Destacan esta aventura que se puede realizar en familia para conocer los lugares más hermosos de nuestro país y tener una conexión con la naturaleza. Foto: Gentileza.
PYOV, una experiencia única para conocer nuestro país a bordo de vehículos todoterreno
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PYOV nació de una pasión por el off-road, la aventura y las ganas de explorar más allá del horizonte. Caco Insfrán, Keko Saguier y todo el equipo de PYOV van documentando sus aventuras para compartir con el mundo lo que significa para ellos el overlanding en el Paraguay.
Además, son proveedores de equipamiento, accesorios, mecánica y herrería, componentes que son muy útiles a la hora de salir de aventura por algunos de los puntos más remotos del país. En conversación con La Nación, el gerente comercial de PYOV, Sergio “Keko” Saguier, nos comentó un poco más de lo que significa para ellos dedicarse a esta gran pasión que terminó convirtiéndose en un emprendimiento de muy buena aceptación, que inclusive cuenta con su espacio televisivo que va por el canal GEN - Nación Media, todos los domingos de 19:30 a 20:30.
Comenzó señalando que “el overlanding se denomina a lo que sería la aventura, el camping, salir de la ciudad buscando caminos off-road, o sea caminos de tierra, aventurarse con todo lo que implica el encuentro con la naturaleza, cocinar al aire libre, visitar arroyos y acampar alrededor de los mismos. Se diferencia del off-road específicamente en que no se limita al deporte motor en sí, sino que incluye eso, pero además la vida en el campo, el contacto con la naturaleza, la experiencia general de poder recorrer caminos remotos a bordo de vehículos todoterreno, como lo hacemos nosotros”.
PYOV utiliza para sus recorridos por el país de forma exclusiva vehículos de la marca Toyota, específicamente de su modelo Land Cruiser. Foto: Gentileza.
Viajes registrados en redes
Agregó que en cuanto a los tours que organizan, tienen como meta hacer toda la frontera del Paraguay; ya recorrieron los hitos de punta a punta, todo el Pilcomayo, lo cual se puede ver en el canal de YouTube, donde van actualizando con videos de experiencias, tutoriales, reviews de accesorios que fueron probando en sus viajes y mucho más.
“El último programa que hicimos, alrededor de Ñeembucú, fue con la idea de llegar donde se unen los ríos Paraguay y Paraná, donde se unen las aguas verdes del río Paraná con las aguas marrones del río Paraguay”, detalló.
Continuó diciendo que “todo requiere de técnicas y prestaciones del vehículo, pero para eso nosotros ofrecemos asesoramiento y todo lo que se necesita para tener los mismos a punto y en ese sentido trabajamos específicamente con la marca Toyota, con su modelo Land Cruiser, por el simple hecho de que son vehículos que cuentan con una mecánica muy sencilla”. Para más información sobre sus actividades, se los puede encontrar en el Instagram como @pyoverland, y en YouTube mediante su canal PYOV 4WD.
Comentó que tienen un calendario que estarán siguiendo a lo largo del año, que incluye al Salto Suizo, Corateí y Pilar, que es como un epicentro. “Hay mucho para hacer en los alrededores”, refirió. “Está en nuestros planes dar toda la vuelta completa al Paraguay a lo largo de todas sus fronteras, pero además vamos haciendo tours internos que no son necesariamente próximos a fronteras internacionales, ya lo hicimos en la zona de Colonia Independencia, en el centro del Chaco y muchos otros lugares más”, señaló.
También adelantó que seguirán teniendo viajes al Chaco, específicamente a los hitos, algo que es solicitado por los clientes, pero aclaró que serán tours que llevan aproximadamente una semana porque el camino es bastante agreste.
“Eso sería en cuanto a los tours, pero también tenemos y hacemos clínicas de off-road, ya que tenemos un circuito privado en Pirayú, en donde en un trazado con distintos tipos e intensidades de terreno le vamos capacitando a la gente para lo que es el overlanding, lo cual va desde qué presión usar en los neumáticos hasta cómo utilizar los respiraderos y snorkels, además de las medidas de seguridad a tener en cuenta siempre”, dijo.
GEN - Nación Media es el canal del overlanding, todos los domingos de 19:30 a 20:30. Foto: Gentileza.
