El presidente de Petróleos Paraguayos (Petropar), Denis Lichi, manifestó que el incendio duraría hasta el martes ante la gran cantidad almacenada de alcohol en el tanque siniestrado. Destacó que hay un riesgo de colapso, pero los bomberos voluntarios permanecen en la planta.
“Nosotros desde el domingo a la mañana intentamos apagar el fuego y a medida que vaya bajando el volumen del producto en el tanque vamos a tratar de apagar otra vez. El peor de los escenarios es que colapse el tanque”, señaló este lunes el presidente en conferencia de prensa.
Sostuvo que en caso de colapso el alcohol podría derramarse y afectar a otros tanques en la planta de Petropar. Hasta el momento la quema sigue siendo controlada y la idea es evitar el colapso del reservorio incendiado desde la madrugada del domingo último.
Lichi indicó que se activaron los protocolos establecidos para este tipo de siniestros, respondiendo a los cuestionamientos de los vecinos, quienes aseguran que la institución no cuenta con un plan de evacuación. Destacó que solo hubo una “psicosis” porque muchos pensaron que habría una explosión.
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“Acá hay varias cosas que funcionan y otras que posiblemente no, vamos a revisar todo. Para nosotros el plan de evacuación funcionó. Lo que ocurrió fue una psicosis porque mucha gente dijo que Petropar iba a explotar. La estructura del tanque está todavía en forma, creemos que no corre riesgo”, agregó.
El incendio en la planta de Petropar, ubicada en Villa Elisa, inició durante la madrugada y varias familias fueron evacuadas a causa del siniestro. El tanque contenía unos 3,5 millones de litros al momento del hecho y actualmente la quema es controlada, pero hay un riesgo de colapso del reservorio.
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El policía de la foto del Ycuá Bolaños: “Lo recuerdo como si hubiera sido ayer”
Ciudad del Este. Agencia Regional.
A 21 años de la tragedia del Ycua Bolaños, la imagen de un policía con un niño en brazos, a quien rescataba, trataba de auxiliar, sigue impactando como un eco de aquella dolorosa mañana. El uniformado, uno de los protagonistas de esta histórica foto, aún recuerda el hecho como si hubiera ocurrido ayer. Y es que en el incendio de ese supermercado fallecieron cerca de 400 personas.
La Nación/Nación Media habló con el comisario principal Juan Duarte Ferreira, quien es el policía que hizo una técnica de primeros auxilios para una ventilación artificial al niño que llevaba en sus brazos.
Hoy, el uniformado es padre de dos hijos, un hombre de 26 años y una niña de 7. Cumple funciones en la Comisaría 11 de Juan E. O´Leary como jefe policial y, en tal sentido, de nuevo se encuentra cuidando a niños en esta mañana del 1 de agosto, al hacer la cobertura de la Escuela Las Residentas, del citado municipio.
Periódicamente, desde su función en una aparente tranquila ciudad del interior del país, el comisario Duarte Ferreira lidia con víctimas de asaltos, robos, violencia familiar, desapariciones, homicidios, accidentados, en índices mucho menores que las zonas de gran movimiento, pero asegura que, especialmente, cada 1 de agosto, la memoria le hace volver a aquel primer domingo de agosto del 2004.
“Lo recuerdo como si hubiera ocurrido ayer, cada gesto, cada acto, cada situación que nos tocó aquella mañana y en siguientes jornadas; no se debe olvidar para que no vuelva a ocurrir”, expresó el comisario Duarte. Remarcó que fue “lamentable ver tantas muertes en época de paz”.
Asimismo, dijo que la imagen divulgada de su intervención en el hecho le valió que hasta un tiempo después, existieran personas que lo reconocían en el transporte público, y, por ejemplo, le agradecían por haber salvado a un familiar. Dijo que fue un policía en servicio, así como otros cientos de uniformados, bomberos voluntarios y un sin fin de personas que ayudaron.
Ayudar niños, parte de su oficio
El oficial recorrió varias unidades policiales a lo largo de estos 21 años hasta quedar en Alto Paraná. Después del siniestro, cumplió funciones en Accidentología Vial del Departamento de Criminología, donde le tocó intervenir en muchos accidentes.
“Estuve de nuevo en muchas situaciones terribles, especialmente cuando encontré a niños como víctimas de esas tragedias en rutas, pero sabemos que eso corresponde a nuestra función”, sostuvo el comisario Duarte.
