Una firma biológica puede haber sido producida por la presencia de vida, pero también por un proceso inerte, señalan. Para considerar esta biofirma como definitiva, las muestras deben ser analizadas por potentes instrumentos de laboratorio en la Tierra. Foto: AFP.
Róver Perseverance halló rastros de “posible vida” en Marte
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El róver Perseverance alcanzó un hito mayor en su búsqueda de rastros de vida en Marte con la toma de “las más preciosas” muestras recogidas hasta ahora, que contienen potenciales firmas biológicas que deberán ser confirmadas a su regreso a la Tierra, anunció la Nasa el jueves. Aún no se trata de una prueba de que la vida existió un día sobre el planeta rojo, pero es la mejor posibilidad hasta ahora de poder un día llegar a detectar con certeza una posible vida microbiana antigua.
Una firma biológica puede haber sido producida por la presencia de vida, pero también por un proceso inerte. Para considerar esta biofirma como definitiva, las muestras deben ser analizadas por potentes instrumentos de laboratorio en la Tierra. La Nasa prevé traerlas de regreso por medio de otra misión antes de 2033. “Creo que podemos decir que van a ser, y que se trata ya de las muestras de roca más preciosas jamás recogidas”, declaró en rueda de prensa David Shuster, científico que trabaja en dichas muestras.
Se tomaron dos cortes perforando en una roca bautizada “Wildcat ridge”, de aproximadamente un metro y situada en un delta que se formó hace unos 3.500 millones de años en la intersección entre un río y un antiguo lago. Es particularmente interesante pues se trata de una roca sedimentaria que parece haberse formado en el momento en el que el agua del lago se evaporó.
“Wildcat ridge” tiene también “un gran potencial de conservación de una biofirma”, declaró Shuster, experto de la universidad de California, en Berkeley. Analizada aparte por un instrumento en el extremo del brazo robótico de Perseverance, la roca reveló la presencia de compuestos orgánicos -la mayor cantidad detectada desde el inicio de la misión hace ya un año y medio.
Dichos compuestos -hechos especialmente de carbono y que pueden contener hidrógeno- “son los elementos esenciales de la vida”, declaró Ken Farley, a cargo de la parte científica de la misión. Estos han sido detectados en mucha menor cantidad por el róver durante análisis previos en el cráter de Jezero, que contenía el lago, pero “a medida que avanzamos en el delta, los índices se tornan más y más fuertes”, resumió Sunanda Sharma, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la Nasa.
Resultados muy impresionantes
“Personalmente encuentro estos resultados muy impresionantes, pues parece que estamos en el lugar correcto con los instrumentos correctos, en un momento bisagra”, declaró. “No sabemos todavía la importancia de estos hallazgos, pero estas rocas son exactamente lo que vinimos a buscar”, concluyó Farley.
Otros análisis del róver han sorprendido a los científicos. En el fondo del cráter se encontraron “rocas ígneas, es decir, rocas cristalizadas tras haberse fundido”, declaró Farley. Este descubrimiento indica un “vulcanismo activo” y que, posiblemente, antes de tener agua el cráter haya albergado “un lago de lava”, agregó.
Las muestras tomadas de estas rocas y su posterior análisis en la Tierra debería permitir determinar por primera vez de forma directa la edad de la superficie de Marte. “Es algo que hoy en día solo se infiere indirectamente”, explicó Farley.
Se prevé una misión en 2028 para recuperar estas muestras por medio de un módulo de aterrizaje que lleva encima una minicápsula. El róver rodará hasta el módulo para poner allí las muestras que luego serán transferidas a una nave en órbita, la cual regresará a la Tierra y aterrizará en el desierto de Utah en 2033.
La NASA recomienda estas plantas para eliminar toxinas del aire
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Madrid. Europa Press.
Las plantas no solo aportan un toque de frescura y belleza a los espacios interiores, sino que también pueden desempeñar un papel clave en la mejora de la calidad del aire. Aunque muchos las eligen por su valor decorativo, algunas especies destacan por su capacidad para eliminar toxinas y mejorar el ambiente en el hogar.
En este sentido, el experto en plantas y divulgador Álvaro Pedrera, conocido en redes sociales como @ypikue, ha compartido en un vídeo de TikTok las cinco plantas que, según un estudio de la NASA, son más efectivas para purificar el aire en espacios cerrados (“y encima son fáciles de cuidar”).
Según Pedrera, la NASA llevó a cabo un estudio para determinar qué plantas tienen mayor capacidad para eliminar toxinas del aire, y estas fueron las cinco especies destacadas:
Areca (palmareca): esta planta no solo aporta un toque exótico al hogar, sino que también es capaz de filtrar toxinas del aire y adaptarse bien a diferentes condiciones de luz y humedad.
