Precisan luego: “El periodismo que trabaja por la memoria asume la responsabilidad de conocer a fondo los hechos del pasado violento, darles sentido una vez comprendidas todas las dimensiones de su complejidad, y comunicarlos con la intención de contribuir a la verdad, a la justicia y a garantizar la no repetición de las atrocidades”.
Colombia vive en estado de violencia desde unos 60 años. Con tantas generaciones involucradas, la tarea no es ni será sencilla. Como no lo es en ninguna parte. Son muchas las heridas. Son muchas las violencias. Son muchas las memorias. Y, por esas razones, es imprescindible entender que tanto el pasado como el futuro, siempre, lo habremos de mirar y relatar desde el presente que, si se quiere, en unos pocos segundos será pasado. La memoria, sin dudas, es uno de los grandes debates de la época no solo en Latinoamérica. Y, en ese debate, el periodismo, en cualquiera de sus formatos, no puede ni debe quedarse afuera, porque es seguramente la memoria social la que nos podrá evitar sufrir el secuestro o, más aún, la desaparición de lo que fuimos. De allí la relevancia de profundizar la reflexión a la hora de potenciar el periodismo de investigación y avanzar con nuevas narrativas situadas en, de y desde la perspectiva de los derechos humanos para hacer lo de siempre, contar historias, con relatos centrados en el respeto de la persona.
VERDAD, JUSTICIA Y DERECHOS
Como sociedades, somos lo que somos desde que fuimos. El tiempo, apoyado en investigaciones exhaustivas y en las sentencias de jueces justos y juezas justas, será productor de renovados sentidos comunes. No es sencillo ni tampoco los resultados se verán de ahora para dentro de unos minutos. Óscar Flores, Ivana Pereyra y María Laura Campo, en el 2021, junto con 233 periodistas caribeños y latinoamericanos se capacitaron en periodismo de investigación con la Sociedad de Corresponsales en Latinoamérica y el Caribe (Socolac) y el Programa GMDF (Fondo Global para la Defensa de los Medios) de la Unesco.
Memorias, derechos humanos, verdad, justicia fueron, son y serán las consignas sobre las que trabajaron e intercambiaron pareceres con colegas que tanto en el pasado como en el presente padecen de múltiples violencias que los tienen como blancos preferenciales de dictadores, autócratas y anócratas. La medianoche en segundos más quedará atrás. Emergen nuevos interrogantes que valen tanto para periodistas como para quienes no lo son. ¿Cuándo se hace memoria, qué es posible o imposible olvidar?
Héctor Schmucler –un académico gigante especializado en comunicación de quien tuve el honor de tener como profe en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) cuando maestraba– con frecuencia definía la importancia de la memoria, del no olvidar como “un concepto, un mandamiento, que está por encima de todos los mandamientos”. Pero iba por más porque a Schmucler no le preocupaba “la mera historia” –recordar los hechos–, sino “por qué los hechos han ocurrido y qué enseñanza dejan esos hechos o a partir de qué concepciones se produjeron aquellos sucesos”.
Destacaba, además, que la historia solo como acumulación de datos tal vez tenga poca relevancia porque la simple acumulación de información no enseña nada y, con vehemencia, impetraba que “solo la manera de ver los datos nos puede dar algún sentido de nuestra existencia”. En ese contexto, puntualizaba, con sentido didáctico, que “la memoria está construida por cosas que se recuerdan, pero necesariamente también por cosas que se olvidan. No hay posibilidad de recordarlo todo y si se recuerda todo es porque no se ha valorado qué recordar (y) porque se vuelve una simple acumulación no significativa”.
Como broche de alto valor, completaba el concepto con contundencia: “Toda memoria está construida por olvidos, pero saber qué olvidar –y aquí interviene la ética– es saber qué recordar”. Vale apuntar que Jorge Luis Borges, en 1948, publicó un cuento maravilloso titulado “Funes, el memorioso” que, sin dudas, es un claro ejemplo para ilustrar los párrafos precedentes. Funes, un campesino de Fray Bentos, Uruguay, tenía memoria de todo. En detalle. Desde un mapa de China tan grande como la China misma hasta las nervaduras de la hoja de un árbol. Pero, claramente, el autor y los millones de lectores que desde que fuera publicada aquella obra hasta nuestros días sabemos que aquella aptitud que había alcanzado a partir de un grave accidente cuando golpeó con fuerza su cabeza al caer de un caballo de nada le servía.
EL VALOR DE INVESTIGAR
El valor de la investigación periodística que desarrollaron Óscar, Ivana y Laura
–publicada por la Nueva Editorial Universitaria de la UNSL– justamente es mucho más que una acumulación acrítica de datos. Solo el secuestro del escritor y periodista Di Benedetto, subdirector del diario Los Andes, de Mendoza, tuvo espacio, hasta hoy, en los relatos epocales – periodísticos o no– que dan cuenta de las acciones sistemáticas del terrorismo de Estado. Di Benedetto, además de torturas y vejámenes, fue sometido a cuatro simulacros de fusilamiento. Las victimizaciones de Norma y Rafael apenas se supieron en Mendoza.
Tampoco se supo mucho de las compañeras de cautiverio de Norma, Liliana Beatriz Buttini, Yolanda Cora Cejas, Estela Izaguirre, Olga Salvucci Carrete, Carmen Corbellini, Eda Sbarbati de Alliendes, Silvia Rosa Alliendes, Vilma Emilia Rúppolo y María Elena Castro. No escribiré una sola línea sobre ellas. Carezco de autorización para hacerlo. Pero sí destaco el valor social de coconstruir memoria con mirada crítica y perspectiva de derechos humanos a través del periodismo de investigación que no necesariamente hará foco solo en el pasado.
“Criticar el pasado no significa borrarlo. Nuestro recuerdo histórico, aunque nos resulte ingrato, no prescinde de los mismos valores en los que se sostienen esos legados que nos han sido otorgados. Los legados cubren nuestra memoria. La memoria, para nosotros, para nuestra vida colectiva, no es simplemente la recordación. No es solo el pasado, sino la latencia de ese pasado en el presente. El pasado late, inevitablemente, en el presente. El legado es nuestra memoria y el presente lo solicita como un alimento primitivo”, advierte Schmucler y agrega didácticamente: “La memoria, no es vano repetirlo, es una manera de vivir el presente o se transforma en un ‘archivo muerto’ a la espera de que alguien, alguna vez, lo descubra para el presente de entonces”.
Memoria, historia, presente, legado. Palabras fuertes, por cierto. Especialmente en tiempos en que no son pocos los actores públicos que apremiados por diversas circunstancias responden a quien quiera oírlos que la historia los absolverá.
Ante tal afirmación que suena más a esperanza y desesperación que a certeza, Héctor Schmucler sostiene que “el riesgo de apostar al porvenir radica en dejar el presente entre paréntesis (y resalta que) no somos responsables del porvenir, sino en el vivir de hoy. Ningún presente se justifica en la fuga hacia el futuro (porque) solo vivimos el presente, donde se juega el pasado y el futuro (porque) seguramente lo que hagamos hoy condicionará el porvenir, pero nosotros vivimos hoy. Por lo tanto, nuestra obligación de decir lo que se siente y no lo que se ‘debería decir’ es impostergable”.
El profe Schmucler nos enseñó –y hago mío el concepto– que “no hay más memoria que la de hoy”.