Con mucho éxito, durante seis meses 10 mujeres participaron de la “Escuela taller 60 listas de Piribebuy”. Debido al trabajo complejo, costo elevado de los materiales y al tiempo de dedicación que requiere confeccionarlo, el tradicional poncho se encuentra en vías de extinción.
El taller fue desarrollado por la maestra artesana Doña Rosa Segovia junto a la Oficina de la Primera Dama y el Instituto Paraguayo de Artesanía, quienes con la intención de evitar que la técnica quede en el olvido, decidieron abrir el taller.
Explicaron que unas 10 mujeres participaron en el taller durante seis meses y cada una logró tejer un poncho completo. “Llegamos a un final feliz con la escuela taller porque todas las mujeres terminaron sus ponchos. Gracias a Dios que pasamos el año 2019 trabajando con las 10 mujeres que tengo y eso me llena de alegría al ver el fruto del esfuerzo, que uno empiece y termine el trabajo es muy importante”, indicó doña Rosa.
Agregó que la intención principal es que todas las personas que aprecian la artesanía puedan lucir las prendas que deseen o decorar sus hogares con productos hechos con la técnica de 60 listas, a precios más accesibles y en todas las estaciones.
“Ahora estamos innovando mucho y preparamos varios productos con apliques como: sombreros, kepis, remeras, camineros para la mesa, chal, entre otros, ya que el poncho difícilmente puede utilizarse en días de mucho calor. Días atrás hubo mucha polémica porque pensaron que en la Senatur, utilizaron el poncho como mantel, pero no fue así, porque era un caminero”, apuntó.
Opción en técnicas
Pabla Cabrera, dedicada a la confección de la emblemática prenda hace más de 30 años junto a su marido decidió inscribirse en el taller para conocer nuevas técnicas. “Ahora ya aprendí a tejer todas las partes gracias a Doña Rosa. Mediante el curso, la gente está aprendiendo otra vez la técnica y a valorar más la artesanía que es de Piribebuy”, señaló.
Resaltó que actualmente están recibiendo muchos pedidos de apliques, que son tejidos en el telar de la guarda del poncho de 60 listas, para crear otros productos, por lo que se sienten muy motivados para seguir con la tradición transmitida de generación en generación.
Nueva generación
Durante el taller también pudieron participar como oyentes las hermanas Marianela de 13 años y Jazmín Saucedo de 15 años, ambas destacaron que aprendieron mucho y desean seguir con la práctica.
“Soy Marianela Saucedo, tengo 13 años y vinimos a las clases de mi tía como oyentes. Aprendimos a hacer los flecos con mi hermana. A mí me parece muy divertido. Deseo que vengan a aprender y lleven algo de la historia en su alma”, expresó.
Jazmín Saucedo refirió que aprendió a tejer la parte de los flecos y que desea seguir aprendiendo sobre el tejido. “Me parece algo maravilloso admirar la belleza de nuestra artesanía”.
Doña Rosa es una maestra artesana que domina la técnica para elaborar una pieza entera, utilizando los tres telares y por ello, precisamente fue reconocida como “Tesoro Nacional Vivo”, por la Secretaría Nacional de Cultura.
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El aopo’i busca conquistar con sus diseños atuendos de oficinas públicas y privadas
A través de un decreto, el Poder Ejecutivo declaró como prenda de utilización preferente oficial del Gobierno el tejido de origen nacional aopo’i e instó a los funcionarios públicos y altas autoridades del Estado a utilizarla durante la temporada veraniega, por lo menos una vez a la semana, logrando dar un destaque preferencial a esta prenda y al trabajo de miles de artesanos que hay detrás de este tejido típico nacional.
“Este tipo de reconocimiento genera fuente de trabajo y les da de comer a muchísimas familias, de eso nosotros vivimos en la comunidad. Los jóvenes tienen la posibilidad de estudiar gracias al aopo’i, a la artesanía y con este decreto no queda más que agradecer al presidente de la República por habernos tenido en cuenta”, indicó Carina Cabral, presidenta de la Comisión de Aopo’i de Yataity, en conversación con La Nación/Nación Media.
