El Censo Nacional expuso un nuevo bochorno del Gobierno, ante la baja cobertura durante el día D. En su defensa, el INE culpó a los censistas desertores que no se presentaron pese a haberse anotado para la actividad. Sin embargo, al parecer existiría otra explicación: una aparente matufiada para abultar la lista de inscriptos y así cobrar el viático sin trabajar. Esto consta en una de las planillas en la que figuran unos tres mil censistas del departamento Central, en la que los supervisores habrían anotado como voluntarios a personas de otras localidades y jamás realizaron la tarea de censar. El temor que existe es que los coordinadores hayan completado los cuestionarios del censo a ojímetro para así retirar el viático. Esta noche “La caja negra” (Unicanal) presenta un informe especial.

  • FUENTE: “La caja negra”

Una multitud de quejas se registró el miérco­les pasado a raíz de las viviendas que no fueron visita­das por los censistas durante esa jornada. La ciudadanía hizo de su parte y cumplió con la premisa de quedarse en la casa hasta las 18:00, tiempo límite establecido para que los voluntarios pasen a recabar los datos; sin embargo, una vez culminado el plazo, numerosas casas seguían sin ser visitadas.

Desde el Gobierno salieron a reconocer que ese día hubo un bajo porcentaje de cobertura (solo del 73% en Asunción, Cen­tral y Ciudad del Este, donde se concentra la mayor densidad poblacional) y culparon de ello a los censistas desertores. De acuerdo con los datos maneja­dos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), unos 20.000 inscriptos no se presentaron. Como medida paliativa, se dio inicio a una etapa de recupera­ción de las viviendas no alcanzadas, labor que ahora ya está a cargo de los funcionarios del INE. El elevado número de desertores hizo lugar a cues­tionamientos hacia las autori­dades que no garantizaron las medidas para evitar un aban­dono tan importante y tam­poco previeron sustituir a los faltantes en su totalidad.

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El grado de improvisación fue tal, que muchos censis­tas tuvieron que visitar más casas de lo previsto e incluso los supervisores se encargaron de hacer ese trabajo, tal como expuso la voluntaria Lidia Gra­ciela. La joven relató a través de las redes sociales que muchos tuvieron que hacer doble tra­bajo en Ypané, ya que algunos censistas no se presentaron y otros censaban a medias; todo eso sin recibir respuestas de los jefes de la zona.

Mientras el país estaba encerrado aguardando la jornada del censo, el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, se mandó mudar a Alemania.

PLANILLA CONFIRMA MATUFIADA

Justamente, de acuerdo a una planilla acercada al equipo de “La caja negra” por una fuente cuya identidad se reserva, para esa zona de Central y las ciuda­des aledañas se previeron unos 3.000 censistas. Sin embargo, de esa cantidad, solo unos 500 trabajaron el día del censo.

Un aspecto que llama la aten­ción es que en la lista de los censistas figuran personas –muchas de ellas vecinas– oriundas de Hernandarias, Ciudad del Este, Cordillera, San Pedro, Caaguazú e incluso Alto Paraguay, cuando desde el primer momento se proyectó que los voluntarios que iban a censar pertenezcan a la zona donde les tocaba hacer la labor. Entonces, ¿por qué las perso­nas del interior del país se ano­taron para Central, siendo que ni siquiera hubo movilidad ese día y tampoco compensaba el pago previsto?

La presunción que se tiene es que aparentemente los coor­dinadores encargados de reclu­tar gente prometían a las per­sonas G. 50.000 a cada una por figurar en la planilla, y así el coordinador se llevaba el restante 50.000, de los G. 100.000 a pagarse por el tra­bajo de voluntariado. Fue así que muchos no aparecieron en el día del censo ante la pro­mesa que iban a recibir 50.000 guaraníes cada uno. De cons­tatarse la denuncia, solo en el caso de los 3.000 censis­tas para Ypané y alrededores, se habla de un monto de 150 millones de guaraníes que se embolsaron solo los reclutado­res y los otros 150 millones de guaraníes los inscriptos.

La fuente reveló además que haciendo una consulta rápida a las personas que figuran en la planilla, muchas de ellas reco­nocieron que no se presenta­ron al censo y que esperaban el pago prometido por el uso de sus datos.

El temor que existe ahora es que los coordinadores hayan completado los cuestionarios del censo a ojímetro para así retirar el viático. Esta descon­fianza surge especialmente por la improvisación y corrupción que marcaron la jornada del censo en Paraguay y la tarea que tuvieron que hacer los super­visores como censistas, mer­mando sus funciones propias de control.

