El presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), Héctor Cristaldo, considera que contener la pandemia debe ser el foco para seguir produciendo. Conseguir los medicamentos e insumos para hospitales deben ser prioridad y no los enfrentamientos, según indicó.
“El ritmo de contagios complica todo, se debe trabajar en la prevención”, dijo. Aunque reconoce que la gente está angustiada y con bronca, “es hora de poner la cabeza fría y no entrar en discusiones que lleven a potenciar la pandemia y el contagio”, mencionó en contacto con La Nación.
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Ante este escenario, dijo que se debe seguir trabajando con todos los cuidados en la prevención del contagio de la enfermedad. “No se debe entrar más en confrontaciones que lleven a potenciar el contagio. Es hora de resguardarnos todos, los que trabajamos por nuestra cuenta necesitamos estar sanos para seguir la producción”, explicó.
De igual forma, es consciente de la importancia de continuar con los reclamos. “Se tienen que hacer, pero sin hacer movilizaciones que no conducen a nada. Hay que trabajar juntos para encontrar las soluciones”, añadió.
Vacunas para previsibilidad
Cristaldo señaló que la otra apuesta del Gobierno debe ser las vacunas, que darán previsibilidad para que el sector productivo no se estanque ante una ola de contagios que satura el sistema sanitario del país, que es bien sabido no cuenta con la capacidad necesaria.
Finalmente, considera que la triple crisis, sanitaria, económica y política, está siendo complicada, al poner énfasis en lo político dejando de lado el tema de la salud. “Estamos dando vuelta en círculo hace tres semanas y no encontramos la salida”, concluyó.
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Paraguay produce 20.000 toneladas de cebolla: un rubro rentable y con alto potencial
La producción de cebolla es un rubro socioeconómicamente muy importante en el país, teniendo en cuenta la cantidad de mano de obra que emplea en el campo. Actualmente Paraguay cuenta con un consumo diario de 150 toneladas de cebolla, mientras que a nivel nacional la demanda es de 54.000 toneladas al año.
El ingeniero agrónomo Diego Garcete, coordinador de Gestiones de Producción del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), mencionó a La Nación/Nación Media que en el 2024 el área de cultivo estuvo orillando cerca de 950 hectáreas, con una producción aproximada de 20.000 toneladas, lo que dio para satisfacer el mercado por cerca de 60 a 65 días, pero generalmente la producción nacional solo alcanza a cubrir unos 50 días del consumo interno.
Este rubro es bastante resistente al frío y las heladas, adaptándose a cualquier tipo de suelo. En tanto, los rendimientos sí se pueden ver afectados por la falta de agua y el suelo degradado, pero en el país se están haciendo las capacitaciones pertinentes para ir mejorando la producción.
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Producción cíclica
Garcete explicó que se tienen tres ciclos de producción: la variedad tempranera que se inicia en la época de marzo a partir de los primeros días hasta el 15 de abril, la medianera desde el 15 de abril al 20 de mayo aproximadamente y la tardía desde el 20 de mayo hasta el 31 de junio, las cuales son las épocas óptimas para hacer el plantío.
En los meses de setiembre, inclusive octubre, ya se comienza a cosechar la primera variedad, posteriormente la siguiente de octubre y noviembre, y las tardías entre noviembre y diciembre.
Como institución, el MAG repartió este año 1.130 kilogramos de semillas de cebolla de dichas variedades, lo cual abarcaría 665 hectáreas, representando un 70 % de la producción nacional para este 2025. El otro 30 % restante corresponde al sector privado y en conjunto se espera llegar a las 1.000 y 1.100 hectáreas de tope de producción.
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Catorce departamentos
Actualmente, el MAG está trabajando con 3.800 productores de 14 departamentos. Las zonas más productivas son Paraguarí, Itapúa y Caaguazú, que cuentan con más productores. Le siguen agricultores de Guairá, Caazapá, Misiones, Bajo Chaco, Alto Paraná, Central, San Pedro, Canindeyú, Amambay y Ñeembucú.
“En promedio un productor de cebolla que tiene un cuarto o hasta media hectárea de producción brinda mano de obra a cuatro familias por día. Por eso genera una microeconomía bastante importante dentro de cada distrito y departamento”, alegó Garcete. La comercialización se realiza principalmente en las fincas familiares de producción, a través de compradores directos o intermediarios.
En cuanto a rindes, el promedio nacional está entre las 12 y 15 toneladas por hectárea, pero se proyecta llegar a las 18 a 20 toneladas por hectárea a través de las capacitaciones y también de las visitas técnicas diarias de la cartera agraria en las zonas productivas.
Rentabilidad y potencial
La rentabilidad de la cebolla está ubicada en un 53 %. “El costo por hectárea estaría rondando los 40 millones y sacando 18 toneladas por hectárea se tendría un ingreso promedio de 64 millones”, destacó el coordinador de Gestiones de Producción. Es decir, que el retorno llega a los G. 24 millones por hectárea.
