Este lunes se produjo el vuelco de una lancha en el lago Ypoá, donde hasta el momento se reportan dos personas desaparecidas. Al parecer toda una familia se trasladaba en esta embarcación, y entre los desaparecidos estaría un menor de edad.
“Recibimos denuncia de embarcación hundida en el lago Ypoá”, comunicaron desde el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Quiindy, cuyos rescatistas se trasladaron hasta el lugar. “Un equipo de búsqueda y rescate de nuestra institución se dirige al lugar”, anunciaron.
Así también, comentaron que en el pedido de ayuda se reportaron dos personas desaparecidas, y entre estos hay un menor. “Nos informaron que hubo un vuelco en el lago Ypoá, preliminarmente serían dos desaparecidos, uno de ellos es un menor, un niño”, confirmó en contacto con Universo 970 Carlos Velázquez, comandante de la Tercera Compañía de Bomberos.
Manifestó que el lago presenta una bajante, pero no muy pronunciada. Explicó que el lugar es un cuerpo rodeado de esteros y que fue allí en donde se produjo el accidente. “Dos personas que pudieron llegar a la orilla y son quienes avisaron a los vecinos del lugar”, manifestó.
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Según el reporte policial, cerca de las 15:00, un hombre de 71 años acudió hasta la comisaría local para hacer la denuncia. “El señor Arcadio Marecos se presentó en la oficina de guardia de la Comisaría 10 de Quiindy, comunicando que recibió una llamada de parte de una persona, quien le alertó sobre un supuesto hecho de vuelco de una lancha”, consta en la denuncia.
Indicó que el hombre no pudo precisar la cantidad de tripulantes, pero destacó que fueron dos personas desaparecidas, desconociendo las circunstancias y los datos de las mismas. Hasta el lugar llegaron personales del puesto policial N° 5 Achotéi y el cuerpo de bomberos de rescate.
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El lago Ypoá y sus misterios
- Por Paulo César López
- paulo.lopez@nacionmedia.com
- Fotos: Jorge Jara
Un equipo de La Nación/Nación Media visitó el parque nacional lago Ypoá bajo la guía del profesor Herminio Morínigo, poblador de la compañía Achotei del distrito de Quiindy, departamento de Paraguarí, quien se encarga de realizar visitas guiadas al lugar y nos cuenta durante la travesía algunas de las misteriosas historias que rodean a este mítico espejo de agua.
La soleada mañana se trocaba progresivamente en un cielo poblado de nubes amenazantes a medida que abandonábamos Central para adentrarnos al noveno departamento. A la altura del kilómetro 110 de la Ruta PY01 torcimos el rumbo a través del desvío a Valle Apu’a, un accidentado camino de tierra que tras varios días de lluvia se encontraba anegado en varios tramos.
Luego de repetidos e infructuosos intentos de comunicarnos con quien sería nuestro guía, el profesor y técnico pedagógico de la supervisión local Herminio Morínigo, finalmente llegamos a su vivienda. El hombre, de unos 50 años, es un entusiasta poblador de la zona y protector del lugar que realiza visitas guiadas en canoa y lancha a las diversas islas los sábados, domingos y feriados.
Tras los saludos de rigor, se dirige diligentemente a la carrocería de la camioneta para ubicar dos botellas de combustible para el motor que sería adaptado al pequeño bote que ya había sido llevado con anticipación por Carlitos y Bryan, su hijo y un sobrino que lo asisten durante sus labores de guía para los turistas y aventureros que recurren a sus servicios para llegar a este santuario alrededor del cual se han tejido múltiples leyendas y extraños sucesos.
El camino al lugar es arduo y dificultoso, por lo que se recomienda visitarlo con un baqueano para no extraviarse en los caminos vecinales, que en algunos tramos están casi totalmente cubiertos por la vegetación. Para llegar al lago se deben cruzar numerosos arroyos que en temporadas lluviosas se desbordan, por lo que es más seguro ir en vehículos todoterreno.
Lo que prometía ser un día ideal se había convertido repentinamente en una amenaza cada vez más cierta de tormenta. Las olas chocaban con fuerza contra la playa. El agua se alborotaba cada vez más por efecto de los vientos.
