Una integrante del Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Paraguay (CBVP) falleció luego de un grave accidente tras el choque entre un camión de la compañía y un camión de gran porte. Ocurrió sobre la ruta PY01, en Quiindy, en el departamento de Paraguarí, en horas de la madrugada de este lunes.
La víctima fatal fue identificada como Sonia Marecos, capitana de la Primera Compañía de Asunción Mercado 4. Otras tres personas resultaron heridas, entre ellos un hombre identificado como Pedro Saldívar. Bomberos voluntarios de Quiindy trasladaron a los heridos primeramente al hospital distrital para recibir los primeros auxilios, luego fueron derivados hasta el Hospital de Trauma de Asunción.
El carro de Bomberos Voluntarios regresaba de la ciudad del Encarnación con destino a Asunción, mientras que el camión de gran porte se trasladaba hacia el departamento de Itapúa. La compañía se encuentra golpeada al tratarse de una persona muy querida entre sus miembros.
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En la zona habría una pronunciada curva, por lo que serían frecuentes los accidentes a la altura del kilómetro 107 de la ruta PY01. El choque aparentemente se registró debido a un adelantamiento indebido por parte del conductor de uno de los vehículos, informó el canal Telefuturo, este lunes.
El conductor del camión de gran porte fue identificado como Alfredo Paredes Morínigo, quien habría adelantado el camión y chocado al carro de bomberos que volcó tras el impacto. El hombre fue detenido por orden del fiscal Rodolfo Colmán, quien determinará su responsabilidad en el hecho.
“Lamentamos el fallecimiento de la Cap. BVA Sonia Marecos, expresamos nuestros más sinceros pésames a los familiares y camaradas de la Primera Compañía Bomba Asunción por tan irreparable pérdida”, dice una publicación de del Comando y Voluntarios de la Tercera Compañía “Sajonia”, en su cuenta de Facebook.
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Luque: allanan municipio tras muerte de dos mujeres arrastradas por raudal
En el marco de la investigación por la muerte de dos mujeres el miércoles pasado en la ciudad de Luque durante un fuerte temporal, este lunes el fiscal Jorge Escobar encabezó un allanamiento en el municipio de la mencionada ciudad con el objetivo de recabar más información sobre el caso.
El trabajo se inició en las oficinas de la Dirección de Obras, donde en presencia del titular de dicho departamento, el arquitecto Adrián González, y el asesor jurídico de la intendencia, Raúl Salinas, fueron incautados varios documentos que tendrían que ver con las obras a realizarse en la zona del siniestro, Mariscal López casi Curupayty.
En ese contexto hay que señalar que el jueves pasado el fiscal afirmó que había elevado un pedido de informe de manera urgente a la Municipalidad de Luque, para corroborar los trabajos que se habían realizado en la zona del percance y los que estaban proyectados, ya que según el intendente de Luque, Carlos Echeverría, estaban previstas obras de acondicionamiento en las calles donde el vehículo en el que viajaban madre e hija fue arrastrado por el raudal.
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Posterior al hecho, un equipo de peritos de la Fiscalía evaluó la calle que desembocaba en el cauce donde terminó cayendo el automóvil en el que se desplazaban las víctimas junto a agentes del Grupo Lince, quienes debían asistir esa mañana al acto de graduación.
El objetivo de esta tarea en particular era determinar las condiciones en las que habría estado la zona en el momento de la tormenta y si se podría hablar de la incursión en una falta grave de seguridad por parte del municipio.
Hasta el momento se maneja que existen dos líneas de investigación que apuntan a buscar el grado de responsabilidad del conductor del vehículo, por un lado, y por el otro el del municipio, en su carácter de encargado de velar por la seguridad vial de todos los habitantes de la ciudad.
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El lago Ypoá y sus misterios
- Por Paulo César López
- paulo.lopez@nacionmedia.com
- Fotos: Jorge Jara
Un equipo de La Nación/Nación Media visitó el parque nacional lago Ypoá bajo la guía del profesor Herminio Morínigo, poblador de la compañía Achotei del distrito de Quiindy, departamento de Paraguarí, quien se encarga de realizar visitas guiadas al lugar y nos cuenta durante la travesía algunas de las misteriosas historias que rodean a este mítico espejo de agua.
La soleada mañana se trocaba progresivamente en un cielo poblado de nubes amenazantes a medida que abandonábamos Central para adentrarnos al noveno departamento. A la altura del kilómetro 110 de la Ruta PY01 torcimos el rumbo a través del desvío a Valle Apu’a, un accidentado camino de tierra que tras varios días de lluvia se encontraba anegado en varios tramos.
