Ser emocionalmente vulnerable no significa ser débil, más bien, es la capacidad de procesar nuestras emociones y sentimientos de manera saludable. Te contamos sus beneficios y cómo poner en práctica.

Está en la naturaleza humana experimentar emociones dolorosas, sin embargo, muchas personas tienden a reprimirlas. Evitar o negar su existencia, como la vergüenza, frustración, ansiedad, el dolor o la pena, puede afectar la salud mental.

La capacidad de reconocer y, si es necesario, compartir las emociones que experimentamos aportan significativamente en nuestro bienestar emocional y mental. Esta práctica suele comenzar con uno mismo y se extiende a nuestro entorno. De hecho, practicar la vulnerabilidad emocional ayuda a construir y mantener relaciones saludables.

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La vulnerabilidad aporta estos beneficios

Desarrolla empatía. La capacidad de reconocer sentimientos puede ayudarte a comprender mejor los sentimientos de los demás y desarrollar empatía. Empatizar significa comprender, resonar profundamente y experimentar las emociones de otro ser humano como propias.

Mejora la autoconciencia. Es esencial para identificar cómo piensas y sientes. Estar en contacto con tus emociones puede ayudarte a mirar tu historia personal de manera más efectiva y sin reservas para examinar por qué y cómo procesas y reaccionas a la información.

Reduce la ansiedad. Practicar la vulnerabilidad emocional puede ayudarte a tener en cuenta tus pensamientos y reflexionar sobre ellos, de manera a rechazar lo negativo para evitar la ansiedad crónica.

Construye relaciones sanas. Estar en contacto con tus emociones y sentimientos puede mejorar tu capacidad de ser honesto contigo mismo y con los demás, lo cual genera más confianza y relaciones saludables.

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¿Cómo volverse vulnerable emocionalmente?

1. Escribir un diario personal. Registra tus pensamientos y emociones que normalmente sueles reprimir. Nombra a tus sentimientos porque la confusión puede conducir a la ansiedad. Puede ser útil practicar la anotación mental, un proceso de nombrar tus sentimientos para comprender mejor tus emociones.

2. Observar sin juzgar. El proceso de reconocer emociones desafiantes puede ser incómodo. Evita pensar demasiado en cómo arreglar tus sentimientos o criticarte por sentirte de una manera en particular.

3. Valida tus emociones. Las personas sienten diversas emociones y es crucial saber que es natural sentir ira o pena, especialmente después de eventos complejos, pérdidas o experiencias dolorosas.

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