ÁREA PROTEGIDA
El imponente complejo acuático está ubicado en el centro oeste del país, entre los departamentos Central, Paraguarí y Ñeembucú. Forma parte del parque nacional Lago Ypoá, que tiene una extensión de 119.000 hectáreas, y fue declarada reserva natural y parque nacional en 1992. El lago está rodeado por el planalto del Ybycuí y tiene en promedio 1,40 metros de profundidad, pero en la parte más honda llega hasta los 3 metros.
Durante el camino, don Herminio, de unos 50 años de edad, nos cuenta que debido a la tierra pantanosa no apta para la agricultura la principal actividad productiva de las fincas y estancias de la zona es la ganadería. Esto ha provocado que grandes parcelas de bosques hayan sido convertidas en pasturas para el engorde de los animales.
Durante nuestra charla, interrumpida a ratos por el descenso de nuestro guía para abrir las tranqueras, sigue relatando que gracias a acuerdos con los diversos propietarios fueron abriendo caminos en los lindes de los establecimientos debido a que varios de ellos ya no permitían el paso por el interior de sus campos. Antes de que estos caminos se construyeran, don Herminio recuerda que llegar hasta el lago les podía llevar incluso hasta tres días.
Mientras avanzamos lentamente nos va contando las peripecias y accidentes sufridos por los aficionados al deporte motor que cada tanto llegan para realizar el tramo al lago. Como muestra apunta hacia el esqueleto incinerado de un auto que ardió en llamas a raíz de que el conductor forzó en exceso el motor en su intento de salir de un lodazal en el que había quedado atascado.
LIMPIEZA
A más de ello, nos dice que se encarga de realizar junto con otras familias de la zona periódicas incursiones para limpiar los caminos y recoger los residuos dejados por algunos visitantes y pescadores que llegan a la playa y muelle para sus respectivos menesteres.
“Lo mitã ohose la lugar ipotîháme, pero la ohohápe omongy’apa hikuái. Mandamos poner letreros, basureros, asientos, parrillitas. Lo mísmonte oipe’apa hikuái” (La gente quiere ir a los lugares limpios, pero a donde va ensucia todo. Mandamos poner letreros, basureros, asientos, parrillitas, pero sacaron todo), se lamenta.
Por ello, su pedido a los visitantes es cuidar el espacio, no dejar sus desperdicios en el lugar al tiempo de subrayar que la caza está prohibida.
De la playa nos dirigimos en bote rumbo al atracadero para abordar una canoa más grande rumbo a la primera de las tres islas del lago, que estrictamente son penínsulas. Así, desembarcamos primero en Marcelo Kue, la más grande, de cuyo origen toponímico no pudo explicarnos más que el primer habitante de la isla fue un hombre con ese apelativo.
LEYENDAS
A renglón seguido nos cuenta que él nació en la isla que es conocida como Pa’i Kue, bautizada así debido a que antes de la Guerra Guasu allí residía un cura. Las historias sobre la guerra son abundantes, así como sobre hallazgos de plata yvyguy, los tesoros enterrados por sus propietarios para que sus bienes no caigan en poder del ejército invasor.
Don Herminio nos refirió la historia de la familia que habitaba la isla Fretes, que alertada por la llama de un árbol ardiente que aparecía durante las noches cuando había amenaza de tormenta siguió el rastro y pudo desenterrar valiosas joyas antiguas gracias a cuya venta se mudó al pueblo de Quiindy. Otra de las narraciones refiere que durante los temporales se escucha el tañido de una campana, que según la memoria popular cayó a las profundidades del lago en ocasión de la huida de unos soldados que escapaban de las tropas aliadas.
Así también, son numerosos los relatos sobre la persistente aparición de objetos brillantes que permanecen en el cielo por largos minutos y hasta horas. Una pobladora incluso recurrió a las autoridades de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac), Dirección de Meteorología y con la Agencia Espacial del Paraguay (AEP) para intentar esclarecer los sucesos.
Concurrió al llamado un técnico de la AEP, que con un telescopio intentó seguir el movimiento de las luces, pero no fue posible identificar la naturaleza de los cuerpos luminosos debido a la velocidad a la que se desplazaban, según un reporte del canal El Kaso D, que recoge versiones de los pobladores según las cuales regularmente emergen luces del lago para ascender hasta el cielo y luego desaparecer.
