La ortosomnia es la obsesión o preocupación excesiva por dormir bien y monitorear las horas de sueño para alcanzar un descanso perfecto. Es un hábito poco saludable, ya que produce el efecto contrario: conduce a un peor sueño debido al aumento de la ansiedad y los efectos secundarios del insomnio.

Ortosomnia es un término que proviene de dos palabras: “orto: correcto” y “sonmia: sueño”, al cual los especialistas lo han adoptado para denominar a las personas que analizan a niveles extremos los parámetros del sueño, por ejemplo: calcular la cantidad de horas que faltan para despertarse, estar pendiente de los ruidos que podrían interrumpir el sueño, entre muchos otros.

Generalmente, quienes padecen ortosomnia utilizan dispositivos de seguimiento del sueño que incrementan su preocupación por lograr el descanso perfecto. Los especialistas explican que esa “búsqueda perfeccionista del sueño ideal” puede provocar el aumento del cansancio diurno como consecuencia de la ansiedad que generan los pensamientos nocturnos relacionados a estos parámetros.

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Incluso, muchos “esclavos” de estas aplicaciones despiertan irritados, con problemas de concentración y apatía al comprobar que no durmieron como querían o debían. Aunque los resultados de estas apps ganen terreno entre las personas que le prestan mucha atención a su estilo de vida, nunca podrán ser comparables con las pruebas diagnósticas hechas en los hospitales por especialistas del sueño.

Se dice que un adulto debería dormir al menos siete horas, sin embargo, son muchos los factores que influyen en el sueño y no hay que olvidar que cada organismo es distinto. En una entrevista para La Vanguardia, la doctora española Odile Romero explicó por qué ya es momento de desmitificar las ocho horas de sueño:

“La evaluación de una buena calidad de sueño se tiene que evaluar con una buena calidad de vigilia. Es decir, que si durante el día no tenés sueño, y te sentís ágil físicamente y de memoria, estás durmiendo lo suficiente, aunque duermas siete horas o seis y media. Si por el contrario, alguien se siente cansado, malhumorado y con menos ganas de hacer cosas, esa persona seguramente no está durmiendo lo que su cuerpo necesita”, señaló.

Foto: Pexels.




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