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Recordó que durante la edición número 26 de la expo aopo’i habían hecho el pedio tanto al presidente como a la primera dama de dar un espacio más representativo a los artesanos para lograr el repunte de la producción y que tras esto inmediatamente la primera dama Leticia Ocampos visitó la zona para conocer el trabajo de las diferentes familias de artesanos, remarcado que durante este gobierno existe el compromiso de dar un realce a la artesanía y a la cultura paraguaya.
“La verdad es que esta noticia es muy importante para nosotros, porque esto no le beneficia solo a dos o tres artesanas, sino a toda la comunidad, porque es algo demasiado grande, porque cuando no demos abasto vamos a tener que ayudarnos entre todos, porque yo sé que se van a generar más pedidos y fuentes de trabajo”, subrayó en otro momento Cabral.
La artesana señaló que inclusive desde la socialización del decreto ya se ha visto un aumento importante en los pedidos y consultas respecto a las camisas de aopo’i, en especial por parte de empresas privadas que buscan prendas hechas 100 % de este material como otras que prefieren apliques decorativos.
Confección
“La confección de una camisa que es de aopo’i duraría unas dos semanas aproximadamente, pero después tenés los bordados para las blusas, los apliques para otras telas que no son de aopo’i para prendas más renovadas, ya que también nos innovamos y tratamos de actualizarnos según los gustos de cada cliente”, indicó Cabral a LN.
Explicó que este tipo de apoyo por parte del Estado es clave para los artesanos, teniendo en cuenta que en el caso de la comunidad de Yataity del Guairá, donde aproximadamente el 80 % de la comunidad depende de este trabajo, la promoción, producción y venta constante de sus productos siempre es un desafío.
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El tejido ancestral del algodón pide una oportunidad
Frescas y elegantes, las prendas del tejido tradicional del mandyju tienen en Yataity un lugar de referencia. Sus artesanas cuentan aquí del éxito de su reconocida feria, que concluyó su edición 26, y de los planes a futuro para incrementar la producción y no perder las antiguas técnicas para elaborar tejidos de forma artesanal. Piden para ello políticas públicas que les permitan acceder a créditos, mercados y la incorporación de tecnología.
- Por Jorge Zárate
- jorge.zarate@nacionmedia.com
- Fotos Carlos Juri
Las prendas de aopo’i tienen un diferencial que se aprecia, sobre todo cuando el verano apremia. Para Larissa Bruno Bogado, ese cariño especial que desarrollamos por la prenda “creo que se debe al esmero que le pone la artesana en la producción de cada prenda, esa búsqueda de hacer una prenda única que trae consigo arraigado lo que somos”.
“Poder vestir con orgullo algo hecho a mano y destacar el trabajo que se realiza desde un pequeño rincón del Paraguay llamado Yataity del Guairá. Además de que las prendas de aopo’i permiten una comodidad sin igual al ser una prenda 100 % de algodón que da mayor comodidad a la hora de combatir las altas temperaturas que tenemos en nuestro país”, agrega la artesana, una de las especialistas en esta técnica ancestral.
RESURGIMIENTO
Algo de esto se vio en la pasada y exitosa 26.ª edición de la Expo Aopo’i en Yataity que, al decir de Carina Cabral, gerente de la comisión organizadora, “nos deja esperanzas de que no todo está perdido y que volverá a resurgir el aopo’i y dar espacios a más artesanas independientes para activar aún más la economía de la ciudad”.
La mujer recuerda que más de la mitad de los 6.000 habitantes que tiene la localidad se dedica a alguna tarea relacionada al ancestral trabajo de hilar y confeccionar telas y prendas. “Ese cariño inmenso que se tiene es porque el aopo’i surgió en la ciudad, lo cual fue trasmitido de generación en generación hasta convertirse en cultura”, destaca.