El pangolín es el mamífero más traficado del mundo
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Washington, Estados Unidos. AFP.
Estados Unidos decidió reforzar la protección federal de todas las especies de pangolines, los únicos mamíferos de piel escamosa y los que sufren más tráfico ilegal en el mundo. Presentes en las selvas, bosques y sabanas de África y Asia, los pangolines son pequeñas criaturas nocturnas conocidas por su peculiar aspecto, su lentitud, su comportamiento pacífico y su costumbre de hacerse un ovillo cuando se sienten amenazados.
Utilizan sus largas y pegajosas lenguas para alimentarse de hormigas y termitas y tienen una sola cría al año. Sus escamas de queratina son codiciadas en la medicina tradicional, y su carne también se considera un manjar en algunas regiones. A pesar del declive de su población debido a la caza furtiva, la pérdida de hábitat y la endogamia, sólo una especie, el pangolín de Temminck de África, está protegida por la Ley de Especies Amenazadas de Estados Unidos.
La propuesta presentada este lunes por el Servicio de pesca y vida silvestre de Estados Unidos extendería ese estatus a las ocho especies conocidas. La agencia se propone incluir en la lista a las cuatro asiáticas (pangolín chino, indio, de Sunda y filipino) y las otras tres africanas: pangolín de vientre blanco, de vientre negro y pangolín gigante.
“Estoy encantada de que Estados Unidos ponga de su parte para salvar a estas adorables y extrañas criaturas”, declaró Sarah Uhlemann, directora del programa internacional del Centro para la Diversidad Biológica. “Los pangolines están en el filo de la navaja de la extinción y tenemos que cerrar por completo cualquier mercado estadounidense de sus escamas. No hay ninguna buena razón para que nadie ingiera ninguna parte de un pangolín”, sostiene en un comunicado.
Los pangolines están actualmente protegidos por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), que prohíbe el comercio internacional con fines comerciales y sólo lo permite en circunstancias excepcionales. Pero el tráfico ilegal persiste.
En abril, las autoridades nigerianas se incautaron de casi cuatro toneladas de escamas de pangolín traficadas, lo que equivale a unos 2.000 animales sacrificados. En noviembre, Indonesia interceptó otras 1,2 toneladas. La demanda estadounidense sigue siendo un factor. Entre 2016 y 2020, los funcionarios de fronteras interceptaron 76 envíos de partes de pangolín, incluidas escamas y productos comercializados para la medicina tradicional, según datos oficiales.
Cerro Vera, una de las grandes vistas del paisaje paraguayo
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Jorge Zárate
jorge.zarate@nacionmedia.com
Fotos: Jorge Jara
Para llegar al mirador del cerro Vera de Acahay, departamento de Paraguarí, se recorren senderos de bella vegetación, entre la que se destacan los caraguatás de gran tamaño, las flores silvestres, el aire de gran pureza. Recorriendo el área se pueden avistar los cerros vecinos, los campos preparados para cultivos, mirar la vida desde sus 348 metros de altura. Aquí un acercamiento a sus paisajes y características geológicas en la mirada de una especialista.
Los yryvu hu despliegan su plumaje negro, brillantes al sol. Parecen custodiar el paisaje imponente, el mbokajaty que se despliega en el valle y se trepa a los cerros; el camino de piedra y tierra colorada que se ve como un sendero desde la altura.
Trepar, subir la montaña, desde que el hombre es tal, tiene efectos terapéuticos, ayuda a valorar esfuerzo y consecución. Cuando se corona una cima, algo cambia para bien.
Ubicado a 130 kilómetros de Asunción, se encuentra en la compañía Pintos, de Acahay, y es uno de los espacios preferidos por jóvenes aventureros y viajeros que buscan adentrarse en el paisaje nacional.
Esta situación puede verificarse en las redes sociales, donde en pequeños videítos la gente se filma subiendo el cerro, acampando, en caminatas en familia, inclusive escalando, practicando montañismo.
ACCESO
Desde la capital se puede llegar a velocidad promedio en dos horas y media hasta el punto de entrada, que está sobre la ruta PY-18, en el tramo que une Acahay con La Colmena. El ingreso está indicado por un pequeño cartel que dice “Cerro Vera-Rubio Ñu”, aunque para más precisión se puede buscar en internet como “Entrada al cerro Vera” y obtener la guía de navegación y el mapa que lleva hasta el sitio.