Sansevieria (lengua de suegra o planta serpiente): su gran ventaja es que libera oxígeno incluso durante la noche, lo que la convierte en una opción ideal para colocar en dormitorios.
Dracaena marginata (drácena de hoja fina): esta planta destaca por su capacidad para eliminar compuestos químicos nocivos del aire y, además, es muy resistente y fácil de mantener.
Tronco de Brasil: con su característico aspecto tropical, esta planta ayuda a absorber toxinas y requiere pocos cuidados, lo que la convierte en una opción perfecta para principiantes.
Lirio de la paz: no solo mejora la calidad del aire, sino que también es apta para espacios con poca luz y aporta un toque decorativo gracias a sus elegantes flores blancas.
La recomendación de estas plantas proviene de un estudio llevado a cabo por la NASA en 1989 bajo el título A Study of Interior Landscape Plants for Indoor Air Pollution Abatement. En esta investigación, dirigida por el Dr. B. C. Wolverton en el centro espacial John C. Stennis Space Center, se evaluaron diversas especies de plantas de interior para analizar su capacidad de eliminar contaminantes como benceno, tricloroetileno y formaldehído, sustancias comúnmente presentes en el aire de espacios cerrados y que pueden afectar la salud.
Los experimentos se realizaron en cámaras selladas, donde se introdujeron diferentes plantas junto con estos contaminantes. Los resultados demostraron que ciertas especies tenían una gran capacidad de absorción de toxinas, no solo a través de sus hojas, sino también gracias a los microorganismos presentes en la tierra de la maceta.
El estudio concluyó que las plantas no solo absorben dióxido de carbono y liberan oxígeno, sino que también capturan y descomponen compuestos químicos dañinos presentes en el aire. Además, se comprobó que la combinación de las hojas y los microorganismos en el sustrato potenciaban este efecto purificador.
Otro hallazgo interesante fue que algunas plantas, como la sansevieria, continúan liberando oxígeno por la noche, lo que las convierte en una excelente opción para mejorar la calidad del aire en dormitorios y otros espacios de descanso.
El ing. Eduardo Dose, hidrólogo de Yacyretá, logró con éxito simular el comportamiento del río Paraná en un periodo de 30 años, mediante una investigación que desarrolla en la NASA. Foto: Archivo
Hidrólogo paraguayo simula con éxito 30 años del curso del río Paraná con supercomputadora de la NASA
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Por Lourdes Torres – Periodista - lourdes.torres@nacionmedia.com
Invitado por John Bolten, jefe del Laboratorio de Ciencias Hidrológicas de la NASA, el ingeniero Eduardo Dose Martínez, oriundo de Hohenau, Itapúa, se encuentra desde inicio de año en la NASA Goddard, centro neurálgico de la NASA para la ciencia climática, satelital y de la Tierra, ubicado en Greenbelt, Estados Unidos, estudiando el comportamiento del río Paraná. Logró simular con éxito 30 años de caudales del cauce hídrico mediante el uso de Discover, la supercomputadora de la NASA.
El hidrólogo paraguayo explicó en una charla con La Nación / Nación Media que es funcionario del sector de Hidrología de la Central Hidroeléctrica Yacyretá. Su labor consiste en estudiar los datos del río Paraná para la gestión del embalse, como el pronóstico de caudales, el pronóstico climático, la evaluación de riesgos de inundación y el análisis de factores como los fenómenos de El Niño y La Niña. Todo ello en función de la generación de energía hidroeléctrica y la prevención de riesgos.
Indicó que desde su llegada a la NASA en febrero de este año, ha tenido acceso a herramientas satelitales que permiten utilizar datos obtenidos por misiones en órbita relacionados con la precipitación, el uso del suelo y parámetros físicos en general. Gracias a ello, esperan continuar la investigación para generar pronósticos de caudales más precisos, permitiendo entender cómo responde el río a la lluvia, al uso del suelo y al clima.
El Ing. Eduardo Dose, actualmente está llevando adelante su trabajo de investigación en Laboratorio de Ciencias Hidrológicas de la NASA. Foto: Gentileza
“En la NASA tienen lo que llaman una constelación de satélites alrededor del planeta que están permanentemente recolectando datos climáticos, del suelo y del océano. Con esa impresionante gama de información logramos simular el río Paraná utilizando su modelo Land Information System (LIS) y datos satelitales, abarcando un periodo de 30 años. Esto contribuirá en Yacyretá a mejorar la previsión de caudales y la gestión de riesgos de inundación”, explicó.