Otro de los hallazgos más comunes eran los restos de cerámica con grabados que habrían pertenecido a pueblos indígenas que habitaron el lugar en una época indefinida. En efecto, se han realizado excavaciones arqueológicas en las que se encontraron más muestras de material cocido, así como restos óseos.
GENIO PROTECTOR
“Ndokymo’ái kóa” (este no va a llover), nos asegura para intentar tranquilizarnos mientras el bote se tambalea por la fuerza del oleaje. Bajamos al muelle, que acusaba rastros de que un animal había sido carneado recientemente. Durante nuestro breve recorrido nos topamos con una confortable cabaña turística deshabitada y tres perros famélicos que festejaron nuestra llegada. Don Herminio desenvuelve su vianda y nos invita unas tortillas de almidón con mandioca. Recargamos combustible en el desembarcadero y mientras nos dirigíamos a la isla Valdez, de unas cuatro hectáreas de extensión y más conocida como la isla flotante, los nubarrones ya se habían cernido completamente a nuestro alrededor.
“¿Esta es la isla que se dice que se mueve?”, le consulto a don Herminio. “Mba’e piko oku’éta ndéve millones de toneladas. (Qué se van a mover millones de toneladas). El agua lo que se mueve”, afirma lanzando una risotada. “Eso dice el mito, pero según la física no se va a ningún lado. Ahí hay toneladas de piedra y hay un pedazo de tierra que lo une al humedal. Entonces es imposible que se mueva, pero eso le gusta a la gente, es lo que atrae. La isla está en la parte angosta del lago, por lo que al movernos hacia algunas partes parece que la isla aparece y desaparece”, añade.
Consultado sobre las versiones de avistamientos de animales extraños y objetos luminosos en el cielo, señala que aunque nunca le tocó ver, sus padres le contaban que en momentos de aguas calmas llegaron a divisar un animal de gran envergadura con cabeza de caballo flotando sobre el agua. Según la leyenda, en 1890 el presidente Juan Bautista Egusquiza llegó a presenciar la aparición de la criatura y obsesionado con la idea del apareamiento mandó construir un corral en donde encerró a un conjunto seleccionado de yeguas para que el extraño ser pudiera reproducirse.
Según algunas versiones que tratan de explicar “racionalmente” la aparición, podría tratarse de un manatí, una especie de vaca acuática, e incluso por las “características del lugar podrían haber sobrevivido varios animales prehistóricos, que se adecuaron al ambiente, como sucedió en otras partes del planeta”, sostiene la historiadora Margarita Miró.
En una compilación de mitos de la zona publicada bajo el título de “Ñe’ê paje. La magia de la palabra”, Miró acota que, en efecto, Ypoá es una adulteración del vocablo Ypóra, que podría ser traducida de manera literal como agua de los fantasmas. Añade que la tradición da cuenta de la existencia de Pirahû, un genio tutelar de las aguas cuyo sobrenombre era Ypóra y que equivalía a una suerte de Poseidón.
RETORNO
De pronto nuestro guía cambia el pronóstico del clima. “Kóa oĝuahêta” (este va a llegar), dice respecto al temporal que en principio parecía haberse detenido hacia el sur. Por ello, poco antes de llegar a tierra desviamos de curso para bordear la isla y evitar cruzar por el centro del lago cuando la lluvia ya se estaba largando sobre nosotros.
Los relámpagos y truenos nos rodeaban en un intermitente círculo luminoso y tronante. El mito de Ypóra dice que este vive oculto en la isla Valdez y que no es posible acercarse a él impunemente, pues agita las aguas generando un fuerte torbellino de agua para ahuyentar a los que buscan profanar sus secretos.
Antes de llegar al atracadero donde debíamos tomar la canoa más pequeña para dirigirnos nuevamente a la playa, el motor se quedó sin combustible. Entonces con una larga tacuara don Herminio dirige la canoa a lancha róga. Una vez llegado aquí, nos negamos a seguir el camino en canoa. Esperamos bajo el cobertizo del muelle con el agua hasta las rodillas a que el temporal acabe. “Este no va a escampar enseguida”, nos advierte y sugiere seguir el camino por tierra.