Una vez allí, hay dos maneras de acceder. Se puede ir con vehículo familiar hasta un estacionamiento y después seguir la travesía a pie o, si se dispone de un 4 x 4, avanzar en un camino algo difícil que acerca hasta el mirador.
LA INMENSIDAD
Las rocas, la formación del cerro tienen una historia especial. Dice la geóloga Ingrid Godoy: “La verdad que es muy impresionante, siempre sorprende y hay cosas nuevas que nos dan una visión de lo pequeños que somos y de lo mucho que tenemos que aprender de lo impresionante que es la naturaleza”.
Lo hace mientras explica los pilancones, una formación especial que se avista en el mirador del cerro, suerte de pequeñas piletas que acumulan agua de lluvia y, al verlas desde cierta distancia, asemejan un rostro, una máscara.
“Es un ejemplo muy bueno de la fuerza de la naturaleza, del transcurrir del tiempo, porque eso se va formando por granitos de arena que se quedan en un hueco en la roca y con el paso del tiempo con ayuda del agua y del viento van puliendo la roca hasta formar oquedades que posteriormente forman estas piletas naturales”, indica.
Ingrid Godoy, geóloga. Foto: Jorge Jara
VEGETACIÓN
Las piedras tienen unas manchas muy particulares. “Son un tipo de alga llamadas líquenes que se forman en ambientes de aire puro, ya que no podemos encontrar en ambientes con aire contaminado. Entonces, eso ya es una característica de cierto tipo de lugares nada más y la vegetación también. Como estas son rocas que acumulan agua, entonces de a poquito las algas mismas van a ir evolucionando y dando origen a esta vegetación que vemos acá”.
También el verde hace su trabajo en la elevación. “La vegetación forma otro tipo de erosión, que es la meteorización biológica. Así se dice cuando las plantas mismas se van enraizando, van rompiendo la roca y formando de repente un poco de suelo también sobre los cerros”, comenta.
Allí desde el mirador se pueden apreciar dos formaciones erigidas en vertical que se escindieron del cerro Vera por obra de la erosión. “Estos son unos inselberg o iceberg de roca”, cuenta Godoy. “Aquí cerca tenemos el cerro Pa’û, donde por la erosión se fue construyendo ese paso que lo identifica, pero en este caso las formaciones quedaron un poco más alejadas”, dice.
Sobre ellos y entre las grietas vuelan y se posan los yryvu con gran señorío, se les admira la perspectiva, que apenas podemos imitar con el vuelo del drone con las imágenes de esas paredes de areniscas con cuarzos que el sol pone a brillar y que le dieron nombre a este bello cerro Vera.
UNA PRESENCIA DE MILLONES DE AÑOS
El cerro Vera está formado por areniscas del Ordovícico, característica del bloque Cordillerita y para adquirir su forma actual fueron necesarias erosiones tectónicas, fluviales y también eólicas, cuenta la geóloga Ingrid Godoy, de Geopetram E.A.S.
“Fue formado por erosión estructural, por el evento que dio origen al rift de Asunción”, una acumulación importante de sedimentos que ocurrió en el Mesozoico, hace 60-65 millones de años aproximadamente. Aunque las rocas “sobre las que estamos parados tienen una formación de entre 440 y 480 millones de años aproximadamente”, explica.
“A este tipo de estructura se le llama tepuy, una clase de meseta especialmente abrupta, con paredes verticales y cimas relativamente planas y es parecida a la del monte Roraima en Venezuela. La diferencia es que allá tiene rocas precámbricas, pero acá en el cerro Vera lo que tenemos son rocas de edad ordovícica”.
SEDIMENTACIÓN
Las areniscas ordovícicas, rocas sedimentarias, se forman en ambientes marinos a través de la acumulación y compactación de sedimentos arenosos, que luego son cementados. “O alguna vez estuvieron bajo el mar y se elevaron o la erosión fue cavando los valles”, cuenta la especialista.
El Ordovícico es el segundo sistema y período del Paleozoico en la escala temporal geológica. Sucede al Cámbrico y antecede al Silúrico. Comenzó hace unos 487 millones de años y terminó hace unos 443 millones de años. Debe su nombre a la tribu celta de los ordovicos, que vivieron en el centro y norte de Gales, lugar donde el geólogo inglés Charles Lapworth identificó este sistema en 1879.
