El Sindicato de Trabajadores de la Ande (Sitrande) prepara ollas populares que alcanzan para más de 400 personas entre la población carenciada a la que urge asistencia ante la emergencia sanitaria a causa del COVID-19. Los alimentos se consiguen mediante aportes voluntarios entre los integrantes de la agrupación. La actividad se viene realizando desde hace una semana por parte de los funcionarios.
Esta mañana, los trabajadores cocinan grandes ollas de guiso en la sede de Boggiani, cuyas raciones ya preparadas luego serán distribuidas entre personas vulnerables de una comunidad de la ciudad de Luque. Los organizadores señalan que el objetivo con cada día de solidaridad es llegar a zonas donde la ciudadanía no está recibiendo ayuda del Estado.
“Nosotros cocinamos para muchas personas y tenemos muchas ollas. Nace de ahí la idea. A través de WhatsApp pedimos aportes a los compañeros, pasamos una lista de lo que necesitamos y se prendieron los compañeros, especialmente desde el lunes pasado. Se prendieron cuando vieron cómo llegaban los voluntarios. Les motivó y empezó a llover aportes”, expresó Adolfo Villalba.
El dirigente señaló que existen muchas necesidades entre la población y que ante la falta de ayuda buscan sumar la solidaridad. Es así que los gestos se multiplicaron entre los trabajadores que hicieron llegar todo tipo de productos para elaborar platos de comida. Para los voluntarios es muy importante ningún tipo de injerencia política en la ayuda.
“Alrededor de 400 platos creemos que vamos a distribuir, vamos a ir a Luque. Nos encontramos en un punto con un coordinador y luego se entregan los platos a los que necesitan alimentos”, afirmó Villalba.
Los aportantes son trabajadores y jubilados de la empresa estatal. Mientras que los beneficiarios fueron hasta ahora habitantes de los barrios Tacumbú, San Blas, San Felipe, Tablada, Bañado Sur y Luque. Los organizadores mencionaron que están abiertos a recibir donaciones de la ciudadanía.
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Cuarentena por covid: hace 5 años se paralizó el país
- Por Sara Valenzuela.
El martes 10 de marzo del 2020, la forma de vida de todos los paraguayos sufriría una alteración imborrable, ya que solo tres días después de confirmarse el primer caso de covid en nuestro país, el Gobierno instauraba una inédita cuarentena sanitaria por un periodo inicial de 15 días.
El primer periodo de cuarentena se instauró por decreto presidencial y se estipuló la suspensión de todos los eventos públicos o privados de concurrencia masiva, así como conciertos, prácticas deportivas, reuniones religiosas o de carácter político, actividades en lugares cerrados que incluían a cines, teatros y convenciones. Esta medida también alcanzó a las instituciones educativas de todos los niveles.
Los primeros 15 días posteriormente fueron extendidos a semanas y meses. Luego, con la evolución de los contagios y el avance de la enfermedad en el mundo, fue sufriendo modificaciones, abriendo paso a la llamada “cuarentena inteligente” y luego a la “cuarentena por fases”, que se activaban según los territorios con mayor o menor afectación por el virus.
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Analizando en retrospectiva, el médico epidemiólogo Guillermo Sequera, quien en el momento de la pandemia se desempeñaba como titular de la Dirección de Vigilancia de la Salud, resaltó que haber tomado la medida de cuarentena de una manera casi inmediata a la confirmación de los casos en nuestro país le dio al sistema sanitario nacional una brecha para prepararse ante lo que se avecinaba.
“Cuando empezó la pandemia, nuestra capacidad de analizar muestras era de 16 o 17 por día, y así era imposible determinar si existía o no ya una circulación comunitaria, por lo que tras hablar con colegas que estábamos todos con este tema alrededor del mundo y viendo la situación de diferentes países, determinamos que la cuarentena era necesaria en Paraguay para frenar los brotes que posiblemente ya se habían iniciado”, recordó el doctor Sequera en conversación con La Nación/Nación Media.
El reconocido profesional aseguró que el solicitar a todo un país que frene sus actividades, las cuales necesariamente afectarían a la economía nacional, era un enorme desafío que finalmente se logró conquistar, dando tiempo a los médicos a analizar los siguientes pasos teniendo en cuenta que la situación ante el avance de la enfermedad era sumamente fluctuante.
“Nueva normalidad”
“Cuando empezó la pandemia, se creía que el virus iba a llegar a nuestro país proveniente de China, Europa o Estados Unidos y no fue así; los primeros contagiados viajaron y regresaron de países de la región en los que ni siquiera se había confirmado la presencia comunitaria del virus, entonces nosotros supimos que el camino correcto era extremar las medidas de salubridad y, sobre todo, llamar a la conciencia de la población”, indicó el doctor Sequera a LN.
