El primer capítulo de las finales de la Liga Luqueña de Fútbol se vivirá esta tarde. Unión Agricola y Peñón de Campo Grande se enfrentarán desde las 15:00, en el estadio Ricardo Gregor de Independiente de Campo Grande, en lo que se presume será un partidazo, considerando la buena campaña que hicieron ambos equipos para llegar a esta instancia.
Ambos equipos no dejaron dudas de su potencial en las semifinales. Unión Agrícola superó en los dos partidos a Atlético Tarumandy, con marcadores de 1-3 y 1-0, mientras que Peñón de Campo de Grande se impuso a 31 de Agosto también en los dos choques por el mismo marcador: 2-1. Las entradas tendrán un costo de G. 25.000 y de preliminar también se jugará la primera final juvenil entre 16 de Agosto y Sportivo Yuquyry.
Dejanos tu comentario
En el Chaco, pero cerca de Asunción: conocé las bondades de Presidente Hayes
Uno de los 17 departamentos del país, situado en la región Occidental, es Presidente Hayes. Ubicado a 32 kilómetros de Asunción, la zona norte del lugar es plano y de poco declive; constituye un área de campos abiertos con algunos pantanos y vegetación típica de arbustos espinosos y cactus.
El territorio también conocido como Bajo Chaco, comprende la confluencia de los ríos Paraguay y Pilcomayo, y se caracteriza por sus ríos lentos y sinuosos, terrenos bajos, sujetos a inundaciones en la época de lluvias, y por sus grandes pantanos, palmares y campos cubiertos de malezas y pajonales.
Ya con la inauguración del Puente Héroes del Chaco, conocer Villa Hayes es más fácil que antes. Sus distritos: Benjamín Aceval, Villa Hayes, General Bruguez. Teniente Irala Fernández, Teniente Esteban Martínez y Campo Aceval cuentan con lugares históricos y de riqueza plena que son dignos de visitar.
Leé también: Gerardo Franco busca completar 167 países visitados
Campo Aceval
La ciudad de Campo Aceval alberga valiosos sitios históricos, como fortines que atesoran vestigios de la Guerra del Chaco (1932-1935), por ejemplo, la Ruta Chaco Boreal - Fortín Falcón, comando del Mcal. Estigarribia en la guerra, donde lideró las acciones que resultaron en una de las victorias más importantes de aquella contienda contra Bolivia, la batalla de Zenteno - Gondra (1933) en Campo Vía.
Parte de la recuperación y puesta en valor de este sitio incluyó la construcción de un arco en el acceso, un museo y un mirador. El museo cuenta con un salón para exposiciones y una galería, según refiere el portal de la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur).
Villa Hayes
Es conocida como “la puerta del Chaco paraguayo”, y está ubicada a orillas del Río Paraguay a 30 kilómetros de Asunción. Pueden visitarse museos históricos culturales donde se exponen uniformes, armas, fotografías y utensilios de época de la Guerra del Chaco, como el Embarcadero Mirador de Villa Hayes y El Peñón.
Este último es un promontorio rocoso en medio del río Paraguay, entre Villa Hayes y Limpio. El Peñón se erige sobre una pequeña isla rocosa situada en medio de las aguas del río, que está compuesto por rocas ígneas del terciario y sedimentarias muy gastadas, que aparecieron probablemente cuando, en Asunción y sus alrededores, hubo una gran actividad volcánica hace millones de años.
Algunos hablan de un pequeño castillo, su historia sigue siendo un misterio o más bien, teniendo varias versiones, lo que le convierte en un potencial atractivo para el turismo. Canoeros de la zona de limpio llevan a las personas que quieran conocerlo a un precio muy accesible.
Te puede interesar: Para el verano: sepa cuáles son las plantas que pueden resistir a pleno sol
Dejanos tu comentario
Bajante del río: canoeros de Limpio ofrecen paseo hasta el peñón para ganar algo de dinero
La bajante del río Paraguay complicó la situación económica de los canoeros, teniendo en cuenta que la pesca es la única fuente de ingreso para mantener a sus familias. Con la bajante también hay menos peces y ahora se dedican a hacer viajes hasta el peñón de Limpio, en Piquete Cué, para tener algún ingreso.
Según lo explicado por don Juan, uno de los canoeros de la zona, están sufriendo mucho por la bajante y la escasez de peces, por lo que ahora se dedican a trabajar en el paseo al peñón. “Estamos haciendo alquiler de botes y eso nos está salvando para el día a día”, refirió en entrevistas con el canal GEN.
Afirmó que esta situación de la sequía es un problema que se viene acarreando desde hace unos dos años, pero que este 2021 la situación empeoró. “Nos afecta la bajante y la pandemia. Trabajamos todos los días de día y de noche, no hay descanso para poder llevar el pan de cada día a nuestros hijos. Jajapo ikatumia”.
