Por Nicolás Almada (nicolas.almada@gruponacion.com.py)

El 1 de diciembre de 1917, hace 103 años, se daba el último fusilamiento judicial en tiempos de paz de la historia de Paraguay. Un joven llamado Nicolás Gastón Gadín Lacour y otro hombre identificado como Cipriano León fueron ejecutados en la Cárcel Pública, acusados y condenados a la pena de muerte por un hecho de parricidio. Se había comprobado que Gastón contrató a Cipriano para matar a sus padres, una pudiente pareja francesa instalada en una Casa Quinta del barrio Villa Morra de Asunción.

Los padres no habrían aceptado la relación sentimental de Gastón con la sobrina de un peón de la familia, lo que fue el móvil del crimen. Esto llevó a Gastó a elaborar un macabro plan, lo que después le costó la vida con un fusilamiento público. Pero Gastón era menor de edad y de nacionalidad extranjera, lo que confirmó tiempo después la ilegalidad del hecho consumado, con una condena que fue interpuesta por los estamentos legales a raíz de la presión mediática y de la sociedad de la época.

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Se trata de unos de los crímenes más famosos en la historia de nuestro país, en un episodio que conmocionó a toda la sociedad paraguaya de la época, según explicó a La Nación este martes el promotor cultural e investigador Fabián Chamorro. Fue el asesinato de un padre y una madre por parte de su propio hijo, quien luego tuvo un desenlace mortal a raíz de una condena que surgió por la presión de la sociedad.

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Portada del libro "Gastón Gadín. El último fusilado", realizado por los autores paraguayos e escritores de historia legal Juan Marcos González y Atilio Fernández, que contiene todos los pormenores del caso. Foto: Gentileza.

La famila Gadín y su llegada a Paraguay

Los padres de Gastón, y víctimas del terrible asesinato, eran Lorenzo Gadín y Emma Lacour. Se trata de una pareja francesa que hizo una fortuna en la Argentina, y que luego -a través de nexos con la masonería en Paraguay- llegó a instalarse en una Casa Quinta ubicada en una extensa propiedad, la cual llegaba a alcanzar gran parte del barrio Villa Mora de la capital.

Gastón nació en Francia pero vivió años de su infancia ya en Paraguay. Cuando tenía 17 años formó pareja con la señorita Ana Meyeregger, quien era sobrina de uno de los peones de la quinta familiar. Los primeros en interponerse y rechazar rotundamente tal pareja fueron los padres de Gastón, lo que produjo severamente su enojo a tal punto de planear el asesinato de los mismos y que parezca un accidente.

Otras versiones de la historia incluyen también que otro móvil del crimen fue la intención de Gastón de quedarse con la herencia familiar. Sin embargo, el motivo principal era la prohibición de continuar con la relación sentimental que había formado.

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Zona de Villa Morra, Asunción, Paraguay. Tranvía. (Foto circa 1900).

La noche del atroz crimen

Cipriano León era un expeón de los Gadín y asiduo amigo de Gastón. Este último decide encargar a Cipriano el asesinato de su padres a cambio de dinero. Este acepta el trato y una noche del 26 de julio de 1915 se esconde en la casa quinta con hacha en mano. A puros hachazos aniquila a sangre fría a la madre y luego al padre, para luego rociar el edificio con petróleo, para después incendiarlo totalmente. El hecho estaba consumado e iba ser reportado como un hecho desafortunado por algún descuido, que surgió con un fuego accidental que mató a la pudiente pareja francesa.

El historiador Fabián Chamorro explicó que todo este crimen, desde el inicio del caso, acaparó toda la plana mediática de la época. Los periódicos y demás medios de comunicación concentraban sus contenidos en los pormenores del caso, denotando en todo momento la atrocidad del hecho y de la criminal intención de Gastón para con sus padres. Se generó una presión mediática sin precedentes sobre los estamentos judiciales, políticos y fiscales que debían decidir sobre el futuro de ambos detenidos. La sociedad paraguaya en sí también condenaba profundamente a Gastón y a Cipriano, y exigían la ejecución.

