Si preguntan en nuestro país a quién le gusta la cerveza, sin temor a equivocarme 9 de cada 10 diríamos que sí. Y si no, será vino, espumante, whisky o algún otro trago que lleve alcohol, sin dudarlo. En América el alcohol es moneda corriente, tanto su uso y penosamente su abuso. ¿Pero el alcohol es sano? Y aparecerán los cardiólogos con estudios que afirman que beber una copa de vino al día tiene efectos positivos para la salud, y démosle su crédito.

Pero el alcohol es una droga, que por definición académica es “una droga depresora del sistema nervioso central que inhibe progresivamente las funciones cerebrales. Afecta a la capacidad de autocontrol, produciendo inicialmente euforia y desinhibición, por lo que puede confundirse con un estimulante”.

Culturalmente en nuestros países no hay asado sin cerveza, no hay cumpleaños sin alcohol, o festejo sin bebida espirituosa, pero es “nuestra cultura”.

Quedé sorprendido por la alta crítica a las restricciones que tiene Qatar con respecto al consumo del alcohol, o sea por ende al respeto de una cultura muy distinta a la nuestra. Si los árabes deciden que, en su país, o en sus estadios no se debe consumir alcohol (o sea una droga que puede causar dolor) es su decisión, y punto final. ¿Dónde están la tolerancia y el respeto por las culturas, religiones, costumbres de otras naciones? Vengamos más para acá, si es Viernes Santo y un ateo come carne…, ¿también debe ser juzgado por nosotros? Vamos gente.

Paradójicamente, los romanos y griegos conocían las técnicas de destilación, pero fueron los árabes quienes las perfeccionaron, incluso su nombre es de origen árabe “al-kohol”. La expansión del islam en territorios de mayoría árabe hizo que estos se alejaran de cualquier bebida espirituosa, por los grandes estragos que causaba entre la población. Y parece lógico.

Recuerdo hace unos años en Paraguay, cuando se impuso tolerancia cero a los conductores. Honestamente creo fue un gran paso, estadísticamente bajaron los accidentes de tránsito, las urgencias en Emergencias Médicas e internaciones. Y el mensaje fue claro, “si tomas, no manejes”. Lastimosamente, la blandeza de las autoridades y la coima reinante, hoy esta norma es muy poco respetada.

El fútbol mueve pasiones, es el deporte más popular del mundo, y todos queremos alentar a nuestros equipos favoritos, pero en el mundo somos muy diversos en razas, religiones, costumbres, y la tolerancia debe regir nuestros pensamientos, nos guste o no.

Este año tuvimos la oportunidad, con un grupo de amigos empresarios de compartir con la cultura árabe una semana en Dubái y Abu Dabi, y honestamente la pasamos muy bien. No solo conocimos unos Emiratos Árabes con visión de futuro, entendimos su cultura y costumbres, sino que también pudimos tomarnos unas cervecitas heladas (a precios de oro) entre amigos. Pero siempre respetando sus normas aunque no sean las mismas que rigen en nuestras latitudes. Es cierto, aplazados en temas de DDHH como principalmente los derechos de las mujeres y otros muchos, sin duda, pero eso será material para otro escrito.

Amigos, respetemos las culturas en un mundo que nos permite, en la diversidad, aprender y entender otras naciones.

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