Miriam Orrego, del Sindi­cato de Funcionarios Admi­nistrativos y de Seguridad, manifestó que el disgusto de los reclusos tiene que ver con muchas cosas que están suce­diendo. “La pandemia, la no visita de los chicos que están acostumbrados a sus hijos, el sistema estricto que tenemos sobre el ingreso de las personas por el coronavirus y muchas otras cosas detonantes que ellos están viviendo y que les disgusta, tal vez miles de casos les puedo decir. Pero sincera­mente todo es un motivo deto­nante para ellos”, apuntó.

“En todas las penitencia­rías hay más o menos como 7, 8 clanes, no solamente el PCC y el Rotela. Están los del Bañado Sur, el clan de Samura, el clan de Santa Ana. Hay demasiados clanes dentro de una penitenciaría; entonces, hay antagonismo entre ellos. El problema es interno entre ellos”, aseguró.

Pidió finalmente conside­ración para el trabajo de los guardiacárceles. “Ellos están arriesgando día a día su vida, mis compañeros entran a trabajar todos los días, pero no saben si van a salir y la muestra clara fue ayer”, puntualizó. Ayer, la ministra mencionó que son 160 los funcionarios perma­nentes, más los contratados, y esto fue confirmado por Orrego. Enfatizó igualmente que no son los necesarios. En un momento del motín se reportó que 18 guardiacárce­les habrían sido retenidos por los internos, al comenzar el conflicto; de los cuales se libe­raron 6 o 7, antes de la apari­ción de la ministra de Justicia para una negociación. Según datos extraoficiales, se estima que actualmente hay más de 3.100 internos en Tacumbú.

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