Proyecciones a futuro
Mencionó que en el contexto medioambiental, también será posible evaluar cómo el cambio climático podría afectar la generación de energía eléctrica debido a una eventual escasez de agua. Gracias a las autorizaciones correspondientes, obtuvo acceso a Discover, lo cual le permite realizar simulaciones del río Paraná a gran escala.
“Estoy utilizando un modelo informático llamado LIS (Land Information System). Es un simulador de diversos procesos naturales; uno de ellos es el ciclo del agua. Para simular un río necesito saber cuánto llueve, dónde llueve, qué uso del suelo hay en ese lugar —qué porcentaje corresponde a bosque, agricultura, zonas urbanas o humedales—, además de variables como la evapotranspiración, el viento, la humedad y la radiación solar. Todos estos elementos determinan cuánta agua corre por un río, cuánto se evapora y cuánto infiltra hacia los acuíferos”, detalló.
Dose señaló que luego de meses de trabajo, la semana pasada logró simular con éxito el comportamiento del río Paraná desde 1991 hasta 2025, con resultados muy satisfactorios. Esto fue posible gracias a la existencia de satélites de la NASA con la resolución adecuada desde ese mismo período.
El hidrólogo paraguayo logró simular con éxito 30 años de caudales del cauce hídrico mediante el uso de Discover, la supercomputadora de la NASA. Foto: Gentileza
Evaluación con distintos satélites
“El trabajo que ahora estamos iniciando es el de comparar distintos satélites. Hay varios que miden la lluvia a escala global. Yo utilicé uno y obtuve los resultados que tenemos hoy. Vamos a comenzar a probar otros, como IMERGE, CHIRPS, MERRA2, entre otros, para identificar cuál se ajusta mejor al comportamiento del río Paraná. Esto nos permitirá comparar con los datos reales de caudal medidos en Yacyretá”, explicó Dose.
Agregó que trabajar con estos datos abre la posibilidad de mejorar los modelos de pronóstico y, con ellos, prever con mayor certeza las precipitaciones y el caudal del río, elementos clave para la planificación energética.
“Los satélites son progresivamente más avanzados, con sensores más especializados que nos ofrecen datos validados científicamente. Esto permitirá pronosticar cuánta agua irá al río, identificar zonas propensas a inundaciones y preparar mejor a la población. En el caso de una hidroeléctrica, también permite estimar la generación de energía”, explicó.
Simulación del cambio climático
No obstante, aclaró que aún es muy temprano para establecer parámetros relacionados con el cambio climático, ya que por ahora el equipo está centrado en calibrar el modelo para generar pronósticos de caudal a corto plazo. Sin embargo, reconoció que es un tema interesante a abordar más adelante.
Mencionó también que están tomando como referencia un estudio reciente de la Universidad de Alabama, que muestra una bajante significativa en el caudal promedio de grandes ríos, incluido el Paraná, durante los últimos 30 años.
“Ahora nos estamos enfocando en el pronóstico de caudales del río a corto plazo. Estamos probando distintos satélites que miden la precipitación para mejorar la simulación. Cuando identifiquemos el más adecuado, podremos basarnos en sus datos para pronosticar el caudal. Solo entonces podré responder con certeza sobre la viabilidad de una simulación de cambio climático”, acotó.
Desde Hohenau, Itapúa, al centro neurálgico de la NASA para la ciencia climática, satelital y de la Tierra, ubicado en Greenbelt, Estados Unidos. Foto: Gentileza
Ciencia al servicio de la región
El hidrólogo destacó que estos meses de trabajo representaron una experiencia única, tanto por las herramientas como por el nivel profesional de los equipos de la NASA. Expresó su deseo de que los resultados del proyecto puedan ser útiles para Paraguay y para toda la región.
“Hasta ahora, los resultados son alentadores. Estamos en el camino de seguir ajustando y mejorando, con el objetivo de ofrecer un producto útil. Considerando que la NASA busca abrir sus datos a todos los países que deseen utilizarlos, para nuestro país es clave poder contar con información que nos ayude a gestionar mejor nuestros recursos hídricos —los ríos, los acuíferos, el clima—”, concluyó.
Cooperación interinstitucional de alto nivel
El desarrollo del proyecto de investigación sobre el río Paraná en el Centro Goddard de la NASA fue posible gracias a una articulación interinstitucional de alto nivel. El grupo ISAT, conformado por la NASA, la Universidad de Virginia (UVa) y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE. UU. (USACE), junto con el financiamiento parcial del Departamento de Estado de los Estados Unidos, conformó el núcleo técnico y científico de esta iniciativa.
