Los problemas para conciliar el sueño o quedarse dormido pueden resultar frecuentes, especialmente a medida que se envejece. Para las mujeres, las dificultades en la rutina de descanso nocturna pueden ser aún mayores en comparación a los hombres, según resalta una investigación elaborada por La Fundación Nacional del Sueño, en Estados Unidos.

De acuerdo con el análisis, las mujeres son significativamente más propensas que los hombres a reportar dificultades para quedarse dormidas. Varios son los factores que pueden causar este problema: biológicos, psicológicos y sociales.

Por ejemplo, los cambios hormonales del ciclo menstrual pueden alterar el humor y ocasionar ansiedad y depresión. Aunque también pueden generar malestar físico: calambres, hinchazón y sensibilidad en los senos, que en ocasiones interrumpen el sueño. Otro factor como la maternidad también afecta la rutina del sueño de las mujeres.

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Los cerebros de las mujeres están entrenados para escuchar a su hijo, lo que puede conducir a un patrón de hipervigilancia y capacidad de respuesta y en consecuencia dificultar el sueño. Con el paso del tiempo, las hormonas vuelven a convertirse en una dificultad durante los años previos y posteriores a la menopausia, causando insomnio.

Las mujeres también corren un mayor riesgo de padecer ciertas afecciones relacionadas con la salud mental, tales como la ansiedad y depresión, que pueden exacerbar los problemas para dormir. Actualmente, pese a estos cambios, existen una variedad de terapias tanto cognitivas como conductuales que pueden favorecer la rutina de sueño de las mujeres. La recomendación siempre es acudir junto a un profesional.

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