Luego de repetidos e infructuosos intentos de comunicarnos con quien sería nuestro guía, el profesor y técnico pedagógico de la supervisión local Herminio Morínigo, finalmente llegamos a su vivienda. El hombre, de unos 50 años, es un entusiasta poblador de la zona y protector del lugar que realiza visitas guiadas en canoa y lancha a las diversas islas los sábados, domingos y feriados.
Tras los saludos de rigor, se dirige diligentemente a la carrocería de la camioneta para ubicar dos botellas de combustible para el motor que sería adaptado al pequeño bote que ya había sido llevado con anticipación por Carlitos y Bryan, su hijo y un sobrino que lo asisten durante sus labores de guía para los turistas y aventureros que recurren a sus servicios para llegar a este santuario alrededor del cual se han tejido múltiples leyendas y extraños sucesos.
El camino al lugar es arduo y dificultoso, por lo que se recomienda visitarlo con un baqueano para no extraviarse en los caminos vecinales, que en algunos tramos están casi totalmente cubiertos por la vegetación. Para llegar al lago se deben cruzar numerosos arroyos que en temporadas lluviosas se desbordan, por lo que es más seguro ir en vehículos todoterreno.
Lo que prometía ser un día ideal se había convertido repentinamente en una amenaza cada vez más cierta de tormenta. Las olas chocaban con fuerza contra la playa. El agua se alborotaba cada vez más por efecto de los vientos.
ÁREA PROTEGIDA
El imponente complejo acuático está ubicado en el centro oeste del país, entre los departamentos Central, Paraguarí y Ñeembucú. Forma parte del parque nacional Lago Ypoá, que tiene una extensión de 119.000 hectáreas, y fue declarada reserva natural y parque nacional en 1992. El lago está rodeado por el planalto del Ybycuí y tiene en promedio 1,40 metros de profundidad, pero en la parte más honda llega hasta los 3 metros.
Durante el camino, don Herminio, de unos 50 años de edad, nos cuenta que debido a la tierra pantanosa no apta para la agricultura la principal actividad productiva de las fincas y estancias de la zona es la ganadería. Esto ha provocado que grandes parcelas de bosques hayan sido convertidas en pasturas para el engorde de los animales.
Durante nuestra charla, interrumpida a ratos por el descenso de nuestro guía para abrir las tranqueras, sigue relatando que gracias a acuerdos con los diversos propietarios fueron abriendo caminos en los lindes de los establecimientos debido a que varios de ellos ya no permitían el paso por el interior de sus campos. Antes de que estos caminos se construyeran, don Herminio recuerda que llegar hasta el lago les podía llevar incluso hasta tres días.
Mientras avanzamos lentamente nos va contando las peripecias y accidentes sufridos por los aficionados al deporte motor que cada tanto llegan para realizar el tramo al lago. Como muestra apunta hacia el esqueleto incinerado de un auto que ardió en llamas a raíz de que el conductor forzó en exceso el motor en su intento de salir de un lodazal en el que había quedado atascado.
LIMPIEZA
A más de ello, nos dice que se encarga de realizar junto con otras familias de la zona periódicas incursiones para limpiar los caminos y recoger los residuos dejados por algunos visitantes y pescadores que llegan a la playa y muelle para sus respectivos menesteres.
“Lo mitã ohose la lugar ipotîháme, pero la ohohápe omongy’apa hikuái. Mandamos poner letreros, basureros, asientos, parrillitas. Lo mísmonte oipe’apa hikuái” (La gente quiere ir a los lugares limpios, pero a donde va ensucia todo. Mandamos poner letreros, basureros, asientos, parrillitas, pero sacaron todo), se lamenta.
Por ello, su pedido a los visitantes es cuidar el espacio, no dejar sus desperdicios en el lugar al tiempo de subrayar que la caza está prohibida.
De la playa nos dirigimos en bote rumbo al atracadero para abordar una canoa más grande rumbo a la primera de las tres islas del lago, que estrictamente son penínsulas. Así, desembarcamos primero en Marcelo Kue, la más grande, de cuyo origen toponímico no pudo explicarnos más que el primer habitante de la isla fue un hombre con ese apelativo.
