La Asociación Paraguaya de Recursos Humanos (APARH) presenta este encuentro que estará enfocado en las estrategias de la inteligencia colectiva y el trabajo en equipo. Foto: Gentileza.
Congreso Internacional de Recursos Humanos tendrá lugar en Paraguay
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La Asociación Paraguaya de Recursos Humanos (APARH), la Federación Interamericana de Asociaciones de Gestión Humana (FIDAGH) y la World Federation of People Management Associations (WFPMA) organizan la VII Edición del Congreso Internacional de Gestión Humana 2022. Esta actividad, tras dos años de pausa, vuelve de forma presencial en Paraguay.
Emilio Cantero, asistente de presidencia de la Aparh, señaló en comunicación con La Nación/Nación Media que es el primer congreso que van a realizar de forma presencial nuevamente y está planteado básicamente para poder aglutinar a todos los gestores de talentos humanos de Paraguay. Explicó que buscan brindar un enfoque más estratégico del ámbito de los recursos humanos, alineado con lo que significa la inteligencia colectiva y el trabajo en equipo.
Manifestó que este congreso es totalmente diferente a las actividades realizadas anteriormente, debido a la temática relacionada con las estrategias de trabajo, atendiendo a que después de la pandemia adquirieron un rol más preponderante dentro de las organizaciones. “Después de la pandemia empezamos a tomar la posta de diferentes acciones, aparecemos como principales actores dentro de la gestión del talento”, sostuvo.
Cantero explicó que actualmente les toca trabajar un poco los dos puntos mencionados más arriba, debido a que la responsabilidad del líder ya no recae en una sola persona, sino que más bien está distribuida en todo el equipo, que finalmente tiene que ver con la evolución que se logra dentro de las organizaciones, hecho que se pudo comprobar durante todo este tiempo.
Añadió que cuando tanto la inteligencia colectiva como el trabajo en equipo logran una conjunción en donde empiezan a surgir resultados sin precedentes que ayudan a las organizaciones a poder crecer y evolucionar. “La temática es básicamente la conexión de diferentes disertantes que van uniendo sus perspectivas dentro de lo que es la gestión y el talento humano, desde su conocimiento, pero enfocado en la misma línea”, sostuvo.
Explicó que la última vez que se realizó el congreso fue hace dos años, pero durante la pandemia se organizaron encuentros de forma virtual, de manera a mantener la conexión sobre las diferentes problemáticas que en ese momento eran consideradas una interrogante para el sector de recursos humanos. Sin embargo, ahora se dio la posibilidad de que los referentes de esta área puedan reunirse en donde abordarán sobre las preguntas que surgieron durante este tiempo.
El encuentro, que tendrá lugar el 18 y el 19 de octubre en el Hotel Sheraton de la ciudad de Asunción, desde las 13:00, contará con un nutrido programa de charlas y capacitaciones con los más importantes exponentes de la gestión humana.
Enfocados en el futuro de la energía en Paraguay, especialistas del sector participaron en un conversatorio en el cual hicieron un llamado sobre la necesidad de anticiparse a posibles escenarios de crisis en la generación energética.
Destacaron que, si bien actualmente el sistema opera con cierta solvencia, es esencial iniciar una planificación estratégica que garantice el abastecimiento a largo plazo, impulse nuevas fuentes y acompañe el crecimiento de la demanda nacional e industrial.
“Paraguay no se termina en 2030. Es momento de pensar en inversiones de gran envergadura que garanticen la sostenibilidad energética para el futuro”, comentó durante el evento la especialista en energía Cecilia Llamosas, quien condujo el debate.
La misma remarcó la importancia de abrir espacios donde la experiencia, el conocimiento técnico y la mirada de las mujeres puedan contribuir activamente a la toma de decisiones estratégicas en el sector.
En la misma tesitura, la especialista en sistemas solares fotovoltaicos Karen Fernández apuntó a la energía solar como parte clave de la solución, atendiendo al potencial con el que cuenta la región y en especial nuestro país.
