La Cámara Paraguaya de Molineros (Capamol) reportó que, en el 2023, el sector tuvo la producción de unas 400.000 toneladas de harina de trigo que fue menor comparando con el año pasado, teniendo en cuenta que se había llegado a las 550.000 toneladas. No obstante, esperan que en este 2024 se logre un repunte y empezar a generar las primeras exportaciones de harina paraguaya.

En comunicación con La Nación/Nación Media, Enrique Arrúa, director ejecutivo del gremio, comentó que se proyecta un año mejor con récords en la producción del cereal, aproximadamente 1.000.000 a 1.200.000 toneladas de trigo, que se traducirían en alrededor de 700.000 toneladas de harina.

Estamos en conversaciones con importadores de Uruguay y Chile, que son los países con los que estamos proyectando para empezar a abrir las ventanas de exportación”, dijo Arrúa. El proceso podría ser largo y habrá que empezar a generar confianza porque ambos son mercados delicados, el chileno es el segundo mayor consumidor de panificados del mundo después de Francia.

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El vocero de Capamol señaló que buscarán iniciar los primeros embarques a mitad de año, entre junio y julio. “Todo dependerá del cierre que podamos hacer, son cadenas de supermercados y es cuestión de que vayamos avanzando en las negociaciones, muestras y pruebas”, precisó a LN. Todavía no fueron hablando sobre volúmenes, pero enfatizó que una vez abierta la ventana el flujo será continuo.

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Enrique Arrúa, director ejecutivo de la Capamol, explicó que buscarán iniciar los primeros embarques a mitad de año. Foto: Nadia Monges

Capacidad para envíos

Destacó que Paraguay produce prácticamente el doble del trigo que consume y el resto es enviado como materia prima a Brasil, por eso se cuenta con la capacidad para realizar envíos. Actualmente la capacidad instalada de maquinarias y molinos para industrializar el producto se encuentra en el 60 % con una ociosidad del 40 %.

Con respecto a la caída que se dio en el año 2023, dijo que fue a causa de los factores climáticos porque no se registraron las temperaturas bajas esperadas para que la productividad sea la adecuada y en algunas parcelas de ciertas ciudades se presentaron inconvenientes respecto al grano. “Esos fueron los dos principales inconvenientes, unas enfermedades que atacan a trigo e inclusive en ciertos sectores se dieron bajas en la cosecha con una merma importante al final del periodo”, indicó a Nación Media.

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