El centro es único en la región y desarrolla un sistema de rehabilitación de las adicciones y una asistencia integral para la recuperación y reinserción a la comunidad.
Trabajan en la rehabilitación de niños indígenas que cayeron en adicciones
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Juan Manuel Frutos. Caaguazú. Omar Jara.
En la comunidad indígena de Punta Porã, en el distrito de Juan Manuel Frutos, departamento de Caaguazú, funciona un centro de protección y rehabilitación de niñas, niños y adolescentes indígenas en el contexto cultural de los pueblos originarios. La población general de esta comunidad pertenece a la etnia Mbya.
El centro fue habilitado por el Ministerio de la Niñez y la Adolescencia (MNNA). Según explicaron desde esta cartera de Estado, el centro es único en la región y desarrolla un sistema de rehabilitación de las adicciones y una asistencia integral para la recuperación y reinserción a la comunidad, de niños, niñas y adolescentes indígenas de diferentes comunidades y pueblos.
Eduardo Escobar Said, viceministro de protección integral del MNNA, explica que en el lugar realizan “el proceso de rehabilitación de las drogas en el contexto cultural indígena, con la espiritualidad de ellos, respetando sus costumbres y su “Tekoha”, que es lo más importante. Aquí los niños son rehabilitados y después desvinculados con sus familias”, dijo.
Agregó que en el centro se les ofrece “la protección inmediata de todos los peligros que tienen en la ciudad y se les provee de alimentación, un acompañamiento en el nivel educativo y una atención integral a la salud”.
Por su parte, Cristino Duarte, líder de la comunidad indígena, refiere que en el lugar se les brinda la atención durante el tiempo necesario teniendo en cuenta el tiempo de permanencia que tuvieron en las calles. “No es que vienen un ratito y luego ya se van otra vez. Esto debe durar dos años, tres, cuatro años, de acuerdo al tiempo que estuvieron en la calle, para que puedan recuperarse plenamente de vuelta, principalmente que recuperen totalmente su salud”, dijo.
Desde el Ministerio de la Niñez y la Adolescencia explicaron que el centro está logrando la rehabilitación de los niños que recuperan todo su “Teko”, sus costumbres y pueden ser reinsertados a su comunidad. Los niños atendidos en este centro provienen de distintas comunidades indígenas.
Este puede ser un trabajo arduo y tal vez infructuoso, atendiendo a que cada día hay más indígenas en las calles de las ciudades, donde generalmente caen en el vicio de las drogas.
Para que tenga éxito, el esfuerzo debe ir acompañado de una férrea decisión política de las autoridades gubernamentales que tienda a proteger decididamente a las comunidades indígenas y las pocas reservas que quedan, que en los últimos tiempos han sido objeto de invasiones inmisericordes por parte de grupos de productores mecanizados que provienen de una cultura infinitamente diferente y que hacen destrucciones a gran escala de sus hábitats naturales sin ningún tipo de control ni respeto, acciones que definitivamente van dejando sin futuro a las etnias indígenas del Paraguay.
Los docentes siempre dejan marcas imborrables en cada uno de sus alumnos y alumnas. Todos en algún vago recuerdo tienen presente a un profesor o profesora que dejó una enseñanza para toda la vida.
Desde hace unos siete años, en Paraguay, las maestras mochileras dejan huellas en el día a día de niños de 0 a 5 años y sus familias, pues son las responsables de dar el primer impulso hacia la escuela.
En el Día del Maestro, qué mejor que conmemorar con aquellas profesoras que todos los días salen con sus mochilas a cuestas y van hasta las casas de sus alumnos.
El propósito es el de desarrollar las habilidades socioafectivas y brindar atención oportuna en la primera infancia. Además, acercan pautas de crianza positiva y la sensibilización en las familias.
LAS FAMILIAS NOS ACOMPAÑAN
La maestra Carolina Barosi sale a recorrer con su mochila cargada de materiales. Su trabajo es de lunes a viernes y recorre las calles del Bañado Norte, en zona de Tablada Nueva. Pese a ser un lugar caracterizado por su alta tasa de delincuencia, comenta que no tiene miedo porque las familias a las que asiste siempre la acompañan.
“Recorro todos los días a pie de 13:00 a 17:00, lo hago desde hace tres años con una compañera. No puedo negar que los primeros días tuve un poco de miedo por la zona, detalló en entrevista con La Nación/Nación Media.
En su andar diario, se ganó el cariño y respeto de los pobladores. “La gente nos demostró su cariño y nunca nos pasó nada. Los padres ya nos esperan y nos acompañan hasta la ruta principal para que no nos pase nada”, siguió diciendo.
