Reportaron el primer caso de muerte por asfixia por monóxido de carbono en el departamento de Itapúa. Se trata de un joven de 23 años que falleció tras haber inhalado el gas tóxico al dejar encendido un brasero en su habitación en un edificio, ubicado en el barrio San Pedro de Encarnación. Su propio padre halló el cuerpo sin vida en el sofá al lado del fogón causante del accidente casero.

Según datos proporcionados por la Comisaría 106, la víctima fue identificada como Roque Bautista Zaracho Cáceres, de 23 años de edad, domiciliado en el citado lugar. El hallazgo del cadáver se produjo el día de ayer lunes 17 de julio, aproximadamente a las 17:30, en el interior de un apartamento alquilado por el joven, situado en el primer piso de un edificio, sobre la avenida Río Paraná del barrio San Pedro.

El informe señala que el personal policial de la comisaría jurisdiccional acudió al lugar tras recibir una llamada telefónica en la oficina de guardia, alertando de la situación. Así también, se recibió al señor Juan Bautista Zaracho Argüello, de 58 años de edad, padre del fallecido, quien manifestó a los agentes que su hijo no respondía a las llamadas y mensajes en su aparato celular.

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Llamativa actitud

Comentó que ante esta llamativa actitud del joven, su papá fue hasta el departamento del mismo a fin de constatar el motivo por el cual no había retorno a sus llamadas y mensajes. Dijo que halló la puerta principal sin el seguro, por lo que logró ingresar en el interior. Allí se encontró con la trágica escena al divisar a su hijo acostado en el sofá ya sin signos de vida y en el costado había un brasero con carbón cenizo, causante de la tragedia.

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Tras constatarse este hecho se comunicó también al Ministerio Público y se hizo presente en el lugar la asistente fiscal de la Unidad Penal N.° 9, abogada Liliana Rojas. La agente acudió en compañía del médico forense, doctor Aldo Von Knobloch, quien inspeccionó el cuerpo diagnosticando como probable causa de muerte “asfixia por monóxido de carbono”.

Así también se constituyó en el lugar personal del Departamento de Criminalística de la Policía Nacional, a cargo de la suboficial inspector P.S. Natalia López. Tras los procedimientos de rigor, el cadáver fue entregado a su padre por disposición de la asistente fiscal interviniente. En tanto, continúan las pericias a fin de confirmar o descartar el diagnóstico certificado por el forense.

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