Silvia Morimoto

Representante del PNUD en Paraguay

Paraguay ha logrado importantes progresos en la reducción de la pobreza en las últimas décadas. De casi el 50% de la población que vivía por debajo de la línea de pobreza en el 2002, el porcentaje se redujo al 23,5% en el 2019.

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Sin embargo, diversos factores -como la desigualdad y el voluminoso sector informal del país- fragilizan estos logros y exponen a los grupos más vulnerables a un retroceso. En este contexto, los sistemas de protección social surgen como una respuesta eficaz para dar mayor seguridad a las personas en situación de pobreza y a las más vulnerables ante las grandes crisis.

La pandemia por COVID-19 ha revelado y exacerbado las desigualdades y vulnerabilidades existentes, haciendo más urgente e imperiosa la lucha por disminuirlas. Si bien, los efectos de esta coyuntura afectan a todas las personas, en todo el mundo; no afecta a todos de la misma manera.

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Definitivamente, todavía necesitamos entender los efectos inesperados de la pandemia y cuantificar con mayor precisión los impactos en el bienestar de los hogares más vulnerables y afectados por la pobreza.

Los esquemas temporales de apoyo a los ingresos, como los que implementó Paraguay, son claves. Las redes de seguridad social para las personas más vulnerables, las transferencias de efectivo y los ingresos básicos temporales, el apoyo al trabajo de cuidados no remunerado en particular para las mujeres, quienes están cayendo más rápidamente en los niveles de pobreza; son medidas que dan oxígeno y ayudan a disminuir las vulnerabilidades.

Un nuevo informe del PNUD: “Mitigación de la pobreza, encontró que en los 41 países para los que se dispone de datos, el 80 por ciento de las personas (12 millones de 15 millones) lograron no estar por debajo de la línea de pobreza de US$ 1,90, como resultado de las medidas de asistencia social.

De cara al futuro, los sistemas de protección social tendrán que evolucionar para incorporar las lecciones aprendidas de la pandemia en una respuesta política sólida y sistémica.

Creemos firmemente que el enfoque centrado en los derechos y en el ciclo de vida del nuevo programa paraguayo ¡Vamos!, constituye un importante paso en la dirección correcta.

Confiados en ello, desde el PNUD apoyamos al gobierno de Paraguay, en cuanto a la protección social se refiere, mediante la mejora de la gestión de datos y estadísticas a través de un sistema integrado de información social conocido como e-Heka.

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Esta herramienta, implementada por primera vez en la historia del país, permite cuantificar y mapear toda la infraestructura social, los programas y beneficiarios a nivel de distritos.

Este innovador sistema de información se puso a prueba por primera vez con la ayuda del PNUD en el Distrito de Carayaó, departamento de Caaguazú. Hoy todos los datos georeferenciados están disponibles para el público en el sitio web de e-Heka.

El último Informe Regional de Desarrollo Humano presentado recientemente por el PNUD afirma que estamos en la era del Antropoceno; la era de los humanos. Nos hemos convertido en el factor determinante del planeta.

Con nuestras tecnologías, nuestro consumo y nuestras elecciones determinamos lo que le pasa en la dimensión física de nuestro planeta. Por un lado, vivimos en el momento de mayor desarrollo de la historia en términos económicos; pero por otro, estamos poniendo en riesgo del futuro de la propia vida humana a causa del cambio climático y la pérdida de la biodiversidad.

Por ello, hoy más que nunca, reafirmamos nuestro compromiso y apoyo como asociado al gobierno de Paraguay para el logro de sus objetivos nacionales de desarrollo y el cumplimiento de la Agenda 2030, con relevancia especial en esta década de acción.

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