Muchas explicaciones se han planteado al acto público de la Concertación realizado en la ciudad de Coronel Oviedo el fin de semana pasado. Más de uno pensaría que los actos no necesitan explicación en la política, sin embargo, este tiene un motivo del cual hasta ahora casi no se habló: el factor “Payo”.

El cronograma electoral marca esta semana un hito importante en la campaña electoral rumbo al 30 de abril, el viernes 17 de febrero es la fecha tope para solicitar sustituciones de candidatos por renuncia, inhabilidad o fallecimiento de los mismos, a los efectos de la actualización del software oficial de votación. Faltan apenas dos días.

Antonio Solá; el asesor de nacionalidad española casado con una política de la zona de Guayas, República del Ecuador, quien sufrió una dura derrota en las últimas elecciones regionales de ese país, de la mano de su esposo que se autopercibe como “el creador de presidentes”, pero quien no logró conseguir la elección de ella para el cargo de prefecta de esa región. Es él quien delimitó la estrategia que apunta a desmoronar la candidatura de “Payo” Cubas a la Presidencia de la República. La decisión se tomó con base en diversos estudios de opinión cuantitativos y cualitativos que se ordenaron desde la Concertación y que muestran el crecimiento de la imagen e intención de voto del polémico ex senador.

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La jugada es tan simple como obvia. “Payo” tiene relativamente buenos números en distintos departamentos con peso electoral y está creciendo a fuerza de una campaña hecha de manera casi casera, en solitario y con muy pocos recursos. Es un clásico verlo solo repartiendo sus volantes en esquinas y colectivos. Su crecimiento responde a factores, algunos los daremos a conocer (aunque no todos), a lo que en la Argentina se conoce como el “voto bronca”, enmarcado así a aquel segmento del electorado considerado antisistema, anárquico, aunque ciertamente con altos índices de romanticismo al poner en la balanza la posibilidad real y concreta de llevar a la acción algunas de sus propuestas. Sin embargo, ese electorado está ahí, siempre ha estado. Solo que probablemente “Payo” sea el primero en hablarle de manera tan directa y desde una semiótica tan empática. Lo que Solá, Efraín y “Sole” desconocen es que esa característica es lo que lo hace tan particular. Asumir que porque se hacen actos de campaña donde se juntan 5 mil personas en una plaza (violando el cronograma electoral, por cierto) “Payo” Cubas bajará su candidatura y habla de una profunda ignorancia al respecto de cómo piensa y sobre todo cómo siente el electorado que va a votar al ex senador. Es tan tonto e inocente como creer que su candidatura se echará atrás montando fake news.

Ni “Payo” ni mucho menos el segmento del electorado que lo votaría se van a bajar con actos públicos de relativa masividad porque sencillamente ellos no ven a los mismos como una unidad de medida de absolutamente nada, ellos no necesitan de esos eventos y es probable que nunca los hagan en el transcurso de la campaña. Ya va siendo hora que lo sepan tanto Efraín, Antonio Solá como Soledad Núñez; en igual sentido deberían de saberlo los empresarios que financiaron ese y los próximos actos que se harán. Se sabe quiénes fueron, a qué rubro pertenecen e incluso se sabe quién es la persona que pasa a buscar la bolsa para la ofrenda. Que no caigan en las mentiras que le dice el enviado de Efraín, “que ‘Payo’ es el problema y necesitamos estos actos para bajarlo antes del 17″. “Payo” no es el problema de Efraín y “Sole”. Tienen muchos otros problemas y de mayor profundidad, pero ninguno está preparado para esta conversación.

Antonio Solá es quien delimitó la estrategia que apunta a desmoronar la candidatura de “Payo” Cubas a la Presidencia de la República.

Que no caigan en las mentiras que le dice el enviado de Efraín, “que ‘Payo’ es el problema y necesitamos estos actos para bajarlo antes del 17″.

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