El oficial de policía no fue solo el agente que ayudó en el incendio, sino familiar de una víctima y, en tal sentido, refiere que conoce muy bien la lucha encausada en busca de Justicia y reparación. Un sobrino de 20 años, Nelson Damián Duarte, trabajaba en el supermercado y fue una de las víctimas.
“Una larga lucha, juicios interminables, muchas familias sin asistencia, es lo que nos dejó también ese día tan triste; mucha fuerza a los que no fueron atendidos como corresponde”, dijo el policía.
¿A quién rescató?
Inicialmente, se creyó que el niño salvado por el policía y retratado en la emblemática foto del reportero Sebastián Cáceres, para el Diario Noticias (extinto), se trató de Enzo Bobadilla.
Sin embargo, cabe recordar que hasta hace unos años, Verónica Bécker, madre de una niña, aclaraba que fue su hija, Annete Nicole Gaus Bécker, de cuatro meses, la que está en la emblemática imagen y lamentó que se haya cometido ese error, tratándose de la identidad de una hija que perdió.
El policía Juan Duarte informó que mantuvo contactos con la familia del citado niño hasta que llegó a la edad de 7 u 8 años, aproximadamente. Luego, él se trasladó a otras zonas del país a cumplir funciones y dejó de tener vinculación con dicha familia, aunque había estado acompañando el crecimiento del niño.
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Ycuá Bolaños: una tragedia que se vive, se recuerda y se lucha por sanar
Cada 1 de agosto el pueblo paraguayo recuerda uno de los días más terribles y luctuosos de su historia: el incendio del supermercado Ycuá Bolaños. Aquel domingo soleado del 2004 se vio teñido por el fuego, las cenizas y las lágrimas de casi 400 paraguayos fallecidos. Han pasado 21 años, pero la herida sigue sangrando, sigue doliendo.
El sol quedó cubierto por el negro humo que cubrió la ciudad, que se volvió gris y doliente por el terrible suceso que marcó para siempre al barrio Trinidad, donde en cada cuadra había al menos una víctima.
Las llamas habrían iniciado cerca del mediodía en la cocina del patio de comidas del super, el cual, debido al día y el horario, estaba lleno de familias que estaban compartiendo en el lugar o iban a retirar el almuerzo para compartirlo en sus casas.
Los múltiples testimonios refieren que segundos después de escucharse una explosión, el sitio estaba rodeado de llamas, las cuales se extendieron de manera voraz, generando pánico, miedo y un descontrol entre todos los que estaban en el lugar y que, al intentar huir del sitio, se encontraron con los portones y las salidas de emergencias cerradas, quedando atrapados en el infierno que, tras 21 años, permanece en la memoria de todo un pueblo.
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La historia de cientos de sobrevivientes ha sido contada año tras año, con la esperanza de que aquella tragedia nunca sea olvidada. Rocío Melgarejo es una madre que casi pierde a su hija aquel domingo. Ese día la siguió por años, ya que su hija no solo sobrevivió milagrosamente, sino que debió luchar por recuperarse y sanar.
“Mi hija Luna tenía 4 añitos apenas, pero ella cada domingo iba a la iglesia con mi hermano Nelson y su novia María Luisa. Ese domingo no fue la excepción, pero al salir del encuentro fueron hasta el super para almorzar; ellos estaban en el estacionamiento cuando el fuego los atrapó”, relató Rocío a La Nación/Nación Media.
Continúo recordando que, en medio de la densa humareda y las llamas que tomaban el lugar, casi por un milagro un pastor amigo de la familia apareció para ayudar a su hermano a rescatar a la pequeña Luna y su cuñada María Luisa, quienes lograron salir de las llamas al igual que su hermano Nelson, pero con graves secuelas.
“Ese día yo no entendía lo que pasaba, porque a mi hermano lo derivaron a un hospital, a mi cuñada a otro y a Luna al IPS; ahí me dijeron que estaban y fui a buscarla, desesperada. Cuando llegó una de las doctoras, me mostró unos aritos, muy peculiares, cuadraditos; eran los de Luna”, comentó Rocío.