Todo esto habría ocurrido en ausencia de la cabeza del país, ya que el presidente Mario Abdo Benítez optó por viajar a Europa antes que quedarse en Paraguay durante la realización del Censo Nacional 2022.

Esta es la planilla al cual accedió el equipo de “La caja negra” en la que figuran voluntarios de otros departamentos y que serían nombres utilizados por coordinadores del departamento Central para quedarse con los viáticos de la jornada.

Censo: Cómo se invirtieron los millones de dólares en la polémica jornada

El Instituto Nacional de Estadística (INE) dice que hasta el momento se ejecutó el 42% de los 43 millones que fueron destinados al Censo Nacional, mediante un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID); es decir, se invirtió alrededor de US$ 18 millones para la recolección de los datos.

Al hacer un desglose de esa cifra, se detalla que US$ 7.262.479 fueron transferidos al sector externo para el pago a censis­tas, US$ 4.406.982 fueron para el servicio del personal, US$ 1.422.779 para bienes de con­sumo e insumos, US$ 1.804.025 para imprenta, seguro, publi­cidad y comunicación, US$ 1.599.589 para equipos y herra­mientas, US$ 1.301.814 para pasajes y viáticos, US$ 262.646 en alquileres y US$ 872 para el pago de los servicios básicos (luz, agua y teléfono).

En este caso, se debe confiar cie­gamente en las cifras que brinda el propio Gobierno, en atención a que las adquisiciones de insu­mos, consultoría y otros, que hizo el INE para el censo, por valor de G. 44 mil millones, no pasaron por la Dirección Nacio­nal de Contrataciones Públicas. Esta falta de control se dio por­que se usó el fondo del BID y por ello las inversiones se hicieron bajo las normas de ese orga­nismo internacional que otorgó el crédito, lejos del control local.

Al respecto, el director de Contrataciones Públicas, Pablo Seitz, explicó que las licitaciones realizadas con los fondos del BID figuran en el portal de Contrataciones, pero que esto es más bien de manera informativa, ya que la dirección a su cargo no formó parte del proceso de planea­miento ni adjudicación.

Por ejemplo, el INE efectuó la compra de 288.000 tapabo­cas por 316 millones de gua­raníes en setiembre de este año para el censo. Este lla­mado aparece en el portal de Contrataciones como que aún no está adjudicado, cuando en la práctica sí ya lo fue. En ese sentido, Seitz aclaró que se rige por las normas del BID y que un tratado internacional tiene una prelación superior, por lo que el único órgano de control que puede intervenir en este caso es la Contraloría General de la República.

Llama la atención que se hayan comprado miles de mascarillas luego de que el Gobierno pusiera fin al uso obligatorio de las mis­mas, además se suma que los propios censistas no utilizaron los tapabocas durante sus reco­rridos. Otro punto sospechoso es que el INE haya adquirido productos de limpieza (jabón en pan, limpiavidrio, ácido muriático, virulana, creolina y ácido para destrancar cañe­ría) por más de G. 300 millones bajo la excusa del censo.

USO DISCRECIONAL DE FONDOS DESPIERTA DUDAS

El gobierno de Mario Abdo Benítez consiguió un impor­tante crédito para la realiza­ción del censo. En noviembre del año pasado, el Congreso Nacional aprobó el préstamo de US$ 43 millones, cifra que se suma al millonario endeu­damiento del país.

A raíz de la fallida jornada cen­sal, en el Parlamento surgie­ron dudas referente a cómo se destinó el dinero aprobado. El manejo de semejante volumen de dinero, justo en tiempos elec­torales, desató mucha suspica­cia. Uno de los actores políticos que salieron a cuestionar fue el senador liberal Blas Llano, quien preguntó cómo se garan­tiza que los recursos se hayan destinado para el objetivo que se previó inicialmente y para lo cual el país se endeudó.

Ante esa duda, el legislador presentó el jueves pasado un proyecto de resolución que encomienda a la Contraloría General de la República a efec­tuar auditorías financieras y de gestión sobre el uso de los recursos destinados para la realización del Censo Nacional. Su planteamiento tuvo el acom­pañamiento de sus colegas.

Así también, el Senado con­vocó ayer al titular del INE, Iván Ojeda, para escuchar sus explicaciones sobre cómo se invierte cada centavo de la cantidad de plata presupues­tada y los resultados obtenidos.

Por otro lado, los diputados ya presentaron un pedido de interpelación de Iván Ojeda por el fiasco del censo.

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