Especialistas instan a planificar estrategias para la generación energética sostenida
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Enfocados en el futuro de la energía en Paraguay, especialistas del sector participaron en un conversatorio en el cual hicieron un llamado sobre la necesidad de anticiparse a posibles escenarios de crisis en la generación energética.
Destacaron que, si bien actualmente el sistema opera con cierta solvencia, es esencial iniciar una planificación estratégica que garantice el abastecimiento a largo plazo, impulse nuevas fuentes y acompañe el crecimiento de la demanda nacional e industrial.
“Paraguay no se termina en 2030. Es momento de pensar en inversiones de gran envergadura que garanticen la sostenibilidad energética para el futuro”, comentó durante el evento la especialista en energía, Cecilia Llamosas, quien condujo el debate.
La misma remarcó la importancia de abrir espacios donde la experiencia, el conocimiento técnico y la mirada de las mujeres puedan contribuir activamente a la toma de decisiones estratégicas en el sector.
En la misma tesitura, la especialista en sistemas solares fotovoltaicos, Karen Fernández, apuntó a la energía solar como parte clave de la solución, atendiendo al potencial con el que cuenta la región y en especial nuestro país.
“Son proyectos escalables, de rápida aplicación y pueden ayudar a hacer frente al aumento de la demanda eléctrica. En Paraguay tenemos un gran potencial solar que debemos aprovechar”, expresó.
El objetivo principal de este tipo de eventos es poder visibilizar la necesidad urgente de repensar la matriz energética nacional, ante un escenario de creciente demanda y vulnerabilidad hídrica.
“Las reglas de juego deben ser claras y eficientes para todos”
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Willian Legal
Fotos: Néstor Soto
Plantea estrategia ante desafíos para atraer nuevas inversiones extranjeras que contribuyan al crecimiento económico inclusivo.
En un país lleno de oportunidades de negocio, con incontables recursos naturales y humanos, es importante abordar el desarrollo desde una perspectiva integral, en la que converjan la ética, los valores cristianos y el compromiso social.
En este contexto, en una nueva entrega de Hacedores de La Nación/Nación Media, conversamos en un mano a mano con Jorge Figueredo, presidente de la Asociación de Empresarios Cristianos (ADEC), cuyas raíces firmes en los valores familiares y en la doctrina social de la Iglesia, plantea una visión de futuro en la que el empresariado debe ser protagonista del cambio social.
En la entrevista, Figueredo plantea una estrategia ante los desafíos para atraer nuevas inversiones extranjeras que contribuyan al crecimiento económico inclusivo y al fortalecimiento institucional del Paraguay.
–¿Cómo se describe Jorge Figueredo?
–Me considero una persona con muchos sueños. Soy un comprometido con las personas porque ese es el motor que, al final de la jornada, más me mueve. Me gusta escuchar, tengo mucha actitud y apertura hacia ese aprendizaje que implica saber escuchar y oír. Creo que es muy importante mantener la humildad para tener la inteligencia de aprender de los demás.
Considero que cada persona tiene una historia demasiado interesante que merece ser escuchada.
–¿Qué lo inspira a involucrarse en la actividad gremial y cómo llegó a ser presidente de la ADEC?
–Como en la historia de cada uno, uno observa bastante el ejemplo de los padres en primera instancia y el de los líderes que va conociendo durante su formación, al ver cómo ese compromiso se traduce en acciones concretas.
En mi caso, mi padre –que falleció hace 14 años– siempre fue un comprometido gremial, tanto en su sector como en su forma de colaborar dentro de las empresas y con la sociedad. Él se sentía comprometido y siempre repetía: “Si yo fui parte de ese porcentaje menor que tuvo la oportunidad de estudiar, educarse y conocer profesores del extranjero, ¿cómo no me voy a comprometer en levantar a todas las personas que me rodean?”. Eso siempre me marcó, que los beneficios que uno recibe deben generar un compromiso, una obligación de dar posteriormente, y que eso se convierta en un círculo virtuoso.
Jorge Figueredo, presidente de la ADEC. Foto: Néstor Soto
–¿Qué acciones propone la ADEC para atraer más inversión extranjera?