Mientras nuestro reportero gráfico se quedó a resguardar los equipos y teléfonos bajo el techo del amarradero, nos lanzamos al interior de la selva umbrosa bajo la intensa lluvia rumbo a la playa, donde nos aguardaba Pájaro, el conductor del móvil y a quien no le llegaban nuestro mensajes de pedido de auxilio. Pero uno de los wasaps al fin pudo llegar y cuando nos encontrábamos aproximadamente a mitad de camino vimos la luz de una camioneta que se dirigía hacia nosotros. ¡Era Pájaro que venía a buscarnos!
Subo a la camioneta para dirigirnos al muelle para recoger a nuestro compañero mientras que don Herminio siguió el camino a pie para encontrarse con su hijo y sobrino. Sin guía, bajo la lluvia e incomunicados seguimos hasta un punto donde ya no pudimos avanzar. Habíamos errado el camino. Luego de desandar un trecho de varios kilómetros retomamos el rumbo correcto.
Cuando al fin llegamos don Herminio se nos había adelantado y se aprestaba a finalizar los preparativos de regreso. Subimos la canoa más pequeña al techo de su camioneta y cuando nos disponíamos a partir la lluvia cesó de súbito así como había empezado. El sol destellaba dibujando un arcoiris en el horizonte. En fin, misterios del lago Ypoá.
Ecosistema flotante
El estudio titulado “Dinámica de los embalsados y tendencias” fue elaborado por Fátima Mereles y Danilo Salas, del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). El trabajo forma parte del proyecto “Redefiniendo los límites del lago Ypoá”.
La investigación precisa que este complejo está conformado por tres lagunas –Cabral, Verá y el lago Ypoá–, “que se suponen son una sola, separadas por grandes masas de embalsados. Se denominan embalsados a un conjunto de vegetación acuático-palustre que se encuentra arraigada a un sustrato o suelo, el que a su vez, en la mayoría de los casos, flota sobre el agua en general con escasa o ninguna corriente o cuando la misma va perdiendo velocidad a medida que se acerca a su destino final (desembocadura), como es el caso de los que se encuentran en los deltas fluviales”.
El trabajo precisa que los embalsados, cuyo hábitat ideal son las aguas lénticas, constituyen verdaderos ecosistemas flotantes, puesto que en su seno se desarrolla no solo el mencionado tipo de vegetación, sino también microorganismos que permanecen prendidos a los órganos de las plantas. A su vez, las raíces de estas sirven de refugio a alevines y otros organismos acuáticos como insectos, ácaros e incluso sirve para el desove de aves, reptiles y anfibios.
“Estas aguas podrían considerarse como mixtas, porque en superficie mantienen un cierto movimiento producido por el viento, en tanto que hacia las profundidades las aguas permanecen estáticas, dando lugar a la formación de embalsados que no pasan de las primeras fases”, señala un pasaje del informe, que detalla que los embalses se forman por el entrelazamiento de las raíces de las plantas, que al descomponerse y unirse con polvo transportado por el viento van formando un suelo orgánico al cual se unen sustancias inorgánicas que se van solidificando mecánicamente a través de distintas fases, así como a través del desprendimiento del suelo de la orilla del lago.
Inicialmente el complejo acuático era uno solo, pero a raíz de la “geomorfología y la escasa profundidad, la procedencia de los vientos más intensos y, por sobre todo, la descarga de las aguas del lago hacia su inclinación natural, el río Paraguay, sin que haya una diferencia tan pronunciada de nivel, podrían ser razones separadas o conjuntas que influyan sobre el desarrollo de los embalsados”, exponen los autores.
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Flota marina invierte 13 millones de dólares
Dos nuevas embarcaciones que impulsan el crecimiento de la flota mercante en Paraguay fueron bautizadas en las instalaciones de la Terminal Portuaria SA (Terport) de la ciudad de Villeta y contó con la participación del titular de la Dirección Nacional de Marina Mercante del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), Patricio Ortega.
La inversión histórica es de USD 13 millones. Se trata del remolcador Belén B y una barcaza portacontenedores denominada PAR 13001, la más grande hoy día en operación, cuyas incorporaciones representan la mayor inversión de la historia del sector naviero local por parte de Paranave SA.