La vida de los paraguayos había cambiado de la noche a la mañana; los planes que en muchos casos se habían hecho con meses de antelación ahora simplemente quedaban en pausa indefinida; las multitudinarias reuniones familiares que eran una actividad casi religiosa para muchos quedaron relegadas ante el encuentro a través de videollamadas o un saludo a metros de distancia; los encuentros recreativos y los bulliciosos quedaron coartados a las salas de estar, los balcones y ver repeticiones de eventos deportivos.
Si bien esa “nueva normalidad” golpeó con fuerza a todos los paraguayos, muy acostumbrados al roce social, los médicos también se enfrentaban a una realidad que los paralizaba, el aumento de los casos, los tratamientos que conforme se conocía a la enfermedad se iban implementando y la dura realidad de que nadie estaba preparado para lidiar con un nuevo virus.
Experiencia abrumadora
“Fue muy difícil; uno salía, iba, hablaba con los colegas y tratábamos de marcar un protocolo de atención, pero después debíamos de modificar eso y cambiar tratamientos conforme obteníamos la información, porque estábamos lidiando con un virus que no conocía nadie, que nadie sabía exactamente cómo tratar y, lo peor, que no sabíamos cómo evolucionaba para al menos tener un parámetro de tiempos”, expresó el epidemiólogo a La Nación.
En carácter personal, asumió que si bien se capacitó y estudió para este tipo de situaciones, son muy pocos los médicos que tienen la experiencia con epidemias o pandemias, ya que la aparición de este tipo de fenómenos a lo largo de la historia son distantes uno del otro, por lo que ciertamente los médicos y especialistas contaban con las herramientas teóricas, la práctica era abrumadora.
“Yo sabía lo que se tenía que hacer, y con los colegas a nivel internacional hablábamos de los planes de acción, pero uno muchas veces se veía sobrepasado por lo que ocurría, por el conteo de infectados y por sobre todo el de fallecidos; a esto había que sumarle el hecho de que nadie te enseña como comunicarte en estos casos. Yo tenía que salir a hablar y demostrar calma cuando en realidad la situación me dolía mucho”, recordó el doctor Sequera.
Fortalecimiento sanitario
Admitió, además, que esta crisis sanitaria por la que atravesó el mundo y, en particular, Paraguay, dejó en el sistema sanitario nacional precedentes importantes, como el hecho de la extensión de la capacidad de las unidades de terapia intensiva a nivel nacional, la provisión de oxígeno que ahora cada centro asistencial cuenta y las instalaciones y adecuaciones de infraestructura que se dieron en hospitales de referencia para hacer frente a la crisis.
A cinco años del inicio de la pandemia, recordar los contagios, la cuarentena, las medidas de seguridad y, por sobre todo, a los fallecidos a causa del covid, resulta aún difícil porque en la memoria quedaron impregnados momentos que generaciones enteras nunca habían imaginado siquiera vivir, la incertidumbre de contraer el virus, el miedo ante la enfermedad, la impotencia por la cantidad de vidas cobradas y la certeza de que nada volvería a ser igual.
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Servicio civil: Sitrande dice que no hay objeciones y que los “reclamos se han corregido”
El secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Administración Nacional de Electricidad (Sitrande), Adolfo Villalba, dijo que no se acoplarán de forma masiva a la movilización convocada desde las centrales obreras para este miércoles 13 de noviembre con el fin de solicitar al Senado la postergación del proyecto de reforma del servicio civil.
Detalló que la decisión fue tomada este último lunes por la mesa directiva del sindicato al no existir objeciones a la iniciativa impulsada por el Poder Ejecutivo que tiene como objetivo iniciar un sistema de jerarquización del funcionariado público.
“Hemos corroborado que en el proyecto colectivo presentado al Parlamento que los reclamos principales que hemos tenido como sindicato sí se han corregido, esto teniendo en cuenta que en el proyecto habían varios artículos que suponían un retroceso en cuanto a lo que es el derecho de los trabajadores”, sostuvo al programa “Así son las cosas” del canal GEN y Universo 970 AM/Nación Media.
“Hoy en día estamos regidos por la Ley 1626 que es de la función pública, entonces hicimos una comparación con esta normativa, el motivo de ser de los sindicatos es verificar que el trabajador no salga perjudicado y que la ley no tenga un retroceso, entonces controlamos que el proyecto de la carrera civil mínimamente sea igual en cuanto a los derechos laborales”, remarcó.
