El especialista en empleo Enrique López Arce lamentó que en el país, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los jóvenes de entre 18 y 19 años obtienen su primer empleo en la informalidad. Esta situación debe cambiarse ofreciendo alternativas más seguras para esta población, indicó. “De cada 100 jóvenes, 90 obtienen su primer empleo en la informalidad.
El primer contacto del joven con la informalidad es negativo, tienen ganas de salir adelante y ayudar a su familia, pero entran a empresas que al llegar fin de mes, le dicen vos vendiste 3 cosas y te corresponde G. 200 mil, pero él gastó G. 600 mil entre pasaje y comida, trabajando 10 horas diarias”, acotó en contacto con la 1140 AM.
Sobre el punto mencionó que en el país existen 100.000 paraguayos que trabajan en empresas de más de 500 trabajadores (formales) y 200.000 paraguayos que trabajan en empresas que tienen entre 100 y menos de 500 trabajadores (formales), alegando que esto debe aumentar, que más empresas amplíen sus filas para dar más oportunidades y a su vez, que más personas perciban su salario por encima del mínimo. “Necesitamos que más empresas vengan, brinden empleo y quieran pagar más de lo que contempla el mínimo, que es la base. Esto duele”, señaló.
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Las deudas con los trabajadores son la alta informalidad y la escasa protección legal
El 1 de mayo se recordó en todo el mundo el Día del Trabajador en conmemoración de los hechos históricos sucedidos en Chicago, EE. UU., en 1886, que permitieron finalmente el respeto a los derechos de los obreros estableciendo el tiempo máximo de trabajo y otras disposiciones de protección a los operarios de esa época.
Esa fecha histórica es motivo para reflexionar sobre la importancia de la contribución de los trabajadores en la sociedad y la necesidad de crear mayor cantidad de fuentes de trabajo para miles de personas que requieren una tarea adecuada para vivir con dignidad. Esto aparte de lo mucho que se tiene que hacer para que se cumplan efectivamente las leyes de protección al trabajador que en buena parte de la sociedad paraguaya sigue siendo letra muerta.
Celebrando la fecha, el presidente Santiago Peña señaló que el Día del Trabajador es un día para honrar el esfuerzo y la dedicación de cada ciudadano paraguayo. Resaltó que también hay que reflexionar sobre el valor del trabajo digno y la importancia de construir las condiciones para generar más empleos.
“Siempre dije y seguiré repitiendo que el trabajo es el mejor programa social, porque nos da la libertad de crecer sin depender más que de nosotros mismos. Nos dignifica y nos vuelve útiles para nuestras familias y nuestro país”, manifestó en un mensaje dado a conocer desde el Ejecutivo.
Prometió que desde el Gobierno seguirán invirtiendo en la formación de miles de paraguayos para acompañarlos con mejores oportunidades para su crecimiento. “Desde las escuelas hasta la culminación de sus estudios, ya sea con capacitaciones o con becas, porque estar preparado es clave”, precisó.
La preocupación del Gobierno nacional sobre la situación de los trabajadores está fundada en la realidad existente en el campo laboral, donde las personas que trabajan en su mayor parte no están debidamente protegidas como establecen las leyes, y la mayoría está en la informalidad. Un dato clave aportado por el trabajo “Desafíos de seguridad social en Paraguay” publicado en el 2023 por el Viceministerio de Economía indica que solo 2 de cada 10 personas ocupadas aportan a la seguridad social en nuestro país. La última encuesta del INE habla de que el 62 % de los trabajadores son informales y que el 36 % de todos los que trabajan gana menos del sueldo mínimo. Significa que el país se encuentra ante serios desafíos estructurales, como la elevada informalidad y la baja cobertura de seguridad social.
Por eso el jefe de Estado admitió que hay mucho que hacer y resaltó que sueña con un país donde cada paraguayo tenga un trabajo digno, con una buena remuneración, con empleos formales y un sistema de seguridad social fortalecido. “Estamos trabajando para lograrlo porque ese es nuestro compromiso con las familias paraguayas y porque esa es la mejor manera de honrar a quienes cada día, trabajando hacen un país mejor. Feliz Día del Trabajador”, remarcó en su mensaje por el Día del Trabajador.