Sigue contando Godoy que el cerro Vera está compuesto de “areniscas feldespáticas que tienen mucho mineral de feldespato, son mayormente cuarzosas de óxido de sílice, pero también tienen mucho contenido de feldespato, que es lo que le da una coloración anaranjada y también podemos encontrar de repente zonas arcillosas, capas de areniscas intercaladas con arcilla. Minerales más duros como hierro en estas formaciones no hay”.
Apunta que a pesar de ello “pueden tener algunas concreciones de hierro, de manganeso, pero a nivel superficial, no como parte de la composición de la roca”.
El cerro Vera vendría a ser una “colita” de las formaciones que se aprecian en Cordillera: “Es como una continuación hacia el sur de lo que es la cordillera. En algún momento capaz estuvieron unidos, pero por los eventos estructurales, ya sean fallas o fracturas, se separaron”, sostiene.
ALTO INTERÉS TURÍSTICO
Todavía está pendiente la declaración de reserva natural y de interés turístico del cerro Vera desde su acceso hasta la cima, que facilitaría el acceso al sitio. Hubo acciones en este sentido desde la intendencia de La Colmena, iniciativas a nivel departamental en Paraguarí, pero también se busca interesar a los legisladores nacionales para avanzar en este tema.
La declaración de monumento natural sería una forma de proteger la vegetación y la fauna del lugar, una calidad que ya tiene el cerro Acahay, lo que daría más herramientas al Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) para custodiar el lugar.
Unas decenas de hectáreas del cerro son de propiedad privada y en algún momento se llegó a prohibir el acceso a visitantes, situación que hoy en día no se da.
Vale recordar que el Código Civil Paraguayo, en su artículo 1898, indica: “Son bienes del dominio público del Estado:
a) las bahías, puertos y ancladeros; b) los ríos y todas las aguas que corren por sus cauces naturales, y estos mismos cauces; así como las aguas subterráneas c) las playas de los ríos, entendidas por playas las extensiones de tierras que las aguas bañan y desocupan en las crecidas ordinarias y no en ocasiones extraordinarias; d) los lagos navegables y sus álveos; y e) los caminos, canales, puentes y todas las obras públicas construidas para utilidad común de los habitantes. Los bienes del dominio público del Estado son inalienables, imprescriptibles e inembargables”.
Como se lee, el mismo no incorpora a los cerros, por lo que debería darse un tratamiento legislativo especial para garantizar el disfrute público del lugar de manera sostenible y respetuosa con el entorno.
Producción de papa nacional llega a 14 departamentos del país, informó MAG
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El titular del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), Carlos Giménez, destacó que la producción de la papa nacional alcanza casi el 80 % del territorio nacional, produciéndose en 14 departamentos del país. Indicó que es un rubro muy importante para el departamento de Paraguarí, principalmente para el distrito de La Colmena, donde este sábado se realizó el lanzamiento de la zafra 2025.
En el acto de lanzamiento del Plan de Apoyo a la Producción de Papa, el secretario de Estado ratificó el compromiso con los productores para que este año se puedan triplicar la producción. “El año pasado producimos 3 millones de kilos y, para este año, la proyección que tenemos es llegar a los 9 millones de kilos”, enfatizó Giménez.
Asimismo, resaltó la firme voluntad del Gobierno para que al momento de comercializar los productos tengan la oportunidad de vender a buenos precios y por sobre todo la papa que es un rubro en el cual se cuenta con un precio estable.
Expansión sostenida
El ministro comentó que este rubro esencial, que antes se concentraba principalmente en los departamentos de Paraguarí y Guaira, ahora se cultiva en 14 departamentos del país: Paraguarí, Guairá, Itapúa, San Pedro, Ñeembucú, Caazapá, Amambay, Central, Concepción, Cordillera, Caaguazú, Misiones, Alto Paraná y Canindeyú.
“Esta expansión representa un incremento del 80 % en la superficie cultivada, pasando de 327 a 583 hectáreas, y ha permitido más que duplicar la producción, alcanzando 8.756.732 kilogramos de papa nacional”, informó.
