En el marco de la presentación de la investigación “Gratuidad de la educación pública: Estudios de caso sobre los aportes económicos de los hogares para la educación obligatoria”, siendo una iniciativa de Juntos por la Educación, habló la economista Verónica Serafini.

La profesional dijo que en Paraguay, el Ministerio de Educación y Ciencia (MEC) invierte menos en los niños, en comparación a los padres que envían a sus hijos a colegios privados, que gastan por lo menos 3 veces más.

“Estamos entre un 33 % y un 25 % de inversión de lo que podríamos empezar a pensar de lo que podría ser adecuado. Por lo tanto, el mito de ganar eficiencia no resiste, no vamos a conseguir hacer grandes mejoras en la educación. Con estos niveles bajos de inversión es necesario el gasto de bolsillo”, expuso.

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Mencionó que la otra pata de los logros educativos son las condiciones de educabilidad. Refirió que gran parte de los niños, niñas y adolescentes en Paraguay vive en condiciones de pobreza o de niveles muy altos de vulnerabilidad y nuestros niveles de protección social son bajos.

Señaló que Tekoporã tiene una cobertura relativamente alta pero en los últimos años con la incorporación de intendentes y gobernadores, en la decisión de las listas fue subiedo las coberturas en ciertos deciles (los deciles son la forma de organizar a la familia según su nivel ingresos).

“La cobertura promedio es relativamente baja, ni 20 % de los niños en Paraguay está cubierto y en los deciles de mayor pobreza están cubiertos entre el 20 y el 40 %. Tenemos todavía una brecha muy importante de cobertura de los programas de protección social”, enfatizó.

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A su vez, Serafini indicó que si hablamos del Programa de Alimentación Escolar (PAE), este tiene una cobertura bastante mayor, alrededor del 50 % y es el que mayor cobertura tiene también en el decil más pobre. “La focalización de PAE es mejor que la de Tekoporã en este momento porque focaliza escuelas en condiciones de vulnerabilidad y dentro de esas escuelas provee a todos los niños y niñas de la escuela sin distinción”, apuntó.

Resaltó el hecho de que todos los programas en general tienen dificultades para llegar al decil más pobre y que ni Tekoporã llega a todos los que debiera llegar, ni la pensión alimentaria para adultos mayores llega a todos los que debiera llegar. “Les está siendo más fácil llegar a los deciles de mayores recursos. Necesitamos mirar mejor para ver cómo hacer para llegar a los deciles de mayor pobreza”, afirmó.

Niveles de precariedad

Igualmente, habló acerca de los niveles de precariedad y que 2 millones de niños, niñas y adolescentes viven en hogares con adultos ganando menos del salario mínimo. “40 % de los niños en Paraguay está en condiciones de pobreza y otro 20 % más vive en hogares donde los adultos no ganan salario mínimo. Ese es un factor determinante para comprender la precariedad con la que están los niños y niñas cuando entran a la escuela y también el impacto negativo del gasto de bolsillo. En condiciones de bajos niveles de ingreso, las familias están obligadas a gastar o a invertir”, lamentó.

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En cuanto a la brecha de cobertura de Tekoporã, destacó que tiene 2 evaluaciones de impacto internacionales que demuestran su efectividad en los indicadores que se buscan: mejora la alimentación, mejora la permanencia en la escuela y mejoran las condiciones de salud.

“El 51 % de los niños viven en hogares sin ningún tipo de protección social, ni siquiera un abuelo o abuela con jubilación, lo que quiere decir que dependen exclusivamente del ingreso laboral de la familia”, agregó.

Ingreso laboral hoy

Explicó, que el ingreso laboral hoy, después de empezar a caer rápidamente en 2014, hoy tenemos el mismo ingreso laboral que 10 años atrás. “Los aumentos nominales de los ingresos fueron absorbidos por los niveles de inflación. Hoy las familias paraguayas viven con los mismos ingresos que una década atrás, demostrando que nuestro modelo económico también tiene limitaciones”, acotó.

Sostuvo que invertimos poco en educación y en protección social. “El modelo económico no está teniendo impacto ya en los ingresos laborales, por lo tanto, tenemos una niñez que ya estando en condiciones de pobreza y precariedad, tiene que enfrentar los desafíos educativos. Es muy difícil si no encontramos la fórmula para mejorar la inversión, tanto en educación como en protección social, salir de esta situación”, puntualizó la economista.

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