Agregó que este rubro tiene el potencial de seguir creciendo y se apunta a trabajar de manera asociativa con los comités de base o las asociaciones de productores, viendo la manera de insertar dentro de sus organizaciones el uso de clasificadoras de cebolla e instalar los galpones secaderos para que se pueda almacenarla y poder ofrecerla en cuando el productor desee.
Por último, dijo que el MAG busca poder extender el ciclo de producción y ofertar por más tiempo lo producido a nivel local, y para que esta no salga en una misma época ya se encuentran realizando la zonificación de la producción.
Esto se basa en que en departamentos como Paraguarí, Itapúa y una parte de Caaguazú reciben semillas de cebolla de la línea tempranera. En tanto, demás departamentos, reciben la semilla medianera y la tardía, a fin de tener una producción escalonada y por sobre todo extender la época de oferta nacional a 80 o hasta 90 días.
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Productores esperan buenos rendimientos de trigo gracias a clima favorable
Las lluvias recientes contribuyeron de manera significativa al desarrollo de las plantas, lo que genera expectativas positivas en los productores del sur de Alto Paraná para el cierre de la campaña de invierno, según destaca la Unión de Gremios de la Producción (UGP).
El informe de la UPG señala que los agricultores se preparan con los cuidados necesarios para lograr rendimientos importantes pese a una reducción del área de cultivo.
“El agricultor está aplicando todos los cuidados necesarios y tenemos esperanza de lograr buenos rendimientos, aunque el área de siembra se redujo”, explicó el ingeniero agrónomo Rubén Sanabria, productor de la zona.
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Sanabria indicó que, si bien se han detectado enfermedades y presencia de pulgones, se realiza un monitoreo constante y se dispone de herramientas para evitar impactos relevantes. A esto se suma un clima fresco y frío que también favorece el desarrollo del cultivo. Según estimaciones, la cosecha arrancaría entre finales de agosto y los primeros días de septiembre.
Ante una disminución de la superficie sembrada a nivel nacional y los efectos de las heladas en algunas zonas, los productores están reforzando los cuidados, conscientes de que este año habrá menos trigo disponible en el país, según la UGP.
En este escenario, se anticipan mejores precios por parte de los molineros. Además, se registraron visitas de empresas brasileñas interesadas en la producción nacional. Sanabria recordó la importancia estratégica del trigo, tanto para el consumo interno como para la economía de los agricultores, ya que es materia prima esencial en la canasta familiar.
“El trigo es un cultivo estratégico. Si no se le presta atención, el productor se desanima y destina su tiempo y recursos a otras opciones”, advirtió. Añadió que uno de los factores que desincentivan la siembra es la caída de precios, ya que se ofrecen buenos valores al inicio, pero bajan en época de cosecha. Esto llevó a muchos a optar por el maíz zafriña, que ofrece mejores rendimientos y contribuye a mejorar el suelo dentro de un sistema de rotación más eficiente.
Programa de mejoramiento del trigo
El Instituto de Biotecnología Agrícola lleva adelante un programa de mejoramiento del trigo desde hace dos años. Se encuentran trabajando en la cruza de progenitores a través de ensayos en cultivos de diferentes fechas de siembra para medir su evolución.
Asimismo, se realizan ensayos con variedades para medir la reacción a enfermedades y plagas, así como la resistencia a la sequía y la alta temperatura, además del alto rendimiento y la buena adaptación al sistema molinero.
Según destaca la UGP, estas innovaciones no solo contribuyen a aumentar la productividad y la seguridad alimentaria, sino que también favorecen prácticas agrícolas más sostenibles, al reducir el uso de agroquímicos y optimizar el manejo de los recursos naturales como el agua y el suelo.
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Paraguay puede seguir el modelo de Emiratos y evitar el error de Venezuela, opina economista
Paraguay viene registrando un crecimiento sostenido desde hace un par de décadas, pero es un crecimiento moderado, constante, pero lento, manifestó a La Nación/Nación Media, Marcos Prado Troyjo, economista y exviceministro de Economía de Brasil.
El también diplomático, dijo en ese marco que la clave para acelerar el crecimiento es combinar las ventajas comparativas con la creación de ventajas competitivas. Sobre la última, explicó: “Paraguay, en proporción al tamaño de su economía, es un actor relevante en la exportación de alimentos. La idea sería aprovechar esos recursos para transformar al país en una sociedad altamente desarrollada en tecnología”.
Sostuvo que eso daría a nuestro país una nueva fuente de crecimiento que va más allá de la demanda externa de soja o carne. Señaló que hoy Paraguay tiene más cartas a su favor, como su abundante energía y la llegada de la criptominería. Pero remarcó: “¿Cómo usar esas cartas a favor?.