LEYENDAS
A renglón seguido nos cuenta que él nació en la isla que es conocida como Pa’i Kue, bautizada así debido a que antes de la Guerra Guasu allí residía un cura. Las historias sobre la guerra son abundantes, así como sobre hallazgos de plata yvyguy, los tesoros enterrados por sus propietarios para que sus bienes no caigan en poder del ejército invasor.
Don Herminio nos refirió la historia de la familia que habitaba la isla Fretes, que alertada por la llama de un árbol ardiente que aparecía durante las noches cuando había amenaza de tormenta siguió el rastro y pudo desenterrar valiosas joyas antiguas gracias a cuya venta se mudó al pueblo de Quiindy. Otra de las narraciones refiere que durante los temporales se escucha el tañido de una campana, que según la memoria popular cayó a las profundidades del lago en ocasión de la huida de unos soldados que escapaban de las tropas aliadas.
Así también, son numerosos los relatos sobre la persistente aparición de objetos brillantes que permanecen en el cielo por largos minutos y hasta horas. Una pobladora incluso recurrió a las autoridades de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac), Dirección de Meteorología y con la Agencia Espacial del Paraguay (AEP) para intentar esclarecer los sucesos.
Concurrió al llamado un técnico de la AEP, que con un telescopio intentó seguir el movimiento de las luces, pero no fue posible identificar la naturaleza de los cuerpos luminosos debido a la velocidad a la que se desplazaban, según un reporte del canal El Kaso D, que recoge versiones de los pobladores según las cuales regularmente emergen luces del lago para ascender hasta el cielo y luego desaparecer.
Otro de los hallazgos más comunes eran los restos de cerámica con grabados que habrían pertenecido a pueblos indígenas que habitaron el lugar en una época indefinida. En efecto, se han realizado excavaciones arqueológicas en las que se encontraron más muestras de material cocido, así como restos óseos.
GENIO PROTECTOR
“Ndokymo’ái kóa” (este no va a llover), nos asegura para intentar tranquilizarnos mientras el bote se tambalea por la fuerza del oleaje. Bajamos al muelle, que acusaba rastros de que un animal había sido carneado recientemente. Durante nuestro breve recorrido nos topamos con una confortable cabaña turística deshabitada y tres perros famélicos que festejaron nuestra llegada. Don Herminio desenvuelve su vianda y nos invita unas tortillas de almidón con mandioca. Recargamos combustible en el desembarcadero y mientras nos dirigíamos a la isla Valdez, de unas cuatro hectáreas de extensión y más conocida como la isla flotante, los nubarrones ya se habían cernido completamente a nuestro alrededor.
“¿Esta es la isla que se dice que se mueve?”, le consulto a don Herminio. “Mba’e piko oku’éta ndéve millones de toneladas. (Qué se van a mover millones de toneladas). El agua lo que se mueve”, afirma lanzando una risotada. “Eso dice el mito, pero según la física no se va a ningún lado. Ahí hay toneladas de piedra y hay un pedazo de tierra que lo une al humedal. Entonces es imposible que se mueva, pero eso le gusta a la gente, es lo que atrae. La isla está en la parte angosta del lago, por lo que al movernos hacia algunas partes parece que la isla aparece y desaparece”, añade.
Consultado sobre las versiones de avistamientos de animales extraños y objetos luminosos en el cielo, señala que aunque nunca le tocó ver, sus padres le contaban que en momentos de aguas calmas llegaron a divisar un animal de gran envergadura con cabeza de caballo flotando sobre el agua. Según la leyenda, en 1890 el presidente Juan Bautista Egusquiza llegó a presenciar la aparición de la criatura y obsesionado con la idea del apareamiento mandó construir un corral en donde encerró a un conjunto seleccionado de yeguas para que el extraño ser pudiera reproducirse.
Según algunas versiones que tratan de explicar “racionalmente” la aparición, podría tratarse de un manatí, una especie de vaca acuática, e incluso por las “características del lugar podrían haber sobrevivido varios animales prehistóricos, que se adecuaron al ambiente, como sucedió en otras partes del planeta”, sostiene la historiadora Margarita Miró.
En una compilación de mitos de la zona publicada bajo el título de “Ñe’ê paje. La magia de la palabra”, Miró acota que, en efecto, Ypoá es una adulteración del vocablo Ypóra, que podría ser traducida de manera literal como agua de los fantasmas. Añade que la tradición da cuenta de la existencia de Pirahû, un genio tutelar de las aguas cuyo sobrenombre era Ypóra y que equivalía a una suerte de Poseidón.
