El ministro de Salud, Julio Borba, se mostró de acuerdo con separar a vacunados y no vacunados por COVID-19 en diversas zonas en el país ante el temor por el ingreso de una tercera ola de contagios. Propone llevar la discusión al ámbito jurídico para determinar la legalidad de esta propuesta y recuerda que Paraguay suma 2.400.000 personas con las dos dosis de las vacunas.

“Si es por mí, se tendría que hacer, pero hay que plantear desde el punto de vista jurídico para ver hasta qué punto es constitucional. En otros países hay una especie de pasaporte sanitario con códigos QR para que se pueda ingresar a diferentes escenarios o locales comerciales”, dijo Borba esta mañana.

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Borba considera que las autoridades deben buscar la forma de aplicar este tipo de medidas en Paraguay para brindar mayor seguridad a la población que acude a ciertos lugares. Aseguró que Salud presentará una propuesta que será discutida por los asesores del Poder Ejecutivo.

Aseguró que en los eventos sociales de los países de primer mundo se piden certificados de vacunación para ingresar a ciertos lugares donde existe aglomeración de personas. “Pienso que a eso podemos apuntar”, destacó Borba en contacto con 1080 AM.

“Tenemos una memoria muy frágil”

El titular de Salud puso como ejemplo a un médico que asistió a una paciente con COVID-19 no vacunada y colocaba en riesgo su vida al atenderla porque la mujer decidió no inmunizarse. Señaló que se debe entender que al no vacunarse se exponen a sí mismos y la gente que los rodea.

“Estuve hablando con un colega del Ineram y me expresó su bronca por el hecho de que una paciente que estuvo internada en terapia intensiva no se vacunó porque fue una decisión de la familia no vacunarse, hoy está hospitalizada. El colega me decía que no tenía por qué arriesgarse por una paciente irresponsable que no quiere vacunarse”, manifestó Borba.

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El ministro de Salud cuestionó la memoria de la población que considera que la pandemia terminó y se olvidan las internaciones y muertes por COVID-19 que ocurrieron en el peor momento de la pandemia entre los meses de abril y julio de este año.

“Tenemos una memoria muy frágil, parece que ya olvidamos todo lo mal que pasamos en los meses de abril, mayo, junio y julio. Hay que apelar a la memoria de la gente que estuvo internada y el duelo de más de 16.000 familias. Al parecer, la gente piensa que la pandemia terminó y esto no se terminó bajo ningún punto de vista”, declaró Borba.

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