Yataity del Guairá, ubicado a 165 kilómetros de Asunción y 18 de Villarrica, alberga todos los años en la plaza General Francisco Roa esta muestra única en el país. De la Expo participaron más de 100 artesanas que pusieron en exhibición camisas, blusas, cubrepanes, manteles, servilletas, camineros, hamacas y bolsos. También bomboneras, chombas, chalinas, corbatas, todo a precios muy accesibles.
Cabral insiste en pedir “la reglamentación por medio de un proyecto para que las instituciones públicas utilicen las prendas de aopo’i por lo menos una vez a la semana”. Así también, subrayó que “se necesita un crédito exclusivo para desarrollar el rubro”.
La artesana Petronila Cardozo asegura que “las artesanas de Yataity estamos en condiciones de proveer la vestimenta a los funcionarios públicos. Además, el aopo’i es una excelente opción para el uso diario”, apunta.
Bruno Bogado celebró “el compromiso que están tomando nuestras autoridades para el resurgir de un gigante como la Expo, esperando que nos sigan ayudando para una mayor promoción y visibilidad de las compañeras que se encargan de realizar la tan noble labor en aopo’i, promocionando más a las que trabajan de forma independiente y encuentran en esta artesanía el sustento de sus familias”.
EL TEJETÓN
Durante el evento se realizó el Tejetón, que Cabral define como “una demostración de la creación del auténtico aopo’i, de la siembra del algodón y de las variadas combinaciones que se pueden hacer con el uso del telar en un proceso minucioso, hilo por hilo”.
La artesana Cardozo recuerda que para el uso del telar “se requiere un buen montaje, una buena colocación de los hilos de algodón, preparación de la lanzadera y la utilización del pedal.
Larissa Bruno Bogado cuenta, a su turno, que “en específico, las personas que se dedican a la producción del aopo’i auténtico son muy pocas, habiendo únicamente 20 maestras artesanas que tienen los conocimientos necesarios para realizar el auténtico, ya sea en la realización del hilado de algodón y las que hacen el tejido en el telar”.
La mayoría de estas artesanas siembran el algodón en el patio de los hogares y en general solo varían en los colores y en la técnica del despechado del algodón para la realización posterior del hilo.
“Si bien no todas tienen sus cultivos, la mayoría de nosotras, las que nos dedicamos a hacer la tela, tenemos. Luego de la cosecha de nuestro algodón pasamos a hilar el mismo para obtener lo necesario para luego pasar a preparar nuestro telar y así obtener el tan apreciado auténtico aopo’i”, comentó Larissa.
–¿Se usa algún tipo de algodón especial?
–El algodón que utilizamos lo producimos nosotras mismas. Tenemos las variedades: algodón en color natural, el algodón rubí, el algodón pytã (rojo) y desde el año pasado el algodón de color verde, tipo de algodón que únicamente se cultiva y produce en Yataity.
VIDA DE ARTESANA
Bruno Bogado tiene 25 años y desde los cinco comenzó su relación con el tejido. “Si bien no era un trabajo para mí, porque lo hacía como una forma de distracción siguiendo los trabajos de mi abuela y mamá, lo que me permitía a la vez ganar un poco de dinero y comprar ya para mis cosas. Y luego ya desde los 13 aproximadamente lo hacía en mayor medida hasta hoy día”, cuenta.
“La artesanía me permitió ayudar con los gastos de mi educación. Hoy día soy mejor egresada de la Carrera de Derecho de la Universidad Católica. Me permitió mantener el foco, poder trabajar desde casa, pudiendo llevar con tranquilidad todas mis tareas sin dejar de producir”, cuenta sobre su experiencia personal.
“Hoy día, a dos años de haber egresado y con la poca oferta laboral, la artesanía sigue siendo el sustento familiar. El aopo’i es un oficio que me permitió tener una profesión, pero que hoy día con la situación laboral del país es mi oficio el que me permite vivir de forma digna junto a mi familia. Además de ello, pude ser reconocida en concursos de artesanía con diseños propios y exclusivos, teniendo el privilegio de que mis trabajos llegaran a nivel internacional”, sigue relatando.