RETORNO
De pronto nuestro guía cambia el pronóstico del clima. “Kóa oĝuahêta” (este va a llegar), dice respecto al temporal que en principio parecía haberse detenido hacia el sur. Por ello, poco antes de llegar a tierra desviamos de curso para bordear la isla y evitar cruzar por el centro del lago cuando la lluvia ya se estaba largando sobre nosotros.
Los relámpagos y truenos nos rodeaban en un intermitente círculo luminoso y tronante. El mito de Ypóra dice que este vive oculto en la isla Valdez y que no es posible acercarse a él impunemente, pues agita las aguas generando un fuerte torbellino de agua para ahuyentar a los que buscan profanar sus secretos.
Antes de llegar al atracadero donde debíamos tomar la canoa más pequeña para dirigirnos nuevamente a la playa, el motor se quedó sin combustible. Entonces con una larga tacuara don Herminio dirige la canoa a lancha róga. Una vez llegado aquí, nos negamos a seguir el camino en canoa. Esperamos bajo el cobertizo del muelle con el agua hasta las rodillas a que el temporal acabe. “Este no va a escampar enseguida”, nos advierte y sugiere seguir el camino por tierra.
Mientras nuestro reportero gráfico se quedó a resguardar los equipos y teléfonos bajo el techo del amarradero, nos lanzamos al interior de la selva umbrosa bajo la intensa lluvia rumbo a la playa, donde nos aguardaba Pájaro, el conductor del móvil y a quien no le llegaban nuestro mensajes de pedido de auxilio. Pero uno de los wasaps al fin pudo llegar y cuando nos encontrábamos aproximadamente a mitad de camino vimos la luz de una camioneta que se dirigía hacia nosotros. ¡Era Pájaro que venía a buscarnos!
Subo a la camioneta para dirigirnos al muelle para recoger a nuestro compañero mientras que don Herminio siguió el camino a pie para encontrarse con su hijo y sobrino. Sin guía, bajo la lluvia e incomunicados seguimos hasta un punto donde ya no pudimos avanzar. Habíamos errado el camino. Luego de desandar un trecho de varios kilómetros retomamos el rumbo correcto.
Cuando al fin llegamos don Herminio se nos había adelantado y se aprestaba a finalizar los preparativos de regreso. Subimos la canoa más pequeña al techo de su camioneta y cuando nos disponíamos a partir la lluvia cesó de súbito así como había empezado. El sol destellaba dibujando un arcoiris en el horizonte. En fin, misterios del lago Ypoá.
Ecosistema flotante
El estudio titulado “Dinámica de los embalsados y tendencias” fue elaborado por Fátima Mereles y Danilo Salas, del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). El trabajo forma parte del proyecto “Redefiniendo los límites del lago Ypoá”.
La investigación precisa que este complejo está conformado por tres lagunas –Cabral, Verá y el lago Ypoá–, “que se suponen son una sola, separadas por grandes masas de embalsados. Se denominan embalsados a un conjunto de vegetación acuático-palustre que se encuentra arraigada a un sustrato o suelo, el que a su vez, en la mayoría de los casos, flota sobre el agua en general con escasa o ninguna corriente o cuando la misma va perdiendo velocidad a medida que se acerca a su destino final (desembocadura), como es el caso de los que se encuentran en los deltas fluviales”.
El trabajo precisa que los embalsados, cuyo hábitat ideal son las aguas lénticas, constituyen verdaderos ecosistemas flotantes, puesto que en su seno se desarrolla no solo el mencionado tipo de vegetación, sino también microorganismos que permanecen prendidos a los órganos de las plantas. A su vez, las raíces de estas sirven de refugio a alevines y otros organismos acuáticos como insectos, ácaros e incluso sirve para el desove de aves, reptiles y anfibios.
“Estas aguas podrían considerarse como mixtas, porque en superficie mantienen un cierto movimiento producido por el viento, en tanto que hacia las profundidades las aguas permanecen estáticas, dando lugar a la formación de embalsados que no pasan de las primeras fases”, señala un pasaje del informe, que detalla que los embalses se forman por el entrelazamiento de las raíces de las plantas, que al descomponerse y unirse con polvo transportado por el viento van formando un suelo orgánico al cual se unen sustancias inorgánicas que se van solidificando mecánicamente a través de distintas fases, así como a través del desprendimiento del suelo de la orilla del lago.