–Ser serios y mejorar nuestra institucionalidad. Me parecen dos aspectos fundamentales. Tenemos que construir instituciones - tanto públicas como privadas-responsables, que no dependan únicamente de quién reciba al inversor en el aeropuerto para que le vaya bien, sino que las reglas de juego sean claras, eficientes y oportunas para todos, sin importar su tamaño.
Básicamente, todos debemos ser –y parecer– serios al momento de responder. Me refiero a lo institucional, solo así podremos dar mejores respuestas desde el Poder Judicial, desde el sector público. Y el sector privado también tiene mucha responsabilidad en todo esto. En la ADEC somos conscientes de ello y apoyamos al sector privado para que, juntos, cuidemos esos aspectos.
–¿Cómo maneja el equilibrio entre su vida privada y su rol como presidente del gremio?
–Hay dos factores muy importantes. Primero, el apoyo de la familia es vital. En mi caso, el de mi esposa, que me apoya en todo el tiempo que se requiere, porque uno tiene que dar esa milla extra, sobre todo en tiempo. También el de nuestros hijos yo tengo hijos pequeños aún-, que necesitan ser atendidos. La familia debe estar muy comprometida para sostenerte en el tiempo que uno dedica a esta actividad extra, que es lo gremial.
El segundo punto es el apoyo tanto de mis hermanos, que están en la compañía Raíces –donde trabajo a diario–, como de los profesionales de la firma, que gracias a su compromiso y su involucramiento, me permiten estar a tiempo completo en la ADEC, mientras ellos me cubren en mis obligaciones correspondientes.
–¿Qué legado quiere dejar como presidente de la ADEC?
–Sin lugar a dudas, quisiera que nuestra futura generación sienta el compromiso de mejorar la calidad de vida de nuestra sociedad, de todas las personas que nos rodean y que deciden habitar esta bendita tierra que es el Paraguay.
–¿Cuáles son los principales objetivos de la ADEC bajo su liderazgo?
–La ADEC nació hace más de 40 años con empresarios comprometidos, inspirados en la doctrina social de la Iglesia. Estos valores nos impulsan a mejorar el clima de trabajo desde dentro de nuestras empresas.
Hoy, la ADEC reúne a lo que yo llamo las tres E: empresarios, ejecutivos y emprendedores, que nos unimos en torno a estos valores para ver cómo mejorar el clima laboral. A partir de allí buscamos generar mejores respuestas para nuestros colaboradores, para el cliente externo –quien recibe nuestro producto o servicio– y también para todo lo que nos rodea, como el medioambiente.
–¿Cómo promueve el gremio los valores éticos y cristianos en los negocios?
–La doctrina social nos da los pilares. Y, a partir de ahí, en comunidad, cuando uno se junta con otros que comparten esos mismos ideales, es más fácil sostener y apuntalar esos valores que hacen al día a día. Porque en el día a día se toman decisiones importantes que marcan la diferencia.
Cuando tenemos líderes empresariales cada vez más comprometidos, que miran al rostro del cliente y al entorno en el cual se desenvuelven, ¿cómo no nos va a ir mejor como sociedad? Cuando hablo de líderes empresariales, me refiero a los directores, a las jefaturas, a los líderes de equipo que tienen personas a su cargo. Todo esto se convierte en un búmeran de compromiso, en un círculo virtuoso.
–¿Cómo contribuyen los miembros de la ADEC al desarrollo económico nacional?
–La ADEC históricamente ha mantenido una independencia y una apertura sincera y colaborativa, lo cual le da mucha autenticidad a la hora de tomar postura.
Nuestros socios comprometidos llevan sus experiencias al interior de sus empresas. Y, sin lugar a dudas, la ADEC ha tenido históricamente un rol en buscar consensos nacionales para mejorar las oportunidades para nuestros ciudadanos.
Hay innumerables acciones que uno puede observar. Invitamos siempre a todos a acercarse, porque todas las personas tienen mucho que aportar. Y creo que el factor de la humildad está muy desarrollado dentro de la ADEC. Esa apertura nos permite conocer historias relevantes para mejorar nuestra sociedad.