El director de la Marina Mercante informó que en la actualidad la flota paraguaya cuenta con más de 2.500 unidades, por lo que es considerada la más grande en la modalidad de transporte de contenedores que actualmente navega la Hidrovía Paraguay-Paraná. “Paraguay y su comercio internacional dependen en un 80 % de la modalidad fluvial para la importación y exportación de productos, hecho que hace muy significativo el aporte de estas unidades”, subrayó.
La autorización para la importación fue bautizada en marzo; ambas proceden de Malasia y están pensadas para el transporte de contenedores de carga seca y refrigerada. Además, cuentan con tecnología de punta y cumplen estrictamente con las últimas reglamentaciones que rigen para la navegación internacional.
REMOLCADOR BELÉN
El remolcador Belén B cuenta con una eslora (longitud) de 34 metros, una manga (ancho) de 10,5 metros y una potencia de 3.600 HP, mientras que PAR 13001 posee una eslora de 106 metros y una manga de 30 metros y cuenta con una capacidad de transporte de hasta 748 TEUs (unidad de medida expresada en contenedores) o unas 13.000 toneladas. El nombre Belén B hace conmemoración al nombre de Belén Bogado, conocida radiofonista y parte de la familia Dos Santos, propietaria de Paranave.
Paranave SA es una empresa armadora paraguaya fundada en el año 1971 y opera en el rubro de transporte de contenedores entre Paraguay y el Río de La Plata con itinerarios fijos semanales entre el puerto de Montevideo, el de Zárate y Buenos Aires.
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Lluvias torrenciales dejan tres muertos y once desaparecidos en China
Al menos tres personas han muerto, once han desaparecido y 110.000 han sido realojadas en Cantón, en el sur de China, como consecuencia de las fuertes y continuas lluvias que estos últimos días están azotando esta provincia, según han informado este lunes los servicios locales de emergencia.
Las operaciones de búsqueda y rescate siguen en marcha, mientras los servicios de emergencia han reubicado de manera urgente a 25.800 personas en toda la provincia, ha confirmado la agencia de noticias china Xinhua. Hasta el momento, 36 casas se han derrumbado y 48 han sufrido graves daños, lo que ha supuesto unas pérdidas económicas directas de casi 140,6 millones de yuanes.
Además, las recientes tormentas han bloqueado carreteras y provocado desprendimientos de tierra, afectando a la circulación de trenes. Debido a las intensas precipitaciones desde el pasado 16 de abril, 45 ríos y 66 estaciones hidrológicas de toda la provincia han registrado niveles de agua que superan las alarmas.
Además, se prevé que las precipitaciones continúen durante los próximos tres días en las regiones del sur y suroeste del país, según el Centro Meteorológico Nacional, con un aumento de entre el 50 y el 80 por ciento respecto al mismo período de los años anteriores.
Por ello, las autoridades han activado la alerta amarilla y han advertido a la población de los riesgos potenciales de torrentes y corrimientos de tierra en las zonas montañosas de la provincia. Asimismo, se ha instado a las administraciones locales a que corten los suministros de electricidad al aire libre potencialmente peligrosos y suspendan las actividades al aire libre en zonas abiertas.
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Fuente: Europa Press
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Desaparecidos: la difícil realidad de las familias que continúan la búsqueda de su ser querido
Cuando se da la desaparición de una persona, los primeros afectados son sus familiares, que no solo buscan a su ser querido, sino que también respuestas sobre su paradero y en muchos casos viven con la incertidumbre de saber qué ocurrió o donde se encuentra la persona desaparecida. Si bien este es un fenómeno internacional, en Paraguay las cifras en torno al mismo van en aumento año tras año.
Isabel Streski madre de Antonio Augusto Streski, un estudiante de medicina de 25 años reportado como desaparecido desde el 4 de octubre del 2022 en la ciudad de Mariano Roque Alonso, es una de las voceras de la organización de familias de desaparecidos en Paraguay y en conversación con La Nación/Nación Media dio pormenores de la realidad que atraviesan las familias que se encuentran buscando a sus seres queridos.