Destacó que en los minutos posteriores a la tragedia, y en medio de la búsqueda y el hallazgo de su hija, no podía dimensionar todo lo que había pasado, pero al llegar a ver a su hija, quedó completamente paralizada, ya que si bien no podía creer el estado en el que se encontraba, sabía que era su retoña.
“Yo entré a la habitación y vi a Luna, estaba en una camilla, y tenía toda la cara colorada, hinchada, con respiradores y soporte médico; no podía creer que era mi hija. Miré sus piecitos, me detuve a mirar sus pies y sabía que era ella, me convencí de que era ella. Ella sufrió un paro respiratorio, estaba muerta al momento en que la rescataron; después volvió a la vida, pero no se sabía cuánto tiempo estuvo sin respirar”, indicó Rocío.
Entre las explicaciones médicas sobre el estado de Luna, surgían posibilidades terribles, como el hecho de que su capacidad del habla y desarrollo se hayan visto comprometidas debido a la falta de oxígeno sufrida, eso sin contar las quemaduras que habían sufrido.
“Luna sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en un 20 % de su cuerpo, pero si bien esa cifra suena poco, ella era muy pequeña y esto hacía que la situación fuera muy grave según los médicos, y que la agravante era la zona de las quemaduras, ya que le afectaba la cara, parte de la cabeza, el cuello y las manos; además, pasamos por infecciones y otras dificultades”, explicó la madre de Luna.
Una vez fuera de terapia intensiva y con la capacidad de ser trasladada, la pequeña Luna inició su camino en una nueva vida, una vida donde debía aprender a lidiar con el dolor de las heridas, los tratamientos por quemaduras y los cuidados para la cicatrización.
La búsqueda de la recuperación total de Luna la llevó hasta Chile, hasta la Caoniquem, que es una corporación que se dedica a la rehabilitación de niños, niñas y adolescentes con quemaduras y otras cicatrices, donde por meses recibió atención médica especializada; debió quedar internada e inclusive permanecer en un albergue junto a su madre.
Rocío recuerda con resiliencia y fortaleza los procesos médicos a los que debió acompañar a Luna, incluyendo las cirugías de injerto y los procesos de confección de sus ropas compresivas que debía utilizar la pequeña para garantizar una rápida y buena recuperación.
“Ella usaba su máscara y ropas de compresión todo el tiempo, siempre; no se las sacaba porque se quería curar. Los primeros años de la escuela las usaba ahí y, si bien nunca me contó que haya pasado mal, sé como mamá y mujer que en algún momento se sentía incómoda por la forma en que nos miraban o hablaban, pero todo lo fuimos superando”, destacó Rocío.
Con una larga lucha, y algunas marcas tanto en la piel como en la memoria, hoy Luna tiene 25 años, trabaja, estudia y se destaca como una persona sumamente afín al arte, ya que baila, canta y pinta, logrando expresarse completamente a través de estas plataformas que la apasionan.
Hoy Rocío relata como un milagro que su hija y su hermano hayan sobrevivido, y recuerda con amor y cariño a su cuñada María Luisa, quien debido a la inhalación de humo y el paro que sufrió no logró sobrevivir. Hoy, a pesar de 21 años de perspectiva, Rocío nunca olvida aquel domingo que marcó la vida de su familia.
Esta madre es el fiel ejemplo de miles de familiares que perdieron a alguien aquel trágico 1 de agosto, pero que también lograron abrazar a un ser querido que fue arrebatado de las llamas aquella mañana, una madre que comprende que el milagro puede nacer en medio de una tragedia y que no existe nada que el tiempo, el amor y la dedicación no curen.
El 1 de agosto del 2004, el incendio del supermercado Ykua Bolaños se cobró la vida de 364 personas y resultaron con heridas graves más de 200, hombres y mujeres. Las familias de todos ellos nunca olvidarán la pérdida, el miedo y la injusticia vivida aquel día, en especial porque si las puertas no hubieran sido cerradas, quizá aún podrían abrazar a quienes aman.
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Chile evacúa a más de un millón de personas de su costa por alerta de tsunami
Chile evacuó preventivamente a más de un millón de personas de su costa el miércoles ante el riesgo de tsunami provocado por el terremoto de magnitud 8,8 que azotó el extremo oriente de Rusia.
“A nivel país, se estima en 1.400.000 personas” el número de evacuados en las zonas costeras, informó a la prensa el ministro del Interior, Álvaro Elizalde, tras el arribo del primer tren de olas al país.
