Por Nilza Ferreira
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El inmunólogo brasileño Roberto Zeballos defiende el uso de esteroides asociados a la claritromicina para controlar la infección pulmonar y reducir la mortalidad por COVID-19. El especialista asegura haber curado a un empresario con un tratamiento basado en corticoides. La alentadora experiencia en el vecino país también abre esperanzas para el tratamiento precoz de infectados en nuestro medio para evitar el avance y replicación del virus.
En entrevista con La Nación, el ex ministro de Salud Carlos Morínigo aclara que es necesario obtener más evidencias científicas sobre el uso del medicamento en cuestión por su potencial eficacia para atacar la tercera fase del coronavirus, cuando se produce la afectación pulmonar.
Morínigo explica que el coronavirus desarrolla tres fases: la primera en la que se presenta la sintomatología (tos, fiebre) y donde hay una carga viral muy alta del paciente. En la segunda fase o pulmonar el virus va en descenso y ocasiona la neumonía. Y en el tercer estadio es la fase hiperinflamatoria que en términos médicos es conocido como SIR (síndrome de respuesta inmunitaria aguda del cuerpo ante un evento extraño, en este caso el COVID-19).
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“Es una respuesta inflamatoria sistémica aguda y eso hace que haya una tormenta de citoquinas que son mediadores inflamatorios, o sea que causan inflamación. Estos mediadores inflamatorios se van y atacan directamente donde se encuentra el virus, en el pulmón. Entonces, cuando hay inflamación en el pulmón, esos mediadores inflamatorios circulan por la sangre y cuando la eventualidad que causa daño está en el parénquima pulmonar esos elementos salen afuera. Al salir, los vasos sanguíneos inundan el pulmón y se llena de líquido inflamatorio”, refiere.
El uso precoz de corticoides para tratar esta tercera fase del coronavirus podría contribuir a contrarrestar la agresividad del virus y reducir la necesidad de internación del paciente en la unidad de terapia intensiva. “Los corticoides regulan esa respuesta y hacen que sean menos agresivas. Empiezan a deprimir esa reacción aguda que hace el cuerpo, entonces evita que el pulmón se llene de líquido. Si nosotros utilizamos los corticoides, lo que hace es que disminuye la inflamación brusca que causa el virus, pero no se usa en todos los pacientes”, aclara.
El entrevistado enfatiza que no todos los infectados tienen que usar corticoides, sino solamente aquellos que tienen afectación pulmonar. “Solamente cuando hay una evidencia de respuesta inflamatoria y es cuando el paciente empieza a tener mucha dificultad respiratoria, porque ya se está llenando el pulmón de esa inflamación. Entonces, lo que yo hago ahí es tratar con corticoides”, señala.
Sobre la experiencia de su colega brasileño de usar corticoides para tratar a infectados con coronavirus en estadios precoces de la enfermedad para evitar que lleguen a la fase inflamatoria, Morínigo apela a nuevas evidencias que permitan incorporarlo al protocolo de atención. “La experiencia que ellos tienen demostró que funciona, pero necesitamos tener más amplia variedad de pacientes para determinar si es que en realidad es o no factible”, acota y a la vez califica como un hecho positivo que debería ser evaluado por las autoridades sanitarias. “Necesitamos más estudios concluyentes”, añade.
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El 80% de internados en terapia intensiva falleció
En Paraguay, hasta el momento se reportaron 161 casos de COVID-19 y 8 fallecimientos. El requerimiento de internación en unidades de cuidados intensivos aún es bajo, puesto que desde el inicio del contagio -el 7 de marzo- hubo 11 ingresos en terapia intensiva, según el doctor Morínigo. “El 1% o 2% ingresa a terapia intensiva. De los 11, murieron 8, casi el 80% muere, de los que entraron en terapia”, confirma el ex ministro de Salud.
“De la cantidad de pacientes que tuvieron COVID-19, el 85% al 90% fue cuadro leve, solo un 10% requirió internación y un 5% terapia intensiva. Y de esos 5%, el 80% murió”, afirma.
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Bondades de la claritromicina
El ex secretario de Estado destaca que esta medicación es de uso corriente en los centros asistenciales dependientes del Ministerio de Salud y en el Instituto de Previsión Social (IPS) con un “efecto inmunomodulador”, eleva las defensas a nivel pulmonar. “Aparte, es un antibiótico, actúa sobre bacterias que puedan complicar la enfermedad”, comenta.
“Nosotros utilizamos mucho en pacientes con enfermedades pulmonares crónicas. Inclusive está dentro del esquema de tratamiento de neumonías adquiridas en la comunidad”, destaca.
“Cuando tengamos una evidencia plasmada vamos a aplicarlo nosotros si es necesario”, concluye.