­Durante el programa “Fuego cruzado” con­ducido por Augusto dos Santos y Benjamín Livie­res, el ministro de Relaciones Exteriores, Federico Gonzá­lez, se refirió a la actuación de Juan Ernesto Villamayor en el negociado PDVSA-Petropar y a su interpelación en la Cámara Baja. Por otra parte, dio su pers­pectiva sobre la relación con los Estados Unidos, así como tam­bién se refirió al Mercosur y el próximo propósito del Gobierno que es el de llevar adelante el tra­tado del Anexo C de Itaipú.

-Se fue Donald Trump y llegó Joe Biden. ¿Qué signifi­cado tiene este hecho y cómo podría impactar en América Latina y en nuestro país en especial?

-Ante todo, es un día histórico para la política de los Esta­dos Unidos. Es un cambio de gobierno como pocas veces se ha visto. Habiendo asumido ya el presidente Biden, todos vamos a coincidir que los Estados Uni­dos mantiene una política bien marcada a nivel de Estado y salvo cuestiones muy puntuales, son pocos los cambios que vamos a tener. En cuanto a la región en particular, ustedes están al tanto de la confirmación de las autori­dades que están iniciando ya el día de hoy. El día de ayer el secre­tario de Estado, el ministro de Relaciones Exteriores, el señor Blinken, estuvo ante el Senado y ante la consulta de cuál sería la política con relación a Vene­zuela, él manifestó que conti­nuaría exactamente igual. El gobierno de los Estados Unidos va a seguir reconociendo al pre­sidente Juan Guaidó como jefe de Estado de Venezuela y que al señor Maduro no lo reconoce en tal carácter.

-Un tema que tuvo la espe­cial atención del presidente Trump fue lo del BID por­que perdimos a un ministro de Hacienda para que se con­vierta en alto integrante de ese organismo. ¿Confían en que no habrá cambios en ese proceso?

-Consideramos ante todo que es una oportunidad muy impor­tante para nuestro país, cierta­mente perdimos a un gran minis­tro de Hacienda y a una gran persona, el señor Benigno López. Es una oportunidad para el país, de tener presencia internacional por primera vez en una institu­ción financiera de esa índole, de esa naturaleza y consideramos que eso va a continuar de esa manera porque es el banco que tiene implicancias directas en el desarrollo de toda nuestra región. El presidente Biden y sus autori­dades, quienes lo acompañan al frente del gobierno, comprenden muy bien esa situación, entonces entendemos que eso va a seguir por la línea establecida y ya con la presencia de un paraguayo en una de las vicepresidencias del Banco Interamericano de Desarrollo.

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-Más allá de las relaciones que hay que tener con la mayor potencia del mundo, ¿qué beneficios prácticos tiene el Paraguay en su relación con los EEUU?

-En estos dos últimos años se dio un acercamiento muy especial entre el gobierno de Estados Uni­dos y el de nuestro país. Fueron muchos los intercambios en el ámbito de la cooperación. El pre­sidente Mario Abdo, recordarán, que en diciembre del año ante pasado, estuvo en la Casa Blanca, en una reunión muy franca con el presidente Trump y, posterior­mente, se consiguieron a través de la donación respiradores que fueron y siguen siendo muy úti­les para nuestro país. Estamos muy cerca de acceder con nues­tro producto estrella que es la carne a ese mercado tan impor­tante del norte; entonces, son cuestiones prácticas y específi­cas que siguen avanzando sobre la base de la inversión de Estados Unidos en el Paraguay.

-El gobierno de Guaidó que tácitamente los calificó de mentirosos. ¿Por qué ese silencio del Paraguay?

-En realidad no es ningún silencio, sino una conversación sobre un tema específico que ya se venía intercambiando hace muchos años sobre una deuda que viene desde el 2011 y que se disparó hacia el 2012, y luego de varias consideraciones y trata­tivas se sometió a considera­ción de un tribunal arbitral en la ciudad de París, en la Cámara Internacional de Comercio. Se estaba a la espera del resultado de ese fallo arbitral, cuando vino la propuesta del representante de Juan Guaidó para llegar a un acuerdo. Fue lo que se con­versó y el día de mañana el señor Juan Ernesto Villamayor estará siendo interpelado en la Cámara de Diputados y él va a presentar todos los documentos y realizar todas las explicaciones corres­pondientes.

-¿Pero dirá algo el Paraguay a la estructura del gobierno de Guaidó sobre este tema?

-Sí, se está en contacto con ellos, en comunicación. Ellos conocen nuestra posición y fueron reac­ciones de representantes que en este caso, uno de ellos, ya no está en el gobierno propiamente. Entonces, con Juan Guaidó, el presidente Mario Abdo tiene una excelente relación, y reitero que reconocemos como jefe de Estado de Venezuela al señor Juan Guaidó.

-La pregunta es, ¿qué hacía Juan Ernesto Villamayor en unas negociaciones que son competencia, en todo caso, de la Cancillería?

-Sí, la Cancillería lleva efecti­vamente todas las relaciones y las negociaciones en el ámbito internacional, sean ellas bilate­rales o multilaterales, y en este caso específico fueron conversa­ciones preliminares que se iban a avanzar y lógicamente la Can­cillería tenía que tener interven­ción, como lo tuvo ya con ante­rioridad, reiterando que esta deuda data ya del 2009.

-¿Pero en este caso no tuvo ninguna participación?

-No.