“El interés que van teniendo las personas en adquirir prendas o artículos artesanales ayuda a reactivar la economía en Yataity, dándonos más energía para ir renovando también los productos que ofrecemos adecuándonos a las tendencias actuales”, expuso.
–¿Cómo están en cuanto a acceso a créditos y la incorporación de alguna tecnología que sea necesaria y conveniente para dar un salto cualitativo?
–La posibilidad de acceder a créditos muchas veces es un poco difícil para las artesanas, ya que en la mayor parte no se cuenta con las documentaciones requeridas. En cuanto a tecnologías, estaría interesante tener una capacitación específica para artesanas y confeccionistas que trabajan en aopo’i para adecuar nuestra producción a los nuevos programas utilizados en la producción textil. Empezar a incorporar nuestra artesanía a programas que nos ayuden a romper nuestra producción limitada. Pedimos que no se queden solo en la capital del país. Para dar ese salto pedimos un mayor acompañamiento de las instituciones en la cuestión de créditos, dar más información con respecto al tema a las artesanas, ver la forma de facilitar el acceso a los mismos, trabajar en conjunto para adecuar a nuestras necesidades y posibilidades y con ello ayudar a incorporar maquinaria más especializada que nos ayude a incrementar nuestra calidad en los productos ofrecidos.
TRADICIÓN Y PEDIDO
Custodia de esta tradición es doña Isabelita Agüero, que comenzó a los 21 y hoy con 92 años sigue adelante con la tarea. También Melchora Segovia, que no le va en zaga: “Desde los 5 a 6 años comencé a hacer la vainillita, mi mamá fue la que comenzó a hacer el mantel con encaje ju, así que yo le ayudaba en mis ratos libres, porque tenía que jugar también (risas)”.
Celebrando las ventas de la pasada Expo, pide además que se incentive el uso de las prendas. “Esto depende de los gobernantes porque si se establece alguna prioridad de uso para los que trabajan en el Estado se va a vender, porque necesitamos de la venta, de eso subsistimos, mandamos a los hijos al colegio y de eso depende la mayoría, más del 50 % de las familias de Yatayty”, recuerda Ña Melchora.
Para Fátima Núñez, “después de mucho tiempo volvió a resurgir la expoferia. En gran parte fue gracias a la organización y a la publicidad que nos dieron. Es nuestra principal fuente de ingreso, así que necesitamos más publicidad, apoyo de las autoridades para que se use al menos en los uniformes de gala”.
Recordó que el oficio tiene secretos y prácticas propias, pero que podría incorporarse alguna tecnología a la hora de los diseños. Fátima dice que como “es un trabajo que podés llevar en cualquier lado para hacer, por ejemplo, esperando turno en hospitales, yendo a una plaza, mientras ves un partido, etc., es muy práctico, solo necesitás un bastidor, hilo, tela y aguja”, detalla.
“Para las que son amas de casa es un trabajo que se puede realizar en cualquier momento y cualquier lugar. Los que no somos profesionales es nuestra única fuente de ingresos y a través de eso ayudamos a nuestros hijos a realizarse y poder salir adelante”, comentó.
La artesana Petronila Cardozo recuerda que “se podrían implementar diversas políticas como el apoyo financiero, establecer un tipo de fondo o subsidios para artesanos que permitan el acceso a financiamiento para la adquisición de materiales y capacitaciones y, por sobre todo, el acompañamiento de las autoridades para abrir mercado a nuestros productos”.
“Hay un cariño especial porque el paraguayo se siente identificado con el aopo’i, como decimos ‘ñande mba’e teete’. Creemos que de ahí nace el cariño y para mantener la fidelidad de nuestros clientes innovamos en nuestras prendas, por lo que esperamos que nuestro trabajo sea reconocido y admirado a nivel nacional e internacional”, expuso.
