Antes de la pandemia se dedicaba al rubro de organización de eventos, pero tuvo que ingeniarse para salir adelante y hoy tiene muchos pedidos.

Ailton Ortiz tiene 40 años y si bien siempre le gustó todo lo relacionado al arte, no fue sino al inicio de la cuarentena impuesta a consecuencia del COVID-19 que se dedicó a lo que le gusta y le sale maravillosamente bien: dibujar y pintar. Anteriormente trabajaba en organización de eventos.

Vive en la ciudad de San Antonio y es egresado de la promoción 2008 del Instituto Superior de Bellas Artes (ISBA), donde perfeccionó sus técnicas, pero dijo que como no hay salida laboral, optó por otra cosa.

En contacto con La Nación, Ailton relató que llegó a exponer en galerías, pero como su nombre no es reconocido no llegó a vender sus obras, entonces se desanimó y tomó a los dibujos y a la pintura como pasatiempo y se dedicó a la docencia.

“Yo no me dediqué a esto, iba a dedicarme, pero como no hay salida en nuestro país, no se valora tanto el arte por nuestra cultura misma, si no estás entre la élite de los grandes no podés competir. Enseñé en colegios privados, universidades, todo lo que es artes plásticas durante 12 años y ahí me metí en otro rubro que es el de los eventos”, mencionó.

Durante cuatro años todo le fue muy bien, incluso creó una miniempresa familiar, pero con la llegada del virus pandémico tuvo que pensar en otra cosa para tener un ingreso y salir adelante.

“Teníamos todo, armábamos un cumpleaños entero y ofrecíamos servicio completo hasta que vino la pandemia. Fuimos los primeros en quedarnos sin trabajo y vamos a ser los últimos en retomar porque no tenemos esperanza todavía, y entonces no sabía qué hacer. Me agarró de sorpresa, de contramano, como se dice, no tenía otra cosa que hacer y antes del Día de la Madre pensé en pintar las tejas que tenía en casa para vender 1 o 2 y como para salvar algo”, recordó.

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Arte en tejas

A inicios del mes de abril empezó pintando flores, paisajes y su vecina le pidió para que le pinte a su mascota. “Me pasó la foto e hice el trabajo de su perrito que se llama Beethoven y a partir de ahí digo que fue el inicio de lo que explotó el tema de mi trabajo. Empecé a hacer las mascotas y demasiado le gustaba a la gente porque son muy idénticas, porque son personalizadas. A full estoy con eso. Hasta hoy todo el día dibujo mascotas porque tengo pedidos agendados y trabajo de acuerdo a la lista. Tengo muchísimo trabajo”, expresó contento.

Dijo además que no se trata de poner pintura y ya, porque él quiere hacer el trabajo bien, pone énfasis en cada detalle, lo que caracteriza a la mascota. “Por día hago 15 trabajos cuando estoy inspirado, pero el promedio es de entre 10 y 15 por día. En total hasta ahora más de 3.000 tejas ya pinté”, aseguró.

“Quiero destacar la solidaridad de la gente, porque hasta el momento no compré todavía ninguna teja, todas me regalaron y tengo muchas que no tengo tiempo nomás todavía para ir a buscar, pero cada vez que está por terminar, me voy a buscar, de Itauguá, Capiatá, Ñemby, San Antonio, de todas partes”, agregó.

Ideas nuevas

Ailton aprovechó la ocasión para contar que tiene un nuevo proyecto con antenas recicladas y que ahora está con eso, además de las tejas. “Una señora me trajo una antena para que le dibuje en eso y pinté un paisaje y demasiado le gustó, entonces la gente me puede traer también sus antenas y les preparo”, afirmó.

También implementó una nueva modalidad de exposición virtual con video en vivo donde muestra sus trabajos y la gente que quiera comprar, se comunica con él y hace reservas.

Pedidos

Las personas interesadas en adquirir los bellos trabajos hechos por Ailton, pueden comunicarse con él al (0981) 667-521 y hacer sus pedidos. “Gracias a Dios me está yendo bien y tengo mucho trabajo. Me pueden llamar a este número para consultar precios, ver modelos. Yo pinto sobre cualquier tipo de material, eso no hay problema. Cada material tiene su costo y su técnica”, sostuvo.

Indicó que el precio de las tejas va desde 20.000 guaraníes y es de acuerdo a la complejidad del trabajo. ”Son dibujos que saco de mi mente o que la gente me pasa, son personalizados, pedidos de clientes. Son accesibles, esa es una las ventajas. Por la situación misma que estamos pasando no se puede cobrar caro, tenemos que tratar de hacer económico para que todos tengan la posibilidad”, comentó.

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El entrevistado refirió que tiene también trabajos ya hechos en su casa como para pasar a retirar. “Yo trato de hacer mi trabajo que es de mascotas hasta las 20:00 y 2 horas dedico a otros trabajos, hasta las 22:00 y después empiezo a las 6:00, hay muchos pedidos”, señaló.

Explicó que también cuenta otros trabajos, de los santos, por ejemplo, que es técnica mixta, en la que se mezcla pintura e impresión. Pero los pintados en su totalidad son las mascotas, flores, paisajes.

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