En su historia pasada el Paraguay no se ha destacado por su reconocimiento y protección a los trabajadores, y en la actualidad existen muchas cosas pendientes. Por ejemplo, el 1 de mayo como Día del Trabajador solo se reconoció en 1902, 16 años después de los hechos de Chicago, y la jornada laboral de 8 horas recién se estableció en 1938, hace 86 años.
Por eso es importante el nivel de conciencia demostrado por las autoridades nacionales que están deseosas de mejorar la situación de los trabajadores. Una de las principales promesas electorales del presidente Peña es la creación de 500 mil nuevos puestos de trabajo para la gente, dado que el mejor premio que se le puede dar a una mujer o a un hombre es un empleo digno que cumpla todas las normas vigentes.
Los organismos estatales como el Ministerio de Trabajo y el Instituto de Previsión Social (IPS) tienen una ardua tarea para hacer que se cumplan las normas laborales y de protección social. No se puede admitir que la mayoría de la gente que trabaja continúe en la informalidad y no tenga seguro social. El sector privado debe ponerse al día en ese tema y las entidades públicas deben lograr que se cumplan las disposiciones legales.
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Día del Trabajador: los números del empleo en Paraguay
Cada 1 de mayo se conmemora el Día del Trabajador, una fecha propicia para analizar la realidad nacional en cuanto a la situación de empleo en el país, los buscadores del primer trabajo, y, por sobre todo, los desafíos que aún existen cuando se habla de condiciones laborales de calidad.
En ese sentido, el experto en empleo Enrique López Arce, en conversación con el programa “Así son las cosas”, emitido por el canal GEN y Universo 970 AM/Nación Media, destacó que existen mejorías significativas en el plano laboral en nuestro país.
Sin embargo, aseguró que aún falta mucho trabajo por hacer para que todos los que buscan y acceden a un empleo puedan hacerlo de manera formal y con las garantías necesarias.
Remarcó que, si bien la tasa de desempleo en nuestro país no es elevada, como en otros países de la región, existen circunstancias como la informalidad que aún se encuentran muy arraigadas en el escenario laboral.
Este un punto que debe ser estudiado desde las estructuras estatales de manera a buscar una forma de erradicarlo, manifestó al comentar que actualmente 430.000 trabajadores asalariados no alcanzan el salario mínimo.
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“Paraguay tiene 468.000 personas ocupadas en el sector primario. En el sector secundario son 215.000 trabajadores; en la construcción existen 313.000 personas; en la industria, en el sector terciario tenemos 855.000 personas ocupadas; en el sector comercio 748.000 personas ocupadas y en el sector servicios estamos hablando de 330,000 personas en todo lo que tiene que ver con trasporte, sector financiero y cooperativo”, comentó Enrique López Arce.
Señaló que en el sector público se pueden contabilizar un total de 227.000 asalariados, mientras que en el sector privado se registran 166.000 empleados.
En cuanto a los cuentapropistas hablamos de un total que asciende a las 900.000 personas, y en el sector doméstico existen 214.000 empleados.
Números que duelen.
“Lo que más duele creo que es el acceso al primer empleo, donde de cada 10 buscadores de empleo, 8 van a tener su primer contacto laboral, pero sin las condiciones de seguridad mínimas que establece la ley”, indicó.
Explicó que esto quiere decir que, “a lo mejor, ese joven no va a ganar el salario mínimo, le van a hacer trabajar 8 horas, pero le van a pagar solo comisión o no va a tener IPS”, explicó López Arce.
El especialista subrayó que, si bien se han mejorado ciertos números en materia de acceso al primer empleo, aún no es suficiente para hablar de una mejora en la calidad laboral, que es lo más importante.
Reveló que actualmente 430.000 trabajadores asalariados no alcanzan el salario mínimo, situación aflora en especial en zonas rurales donde los patrones pagan por jornada trabajada.