Inicialmente el complejo acuático era uno solo, pero a raíz de la “geomorfología y la escasa profundidad, la procedencia de los vientos más intensos y, por sobre todo, la descarga de las aguas del lago hacia su inclinación natural, el río Paraguay, sin que haya una diferencia tan pronunciada de nivel, podrían ser razones separadas o conjuntas que influyan sobre el desarrollo de los embalsados”, exponen los autores.
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Policía alcoholizado chocó en contramano a moto de plataforma
Este sábado, un grave accidente se reportó en la ciudad de Ñemby, donde un policía alcoholizado embistió a un motociclista, que trabaja en una plataforma de viajes y llevaba a un pasajero a su lugar de trabajo. Las víctimas resultaron con lesiones graves y siguen internados.
Según el reporte policial el hecho se registró pasadas las 7:00 de hoy, sobre la calle Sierra Leona casi Manuel Ortiz Guerrero en el barrio Rincón de de Ñemby. Todo el accidente quedó registrado en imágenes de cámaras de seguridad de un local comercial de la zona.
En el video se puede ver el momento preciso en el que un automóvil de la marca Toyota, modelo IST, de color oscuro, que era guiado por oficial inspector Aldo René Arzamendia, circulaba a alta velocidad y pasó al carril contrario en el que iban el conductor de la moto con un hombre.
Este lanzó a las dos personas de la moto, que quedaron gravemente heridos y el conductor descendió del rodado para ver lo ocurrido. Vecinos de la zona salieron a socorrer a los heridos y llamaron a los bomberos, quienes trasladaron a los heridos hasta el Hospital de Traumas.
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Hasta el lugar también llegaron agentes de la Policía Nacional, quienes llevaron a Arzamendia al local de la Patrulla Caminera para la realización de la prueba de alcotest, cuyo resultado fue positivo con 0,744 mg/L. El mismo fue puesto a disposición del Ministerio Público.
Así también, confirmaron que el conductor de plataformas fue identificado como Aldemar Antonio Zevallos Ayala, de 23 años, y su pasajero como Gustavo Adolfo Esteche, de 21 años. Ambos se encuentran internados con graves heridas en el Hospital del Traumas.
Testigos indicaron que aparentemente el agente policial se encontraba compartiendo un encuentro deportivo en una cancha de la zona, desde la noche de ayer viernes y recién está mañana se dispuso a salir del sitio bajo los efectos del alcohol, provocando el grave accidente.
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Asunción: conductor atropelló a agente de tránsito
En la mañana de este viernes una agente de la Policía Municipal de Tránsito (PMT) de Asunción fue atropellada por un conductor mientras la misma se encontraba guiando el tránsito sobre la avenida Mariscal López y Bernardino Caballero. El momento fue captado por cámaras de circuito cerrado de la zona.
La inspectora atropellada fue identificada como Lidia Jara, de la Unidad Operacional n.º 2, quien tras el accidente fue derivada de urgencia al Hospital de Trauma, donde se encuentra internada. El conductor del rodado fue detenido y derivado a la Comisaría 6.ª para el procedimiento de rigor.
En las imágenes de circuito cerrado se observa cómo la misma se encontraba en la intersección mencionada y cuando da la señal para que los automovilistas que circulaban sobre la calle Bernardino Caballero avanzaran es cuando el tercer vehículo en la fila termina chocándola.
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“Luego de lo ocurrido se auxilió a la inspectora y corroboraron que estaba consciente y lúcida, pero sí con un fuerte dolor en los brazos e inmediatamente se procedió a derivarla al centro asistencial. Ella se encuentra fuera de peligro, pero le continúan realizando varios estudios”, indicó el director de la Policía Municipal de Tránsito de Asunción, Marcos Maidana, en conversación con el programa “Arriba hoy” emitido por el canal GEN y Universo 970 AM/Nación Media.
Desatención del conductor
Destacó que los datos del reporte preliminar indicarían que el accidente se dio a raíz de una desatención del conductor, pero que aún era todo muy incipiente para determinar el grado de responsabilidad. Informó además que el conductor será sometido a una prueba de alcoholemia como parte del proceso de investigación.
En cuanto al trabajo que se encontraban realizando los agentes de tránsito en la zona, Maidana explicó que es parte del operativo de ordenamiento y soporte en el tránsito y que normalmente se realizan este tipo de despliegues los días lunes y viernes, que es cuando se registra el mayor ingreso de vehículos a la ciudad capital.
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