Ser un termómetro social sin duda alguna es una de las tantas funciones de las redes sociales, y en las mismas se ven reflejadas la indignación y molestia de los ciudadanos paraguayos que conocieron la vida de lujos, placeres y fiestas que tiene Mario Abdo Díaz Benza, hijo del presidente de la República, luego de varias investigaciones periodísticas.

Pero lo que generó la ola de críticas no tiene nada que ver con una envidia banal, sino todo lo contrario, un sentimiento de humillación y engaño, ya que este joven y la vida despreocupada que lleva han demostrado que su padre Mario Abdo Benítez, en plena pandemia, no solo malgastó los fondos del país, sino que benefició a su familia y a los amigos de la misma.

Abdo Díaz Benza heredó una mansión en el barrio Recoleta de Asunción, valuada en US$ 2 millones en plena pandemia, pero también se convirtió en el representante legal de Almacenamientos y Distribución de Asfaltos SA (Aldia), empresa que, según los documento oficiales, proveyó de asfalto a las cinco constructoras que pavimentaron todo el país, y aumentó 1.290% sus utilidades en un solo año (2021) en relación con el 2017.

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Al darse a conocer este aumento de ganancias exponenciales que recibió la empresa que perteneció al presidente de la República y que ahora administra su hijo, también salieron datos sobre el amigo de infancia de Abdo Díaz Benza, que aparentemente es un hábil empresario en el mundo de las licitaciones públicas con tan solo 28 años, ya que en corto tiempo logró ganar 65 adjudicaciones entre las que figuran contratos incluso por emergencia COVID.

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Lo que generó la ola de críticas no tiene nada que ver con una envidia banal, sino todo lo contrario, un sentimiento de humillación y engaño. Foto: Gentileza.

Todas estas informaciones detonaron justo en la crisis y la pobreza por las cuales pasan miles de paraguayos, y esto no tardó en verse en comentarios como: “Es una verdadera vergüenza, nos juegan porque somos sumisos; voto castigo es lo que merece, escrache. En ningún lugar hay medicamento, ni IPS, menos salud pública”, publicado por Gladys Aranda en la red social Facebook

Abdo Díaz Benza no solo heredó una mansión en el barrio Recoleta de Asunción, valuada en US$ 2 millones en plena pandemia, sino que también se convirtió en el representante legal de Almacenamientos y Distribución de Asfaltos SA (Aldia). Foto: Gentileza.

“Algunos le defienden, y ahora? Mientras sigue la farra acá no hay medicamentos”, arremetió otra usuaria de Facebook, mientras que otros recordaban los momentos críticos en pandemia donde se los privó de trabajar para luego encontrarse con una triste realidad en hospitales donde los insumos nunca llegaron.

La mayoría de los comentarios destacan la mala administración de Mario Abdo Benítez y repudian el hecho de que hasta el amigo de infancia de su hijo fuera beneficiado con dinero que debía ser utilizado para atender problemáticas más urgentes como la salud y la educación.

Todas estas informaciones detonaron justo en la crisis y la pobreza por las cuales pasan miles de paraguayos, y esto no tardó en verse en los comentarios. Foto: Gentileza.

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