Leer más: “Con Sputnik no hablamos de hacer monodosis”, dice titular del PAI
Viajes desde 10.000 guaraníes
Afirmó que están cobrando desde 10.000 guaraníes por persona y que cada viaje dura 30 minutos, pero algunas personas piden quedarse más tiempo, entonces aumenta la tarifa de acuerdo al tiempo que desean quedarse. “Le llevamos a la gente con todas las protecciones, chalecos, tapabocas y desinfección. El ida y vuelta por ese precio”, aseguró.
Los canoeros están en la zona turística de Santa Librada, más conocida como Yakare yrupe. Los interesados en hacer un paseo pueden ir de 7:00 a 17:00 todos los días; así también, pueden contactar con don Juan para reservar turnos al (0982) 624-969. “Con la bajante lo más hermoso que pueden ver es el peñón”, concluyó.
Cabe destacar que según datos de la Dirección de Hidrología, el río Paraguay registra una bajante de 2 centímetros por día. Situación que afecta tanto a los pescadores como al comercio, así como a la fauna y flora que rodea al río.
Dejanos tu comentario
AFP pondera atractivos turísticos de bajante del río
Además de toneladas de basura y perjuicios a la navegación, una histórica bajante del río Paraguay ha dejado al descubierto frente a Asunción un barco hundido, un islote de rocas ígneas y un curioso castillo que sirve de improvisado destino turístico en plena pandemia.
“Es una bajante que no se ve desde hace más de medio siglo”, dijo a la AFP Nelson Pérez, subdirector de Hidrología de la Dirección Nacional de Meteorología. “Lo del río es demasiado grave. Las mercaderías ya no llegan a Asunción”, reportó el presidente del Centro de Importadores, Nery Giménez.
En contrapartida, la extraordinaria bajante que registró 46 centímetros este viernes expone a la curiosidad de la gente lechos rocosos como el islote de formaciones volcánicas y hasta el barco Paraguarí, hundido en la Guerra de la Triple Alianza (1864-70 contra Argentina, Brasil y Uruguay).
Nota relacionada: Bajante histórica del río muestra posible cráter volcánico en Ita Pytã Punta
El misterioso castillo
El destino más buscado es el misterioso castillo El Peñón, erigido en el medio del río Paraguay, habitualmente semisumergido, pero que con la bajante permite un peregrinar de curiosos que abordan botes y canoas para tomarse fotos y volver a la costa.
Agustín Gómez, un lugareño de 60 años, recuerda una imagen parecida de los peñascos carentes de agua en una zona donde el río describe una curva bravía antes de enfilar hacia Asunción, unos 30 kilómetros más al sur. Al accidente rocoso, un marino, Lázaro Aranda, le construyó en 1930 una edificación con un generador de luz hidráulico como guía para los navegantes.
Nota relacionada: El Peñón de Limpio: bajante del río revela imponente base rocosa
“Él conocía muy bien las piedras y los bancos de arena del río. Hizo erigir eso que parece un castillo para orientar a los navíos”, dijo su nieta, Yvonne Herken. Sin embargo, los problemas en la navegación han resultado en millonarias pérdidas para el transporte fluvial de mercaderías.
“El 80% de las importaciones de Paraguay (país sin salida al mar) se realiza por esa vía. Las mercaderías están abarrotadas en los depósitos de Montevideo y Buenos Aires”, expresó Giménez.
El ejecutivo dijo presagiar que “esta situación traerá un perjuicio peor que la pandemia del COVID-19” y exhortó a las autoridades a aprobar fondos para financiar el dragado del río en sus lugares críticos. Según Nelson Pérez, las lluvias en el Pantanal brasileño capaces de recuperar los cauces hídricos recién se esperan para diciembre y la normalidad en marzo.
Dejanos tu comentario
El Peñón de los canoeros
La base de rocas de El Peñón quedó al descubierto con la histórica bajante del río Paraguay, regalando una imagen pocas veces vista. Esta situación atrajo últimamente a muchos visitantes al sitio, ubicado en medio de las aguas, entre las riberas de Limpio y Villa Hayes. Abandonado a su suerte desde hace mucho tiempo, el lugar es mantenido por los pescadores y canoeros de la zona, quienes encuentran en estos momentos una salida económica en los paseos hasta el famoso castillo, ante la escasez de la pesca.
Por Arturo Peña
arturo.pena@gruponacion.com.py
FOTOS: Nadia Monges
“Con el tema de la bajante del río mucha gente comenzó a venir a visitar El Peñón después de que salió en la tele y en los diarios cómo está ahora. Siempre suele venir gente pero ahora hay mucho más y como casi no hay pique esto salvó todito”, cuenta Osmar Ramírez, un joven pescador y canoero de la zona de Piquete Cué, mientras guía su embarcación lentamente rumbo a la mole de piedra que se erige en medio del río. Al llegar, la imagen es impactante, tanto por sus formas como por la dimensión que da de la sequía.