“Ahora mismo, el 63% de los trabajadores no tiene seguridad médica ni jubilación y cuando nos vamos a diferenciar eso, por sexo y género, empeora. Según los datos, 8 de cada 10 mujeres trabajadoras no tienen seguridad social” explicó Enrique López.
En cuanto a los buscadores de empleo, manifestó que la tasa de desempleo abierto, la cual se centra especialmente en aquellas personas que activamente están buscando empleo, es del 5,6 % que serían aproximadamente 162.275 personas.
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Trabajo de calidad es una “deuda urgente” en América Latina, según informe del BID
Cuando este 1 de mayo se celebra el Día Internacional de los Trabajadores, un contundente informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) revela que a pesar de que en América Latina y el Caribe hay empleo, sin embargo, destaca que “es urgente aumentar su calidad”, más aun teniendo en cuenta que la última edición del Índice de Mejores Trabajos de la organización internacional coloca a la calidad del empleo en la región en 41,2 en una escala del 1 al 100.
La misma fuente agrega que el estudio realizado incluye recomendaciones de políticas para mejorar la calidad del empleo cultivando y fortaleciendo las habilidades de la fuerza laboral, entre otras.
Por si fuera poco, el documento también evidencia un hecho de injusticia: las mujeres de América Latina tienen empleos de peor calidad que los hombres con una brecha de 16 puntos en el Índice de Mejores Trabajos.
La informalidad
A pesar de todos los avances sociales y laborales conquistados en las últimas décadas, aun falta mucho por lograr teniendo en cuenta que según las cifras casi un 55 % de los trabajadores de América Latina y el Caribe tiene un empleo informal, sin contrato ni cobertura de seguridad social, y 3 de cada 10 no alcanzan a tener los ingresos necesarios para superar el umbral de la pobreza, esto según la más reciente edición del Índice de Mejores Trabajos del BID, que cada dos años mide la calidad y cantidad del empleo en América Latina.
El estudio que abarca datos para 17 países de la región indica que el 70 % de las personas en edad productiva trabajan, pero con el índice la calidad del empleo es apenas de 41,2 sobre 100. “La dimensión de calidad del índice está compuesta por los indicadores de formalidad laboral y suficiencia salarial para superar la pobreza”, reza el dossier.
“Si bien la dimensión de calidad del Índice se ubica en su nivel histórico más alto desde 2010, su bajo nivel promedio subraya la urgencia de mejorar la calidad del empleo en la región. El Índice de Mejores Trabajos 2024 también refleja importantes brechas en los mercados laborales de la región. Las mujeres de América Latina tienen empleos de peor calidad que los hombres con una brecha de 16 puntos en el Índice de Mejores Trabajos. A su vez, los jóvenes de la región tienen empleos de peor calidad que los adultos con una brecha de 15 puntos en esa dimensión del Índice de Mejores Trabajos.
Grandes brechas
A continuación el informe deja en claro que los países con puntajes elevados en el Índice global presentan las mayores brechas en esos grupos vulnerables. Costa Rica, por ejemplo, que ocupa el número tres en el ranking de la última edición del Índice de Mejores Trabajos, presenta a la vez una de las mayores brechas de género y la menor brecha entre adultos y jóvenes en la región. Uruguay, por su parte, lidera en el Índice de Mejores Trabajos en la región, pero presenta la brecha más grande de calidad y cantidad entre adultos y jóvenes.
Para Laura Ripani, jefa de la División de Mercados Laborales y Seguridad Social del BID, “en una región en la que 70 % de las personas dependen exclusivamente de su trabajo para vivir y mantener a sus familias, la calidad del empleo tiene que aumentar rápidamente. Eso significa generar y conectar a más personas con más empleos formales que les permitan ahorrar para el retiro y tener coberturas de seguridad social frente a riesgos”.