“El grupo en sí ya existía, pero de manera muy pasiva y eran pocos los integrantes, eran como ocho personas, en su mayoría madres de desaparecidos. En el 2022, cuando mi hijo desaparece, es cuando me sumo al grupo y empezó a activar de forma constante, el grupo creció tanto que ahora todos los casos de desaparición a nivel nacional nos llega a nosotros”, indicó Streski.
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La misma detalló que actualmente cuentan con más de 80 familias de desaparecidos integrantes de la organización de familias de desaparecidos en Paraguay, y esta red se ha extendido por todo el país, contando con voluntarios en los 17 departamentos quienes se encargan a su vez de difundir las informaciones sobre desaparecidos.
Isabel Streski precisó que esta organización que ahora activa de manera continua se encarga en gran medida de dar soporte a los familiares de personas desaparecidas, iniciando justamente con el asesoramiento para que estas realicen la denuncia y puedan llevar a cabo de manera correcta todo el protocolo necesario para dar marcha a la búsqueda, ya que en muchos casos los familiares se ven reacios a realizar este proceso.
“Lo primero siempre es realizar la denuncia de desaparición ante las autoridades, para que las mismas puedan buscar al desaparecido. Nosotros como organización acompañamos en este proceso a las personas que se acercan a pedirnos ayuda. Una vez que contamos con la aprobación para difundir la fotografía y la información del desaparecido, empezamos a publicar los datos y así aguardar novedades, mientras, también realizamos el apoyo y la contención emocional de las familias”, especificó Streski
Respuesta
En cuanto a la respuesta de las autoridades, la vocera de la organización de familias de desaparecidos en Paraguay aseguró que el principal problema con el que se encuentran en la mayoría de los casos es la falta de presupuesto del departamento de la Policía Nacional y el Ministerio Público encargados de la búsqueda de desaparecidos, hecho que entorpece la eficiencia de la investigación de los casos.
“La Policía y la Fiscalía casi siempre carecen de las herramientas para realizar una búsqueda exhaustiva de los desaparecidos, y también nos encontramos con que el seguimiento de los casos es deficiente, ante esto muchas veces somos nosotros nuevamente los que vamos buscando novedades sobre la carpeta y el curso de la investigación de nuestros familiares y sumando datos”, explicó Isabel Streski.
En este sentido, remarcó que desde la activación de las redes y grupos de comunicación de personas desaparecidas en Paraguay muchos de los casos de desaparición han logrado tener un final feliz en el que la persona desaparecida es identificada en algún punto del país a través de las notificaciones y se logra reunirla nuevamente con sus familiares que las están buscando.
Cifras
“Cuando me junté con las familias me di cuenta de que ya eran más de 1.000 las personas desaparecidas, en el 2022, cuando mi hijo desapareció, se notificaron en total 1.912 personas como desaparecidas, de las cuales fueron encontradas solo 642. En el 2023 desaparecieron 2.315 personas, para ese año ya la asociación estaba más funcional y logramos dar con la mayoría, solo quedaron desaparecidas 1.087 personas”, mencionó.
Remarcó además que en la mayoría las desapariciones reportadas las personas son del sexo femenino y se encuentran en una edad vulnerable, encabezando la lista adolescentes y niñas, aseguró que estas muchas veces son raptadas por sus parejas o algún ser cercano y son encontradas también en su mayoría abandonadas por los mismos sin la posibilidad de regresar a sus hogares.
Si bien los esfuerzos son arduos nunca son suficientes, subrayó Isabel Streski ante el interrogante de si se sienten satisfechos con los casos de éxito, recordando que aún existen cientos de familias que no logran dar con sus seres queridos y que las cifras año tras año van aumentando, en muchos casos debido a la falta de reacción rápida y masiva de las autoridades
Datos clave
- La organización de familias de desaparecidos en Paraguay se encarga de brindar asesoramiento y contención a los familiares de personas desaparecidas.
- Actualmente, cuentan con más de 80 familias de desaparecidos integrantes de la organización de familias de desaparecidos en Paraguay, y esta red se ha extendido por todo el país.
- En el 2022, se notificaron en total 1.912 personas como desaparecidas, de las cuales fueron encontradas solo 642 personas.
- En el 2023 desaparecieron 2.315 personas, de las cuales la mayoría fueron encontradas y reconectadas con sus familias, solo quedaron desaparecidas 1087 personas.
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