En Paraguay hay muchas cosas por hacer. Y creo que es una obligación que, si uno ha tenido éxito empresarial o personal, se comprometa con la sociedad que le otorgó ese liderazgo. El despertar de ese liderazgo empresarial es una responsabilidad que, desde la ADEC, sentimos como un compromiso fundamental.
Hay que intensificar estrategias para el fortalecimiento familiar
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La cantidad de acontecimientos como desapariciones, abusos de menores, violencia contra las mujeres denunciados ante los organismos pertinentes, lastimosamente nos sigue desafiando como Estado al planteo de soluciones más tangibles contra estos males.
Los desafíos tienen que apuntar al fortalecimiento de las familias, que son la base de la sociedad que todos aspiramos.
Si en las familias las cosas están mal, las relaciones sufren heridas, en la sociedad también lo estarán.
Lo que ocurre en los hogares, por más íntimos y reservados que sean los problemas, es infalible su repercusión en la sociedad. Es por ello que el Estado en su conjunto, incluyendo a la ciudadanía, debe intensificar estrategias que busquen una mayor solidez de las familias.
La intolerancia, la casi nula paciencia, las dificultades en la calidad de vida aspiracional y el despojo de muchos valores en un contexto en el que las redes sociales avasallan con tendencias de vidas sin moderación, sorprenden a muchos y no todos tienen posibilidades para la inserción a las mismas.
Estamos siendo testigos de atrocidades, producto de relaciones desmoralizadas, disociadas del respeto y el valor de la vida. En este mismo contexto, surgen confusiones con las que fácilmente se direccionan responsabilidades políticas exigiendo intervenciones institucionales, buscando culpables o exhortando la aparición de soluciones mágicas, que son imposibles mientras no se recupere la salud de las familias.
Lo sucedido en estos días con el caso de la joven de Coronel Oviedo de nombre María Fernanda cuya triste historia todos conocemos generó un amplio debate en los diferentes poderes del Estado y que esperemos propicien planes más concretos en el combate a la violencia, pero principalmente del fortalecimiento familiar.
El suceso fatal descubierto después de un par de días de desaparición fue perpetrado de manera monstruosa, se constituye en uno de los tantos casos de violencia dentro de nuestras estadísticas. Detrás del mencionado desenlace que conmovió al país entero existen cientos de tristes realidades.
Precisamente a inicios de este mes de junio se difundían informes de la existencia de casi 1.000 denuncias de desapariciones solo en lo que va del año, de las cuales más de la mitad no están resueltas.
Los registros oficiales indican que normalmente y dentro de los motivos más comunes de huida del hogar están las desavenencias en el seno familiar. “Encontramos casos de que se enojan con el papá por un tema típico de la adolescencia. Y también el tema de las adicciones y todo lo que tiene que ver alrededor de eso”, subrayaron desde el departamento de búsqueda y localización de personas de la Policía Nacional.
Un docente hacía un comentario crítico en estos días sobre la permisividad de los padres, que constituye de cierta forma una perspectiva sobre la situación desde un sector que administra todo tipo de realidades sociales.
Los índices de violencia son más que dignos de atención. Un informe emitido por la dirección de Clínica Forense del Ministerio Público indica que en los primeros cuatro meses del 2025 fueron realizados 646 exámenes médicos a víctimas de abuso sexual. Del citado número, 516 son niños y niñas de entre 1 y 14 años de edad, es decir, representan el 80 % de las víctimas de abuso sexual.
A estos se suma también la violencia contra las mujeres y viceversa en algunos casos. Violencia entre adolescentes sea en escuelas o sitios de ocio, etc., etc. El universo de sucesos es amplio y además complejo, pero impostergable en el tratamiento de raíz.
Las razones a las que se atribuyen los distintos tipos de violencia son inmensas, pero ello no implica que se justifiquen. El Estado tiene que trabajar incansablemente y sumar todos los esfuerzos en la recuperación de la solidez familiar, sin este factor las iniciativas que busquen erradicar o evitar hechos como lo ocurrido con María Fernanda y otros puede quedar en la nada.