El gobierno informó que de momento no se reportaron daños.
Gran terremoto en Kamchatka
Uno de los terremotos más potentes registrados hasta ahora, que azotó el extremo oriente de Rusia, provocó este miércoles un tsunami con olas de cuatro metros y alertas de evacuación a lo largo de la costa del Pacífico, desde Japón hasta Ecuador.
El sismo de magnitud 8,8 se produjo a las 23:24 GMT del martes a una profundidad de 20,7 km, a 126 km de la costa de Petropávlovsk-Kamchatski, capital de la península rusa de Kamchatka, informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
A pesar de ser el más fuerte desde 2011, cuando 15.000 personas murieron en Japón, el sismo provocó solo heridas leves y daños limitados, según las autoridades.
Sin embargo, más de una docena de países, desde Estados Unidos a Perú, pasando por México y Colombia, emitieron alertas de tsunami y millones de residentes fueron llamados a evacuar sus hogares.
Para las 18:00 GMT del miércoles, muchos las habían cancelado o rebajado, pero una franja de la costa del Pacífico sudamericano permanecía bajo alerta.
En Ecuador, “en la región Insular ya se registraron olas de hasta 1,3 metros, mientras que para la costa continental se prevén alturas de hasta 1 metro”, informó el instituto oceanográfico de la Armada.
En las islas Galápagos, a 1.000 km del continente, se cerraron los parques nacionales y se desalojaron playas, muelles y zonas bajas.
“Como residentes aquí, sentimos mucho miedo: hay una sensación de incertidumbre; realmente no sabemos qué va a pasar”, dijo Patricia Espinosa, de la isla Isabela, donde los habitantes fueron trasladados a lugares más altos.
- Fuente: AFP
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Una mujer pidió auxilio al 911, tras ser amenazada con puñal frente a sus niños
Ciudad del Este. Agencia Regional.
Agentes policiales de la Comisaría 24, del barrio Puerta del Sol de Hernandarias, acudieron de urgencia a una vivienda desde donde una mujer realizó una terrible denuncia: amenazada con cuchillo por su concubino, se encerró en el baño con sus dos hijos menores, para pedir socorro al Sistema 911 de la Policía Nacional. Pero, el hombre tiró la puerta a golpes e intentó estrangularla frente a los niños.
El hombre, de 27 años, en estado de ebriedad, fue aprehendido. Ocurrió hoy a las 00:30, aproximadamente, en una vivienda del barrio San Cayetano de Hernandarias. La víctima tiene 26 años y es madre de dos niños. La misma, luego de la intervención policial ratificó su denuncia.
Personal de la comisaría a cargo del subcomisario Edgar Valenzuela acudió a la casa, ante el pedido de la mujer y la misma relató lo sucedido. Dijo que, poco antes del hecho, se encontraban en la casa de sus suegros, ubicada en el mismo barrio, donde su concubino estaba ingiriendo bebidas alcohólicas con sus familiares.
Siguió contando que mantuvo una discusión con él y, por ese motivo, la mujer se retiró del lugar llevando con ella a sus dos hijos menores, con destino a su domicilio. Acto seguido, el hombre llegó a la casa y se dirigió a la cocina, donde tomó un arma blanca (cuchillo) y empezó a proferir palabras irreproducibles contra su concubina, además de amenazarla con atentar contra su vida.
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La mujer, temerosa, se encerró con sus dos hijos en el baño para solicitar ayuda vía telefónica, al Sistema de Emergencia 911. Sin embargo, el hombre habría tirado la puerta a patadas y en forma inmediata sujetó a la víctima del cuello, con intenciones de estrangularla, pero la víctima pudo zafarse de su agresor para correr de la casa junto con sus niños.
En ese momento llegó el personal policial, ingresó a la vivienda y procedió a la aprehensión del hombre en flagrancia. No obstante, el mismo intentó correr, se resistió y a la fuerza fue esposado por los agentes policiales, según lo reportado por la comisaría de Hernandarias. Todo lo ocurrido supuestamente, es en base a la denuncia hecha por la víctima.
El hombre quedó detenido en la sede policial tras el paso por el hospital para su diagnóstico médico de rigor. El fiscal que investiga el caso es Víctor Adolfo Santander.
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