La escuela San José, ubicada en Kanguetî de Naranjito, distrito de General Resquín, departamento de San Pedro, fue afectada fuertemente por la tormenta del pasado 19 de octubre y hasta la fecha no fue reparada. La docente Blanca Ortiz está preocupada por la seguridad de sus estudiantes, por lo que reanudó las clases en una sala donde se guardan los materiales.

Para empeorar la situación, aún no cuentan con energía eléctrica en la escuela, por lo que bajaron todas las llaves para evitar accidentes con los cables y clausurar la parte donde el techo está afectado. Lamentan que ni autoridades de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) ni del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) se dignaron en acudir, asistir y reparar la institución educativa.

“Es una escuela rural que funciona como plurigrado, primer ciclo a la mañana y segundo ciclo a la tarde. Son 21 niños inscriptos oficialmente, pero en verdad asisten 26, porque los que corresponden a la edad de prescolar acordamos en la comunidad a que asistan”, expresó la docente.

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Explicó que si bien la intendenta de General Resquín se comunicó, no se pudo resolver pues la jefa comunal ofreció chapas, pero lo que se necesita es mano de obra profesional y cemento para volver a colocar las tejas que cayeron, así como un profesional electricista para poner en condiciones las instalaciones eléctricas.

Ortiz reabrió la escuela porque la mayoría de sus estudiantes pasaron por la situación traumática de vivir con sus familias la tormenta que destruyó viviendas y cultivos. La escuela sirve para que los niños y niñas puedan conversar con sus pares sobre lo sucedido y sus miedos.

El último temporal que azotó parte del norte de San Pedro afectó la vivienda de 296 familias, específicamente en la localidad de General Resquín. Los pobladores pidieron que se declare emergencia distrital y así pueda llegar la ayuda necesaria.

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Joven madre y sus cuatro hijos perdieron su vivienda

Por su parte, Gilda Martínez tiene 32 años y cuatro hijos, que en esa misma fecha sufrieron que su vivienda fue afectada y donde dos de sus hijos resultaron heridos. Hasta hoy 3 de noviembre reportan que no se recibió la asistencia desde las instituciones para reconstruir su casa.

“El más pequeño de mis hijos tiene dos años, está asustado y no quiere separarse ni un minuto de mí. Mi hijo de 6 años tiene una herida en la zona de la oreja, al de 9 años por suerte no le pasó nada y quien más me preocupa es el de 12 años, que tuvo una herida de 5 puntos”, explicó la madre.

La docente se solidarizó con la familia, por lo que pide ayuda a la SEN y la municipalidad local para asistir a la familia de sus estudiantes heridos. Los niños están heridos y aún no vuelven a la escuela. Los tres más grandes son alumnos de la escuela San José.

“Aunque le hicieron los estudios, tenemos que continuar con los controles médicos. Volver hasta el hospital de Santa Rosa del Aguaray”, explicó. El hospital queda a unos 75 kilómetros de su vivienda y no tiene recursos y ni siquiera un celular para comunicarse.

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Entonces la madre y sus cuatro hijos se refugian actualmente en una precaria vivienda de su suegra, pero afirma que solo recibieron unas pocas chapas y que no han podido colocar porque le faltan las tijeras, ladrillos y cementos para reconstruir su hogar.

“Hasta ahora solo vino la Policía y no sé de dónde me mandaron las chapas, pero me gustaría tener un lugar de resguardo para mis hijos. Ahora estamos bajo un techo de préstamo. No puedo hacer nada con la chapa sola. De ropas y cosas, nos quedamos con lo que teníamos puesto. Por las noches, me cuesta dormir y a mis hijos, con apenas un poco de viento, ya no pueden dormir”, dijo Gilda.

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