Evolución de la calidad del empleo
En el estudio, según el informe Índice de Mejores Trabajos 2024, la evolución de la calidad del empleo ha sido lenta desde 2010 y, al ritmo actual de crecimiento, llegar a unos 70 puntos tomaría casi 48 años. La dimensión de cantidad ha tenido un comportamiento más o menos estable con una caída en 2020 producto de los efectos de la pandemia en el empleo, recuperándose para 2022.
Recomendaciones
Algunas de las soluciones e iniciativas que impulsa el BID para aumentar la calidad del empleo en la región se refieren a equipar al capital humano con habilidades alineadas a las necesidades de talento de los sectores productivos de cada país, promover el empleo formal con menores costos haciendo universal parte de la seguridad social, e impulsar el acceso a empleos fortaleciendo los servicios públicos de empleo
“En Bolivia, por ejemplo, el Programa de Apoyo al Empleo ha facilitado el acceso a empleos de calidad en empresas a más de 50.000 personas trabajadoras, la mayoría mujeres y jóvenes, con capacitaciones laborales en planta”, refiere el informe.
Indicadores
El Índice de Mejores Trabajos es una de las herramientas del BID para identificar las áreas de oportunidad para desarrollar e impulsar la productividad en América Latina y el Caribe. Evalúa cómo son los empleos de los países a través de dos dimensiones: cantidad y calidad.
La dimensión de cantidad está compuesta por dos indicadores: la tasa de participación laboral y la de ocupación. La de calidad se construye con las tasas de formalidad y de trabajos con salario suficiente para superar la pobreza. Así, el índice es la media ponderada de estos cuatro indicadores y sus puntuaciones van de 0 a 100. Para que un país obtenga 100 puntos, todas las personas que participan en la fuerza laboral deben estar empleadas con un trabajo formal que les aporte un salario suficiente.
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Paraguay y EE. UU., comparten problemática de formalización
En un reciente conversatorio llevado a cabo en el país, se presentaron las principales problemáticas que enfrenta Paraguay para la formalización, las cuales principalmente radican en las trabas burocráticas y en la comprensión institucional de toda la dimensión de vulnerabilidad del segmento informal.
Estos aspectos son compartidos en similitud de dilemas que atraviesan en Estados Unidos, conforme las conclusiones del conversatorio “Formalizar para incluir”, organizado por Prodesarrollo y Mentu, en el marco de una serie de actividades llevados a cabo por prestigiosos académicos de la Universidad de Columbia (NY).
El encuentro contó con la ponencia de José Luis Vallejos, profesor de Columbia NYC y cofundador de Ecosistema Urbano en Madrid, acompañado de referentes nacionales que presentaron los casos a nivel local. Coincidieron igualmente en que la informalidad laboral es una situación de exclusión que aqueja a las sociedades alrededor del mundo.
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Problemática compartida
Y, si bien, Estados Unidos y Paraguay son países con niveles de ingresos macro muy distantes, comparten esta problemática de grupos poblacionales que no pueden desarrollar todo su potencial al perderse de las oportunidades que ofrece el trabajo formal.
Específicamente, los puntos en común se encontraron entre las ciudades de Nueva York y Asunción, y la más importante es que la informalidad y la exclusión en ambos territorios se deben principalmente a los factores externos señalados, como la burocracia y la falta de comprensión de la vulnerabilidad por parte de las instituciones.
Concretamente en Paraguay, los obstáculos están presentes en elementos que en realidad tendrían que facilitar los procesos, con aspectos tan sencillos actualmente como el acceso a internet, la necesidad de asistir presencialmente para completar los trámites de formalización.
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Excesivos costos
También se encontraron costos excesivos de impresión de facturas y las deudas generadas por el desconocimiento de los emprendedores sobre las responsabilidades tributarias, incluyendo la pérdida de contraseñas y datos de inscripción al sistema tributario y, sobre todo, la pérdida de la protección social al inscribirse al RUC.
En el caso de Estados Unidos, las dificultades presentadas fueron las exigencias muy elevadas para la concesión de permisos a pequeños comerciantes. La gran diferencia es que en la economía americana, la actividad informal afecta a las minorías, mientras que en Paraguay es una característica de la ocupación de alrededor del 60 % de la población.