Agregó que sale de la escuela Juana María de Lara con las mochilas cargadas de todos los materiales que van a utilizar con cada familia y con muchas ilusiones de ver el progreso de sus niños y niñas aprendices.
“Con la compañera tratamos de hacer el mismo camino, porque así nos acompañamos. Ser maestra mochilera es algo muy satisfactorio, no se compara con estar en aula”, señaló.
HAY MUCHA ESPERANZA
La profesional señaló que se trata de un servicio que involucra a toda la familia, donde los cuidadores principales son los padres, pero siempre están los abuelos, hermanos, tíos y primos, quienes trabajan en forma conjunta durante una semana para estimular el crecimiento como la educación del niño que así lo requiere.
“Todos los días nos reciben con mucha esperanza y cariño. Los chicos nos esperan con sus mesitas, juegos y con la ilusión de mostrarnos lo aprendido”, aseguró.
Agregó que los padres aprenden a desarrollar esa conexión mediante el juego con sus hijos, lo que es algo muy gratificante. “Nos esperan con muchas ansias de aprender. Nos cargan con mucha esperanza”, manifestó.
LLEGAR A MÁS CHICOS DE AREGUÁ
La maestra Andrea Yanina Estigarribia es mochilera en la ciudad de Areguá, ella junto con otras docentes se encargan de llevar atención a los niños y niñas del barrio Las Mercedes. Busca llegar a los chicos que residen en zonas más difíciles de llegar a su querida comunidad.
“Hay muchos niños que necesitan y estoy solicitando poder acceder a un rubro que está vacante para el turno mañana para llegar a todos. Mi propósito es llegar a niños que están más al fondo del barrio en una zona donde acceder es más difícil y son familias vulnerables, pero que necesitan más de nosotros”, relató.
EL VÍNCULO
Este año las maestras se enfocan mucho más en el desarrollo sicosocial de los niños y principalmente el vínculo con sus cuidadores principales.
La idea es que puedan acompañar la estimulación de sus hijos desde los 4 meses de vida y las actividades se vinculan con el entorno, por lo que usan materiales de las casas.
“Llevamos las propuestas y les dejamos una tarea para que ellos puedan desarrollar a lo largo de la semana, de esta forma la crianza se ve más fortalecida”, comentó.
Agregó que cada maestra tiene 20 alumnos por semana. “Pero pasamos este número porque hay familias donde hay más niños y llegamos a todos”, refirió al indicar que no excluyen a nadie.
RECORRIDO EN MOTO
Andrea indicó que la mayoría de las maestras mochileras hacen el recorrido a pie, pese a que existe mucha inseguridad. El objetivo es llegar a las familias que siempre esperan con mucha ilusión. En su caso, logró comprarse una moto y puede llegar a cada casa un tanto más rápido como segura.
“Tengo la gran ventaja de contar con una moto, porque en un día tengo cinco familias que visitar y en algunos casos excedemos el número”, dijo a La Nación/Nación Media.
Pero la tarea no acaba con las familias, pues también llegan a las plazas o parroquias “donde hacemos encuentro grupal y llegamos a más niños, pero siguen imperando los mitos que hacen que los padres se nieguen al servicio”, puntualizó.
Ambas docentes coincidieron en que este trabajo es muy satisfactorio y que ver el avance en cada familia hace que las ganas de llegar día a día junto a los pequeños sea lo más importante.
El trabajo es realizado junto con el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), la Policía Nacional y el Ministerio de Salud, que apoyan para realizar el diagnóstico como mapeo para acceder al servicio.
ASÍ ES UNA MAESTRA MOCHILERA
Maestras mochileras es un servicio educativo diversificado en modalidad no formal, que inició con el programa de Primera Infancia en el año 2017 con el apoyo de la Unicef.
La idea nació atendiendo a la necesidad de programas educativos en algunas comunidades donde los niños de 0 a 5 años requerían un servicio adecuado. En algunos casos requieren de estimulación temprana y no tienen acceso por ser de escasos recursos económicos.
“Es una oferta del Ministerio de Educación que está ligada a una institución educativa. Las maestras hacen un mapeo y de acuerdo a las necesidades de la zona encuentran a niños de 0 a 5 años, entonces elabora un diagnóstico más un plan de acción de visitas a las casas”, dijo Sonia Olmedo Dinatale, directora general de Educación Inicial del MEC, en LN.
MÁS DE 500 MOCHILERAS
Explicó que la idea es crear un vínculo entre los niños y sus padres, abuelos, hermanos mayores, tíos, para que cumplan sus roles en forma respetuosa y comprometida.
El servicio educativo utiliza el entorno familiar para crear el ambiente adecuado con lo que se tenga en casa para estimular la creatividad del chico.