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Recorte de un periódico que exhibía a los protagonistas y antagonistas de la historia. Foto: Gentileza.

Una carta los detala

Sin embargo, al parecer Gastón no poseía sus documentos de nacimiento que constaban que era aún menor de edad y no era paraguayo, condición que si era fehacientemente comprobada ante los jueces, echaba por tierra la aplicación de una pena de muerte. Sin embargo, al no poder probarse esta situación y en atención a la enorme presión ejercida sobre el caso, un jurado terminó declarando culpables a ambos y luego un Tribunal aplicando la sentencia de muerte.

Lo que termina implicando a Gastón y a Cipriano en la investigación del crimen fue una carta redactada por el primero, que estaba dirigida a su novia Ana. En la misiva, Gastón le comentaba que se encontraba planeando concluir con la vida de sus padres, a modo de poder seguir con la relación que había comenzado con ella.

“En una parte del proceso judicial se llegó a especular sobre la condición mental de Gastón. Claro que hace 100 años atrás la psicología, psiquitaría y otras ramas similares no estaban tan avanzadas, pero se llegó a discutir el tema”, expuso Chamorro.

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Recorte periodístico que prácticamente celebraba el acto consumado, luego de dos años de intensos asedios mediáticos. Foto: Gentileza.

El día de la ejecución

Finalmente, luego de dos años y algunos meses del fatal asesinato, llegó el día de la ejecución. El 1 de diciembre de 1917, en el patio de la Cárcel Pública, predio donde hoy se ubica el Colegio de la Providencia y parte de la Universidad Católica en la capital (zona de avenida Mariscal López y Fulgencio Yegros), fueron fusilados Gastón Gadín y Cipriano León, consumándose la última pena de muerte ejecutoriada en Paraguay.

Los cadáveres fueron trasladados hasta el Cementerio del Mangrullo, donde hoy se erige el Parque “Carlos Antonio López” en el barrio Sajonia de Asunción. Sin embargo, según comentó el profesor Chamorro, los cuerpos no fueron enterrados dentro mismo de la necrópolis por el tipo de crimen que cometieron. “No tuvieron velatorio, solo algunas palabras de algún padre católico. Sin embargo, los cuerpos fueron profanados rápidamente. Por eso es que hoy no se tienen vestigios de los mismos, los restos desaparecieron. Algunos relatos dicen que el cuerpo de Gastón fue llevado esa misma noche que fue enterrado”, expuso.

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Los cuerpos sin vida de Gastón Gadín y Cipriano León, tendidos en el suelo tras ser ejecutados y antes de ser llevados por un carro que los transportó por la Avenida del Puerto (hoy avenida Colón) hasta el Cementerio del Mangrullo (hoy parque Carlos Antonio López), según comentó el historiador Fabián Chamorro. Foto: Gentileza.

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Archivos originales del caso fueron encontrados

Según la cronología de hechos confeccionada en el libro “Gastón Gadín. El Último Fusilado”, de Juan Marcos González y Atilio Fernández, recién el 30 de julio del 2007 es hallado en Archivos de los Tribunales de Asunción el proceso judicial número 1.117 “Gastón Gadín y Cipriano León s/ Homicidio en Villa Morra”. En la actualidad el centenario material es exhibido en el Museo de la Justicia del Centro de Documentación y Archivo para la Defensa de los Derechos Humanos en el Palacio de Justicia en Asunción.

El 12 de mayo del 2008, con la ayuda de la Cancillería Nacional, arriba al país el Certificado de Nacimiento Original del ciudadano francés Edmundo Nicolás Gastón Gadín Lacour, proveniente del Registro Civil de la localidad de Ville de Puteaux, París, Francia.

Legajo de archivos que hoy son parte del Museo de Historia del Poder Judicial de Asunción. Foto: Gentileza.

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