En una esquina tranquila del centro de Asunción, el aroma del café recién molido marca el inicio de cada mañana. Se trata de un emprendimiento de tan solo un mes que está conquistando a los amantes del café de especialidad.
Su nombre, bastante particular, Perro Blanco, honra a Billie, la perrita de los emprendedores, Cesia y Sebas. Este pequeño pero encantador café urbano está ubicado sobre Iturbe y Manuel Domínguez.
El lugar, donde cada detalle transmite calidez y autenticidad, fue inspirado por Billie, quien recibe a los clientes desde el balcón de la propiedad. “Queríamos un lugar que tenga corazón, que hable de lo que amamos: el arte, la gastronomía y, por supuesto, el buen café”, cuentan sus fundadores.
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El emprendimiento ofrece un café para disfrutar al paso o desde el auto, está pensado para quienes buscan una pausa en medio del ritmo de la ciudad. Entre las opciones favoritas del público se encuentra la mezcla de naranja con café (dos shots de espresso), una bebida intensa y cítrica que muchos ya adoptaron como su preentreno ideal.
“Es diferente, energizante y deliciosa”, coinciden los clientes que ya hicieron de este rincón su parada diaria de lunes a viernes, de 07:30 a 12:00. Los precios varían desde G. 10.000 hasta G. 15.000.
Además de su barra fija, ofrecen un servicio de barra móvil para eventos, llevando su pasión por el café a ferias, lanzamientos y celebraciones privadas. La propuesta de Cesia y Sebas demuestra que cuando hay historia, pasión y buen café, el éxito no tarda en llegar.