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La propuesta de reforma impulsada por el Poder Ejecutivo fue presentada por el Ministerio de Economía y Finanzas al Congreso Nacional el 16 de setiembre pasado. La iniciativa incluye puntos relacionados con el nepotismo, la estabilidad laboral, mecanismo de ingreso a la función pública, entre otros.
“Somos funcionarios públicos y que haya una ley que nos rija no está mal. Acompañaremos muy de cerca el tratamiento del proyecto de ley, estarán presentes nuestros delegados, pero no saldremos masivamente a corroborar que la propuesta acordada sea aplicada. Si uno se coloca a leer el proyecto de ley de la carrera del servicio civil podrá ver que en grandes medidas es un copia y pegue de la ley 1626 con algunas correcciones luego de los 20 años de vigencia que tiene esta norma”, dijo.
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Sitrande, sin postura oficial sobre salario mínimo
Mañana miércoles 12 de junio se realiza la reunión prevista del Consejo Nacional de Salario Mínimo (Conasam), que evaluará y propondrá el reajuste del salario mínimo, con base al último informe de inflación del Banco Central del Paraguay (BCP), que fue del 4,4 %, por lo que según la ley este porcentaje será el planteado como aumento.
Al respecto, el programa “Así son las cosas” de canal Gen y Universo 970 AM/ Nación Media conversó con un representante del Sindicato de Trabajadores de la Administración Nacional de Electricidad (Sitrande), para conocer la postura de uno de los gremios de trabajadores más representativos.
Integran mesa de trabajo
El secretario general del sindicato, Adolfo Villalba, explicó que en su opinión personal como trabajador no está de acuerdo con el sistema de medición de la inflación, aunque como sindicato no cuentan con una posición oficial, ya que se rigen por el presupuesto, pero sí afecta al sector de contratados de la entidad.
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“Particularmente no creo que la inflación sea solo 4 %, porque si uno se va al supermercado se da cuenta que es mucho más, por la diferencia de precios mirando el año anterior es mucho mayor. En nuestro caso como ente público, el impacto del salario mínimo afecta más a los contratados”, expresó.
No obstante, el secretario de Sitrande mencionó que como agrupación de trabajadores cuentan con una mesa permanente en la central obrera, que es la que suele trabajar y discutir estos aspectos relacionados al salario mínimo, a través del Conasam que integra la representación tanto del sector público, los empleadores y trabajadores.
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Covid-19: el 99,7% de los fallecidos este año no estaban vacunados, recordó profesional
Los casos de covid-19 continúan presentándose y con las bajas temperaturas el riesgo de contraer una infección por coronavirus aumenta. De ahí la importancia de acudir a los centros de vacunación para recibir las inmunizaciones correspondientes, tanto la antigripal como la de covid-19.
El doctor Hernán Rodríguez, coordinador del Comité de Vacunas de la Asociación Panamericana de Infectología, informó que el 99,7% de los fallecidos por covid-19 no estaban vacunados, mientras que el 52% tenía 60 años en adelante.
El profesional tomó los datos oficiales del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social de Paraguay de todo el 2023 y lo que va de 2024, tiempo en que se registraron 385 fallecidos por covid-19 e instó a la población a inmunizarse contra el coronavirus.
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El doctor Rodríguez se refirió a la importancia de la vacunación contra el covid-19, indicando que los efectos adversos atribuibles a las vacunas son escasos, incluso insignificantes comparado con el enorme beneficio logrado en la prevención de cuadros graves y muertes.
Insistió en la necesidad de seguir construyendo evidencia científica y respaldarse en ella para determinar las recomendaciones de los esquemas de vacunación que se actualizan periódicamente.
Asimismo, se refirió también al covid prolongado, explicando que se trata de un proceso caracterizado por una serie de signos y síntomas que pueden afectar a diversos órganos, aparecen algunas semanas después de haber padecido la enfermedad.
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Agregó que el riesgo de desarrollar covid prolongado es mayor en personas con antecedente de reinfecciones por el SARS-CoV-2 o con cuadros graves de coronavirus. Según estudios actuales, las personas vacunadas tienen menos incidencia de covid prolongado en comparación con las no vacunadas.
Las personas con dos o más episodios de la enfermedad tienen más de 3 veces la probabilidad de desarrollar problemas pulmonares o cardíacos, y más de 1,5 veces más probabilidades de padecer un trastorno neurológico, por ejemplo: niebla mental o accidentes cerebrovasculares.