El exministro de Relaciones Exteriores del Paraguay Eladio Loizaga, en conversación con La Nación/Nación Media, explicó la importancia de que en los cargos de cónsules y embajadores se encuentren predominantemente funcionarios diplomáticos escalafonados, ya que es necesario y fundamental que los mismos cuenten con capacitación y conocimientos específicos sobre relaciones exteriores.

Loizaga hizo fuerte hincapié en la derogación de la Ley 1635, por la cual regía el escalafón de funcionarios diplomáticos y consular y donde se daba prioridad a los funcionarios escalafonados y de carrera en el Ministerio de Relaciones Exteriores para la oportunidad de ocupar cargos, especialmente en consulados.

“El presidente de la República por ley tiene un cupo por así decirlo de 50% de embajadores para designar que normalmente tiene una representación política y a la vez técnica el resto de los cargos estaban designados a funcionarios de carrera”, explicó Loizaga argumentando que esto era normalmente lo se que daba antes del cambio de la ley.

“Lo que se buscó, y entre las cosas que más se vio, fue tratar que el sector político mantenga esa posibilidad cierta de nombrar cónsules, especialmente cónsules que son operadores que a la larga, yo no puedo decir que todos sean iguales, pero si la mayoría, son operadores políticos o son premiados por una acción política con tal o cual senador o diputado con el que haya estado trabajando”, sentenció el exministro.

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Eladio Loizaga trajo a colación el pedido del presidente Petro al futuro embajador de Colombia en Venezuela sobre que los consulados deben ser ocupados por personas de carrera diplomática, a lo que agregó: “Es extremadamente importante, porque la función consular es muy importante y muy específica y por sobre todo tiene que ver con la atención de los compatriotas en el servicio exterior y también la atención de los bienes del Estado paraguayo que puedan tenerse en el exterior”, remarcó.

“El objetivo de la carrera diplomática y consular es formar funcionarios capacitados que tengan conocimientos precisos del rol que desempeñan porque tienen que interactuar con el gobierno del país al que está asignado frente a los problemas que podamos tener”, comentó a la par de reprochar el hecho de que Paraguay no cuente con un embajador en Buenos Aires. Esto teniendo en cuenta la cercanía y, por sobre todo, la estrecha relación que mantenemos con el país vecino, por lo que esto está completamente fuera de lugar.

“Por otro lado, algo que siempre hemos tratado de preservar porque la función de un diplomático es nacional y si bien puede estar afiliado a un partido, por la Ley 1635 se daba la prohibición de participar en campañas partidarias; sin embargo, con la nueva ley sí se le autoriza a hacerlo y eso yo creo que daña la imagen del funcionario diplomático que tiene que mantener una independencia política interna, tiene que dedicarse de forma neutral al ejercicio de sus funciones como representante del Paraguay y todos los paraguayos”, sentenció Loizaga.

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