El famoso castillo de El Peñón es una peculiar estructura que se erige en pleno cauce del río Paraguay, a la altura de las márgenes que corresponden a los municipios de Limpio, en la región Oriental, y de Villa Hayes, en la la Occidental.
Osmar creció prácticamente en el río; es “piqueteño de pura cepa”, como él mismo se define. En sus 22 años de vida nunca vio nada parecido. La bajante de las aguas en la actualidad solo se compara con registros que se dieron hace cinco décadas atrás, y aunque los lugareños están acostumbrados a las variaciones naturales de la corriente, el grupo de alrededor de 50 pescadores que hay en esa zona ve con preocupación la situación. “Sacamos lo que podemos últimamente, muy poco se pesca con esta bajante, pero lo que nos ayuda ahora son los paseos hasta El Peñón. Está viniendo mucha gente, especialmente los fines de semana. Se amontonan todo en esos días. Eso nos ayuda ahora, pero no sé que puede llegar a pasar si sigue bajando el río”, cuenta por su parte Dionisio Ibarra, otro pescador piqueteño.
Existe una disputa histórica sobre la propiedad del Peñón entre los municipios de Limpio y Villa Hayes, pero en la realidad, en los hechos, el pequeño castillo está abandonado a su suerte. Ninguna autoridad, municipal o estatal le da mayor importancia, según los testimonios. Solo los pescadores se ocupan del sitio. Ellos se encargaron ahora de pasarle al edificio una mano de pintura a la cal e improvisaron una rústica escalera de metal, que ellos mismo soldaron desde sus canoas para poder acceder a la edificación, ya que por el descenso de las aguas la “entrada” quedó muy por sobre el nivel del agua. “Nosotros nomás pintamos todo y juntamos para hacer la escalera. Limpiamos también. Nos conviene mantener bien porque así la gente viene a visitar”, señala Osmar, y relata con humor que algunos visitantes piensan dos veces antes de subir la empinada escalera. “Hasta esas señoras mayores vienen, dudan un poco pero igual se suben. Nosotros les ayudamos a todos”, agrega.
El canoero cuenta que algunos visitantes van a pasar la tarde en el lugar, ya que ahora quedó al descubierto el lecho de piedra que rodea al peñón, que ofrece un espacio amplio para caminar incluso. “Ellos me dicen a qué hora quieren que les busque y yo vuelvo”, cuenta Osmar. El paseo cuesta 20 mil guaraníes.
El Peñón es accesible solo por el lado de Piquete Cué para los visitantes. De lado chaqueño no existe ningún camino habilitado que salga directamente al lugar. Desde el centro de la ciudad de Limpio se toma el desvío en la avenida San José, por un tramo de unos seis kilómetros hasta la costa.
La construcción es de una solidez importante. En algunas partes se ven todavía a flor de piel los bloques de ladrillos antiguos que se abrazan a las formas rocosas dando base a la construcción, que es en mayor parte de cemento. No posee muchos espacios bajo techo, pero sí evidencia comodidades básicas como un baño, del que queda solo el viejo lavamanos, o una especie de sala que funciona como mirador. Las escaleras en forma de caracol culminan en una pequeña terraza donde aun se ubica la base de metal de una antigua luminaria. Según los pescadores, algunas cosas fueron robadas del sitio con los años.
UN POCO DE HISTORIA
Para el capitán retirado Jaime Grau, gran conocedor de la historia naval y militar del país, no hay nada que discutir sobre a quién pertenece El Peñón: “Según las leyes del derecho internacional marítimo, el lugar corresponde al distrito de Villa Hayes. De acuerdo a las leyes, el lado que tenga mayor profundidad se hace cargo, entonces le corresponde mantener a Villa Hayes”, señala el historiador.
Muchas versiones e incluso leyendas se tejen en torno a la historia del castillo, generando una suerte de halo misterioso sobre él. “El lugar nació originalmente por la naturaleza, es un montículo natural de rocas, un peñón. Sobre esa base se estableció un pequeño faro cuyo nombre técnico es en realidad baliza, que indicaba el margen donde había más profundidad, como una boya. Don Lázaro Aranda, capitán de la marina mercante, viejo navegante y conocedor del río, propietario de embarcaciones, construyó ese castillo ahí como algo que le representase a él, como un aporte ciudadano. Él construye ese pequeño edificio y sobre eso se coloca la señalización náutica. Tenía un devenir muy bueno, le convenía establecer el sentido de navegación, cuál es el lado de mayor o menor profundidad. Es una señalización náutica. Con el tiempo, el uso del faro fue perdiendo continuidad, hasta que quedó abandonado, sin embargo, el edificio sigue teniendo su indudable utilidad para la navegación en ese tramo del río”, afirma Grau.