“A nivel país tenemos entre 500 a 600 maestras mochileras, cada una tiene 20 alumnos a su cargo, quienes empiezan su vida escolar. Los chicos que forman parte del servicio son ingresados al Registro Único del Estudiante (RUE), tienen un informe pedagógico y forma parte de historial educativo”, detalló.
IMPACTO POSITIVO
Olmedo detalló que se trata de un trabajo muy satisfactorio donde se ve el progreso del niño día a día y donde los padres son parte muy importante de este crecimiento de sus hijos.
“Desde varios países nos pidieron compartir la experiencia”, confirmó. Actualmente, beneficia a 7.579 niños y sus familias. “El niño que formó parte del servicio ya adquiere hábitos y contacto social a la hora de ir a las instituciones educativas, el impacto es muy positivo. El proyecto en sí finalizó en diciembre del año pasado y se volvió a renovar por tres años más, pero con el compromiso de que el MEC con sus propios recursos absorba el servicio”, puntualizó.
La presunta homicida sufre de trastornos mentales y es inimputable según los intervinientes, por lo que las autoridades dispusieron que retorne con su familia. Foto: Captura de pantalla
Capitán Bado: menor de 15 años habría asesinado a su hermanita
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Una adolescente nativa de 15 años habría asesinado a garrotazos a su hermanita de cinco años en una comunidad indígena del distrito de Capitán Bado (Amambay). La menor tendría algún trastorno mental, además de ser inimputable según las leyes, por lo que tras la intervención judicial fue devuelta al hogar.
El trágico suceso se produjo ayer domingo en horas de la tarde en la comunidad indígena Guaraní, jurisdicción de Puendy, a unos 65 kilómetros de la citada ciudad. De acuerdo con la Policía, la joven habría asestado un duro golpe en la cabeza a la pequeña que falleció al instante.
“Lamentablemente tuvimos que informar también un hecho de homicidio en el que resultó víctima fatal una menor de cinco años de edad, sindicándose como supuesta autora a su hermana de 15 años”, informó el comisario César González a la 1080 AM.
El policía dijo que la presunta fratricida es “una enajenada mental” y está exonerada de ser sometida a la justicia. “Justamente el fiscal que está llevando la causa también tiene un caso de esta familia y conoce las características de esta familia. Entonces, dio entrega nuevamente la menor a su mamá”, refirió.
Aparentemente todos los miembros de la citada familia presentan la misma condición mental, según los investigadores. “Así me estaban comentando los oficiales intervinientes que toda la familia sufre de esta enfermedad. Esta niñita tenía cinco años de edad y su hermana es la autora que le golpeó la cabeza con un palo, tiene 15 años de edad”, manifestó.
El agente policial indicó que la casa de la familia indígena está en una zona muy alejada del poblado de Capitán Bado. “Es la colonia indígena Guaraní, jurisdicción de Puendy, distrito de Capitán Bado, es un poco alejada”, concluyó.
La comunidad indígena Ka'aty Miri San Francisco, de Capiibary, San Pedro, adquirió herramientas necesarias para desarrollar estrategias efectivas en la generación de ingresos y el acceso a los mercados. Foto: FAO/Patricia Ruiz Díaz
Proeza asiste a comunidades indígenas con modelos de negocios agroforestales
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El proyecto Pobreza, Reforestación, Energía y Cambio Climático (Proeza), implementado por el Gobierno con el acompañamiento de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), asiste a las comunidades que también llegan al segmento indígena, con una serie de capacitaciones para que puedan incursionar en emprendimientos que les generen ingresos.
Dentro de estas acciones, se llevó a cabo recientemente unos talleres de capacitación orientados al desarrollo de estrategias de generación de ingresos y acceso a mercados a la comunidad indígena Ka’aty Miri San Francisco, distrito de Capiibary, departamento de San Pedro.
La capacitación estuvo orientada específicamente a actividades agroforestales, durante 3 jornadas realizadas del 17 al 19 al abril, con el objetivo de forjar el fortalecimiento económico de familias indígenas, dando continuidad a la serie de acciones desarrolladas por el proyecto.
Desde la FAO, destacaron la participación protagónica de las mujeres jefas de hogar durante las jornadas, lo cual contribuye al avance de la Ley N° 5446 de políticas públicas para mujeres rurales, que promueve el empoderamiento económico y productivo de las mismas.
Los talleres tuvieron como objetivo proporcionar a las comunidades indígenas las herramientas necesarias para desarrollar estrategias efectivas en la generación de ingresos y el acceso a los mercados, con un enfoque intercultural, a través de un análisis participativo.
Se identificaron las nuevas tendencias de la oferta y la demanda local, de modo a que las familias indígenas adquieran herramientas para elaborar su propio Plan de Finca y Plan de Negocios, buscando fortalecer las condiciones de producción y desarrollar estrategias de comercialización colectivas.