UNA ESCUELA PARA CUIDAR EL LEGADO
“Inclusive jóvenes se dedican al bordado para costear los estudios universitarios”, recuerda Carina Cabral, comentando que la técnica se transmite de generación en generación y que en 2021 se creó la Escuela de Salvaguarda del Auténtico Aopo’i para rescatar la tradición de ese buen hacer.
Allí se hacen demostraciones vivenciales del proceso de producción del tejido hecho a mano, desde el cultivo y limpieza del algodón cultivado en las casas y fincas de las artesanas, el proceso del hilado, el proceso del urdido, la experimentación con los tintes naturales con elementos locales, hasta el montaje de los hilos en el telar rústico para la elaboración de diversas prendas como chales, camisas, camineros, entre otros productos.
Larissa cuenta que mayormente en un 80 % el manejo de la técnica es aprendido de generación en generación en el seno de la familia a una edad tempranera. “Me gustaría destacar la necesidad de incorporar la enseñanza de labor en aopo’i dentro de las escuelas y colegios de la zona para dejar en todos los niños y jóvenes locales el conocimiento necesario para mantener viva nuestra artesanía y hacer que cada vez empiecen a producir más temprano, dando una herramienta con la que puedan trabajar desde sus casas. Posibilitaríamos de esta forma despertar ese interés y cautivar a los jóvenes con nuestra dulce artesanía, la cual nos lleva a obtener grandes recompensas”, sostuvo.
Su colega Fátima Núñez recuerda a su vez que “en las escuelas de la ciudad desde el primer grado en la materia de Trabajo y Tecnología se inician con las vainillitas y esto va hasta el tercer ciclo con la misma materia, pero gracias a la Escuela de Salvaguardas varias artesanas se capacitaron para seguir tejiendo y transmitiendo esta cultura”.
UN PROCESO ARTESANAL
Así sintetizó la artesana Larissa Bruno Bogado el proceso de elaboración del aopo’i auténtico:
1. Cosecha del algodón.
2. Limpiamos nuestro algodón, le extraemos las semillas, pasamos al proceso de ñemosusû (en castellano sería el batido del algodón) proceso realizado con el yvyrapa (arco hecho con la rama de la guayaba e hilos gruesos con el que se hace el batido del algodón) con el objetivo de dar más volumen a la materia prima y a hacer que sus fibras se vayan integrando más entre ellas. Una vez obtenido un buen ñemosusû ya se tiene listo el algodón para realizar el hilado del mismo. El hilo se hace con el algodón que pasó por el ñemosusû y la ayuda de he’y (tacuara fina, lijada con un contrapeso de madera, al que se le llama tortero). La torsión del hilo está determinada por el he’y y el grosor del hilo lo vamos determinando con nuestras manos. Para hacer el auténtico aopo’i, hacemos un hilo fino y para el chal es un hilo más grueso.
3. Ya juntando la cantidad necesaria de hilos, se pasa a urdir el mismo (con la ayuda de un urdidor de madera, que es un rectángulo, varía su ancho y la cantidad de metros de la urdiembre se determina con las vueltas que se le dan al mismo. Para hacer el auténtico aopo’i se utilizan 18 portadas. Cada portada está compuesta por 40 hilos.
4. Una vez lista la urdimbre, se pasa al preparado del telar. Primeramente, los hilos pasan por el liso (conjunto de hilos que van compuestas en dos filas, lo cual permite trabajar el tejido. El liso tiene sus pedales correspondientes, que están hechos de madera o tacuara). Luego de pasar todos los hilos por el liso se introducen los hilos en el peine, que están hechas de tacuaritas bien finas. En el peine se introducen 720 hilos, todos hechos a mano y en orden, respetando lo que va determinando el liso.
5. Al terminar de meter los hilos en el peine, se deja dentro de la caja de madera, la cual permite estirar el peine de manera uniforme y fijar los hilos con el paso de la lanzadera (utensilio que tiene forma de canoa, hecho de madera, en el que se colocan las bobinas de tacuaritas por el que se ponen los hilos hechos a mano) con la que se hace la trama del auténtico aopo’i.