Mencionó que, con el Plan de Apoyo a la Producción de Papa Nacional, se generan nuevas oportunidades de desarrollo para unas 2.800 familias productoras, al tiempo de avanzar hacia una mayor independencia del mercado externo.
Actualmente, la demanda nacional de papa asciende a 43.000 toneladas anuales, mientras que la producción local solo alcanza 7.635 toneladas. Esta brecha de 35.565 toneladas es cubierta a través de importaciones, principalmente desde Argentina.
“Estamos de fiesta”
En tanto que la gobernadora de Paraguarí, Norma Zarate, celebró la ayuda directa del Gobierno que supera los 10.000 millones de guaraníes en favor de cuatro distritos, para fortalecer la tarea de los productores. “Hoy estamos de fiesta, celebramos esta ayuda que reciben nuestros guapos y sacrificados productores”, resaltó.
A su turno, Eriberto Colmán, representante de los productores de papa y cebolla de Paraguarí, señaló que el trabajo interinstitucional ha sido clave para iniciar el proceso tempranero. “Estamos trabajando mucho mejor y eso es muy importante”, subrayó, pidiendo que se sigan reforzando los controles para hacer frente al contrabando, flagelo que golpea al sector.
El intendente de La Colmena, Sergio Galeano, destacó la llegada oportuna de las semillas para trabajar de la mejor manera posible la siembra. Sobre el punto, comentó que el beneficio llega 400 familias en La Colmena y más de 1.700 en todo el noveno departamento.
Cerro Kõi: monumento natural que conserva una joya geológica
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Jimmi Peralta
Fotos: Jorge Jara
A menos de 30 km de Asunción se erige el monumento natural cerro Kõi y cerro Chororî, en pleno acceso a la ciudad de Areguá. Tras la suspensión de las actividades extractivas, fue declarado santuario natural para la conservación y protección de especies silvestres y de los remanentes de las areniscas columnares que constituyen su geología.
El área silvestre protegida de dominio del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) incluye en su extensión a los cerros Kõi y Chororî, que desde el 23 de junio de 1993, por ley 179, ostentan la condición de monumentos naturales por sus características geológicas y su biodiversidad.
La zona protegida tiene una extensión de 17 hectáreas y está dividida en dos bloques: el primero incluye las elevaciones del Kõi, que es de 12 hectáreas, en tanto que la otra parcela se extiende por cinco hectáreas e incluye el Chororî.
“En un mes vienen más de 1.000 personas aquí en promedio. Hay gente que viene por ejemplo solamente para subirse al cerro, a hacer alpinismo, subirse a mirar, pero hay también gente, la mayoría, que está interesada en apreciar lo que es la formación geológica”, comenta el guardaparque Adrián Chaparro, quien desde hace dos años presta servicio en el territorio protegido.
Adrián Chaparro, guardaparque
“El cerro Kõi es un sitio de interés científico, ya que presenta formaciones geológicas relativamente raras. Se caracterizan por columnas poligonales que se crean a través de procesos geológicos específicos y por el tipo de roca en donde se forman estas estructuras”, explica el geólogo Hugo Ayala, quien desarrolla una actividad investigativa y divulgativa respecto a lo que se conoce como geositios, abordando también la perspectiva turística.
ACTIVIDAD EXTRACTIVA
Ambos cerros corrieron igual suerte que elevaciones como el cerro Ñemby y otros que por su cercanía a pueblos que se estaban densificando velozmente fueron explotados como canteras. En 1991 se determinó el fin de la actividad extractiva, lo que recién fue efectivizado años después.
“Se ha constatado la afectación en gran parte del predio del monumento y hay riesgo de pérdida de cobertura vegetal en áreas de pendiente pronunciada. Así también, las columnas de areniscas en algunas partes están en deterioro por la explotación que ha sufrido décadas atrás”, explica Ayala.
Hugo Ayala, geólogo
El área silvestre presenta en sus cerros un tipo de piedra que por la particularidad de su forma y composición convoca a turistas y especialistas de distintas partes del mundo. Lamentablemente, también la flora y fauna autóctonas fueron afectadas por los incendios forestales. “Por un lado, se deja que la naturaleza haga su trabajo de restauración y, por otro lado, nosotros también solemos plantar arbolitos, así como estudiantes y después a nosotros nos toca el cuidado y el mantenimiento”, señaló el guardaparques.
