La Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Asunción (FIUNA) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) trabajan desde hace meses en proyectos de fabricación de respiradores artificiales, con el objetivo de que estos sean utilizados en unidades de terapia intensiva (UTI) con pacientes COVID-19.

Pese a que estos prototipos de pulmones artificiales se hayan creado hace ya varios meses y se hayan presentado a la Dirección de Vigilancia Sanitaria, estos nunca fueron evaluados y mucho menos certificados para su uso en humanos, mientras se siguen comprando del exterior a precios sobrefacturados por las autoridades, según denuncian.

“Estuve trabajando en un proyecto de investigación y desarrollo de respiradores. Estamos trabajando con la FIUNA y el Conacyt para que esos respiradores puedan ser validados y certificados en Paraguay con la ayuda de la Comisión de Ciencia y Tecnología. Necesitamos unos fondos para poder finalizar la certificación de esos equipos y que puedan ser utilizados por el Ministerio de Salud. Es triste ver la sobrefacturación de esos respiradores, mientras que nosotros a puro pulmón estamos desarrollando esos dispositivos, que son muy necesarios para equipar a los hospitales y salvar vidas”, expuso William Toledo, ingeniero desarrollador de sofware y voluntario del sector privado.

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Agregó que urge la certificación por parte del Ministerio de Salud de Paraguay, ya que el prototipo sigue los estándares internacionales con todo el rigor científico. De acuerdo a Toledo, este respirador en específico sigue las normas europeas y las de la FDA de Estados Unidos (Administración de Medicamentos y Alimentos, por sus siglas en inglés).

En este contexto, investigadores y voluntarios lamentan que teniendo la posibilidad de fabricar estos pulmones artificiales, las autoridades los compran a precios abultados, sin dar oportunidad a la industria nacional y a las instituciones locales que ofrecen su ayuda.

“Dos meses después de la declaración de pandemia ya se tenían los prototipos de respiradores artificiales basados en el respirador manual Ambú, que se utiliza en las emergencias, también se crearon respiradores más avanzados para el uso en hospitales, en UTI. Con esto tuvimos el apoyo de empresas nacionales que empezaron a desarrollar e hicieron fuertes inversiones en ello”, relató a La Nación.

Todo lo que crearon en el marco del desafío planteado por Conacyt a investigadores e ingenieros del país se encuentra ahora en proceso de evaluación, validación y certificación. Sin embargo, denuncian el total desinterés por parte del Ministerio de Salud, específicamente de Vigilancia de la Salud, para que estos respiradores sean utilizados a nivel país.

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