La consultora uruguaya CPA Ferrere presentó sus perspectivas económicas para el país tras su informe “Paraguay 2022/2023: recuperación poscovid, shocks extraordinarios y el período electoral”. La misma corrigió a la baja la estimación de crecimiento y ahora prevé una retracción del 1,8% para este 2022 (desde 4,3%). Esta estimación se pone en línea con las demás previsiones de entidades locales y organismos internacionales. La proyección de CPA es la más pesimista, junto a la de MF Economía, mientras que Latin Focus y los agentes locales poseen los pronósticos más optimistas. La estimación del Banco Central del Paraguay (BCP) es de 0,2%. La economista Patricia Goto, quien presentó el informe, señaló que el rebote económico del 2021 es explicado por arrastre del 2020 e impulso moderado en la mitad del año. En tanto, la economía no crece desde el 3er. trimestre del 2021.
Las perspectivas 2022 están condicionadas por 3 innovaciones: la primera tiene que ver con un shock climático. Estiman una caída del 68% de la producción de soja, con fuerte impacto en el PIB. El 2° factor tiene que ver con un shock real derivado de la guerra. Rusia es el principal socio comercial extrarregional de Paraguay; los envíos de carne están comprometidos por las restricciones.
La industria cárnica contrae su actividad en 1er. trimestre del año, donde sin redireccionamiento de la oferta externa, el resultado del sector se deteriorará significativamente. El 3° se debe al shock inflacionario que amenaza el dinamismo del consumo interno. Acotó que la inflación en Paraguay alcanza máximo en 14 años y el mercado local absorbe shocks de precios internacionales, donde el 73% de la inflación es explicado por alimentos y combustible. Indica que la revisión a la baja de perspectivas 2022 recoge fenómenos inicialmente transitorios: shock climático e impacto de la guerra Rusia/Ucrania. Para el 2023, la consultora estima un efecto rebote y prevé un crecimiento del 4,6%.