No podemos desconocer que el acceso a dispositivos digitales forma parte de nuestra cultura actualmente y se volvió importante como método educativo y de socialización sobre todo en los últimos años con la pandemia que atravesamos, pero eso no debe implicar el uso indiscriminado de los mismos, sobre todo en los niños.
Desde la Dirección de Salud Ocular, del Ministerio de Salud Pública, instan al cuidado de la salud ocular de los niños, sobre todo en estas vacaciones, donde entre otras cosas, estarán expuestos al ocio y con ello a las pantallas de televisores, tabletas, videojuegos y celulares.
Según la Dra. Sofía Maldonado, directora de Salud Ocular, atendiendo a la cultura actual de la tecnología, se puede hablar de pautas de crianza para el mundo virtual, así como lo hacemos para la vida cotidiana de nuestros niños, para ello es importante conocer algunos datos importantes que nos pueden ayudar a comprender la situación.
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“Cada vez observamos con mayor frecuencia que niños pequeños son expuestos a pantallas digitales. Siguiendo las guías de las diferentes Sociedades de Pediatría, Oftalmología y la OMS esto no es recomendable debido a que entre los 0 y 5 años se encuentran en un periodo muy importante para el desarrollo cerebral”, indicó la Dra. Maldonado en comunicación con La Nación/Nación Media.
Agregó que en este periodos deben construir relaciones seguras y adquirir comportamientos saludables. Además, deben priorizarse el desarrollo de habilidades cognitivas, de lenguaje, motrices y socio emocionales. Si bien, aclaró que la luz azul de las pantallas no es adictiva es bastante perjudicial su uso diario.
“Utilizar el término “adicción” según algunos estudios en relación al uso diario de estos dispositivos es de poca ayuda e incluso en ocasiones perjudicial. La luz azul no es adictiva, pero si los hábitos de utilizar frecuentemente las pantallas sin límites por parte de los padres o cuidadores conlleva a que se presenten dificultades para controlar el uso de parte de los niños y adolescentes, apareciendo en consecuencia episodios de irritabilidad, ansiedad, estrés”, dijo al ser consultada si la luz de las pantallas podría ser adictivo.
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Refirió también que existen estudios científicos que demuestran que pasar más tiempo frente a las pantallas digitales y sobre todo a una distancia menor a 30 centímetros, genera cierta predisposición a presentar cambios en el ojo como por ejemplo miopía que es la dificultad para la visión cercana y astigmatismo que es la dificultad para enfocar la imagen con nitidez.
Igualmente, algunos autores hablan del “Síndrome de la Visión por Videojuegos” en niños de entre tres y 10 años con síntomas comunes visuales y no visuales relacionados al exceso de enfoque a corta distancia durante largos períodos de tiempo. En EEUU el número de personas que desarrollan miopía se duplicó desde 1971, mientras que en Asia el porcentaje de jóvenes y adolescentes con miopía pasó de ser entre 10 y 20% a 90 % en los últimos 60 años, esto relacionado a la luz azul, el trabajo a cortas distancias y la luz artificial.
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“Cada vez más estudios demuestran el efecto beneficioso de las actividades al aire libre como un efecto protector ante el desarrollo y el avance de la miopía, relacionado al enfoque a distancias lejanas y relajación de los músculos intra y extraoculares. La Asociación Americana de Pediatría y la OMS han elaborado guías para padres y profesionales con recomendaciones sobre uso de dispositivos digitales”, dijo Maldonado a LN.
Recomendaciones
Según las recomendaciones internacionales médicas los niños de 0 a 24 meses no deben estar expuestos a las pantallas digitales, pero pueden exceptuarse las videollamadas. Para los niños de dos a cinco años se debe limitar el uso de las pantallas a una hora o menos, de preferencia con programas educativos, supervisados por adultos que interaccionen con ellos y les ayuden a comprender el contenido.
Mientras que con los niños de seis en adelante se deben establecer límites de tiempo claramente definidos, siguiendo la regla del 20-20-20 que significa mirar objetos situados a unos seis metros (equivalente a 20 pies), cada 20 minutos y durante al menos 20 segundos y mantener los dormitorios, la hora de la comida y el tiempo de juego con el niño libre de este tipo de dispositivos.
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También se recomienda no usar dispositivos una hora antes de ir a dormir debido a que pueden interferir en la calidad y las horas de sueño, así como evitar su uso como estrategia para calmar al niño. Además, se recomienda un control periódico con el oftalmólogo para que tengan un control al nacer, a los tres meses, a los seis meses, al cumplir un año y luego cada año hasta llegar a la adolescencia.