-¿Por qué Villamayor?

Porque en su carácter de jefe de Gabinete es el coordinador de todas las actividades del Gabi­nete del Poder Ejecutivo y es también un vínculo con la Pro­curaduría General del Estado, que es la encargada de la defensa de los activos del Estado para­guayo en el exterior también. Por eso ese es el vínculo y ese es el relacionamiento, y es por eso la presencia del señor Villa­mayor con el representante del señor Guaidó.

-¿Usted no era canciller en ese tiempo. No está al tanto si hubo una comunicación tan­gible y certificable sobre ese proceso, entre la jefatura de Gabinete y la Cancillería?

-No podría asegurarlo, pero entiendo que no porque era una instancia todavía previa y posterior a eso lógicamente la Cancillería tendría que tener una intervención.

-No se puede pensar que correspondería, es una ges­tión internacional que no está siendo informada la Cancille­ría, parece básico que tendría que informarse, ¿no?

-Creo que sí y reitero que si se daba el siguiente paso, la Canci­llería iba a tomar directamente acción como corresponde y como está establecido en nues­tra ley.

-No sé cuál es la situación actual, pero lo que sí sé es que Juan Ernesto no podía haber iniciado negociaciones que eran competencia de Canci­llería Nacional.

-Desde que yo estoy en Cancille­ría, específicamente desde el 13 de octubre del año pasado, todas las relaciones y las negociacio­nes se hacen vía Cancillería y sí se coordinan acciones con la jefatura de Gabinete, porque es natural que así sea también. Rei­tero, es un nexo directo.

-¿Qué pasa en el Mercosur? ¿Qué pasa con ese antago­nismo que existe entre dos actores principales de esta película, como son Argentina y Brasil?

-El Mercosur comenzó a ser un desafío para todos nosotros antes de convertirse en Merco­sur. En ese primer proceso de negociación y conversación que ustedes recuerdan bien, se inició con Brasil y Argentina, y luego nos fuimos sumando Uruguay y Paraguay. (...) Dos países veci­nos y hermanos que tienen algu­nas posiciones diferentes, pero no olvidemos que también a la Unión Europea le llevó más de 50 años llegar al estado en que se encuentran actualmente. Son marchas, contramarchas, son momentos que uno va viviendo como país, como nación y como bloque que tiene que ir supe­rando desafíos que se presentan.

-En Europa hay voces dis­cordantes por este acuerdo Unión Europea-Mercosur. ¿Vale la pena seguir con el mismo Mercosur, o le damos una mano de pintura?

-Sí; como señalamos al princi­pio, es uno de los desafíos para todos.

-¿Qué cambios, por ejemplo?

Hay voces que están señalando, por ejemplo, que tendríamos que dejar de lado la decisión 32. ¿Qué es la decisión 32?, la que nos marca la dirección hacia dónde tendremos que ir y cómo tene­mos que ir integrado como blo­que, negociando entre los 4 o los miembros que lleguemos a ser, pero actualmente somos 4, como saben. Entonces, algunos seña­lan que tendría que haber cierta flexibilidad o libertad para que cada uno vaya a negociar por su lado, y luego tratar de integrar todo eso al bloque. Nosotros con­sideramos que por la experiencia adquirida en estos más de 30 años del bloque, nuestra condición de país en desarrollo sin litoral, ubi­cado entre dos países con mayor crecimiento económico, con­sideramos, reitero, la mejor vía es seguir negociando en bloque. Entre los 4, nos ha dado resul­tado, yendo a la fórmula de fútbol, equipo que gana no se cambia.

-De cara a la pandemia, no fuimos capaces de comprar vacunas en conjunto, no hubo respuesta, ni hablemos de la recesión económica. El Mer­cosur no fue capaz de respon­der en forma colectiva, digo.

-Sí; no solo en el Mercosur se habló del tema, sino también a nivel ProSur, y son desafíos sobre todo porque, así como hay diversas velocidades de integra­ción o de desarrollo, también la cuestión epidemiológica en cada uno de los países fue un poco diferente. Nosotros tenemos una situación particular, varias medidas que fueron tomadas a lo largo de estos 9 meses, Uru­guay también, en otros países está un poco más complicada la situación. Entonces, todo eso hace también que al ser este producto, la vacuna o las vacu­nas, el producto estrella, el que todos quieren y creo que más que nunca el término, de que todo el mundo quiere.

-¿Cómo se va a encarar el Tratado de Itaipú? ¿No sería más prudente, ya que será en el 2023, con un gobierno entrante, dejar esa tarea para el gobierno posterior y arran­car ahora con todo el debate previo?

-Lógicamente, como todos los temas de la vida diaria hay diversas opiniones al respecto. Pero les doy un elemento nada más, en el 2023 está establecido que tiene que iniciarse el pro­ceso de revisión del Anexo C, eso es lo que está acordado, ratifi­cado y lo aceptamos todos. Pero qué pasa, desde el año que viene, 2022, por el pago de la deuda el servicio de la deuda, la tarifa va a ir bajando automáticamente. Para el 2023 va a bajar al 60%. En el 2022 comienza ya alre­dedor del 20 y 25%, porque es una ecuación directa. Se salda la deuda, entonces la tarifa baja, y eso va a tener efecto en todo lo que hacemos, no solo en el Paraguay, sino lógicamente en el Brasil. Por eso, es impor­tante comenzar este proceso de revisión, tal vez este propio año 2021, es fundamental.

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