El baño de vapor es un método de belleza ancestral. Desde la antigüedad ya era una de las técnicas conocidas gracias a sus beneficios físicos y mentales. Por eso, aquí te compartimos todo lo que necesitas saber para ponerlo en práctica.

Siglos atrás, los romanos iban a las aguas termales para relajarse y sanar diferentes afecciones: tiempo después, los turcos copiaron su técnica al crear los ya conocidos baños turcos, y en la actualidad estas técnicas siguen vigentes, al igual que todos sus beneficios.

Cuando realizamos nuestro skincare diario nos aplicamos diferentes productos y suele ocurrir que no logran remover las células muertas o los restos de sebo y suciedad que quedan en los poros. Con el paso de los días, esto genera espinillas, puntos negros u otro tipo de acné.

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¿En qué nos ayuda la limpieza facial al vapor?

-El vapor tiene la capacidad de relajar el cutis, pero también de abrir los poros. Esto facilita la expulsión de toxinas y restos de suciedad que se hayan acumulado.

- Un baño completo relaja los músculos, hidrata e ilumina la piel. Incluso optimiza la eficacia de los productos cosméticos que se apliquen posteriormente.

- Estimula la circulación sanguínea y mejora la función glandular, esto se traduce a una reducción de la celulitis originada por problemas circulatorios.

- A nivel interno, el vapor combate afecciones de las vías respiratorias, contribuye a la eliminación de flemas y catarros, también alivia dolores musculares, reumáticos y artríticos.

- Cuando el cuerpo se relaja hay una reducción de estrés, tanto a nivel físico como mental. Esto favorece el descanso, activa el sistema inmune y calma el sistema nervioso.

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¿Cómo hacer una limpieza facial con vapor?

Lo primero que hay que hacer es poner suficiente agua en una olla y llevarla al fuego hasta que empiece a hervir. Mientras tanto, lavate bien las manos y luego el rostro con el jabón que corresponda a tu tipo de piel.

Lo siguiente es retirar la olla del fuego, se puede realizar el baño directamente desde ahí o agregarle 5 gotas del aceite esencial que prefieras y puede ser con: romero, manzanilla, jazmín, lavanda, etc.

El rostro debe estar posicionado sobre la olla destapada a una distancia prudente para que el vapor no queme y cubrir la cabeza con una toalla.

El vapor debe actuar durante 5 a 10 minutos y listo. Al finalizar se puede aplicar un tónico facial, una mascarilla o el tratamiento a elección. En el caso de que no te apliques ningún producto, podés refrescar el rostro con abundante agua templada.

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