La gestión administrativa y la intermediación de fondos fueron asumidas por el Programa Agua de las Américas de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que actuó como puente fundamental para viabilizar la cooperación internacional.
Por su parte, la Entidad Binacional Yacyretá recibió formalmente la convocatoria y solicitud de autorización por parte de la NASA, y autorizó la participación del profesional involucrado mediante resolución del Comité Ejecutivo Binacional, con la aprobación de ambos directores —paraguayo y argentino— y el pleno respaldo institucional para facilitar su incorporación al equipo de investigación.
Debido a los buenos resultados ya obtenidos, se ha agendado una presentación final el 7 de julio en el auditorio principal de la NASA, donde se compartieron los avances del proyecto. Para esta ocasión se cursaron invitaciones a autoridades representativas de las instituciones involucradas, así como a representantes consulares de Paraguay y Argentina, entre otros.
Hidrólogo paraguayo simula con éxito 30 años del curso del río Paraná
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Lourdes Torres
lourdes.torres@nacionmedia.com
Fotos: Gentileza/Archivo
El ingeniero Eduardo Dose Martínez está abocado a estudiar el comportamiento del río Paraná desde 1991 a la fecha con el fin de generar pronósticos de caudales más precisos, permitiendo entender cómo responde el río a la lluvia, al uso del suelo y al clima. El objetivo es llevar un control del embalse de la hidroeléctrica Yacyretá.
Invitado por John Bolten, jefe del Laboratorio de Ciencias Hidrológicas de la NASA, el ingeniero Eduardo Dose Martínez, oriundo de Hohenau, Itapúa, se encuentra desde inicios de año en la NASA Goddard. Se trata de un centro neurálgico de la agencia espacial estadounidense en lo relativo a la ciencia climática, satelital y de la Tierra, y está ubicado en Greenbelt, Estados Unidos.
Nuestro compatriota se dedicó a estudiar el comportamiento del río Paraná logrando simular con éxito 30 años de caudales del cauce hídrico mediante el uso de Discover, la supercomputadora de la NASA.
El hidrólogo paraguayo explicó en una charla con La Nación/Nación Media que es funcionario del sector de Hidrología de la central hidroeléctrica Yacyretá. Su labor consiste en estudiar los datos del río Paraná para la gestión del embalse, como el pronóstico de caudales, el pronóstico climático, la evaluación de riesgos de inundación y el análisis de factores como los fenómenos de El Niño y La Niña. Todo ello en función de la generación de energía hidroeléctrica y la prevención de riesgos.
Dose Martínez indicó que, desde su llegada a la NASA en febrero de este año, ha tenido acceso a herramientas satelitales que permiten utilizar datos obtenidos por misiones en órbita relacionados con la precipitación, el uso del suelo y parámetros físicos en general. Gracias a ello, esperan continuar la investigación para generar pronósticos de caudales más precisos, permitiendo entender cómo responde el río a la lluvia, al uso del suelo y al clima.
“En la NASA tienen lo que llaman una constelación de satélites alrededor del planeta que están permanentemente recolectando datos climáticos, del suelo y del océano. Con esa impresionante gama de información logramos simular el río Paraná utilizando su modelo Land Information System (LIS) y datos satelitales, abarcando un periodo de 30 años. Esto contribuirá en Yacyretá a mejorar la previsión de caudales y la gestión de riesgos de inundación”, explicó.
El estudio contribuirá a que la hidroeléctrica Yacyretá mejore la previsión de caudales y la gestión de riesgos de inundación
PROYECCIONES A FUTURO
Mencionó que, en el contexto medioambiental, también será posible evaluar cómo el cambio climático podría afectar la generación de energía eléctrica debido a una eventual escasez de agua. Gracias a las autorizaciones correspondientes, obtuvo acceso a Discover, lo cual le permite realizar simulaciones del río Paraná a gran escala.
“Estoy utilizando un modelo informático llamado LIS (Land Information System). Es un simulador de diversos procesos naturales; uno de ellos es el ciclo del agua. Para simular un río necesito saber cuánto llueve, dónde llueve, qué uso del suelo hay en ese lugar –qué porcentaje corresponde a bosque, agricultura, zonas urbanas o humedales–, además de variables como la evapotranspiración, el viento, la humedad y la radiación solar. Todos estos elementos determinan cuánta agua corre por un río, cuánto se evapora y cuánto infiltra hacia los acuíferos”, detalló.
Dose señaló que, luego de meses de trabajo, la semana pasada logró simular con éxito el comportamiento del río Paraná desde 1991 hasta 2025 con resultados muy satisfactorios. Esto fue posible gracias a la existencia de satélites de la NASA con la resolución adecuada desde ese mismo período.
