Refieren que es importante la atención domiciliaria para descomprimir de alguna manera los centros de contingencia y que los pacientes sean atendidos precozmente, evitando llegar a estado grave.

Ante la delicada situación sanitaria que estamos viviendo en nuestro país con la pandemia del COVID-19, una estrategia que ayudaría bastante es la atención domiciliara para personas con sospecha o confirmación de COVID-19.

Al respecto, el infectólogo Tomás Mateo Balmelli dijo a La Nación que hace más de 1 año viene diciendo que las unidades de salud familiar (USF) deben salir a hacer trabajos de campo. Sostiene que dentro de sus comunidades deben salir a hacer una medicina educativa, preventiva y asistencial.

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“Si vos hacés una campaña donde le enseñás a la gente cuáles son los síntomas que tiene que monitorizar desde el día 1 al día 5 de contraer la infección y del día 5 al 10 que es generalmente cuando se presentan las complicaciones, el individuo infectado va a saber cómo está. Si a eso le agregás que pueda controlarse su saturación de oxígeno, repartiendo saturómetros para familias enteras”, empezó diciendo.

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Indicó que se le explica a las personas que mientras la saturación esté por encima de 93% podemos estar bien, si baja por debajo de 93% tiene que asistir a un centro asistencial para ser evaluado y por debajo de 89 muy probablemente requiera internación para recibir oxígeno. “Vas a descomprimir de alguna manera los centros de contingencia de COVID-19 y obviamente los pacientes van a ser atendidos más precozmente y no van a llegar en un estado de gravedad que requieran terapia intensiva”, sostuvo.

Mencionó que en muchos países latinoamericanos se está imponiendo la medicina ambulatoria, ir a buscarle al paciente infectado, enfermo, enseñarle a la gente cuáles son los síntomas que tiene que estar monitoreando para que ellos puedan ubicarse dónde están y luego darle una brújula que sería el saturómetro para saber hacia dónde están yendo. “Mientras no hagamos una medicina mucho más preventiva, educativa, muy probablemente vamos a seguir con el colapso sanitario que tenemos”, expresó.

Balmelli refirió que tenemos muy pocos hospitales que realmente puedan albergar a esa multitud de pacientes que está asistiendo. “Prácticamente toda la responsabilidad de la salud está cayendo sobre el Ineram, Nacional de Itauguá y la Clínica de Ingavi. El sector privado está abarrotado. Esto no va a dejar de incrementarse, esto va a ir subiendo todavía por 3 o 4 semanas más. Hoy los hospitales están al tope, en el área privada, previsional, pública y universitaria. Hay que implementar sistemas de medicina ambulatoria donde las USF, los médicos que ya están inmunizados y con equipos de protección, puedan asistir a su comunidad”, afirmó.

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Implementación inmediata

Señaló que el año pasado no se implementó nada, fue un año de pandemia donde nos encerraron, tomaron la actitud más cómoda, encerrarnos a nosotros y dejarlo al virus afuera.

“Este año realmente estamos lidiando con la pandemia, que nos encuentra en un proceso de interacción con actividades liberadas a partir del 5 de octubre, con un agotamiento físico, psíquico y económico por parte de la población. Una nueva cepa que importamos del Brasil mucho más transmisible, mucho más virulenta y de mayor tiempo de duración, hablando de las cepas de Manaos. No es que tenemos 2 casos, esos fueron los que salieron positivo de las que se mandaron a estudiar al extranjero, tenemos miles y miles de casos. De hecho que es una cepa que está circulando dentro de la comunidad paraguaya”, remarcó.

“Estamos re a tiempo. Siempre hay un primer día. Ya no hay más que pensar, organizar ni reunirse porque demasiadas reuniones hacen. Hay que hacer nomás ya, dar las órdenes. Nosotros estamos en una batalla con autoridades sin autoridad. Hay que comenzar a bajar línea, mucho tiempo ya pasó de la pandemia. Tenemos que ver hechos para que la gente vuelva a cuidarse desde el punto de vista sanitario. Es la única manera de reenlentecer la transmisión del virus. No vas a ganar la pandemia, las pandemias no se ganan, se gestionan, se administran”, argumentó.

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Situación de alarma

Finalmente, el infectólogo manifestó que si bien estamos con un alto número de fallecidos y positivos todos los días, no estamos ante una situación de catástrofe.

“Nosotros todavía estamos en condición de dar algún tipo de asistencia a la población. No es una situación de catástrofe, sino de alarma. No sé si estamos lejos o cerca, pero ahora mismo no estamos. No es catastrófica la situación, es alarmante. Estábamos en alerta, ahora estamos en alarma y el siguiente paso puede ser una catástrofe sanitaria”, comentó.

Para el médico, las probabilidades de que nuestro país llegue a una situación de catástrofe no tiene base tan sólidas.

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“Yo no creo que lleguemos porque Paraguay tiene muchas bendiciones, como ser un bono demográfico joven, solo el 10% de la población es mayor de 60 años, el paraguayo es relativamente limpio, es bastante obediente y consiente, realiza mayormente sus actividades al aire libre y el clima nos permite porque tenemos un clima tropical, es diferente a los países de primer mundo porque el frío te obliga a estar encerrado”, puntualizó.

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