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Comparó a nuestro país con los Emiratos Árabes y Venezuela. Expuso que ambos tienen ventajas comparativas en combustibles fósiles. Sin embargo, en los últimos 25 años, Emiratos utilizó su riqueza energética para construir uno de los sistemas financieros más sofisticados del mundo, desarrollar una infraestructura turística de primer nivel y atraer inversión en ciencias de la computación.
Venezuela, en cambio, reinvirtió solo en su propia industria energética o destinó los recursos a expandir el papel del Estado en la economía, sin diversificar. Entonces, la diferencia está en cómo se aprovechan las ventajas comparativas para crear nuevas capacidades competitivas. “Emiratos Árabes y, cada vez más, Arabia Saudita, lo hicieron. Venezuela, no”, apuntó.
“Por eso, es importante diversificar ahora que Paraguay está ordenado macroeconómica y fiscalmente, tiene estabilidad monetaria y ventajas claras en carne, soja y energía”, aseveró.
Para el economista brasileño, este es el momento para dar el salto a otros sectores. Y como ejemplo, aconsejó aprovechar el excedente energético para desarrollar la criptominería e Inteligencia Artificial, o incluso, convertir a Asunción en un hub de startups de la nueva economía.
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Primera estimación para la campaña sojera 2025/26 apunta a 10,5 millones de toneladas
El inicio de una nueva campaña agrícola está en curso y la proyección para el nuevo ciclo de zafra de la soja apunta a las 10,5 millones de toneladas con la zafriña. Además, no se descarta una posible transición hacia una fase del fenómeno La Niña, aunque de carácter débil a moderado.
Según la consultora StoneX para el principal cultivo de Paraguay, de partirse del supuesto de una campaña climáticamente favorable, la productividad óptima por hectárea permitiría superar los 9,29 millones de toneladas en el primer ciclo, mientras que para la zafriña 1,24 millones de toneladas.
Señalaron que se espera mantener el área plantada ya consolidada en la región Oriental, con poco más de 3 millones de hectáreas y como ocurre al inicio de cada nuevo ciclo agrícola, la principal variable que definirá la productividad será el clima.
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Por otra parte, se esperan variaciones en el Chaco, que fue considerada como la nueva frontera agrícola del país, y debido a resultados inferiores a lo esperado en las últimas siembras, se estima una posible migración de áreas actualmente destinadas a algodón, chía y sésamo hacia la soja.
En cuanto a la extensión definitiva de las hectáreas aún está por definirse. “Inicialmente, se proyecta que de las 100.000 hectáreas actuales se podría pasar a unas 120.000 hectáreas en el próximo ciclo”, indicaron en el informe.
Factor climático
Señalaron que para lo que resta de 2025, se prevé que agosto esté marcado por lluvias tempranas e irregulares, especialmente en las regiones centro y sur del país. También existe la posibilidad de heladas puntuales en zonas más frías durante los primeros días de agosto y hacia mediados de mes, algo que “debe tenerse en cuenta para los cultivos de invierno o la implantación temprana del maíz”.
Para el verano de 2026, es decir, entre enero y febrero, los modelos actuales indican buenas condiciones de humedad y un retorno efectivo de las lluvias en todo el país. Este comportamiento favorecería el desarrollo de los cultivos implantados en primavera, contribuyendo a una perspectiva positiva para la campaña de verano.
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“Desde una perspectiva climática más amplia, se observa un enfriamiento en curso de las aguas del Pacífico, lo que sugiere una posible transición hacia una fase tipo La Niña”, agregaron. Este fenómeno podría condicionar especialmente la primavera, reduciendo las lluvias durante su segunda mitad, pero este escenario aún es incierto y requerirá un monitoreo constante.
En resumen, agregaron que el segundo semestre de 2025 presenta condiciones generalmente favorables para el inicio de la campaña agrícola. Asimismo, la vigilancia constante de las condiciones oceánicas y atmosféricas será clave para ajustar las decisiones agronómicas y reducir los riesgos climáticos.
Maíz zafriña
En cuanto al maíz zafriña, se señaló que la principal variable para el próximo ciclo será el nivel de precios y su influencia en la decisión final del productor sobre qué cultivo elegir. En tanto, el avance de otros cultivos como el sorgo vendría consolidándose como una opción adicional dentro de ese ciclo.
Respecto al ciclo actual, los rendimientos sorprendieron positivamente a nivel país, indicaron. Tanto en Alto Paraná como en Canindeyú, el promedio por hectárea pasó de 6 a 6,5 toneladas. En algunas regiones específicas, algunos productores incluso reportaron rendimientos de hasta 7 toneladas por hectárea, marcando uno de los mejores desempeños registrados en la historia del maíz nacional.
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