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Yataity: apuntan a visibilizar a tejedoras del auténtico aopo’i y a potenciar su producción
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Yataity: apuntan a visibilizar a tejedoras del auténtico ao po’i y a potenciar su producción
Con el objetivo de visibilizar a las tejedoras del auténtico ao po’i y a las preservadoras de nuestra artesanía se realizó la Expo Ao Po’i en Yataity del Guairá, que este sábado contó con la participación de la primera dama Leticia Ocampos de Peña, el presidente del Partido Colorado Horacio Cartes, el gobernador de Guairá César Sosa, entre otras autoridades e invitados especiales.
En la oportunidad, observaron el laborioso trabajo de las artesanas y se comprometieron a impulsar la producción del ao po’i. La primera dama manifestó que apoya el gran trabajo que realizan las artesanas y que valora la calidad y la dedicación de las muchas mujeres que se dedican al rubro.
“Comprometida en seguir impulsando la valorización de nuestro legado cultural, hoy participé de la Expo Ao Po’i en Yataity”, escribió Ocampos en su cuenta de Instagram.
Hizo lo propio el titular de la Asociación Nacional Republicana (ANR), quien está convencido de que el partido debe ser una herramienta al servicio del país, por lo que se comprometió a potenciar este arte y la producción de las artesanas de Yataity.
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Dinamizar la producción
Carina Cabral, presidenta de la comisión organizadora de la Expo, destacó la presencia de la primera dama y del presidente de la ANR, y principalmente, su compromiso con este sector, que necesita de un importante apoyo para dinamizar la producción.
“Fue una muy grata visita, muy contentos en la ciudad de Yataity, principalmente las artesanas que son las protagonistas. El señor Horacio Cartes fue el principal patrocinador de este evento, gracias a él se realizó la edición número 26 de la Expo Ao Po´i Yataity”, expresó Cabral a La Nación/Nación Media.
Agregó que hubo mucha emoción y que mucha gente no creía que iban a tener visitas tan importantes, por lo que todos estaban felices y contentos. “No tengo palabras hasta ahora para expresar lo que siento”, agregó emocionada por la presencia de las autoridades.
La presidenta de la comisión organizadora de la Expo explicó que hacen un llamado a todas las artesanas y que les dan participación para exponer diferentes productos, ‘hechos a mano 100 % y en ao po’i, como mantelería, cubrepanes, blusas, se utiliza mucho ahora en prendas actuales, con apliques para innovar ”.
Expansión baja
Cabral señaló que actualmente la expansión del mercado viene siendo muy baja, sin embargo, existe el compromiso de las autoridades y en especial del titular del Partido Colorado en potenciar la apertura al mercado.
“El principal compromiso del presidente de la ANR es que potenciemos más a las artesanas independientes de Yataity. Tenemos asociaciones, cooperativas y también las que trabajan de manera independiente. Lo que ahora queremos potenciar es lo que se produce en Yataity, que se conozca más”, apuntó.
Agregó que Cartes le comentó que la producción de esta artesanía es bastante valorada en el exterior, por lo que la misión en este momento es potenciar su producción.
“Nos contó que un extranjero le dijo que está llevando apliques en ao po´i al exterior y que se conoce más este trabajo en otros países. Por eso, nos dice que el objetivo principal es potenciar lo que se produce en Yataity, esa es la misión”, sentenció.
“Estamos renaciendo”
La artesana relató que por mucho tiempo Yataity fue olvidada por las autoridades y que actualmente existe gran expectativa de cambiar esa situación.
“Esto es lo que queremos, somos una comunidad un poco olvidada, este año y con las nuevas autoridades estamos renaciendo, hay cambios para nosotros acá en la comunidad”, puntualizó Cabral.
La ciudad de Yataity del Guairá es uno de los principales puntos de la producción del ao po´i, se estima que alrededor de 2.000 artesanos se dedican a la creación y confección de estas prendas y accesorios del tejido típico, elaborado en su gran porcentaje a mano.
Esta producción es considerada como una de las principales actividades de esta zona del país.