EVALUACIÓN
“El trabajo que ahora estamos iniciando es el de comparar distintos satélites. Hay varios que miden la lluvia a escala global. Yo utilicé uno y obtuve los resultados que tenemos hoy. Vamos a comenzar a probar otros, como IMERGE, CHIRPS, MERRA2, entre otros, para identificar cuál se ajusta mejor al comportamiento del río Paraná. Esto nos permitirá comparar con los datos reales de caudal medidos en Yacyretá”, explicó.
El profesional indicó que trabajar con estos datos abre la posibilidad de mejorar los modelos de pronóstico y, con ellos, prever con mayor certeza las precipitaciones y el caudal del río, elementos clave para la planificación energética.
“Los satélites son progresivamente más avanzados, con sensores más especializados que nos ofrecen datos validados científicamente. Esto permitirá pronosticar cuánta agua irá al río, identificar zonas propensas a inundaciones y preparar mejor a la población. En el caso de una hidroeléctrica, también permite estimar la generación de energía”, comentó.
SIMULACIÓN DEL CAMBIO CLIMÁTICO
No obstante, aclaró que aún es muy temprano para establecer parámetros relacionados con el cambio climático, ya que por ahora el equipo está centrado en calibrar el modelo para generar pronósticos de caudal a corto plazo. Sin embargo, reconoció que es un tema interesante a abordar más adelante.
Mencionó también que están tomando como referencia un estudio reciente de la Universidad de Alabama, que muestra una bajante significativa en el caudal promedio de grandes ríos, incluido el Paraná, durante los últimos 30 años.
“Ahora nos estamos enfocando en el pronóstico de caudales del río a corto plazo. Estamos probando distintos satélites que miden la precipitación para mejorar la simulación. Cuando identifiquemos el más adecuado, podremos basarnos en sus datos para pronosticar el caudal. Solo entonces podré responder con certeza sobre la viabilidad de una simulación de cambio climático”, acotó.
El hidrólogo destacó que estos meses de trabajo fueron una experiencia única, tanto por las herramientas como por el nivel profesional de los equipos de la NASA. En este sentido, expresó su deseo de que los resultados del proyecto puedan ser útiles para Paraguay y para toda la región.
“Hasta ahora los resultados son alentadores. Estamos en el camino de seguir ajustando y mejorando con el objetivo de ofrecer un producto útil. Considerando que la NASA busca abrir sus datos a todos los países que deseen utilizarlos, para nuestro país es clave poder contar con información que nos ayude a gestionar mejor nuestros recursos hídricos y el clima”, concluyó.
¿Cómo armar un comité de sostenibilidad con impacto real?
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Estos tips compartidos por Angel Almada, socio director de Artegia, te ayudarán a reunir a las personas correctas, definir objetivos concretos y generar cambios medibles que sumen al negocio y al planeta.
Definir la conformación del comité como parte de una política corporativa: Establecer claramente por escrito la creación del comité, sus integrantes, objetivos, metas y temas que pretende abordar. Por ejemplo, medición y reducción de la huella ambiental, empaques circulares, gestión de residuos, uso eficiente del agua, consumo energético, cumplimiento de normativas ESG.
Incluir representantes de todas las áreas de la empresa: El comité debe tener un coordinador asignado directamente por el gerente general y debe estar conformado por miembros de diferentes áreas: operaciones, finanzas, marketing, recursos humanos, legales, etc. La sostenibilidad es transversal y requiere distintas perspectivas.
Contar con liderazgo comprometido: Idealmente el comité debe estar integrado por miembros del nivel directivo o de la alta gerencia. Es clave para asegurar recursos, legitimidad y alineamiento estratégico.
Establecer roles y responsabilidades claras: El coordinador debe asignar las funciones de cada uno de los miembros del comité. Establecer canales de seguimiento, mecanismos de toma de decisiones y los indicadores de evaluación de resultados.
Fijar una agenda de trabajo y reuniones regulares: Planificar y agendar encuentros periódicos, idealmente mensuales, con temas definidos, metas por trimestre y cronograma de acciones.
Incorporar indicadores y métricas de impacto: Definir los KPIs que permitan monitorear el avance (ej.: reducción de residuos, emisiones evitadas, reducción de consumo de agua, ahorro financiero, etc.) y alinearlos con estándares reconocidos (GRI, ISO 14001, ODS).
Promover la capacitación continua y la comunicación: Brindar herramientas y conocimientos a los miembros en tendencias de sostenibilidad y difundir tanto dentro como fuera de la empresa las acciones que el comité está impulsando.