GEOFORMA
Esta formación geológica data del Paleoceno, el primer periodo de la era Cenozoica (66 a 56 millones de años). El tipo de material que se encuentra en el lugar se forma por causa del contacto con intrusiones ígneas en formas de diques de la provincia alcalina de Asunción.
“La roca de estos cerros es roca sedimentaria, específicamente una arenisca, que por un impulso térmico adoptó esa forma denominada columnar. Poseen un patrón de forma hexagonal en su fracturación. Esa forma es una respuesta natural a las tensiones internas que se desarrollan durante procesos de enfriamiento y la contracción por la cual un material disminuye su volumen como respuesta a cambios, típicamente debido a la reducción de temperatura o la pérdida de agua”, refiere el geólogo.
El profesional observó que la formación de este tipo de estructuras es frecuente en los basaltos, pero no así, como en Areguá, en rocas sedimentarias.
“En nuestro país este tipo de estructuras se han reportado en el entorno del rift de Asunción (distensión de la corteza), en Luque, Limpio; en los departamentos de Guairá, Misiones y en algunos lugares restringidos en la cordillera de los Altos. Además, se reporta un hallazgo en la ciudad de Carapeguá”, agrega.
El Cerro Kõi ubicado en la ciudad de AreguáLa formación de este tipo de estructuras es frecuente en los basaltos, pero no así, como en Areguá, en rocas sedimentarias.
Si bien no existe un mapeo completo en el país en lo que respecta a lo geológico, se vienen elaborando proyectos para cumplir con ese cometido. En este sentido, profesionales de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (Facen) de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) realizan estudios para la caracterización de materiales rocosos tomando en cuenta el color, la textura, el tamaño del grano y su forma (propiedades físicas). Además, se pueden levantar láminas delgadas y estudiarlas mineralógicamente.
EL RECORRIDO
Por la escasez de estas formaciones y por la particularidad de su estructura, los cerros Kõi y Chororî son novedosos y muy atractivos desde el punto de vista turístico.
El área protegida ofrece a los visitantes un recorrido de 1,5 km, en el que se incluyen paradas y una visita al mirador en la cima del cerro Kõi (200 metros sobre el nivel del mar), desde donde se puede observar la ciudad de Areguá y el lago Ypacaraí. Además, se puede realizar un paseo más extenso en el área respetando las vallas de seguridad.
“Lo que más llama la atención de los visitantes, aparte de ver la estructura accidentada de la superficie, es el mirador, desde donde se puede observar una gran parte del lago Ypacaraí”, explica el geólogo.
El mirador en la cima del cerro Kõi está ubicado a 200 metros sobre el nivel del mar y ofrece una vista única del lago Ypacaraí
En el marco de su labor divulgativa, desde la Facen desarrollan una plataforma web que da a conocer actividades, características y paisajes bajo el nombre de Geoparques Paraguay. Además, acompañan a estudiantes a recorridos por diversos cerros, de manera de proveer información y generar conciencia respecto al potencial geológico del país.
Además, el área protegida mantiene su portón abierto a visitantes de manera libre y gratuita, disponiendo de una visita guiada para grupos numerosos con previo agendamiento.
PLATA YVYGUY
El guardaparque Adrián Chaparro comentó, en tanto brindaba una explicación sobre el sentido de cada una de las paradas que sirven de preámbulo para llegar al mirador, que la tradición de los buscadores de tesoros no es ajena a este territorio protegido.
“A veces recibimos visitantes que son tipo buscadores de tesoros. Vienen acá en la recepción con sus aparatos de medición, dicen ‘acá a 500 metros nos marca’ y preguntan si se puede pasar. Eso obviamente está prohibido en un área protegida”, advirtió.
Por último, detalló que existen rastros de lo que podrían haber sido excavaciones que fueron motivadas por leyendas populares.
“Esta reserva tiene un plan de manejo que se actualiza cada cinco años. Según el plan de manejo y los estudios realizados en este lugar, estas piedras tienen hierro, tienen cuarzo, micas, silicio, que son los minerales que posiblemente marcan a los buscadores de tesoros”, concluyó.
El geólogo indicó que la formación de este tipo de estructuras es frecuente en los basaltos, pero no así, como en Areguá, en rocas sedimentarias