Pese a que el 2023 comenzó con buenas estimaciones para la producción de soja, estuvo marcado por el retraso en el inicio de la cosecha a consecuencia de problemas climáticos. Esto determinó que el primer mes del año sea un mes perdido para la industria aceitera, puesto que el procesamiento alcanzó solo el 2%, según explicaron desde la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro).

Al mes de enero se procesaron 7.110 toneladas de soja, el menor registro para un primer mes del año desde que el gremio inició con sus estadísticas en el 2008, situación que se da tras el peor año de toda la historia para la industria aceitera nacional. Incluso, a diferencia de lo que ocurre habitualmente, la soja molida no fue la materia prima más procesada por las aceiteras, cediendo temporalmente su lugar a la canola, mencionaron.

Comparando este volumen con el promedio del mismo periodo en los últimos tres años la caída en el procesamiento arrojó un 88%. Para los próximos meses el sector espera que los volúmenes vayan aumentando conforme se disponga de un mayor volumen de materia prima. No obstante, no se daría un repunte demasiado significativo en la utilización de no generarse mayores políticas públicas, con lo que estiman que se volvería a registros de capacidad ociosa en torno al millón de toneladas por año.

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Actualmente, la capacidad instalada para el procesamiento es de más de 4,2 millones de toneladas por año. Foto: Archivo.

Un flojo inicio

Desde el gremio catalogaron un inicio del año bastante lento para la agroindustria a consecuencia del clima que determinaron el retraso de la cosecha desde su época habitual, imposibilitando que las industrias aceiteras cuenten con la materia prima disponible para volver a operar en condiciones normales extendiendo el periodo de paro que ya se venía registrando en el 2022.

Actualmente, la capacidad instalada para el procesamiento es de más de 4,2 millones de toneladas por año. Entre el 2019 y el 2021, que fueron los últimos tres años cerrados antes de la sequía, la industria dejó de utilizar, en promedio, más de 1,08 millones de toneladas, según mencionaron. “Por más que se tengan buenas cosechas, si no se cambian las condiciones de competitividad, la industrialización se mantendrá estancada en torno a los 3 millones de toneladas”, puntualizaron.

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