El proyecto prevé realizar más capacitaciones en las comunidades indígenas de Parakaukeha, San José, Ka’aguy Pyahu y Río Verde de Capiibary. Posteriormente los talleres serán replicados en los distritos de General Isidoro Resquín, San Vicente Pancholo, Santa Rosa del Aguaray, Tacuatí, departamento de San Pedro, y Curuguaty, departamento de Canindeyú, donde participan más de 1.000 familias campesinas e indígenas que ya cuentan con la implementación de sistemas agroforestales en sus fincas.
Hambre Cero es la más contundente apuesta del Gobierno a favor de los niños
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El Poder Ejecutivo promulgó el miércoles último el Decreto n.° 1584 que reglamenta la Ley de Hambre Cero en las Escuelas con el propósito de articular la norma principal y hacer que en el plazo más breve posible se pueda llegar con los beneficios a los niños de las escuelas públicas del país. La Ley 7264/24, que establece el programa Hambre Cero en las Escuelas, se promulgó hace tres semanas.
Una de las principales apuestas políticas y sociales que ha hecho el Gobierno nacional es que los 1.300.000 niños escolares del país puedan alimentarse adecuadamente para garantizar su buen aprendizaje escolar. No acepta que el sacrificio que se hace para la cobertura de esa alimentación quede por el camino y los chicos continúen vergonzosamente malnutridos debido a la deshonestidad y la incompetencia de ciertos funcionarios, como ha ocurrido en la administración anterior.
Este gobierno, consciente de esa lamentable realidad que se tenía como normal anteriormente, no la va a permitir. Y por eso una de las primeras acciones que realizó fue crear la Ley de Hambre Cero para los alumnos de las escuelas estatales y subvencionadas.
Ahora con la reglamentación de la ley se quiere dar agilidad a la puesta en marcha de la nutrición infantil, para que se la aplique lo antes posible, con mayor prontitud y sin que la burocracia estatal pueda impedir la velocidad que se requiere. Teniendo en cuenta todos los procesos previos, se quiere empezar a distribuir los alimentos en los primeros días de agosto, para lo que previamente se tienen que hacer las licitaciones para adquirir los insumos necesarios y cubrir otros trámites.
Consciente de la lentitud de los pasos burocráticos, el propio presidente Santiago Peña se puso al frente del organismo coordinador para apurar el proceso, el Consejo Nacional de Alimentación Escolar (Conae).
El mandatario explicó que tomó la decisión para trabajar juntamente con los gobernadores departamentales e intendentes municipales para armar un gran equipo, porque nadie más que ellos conocen bien los mecanismos para repartir los alimentos para los niños. “Estoy seguro de que con cada uno de los intendentes y gobernadores vamos a armar un gran equipo y que esto sea realmente una gran victoria de la sociedad paraguaya”, manifestó.
El ministro Tadeo Rojas, que encabeza el Conae, dijo que a partir de los primeros días de agosto se iniciará el reparto de los alimentos en 75 distritos del país de los 7 departamentos elegidos. Indicó que el criterio de priorización se hizo de acuerdo con los indicadores de pobreza del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), con el criterio de llegar con la alimentación de los niños a las escuelas más vulnerables. Entre las circunscripciones geográficas elegidas está Asunción, el departamento Central, el de Presidente Hayes, entre otras localidades más de los 7 departamentos que tienen la prioridad.
Se tiene previsto que los esquemas de alimentación escolar se diseñarán según los criterios del Ministerio de Desarrollo Social (MDS) por profesionales calificados en el área de la alimentación y nutrición. Se deberán respetar parámetros bien específicos. La alimentación de los niños deberá cubrir todos los días del año lectivo, desde el primer día de clases hasta el último, según el calendario definido por el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC). El programa de alimentación debe priorizar la adquisición de productos provenientes de la agricultura familiar, para potenciar el desarrollo local a través de la vinculación de las mipymes. Todos los alimentos adquiridos deberán ser prioritariamente de origen nacional, y solo en casos excepcionales, por escasez de la oferta local, se autorizará la sustitución por artículos importados.
Todo lo dispuesto por la norma busca que efectivamente los 180 días de clases del año lectivo haya suficientes alimentos para los niños, principalmente con productos de origen regional de cada escuela. Con ello se quiere asegurar el buen aprendizaje de los chicos, ya que está demostrado científicamente y en la vida cotidiana que sin nutrición adecuada no existe instrucción aceptable.
Teniendo en cuenta todos esos elementos se puede afirmar que con el programa de Hambre Cero en las Escuelas se podrá articular de manera efectiva la formación intelectual más apropiada de los chicos del país. Y así salir de la dificultosa situación en que se encuentran miles de pequeños.