La relación más “emocional” del Peñón con Piquete Cué deviene de que en esa zona ya existía desde hace muchas décadas un puesto de la Prefectura Naval, que era la que se encargaba de mantener el faro. “Antiguamente era a gas la luz, de esa costa iban a limpiar y mantener”, agrega el historiador militar.
La construcción, o por lo menos el inicio de la misma, es anterior a la Guerra del Chaco (1934-1935), pero fue en esa época bélica en que El Peñón cumplió quizás su rol más importante, ya que se constituyó en un punto de referencia para las embarcaciones que transitaban el río abasteciendo a las tropas paraguayas en territorio chaqueño. Se cree que la construcción es de inicios de 1930. De hecho, una inscripción en una de las rocas que forman la pared del edificio lleva un fecha que menciona el año 1931.
Lázaro Aranda, quien nació en Capiatá en 1873, fue un importante referente en la historia de la navegación paraguaya. Desde adolescente vivió navegando y acumulando experiencia, exploró muchas regiones entonces poco conocidas, aportó mucho conocimiento y formó a gran cantidad de marinos nacionales. Fue por muchos años capitán de buques mercantes y dio un gran aporte a la marina de guerra paraguaya durante la guerra del Chaco.
POTENCIAL
Como en tantos ejemplos, la zona de Piquete Cué es otra muestra de cómo vivimos dándole la espalda al río. Con el proyecto de la Costanera en Asunción ha cambiado bastante el vínculo con uno de nuestros principales recursos naturales, que es el río Paraguay. Sin embargo, llegar a la ribera sigue siendo más complicado que sencillo.
Piquete Cué es una privilegiada zona, aunque casi en nada explotada como atractivo. Tiene una gran exuberancia natural y a la vez mucha riqueza histórica, sin olvidar que es un sitio afamado por la buena pesca. “Se llama así porque antes había un piquete militar ahí desde la colonia: el piquete del Peñón. Hay documentos en el Archivo Nacional que datan de 1769, donde mencionan pedidos de pólvora para el cañón del Peñón. Era un piquete militar antiguo, ahí en la costa, parte del sistema defensivo del río Paraguay, llamado de Costa arriba”, aporta el historiador Aldo Torres, también piqueteño.
La localidad tuvo protagonismo también en los últimos años con la aparición de los llamativos Yacaré yrupê, unos lirios de agua gigantes que crecen en abundancia cada tantos años en la zona, dando un gran espectáculo natural. Los canoeros aprovecharon igualmente este fenómeno para hacer paseos entre la alfombra de hojas flotantes. Por su cercanía con la capital y por la facilidad de acceso desde Limpio, el lugar podría convertirse en un destacado punto turístico, si las autoridades pusieran el interés necesario.
La canoa de Osmar se despega otra vez de la inmensa roca para llevarnos nuevamente a la costa, donde duermen los botes en hilera. Una bandera paraguaya desgastada parece hacer un gesto de despedida, movida por una tenue brisa. El Castillo del Peñón se pierde en la distancia; quedará ahí para seguir siendo testigo de sequías y crecidas, del paso de las barcas y del tiempo.
VALOR PATRIMONIAL
La Secretaría Nacional de Cultura (SNC) declaró al castillo El Peñón y su entorno como bien de valor patrimonial cultural, en el 2018. Mediante la resolución SNC 150/2018, el sitio quedó amparado por las garantías que otorga la Ley 5.621/16 “De Protección del Patrimonio”.
NIDO DE AMOR
Al parecer, según los relatos históricos, don Lázaro Aranda no solo era un gran navegante, sino también un gran amante, un “don Juan”. Según comenta Grau, Aranda usaba también el pequeño castillo para sus citas amorosas. “Tuvo como 40 hijos. Incluso formó una colonia, San Lázaro, con parte de sus descendientes. Hoy ya es un municipio, en Concepción”, señala el historiador.
Esta suerte de tradición que vincula al Peñón con el amor incluso mantiene su vigencia, ya que algunas parejas se han llegado a casar en el lugar o los novios van a hacerse sesiones de fotos.
Entre las leyendas en torno al sitio también hay una que afirma que uno de los hijos de Aranda sufría de lepra, por lo que que confinado al castillo para alejarlo de la gente. Esta versión no tiene sustento documental, pero es comentada por los pescadores de la zona. La escritora paraguaya Milia Gayoso recrea una situación similar en su cuento “La joven de la casa del Peñón”, en el que una pareja desafía por amor a la enfermedad hasta que terminan sus días en soledad en el castillo.
Tampoco faltan las historias sobrenaturales. Algunos canoeros hablan de voces que se escuchan en medio de la noche. O alguna silueta extraña que se ve repentinamente desde lo lejos.